Los astronautas de la NASA, Sunita Williams, Butch Wilmore y Nick Hague que quedaron atrapados inesperadamente el espacio finalmente están a punto de regresar a la Tierra. Te contamos los detalles.
Por si ya no recuerdas muy bien el caso, te contamos rápidamente.
Todo comenzó en junio de 2024, cuando Williams y Wilmore llegaron a la estación a bordo de la cápsula Starliner de Boeing. Esta era la primera vez que la cápsula viajaba con personas a bordo, pero durante el lanzamiento, la nave tuvo problemas técnicos y no podía regresar a la Tierra de manera segura.
Por esto, os astronautas tuvieron que quedarse más tiempo del planeado, de esta manera lo que sería una misión de una semana acabó durando casi 9 meses.
El tiempo de espera adicional se convirtió en una verdadera prueba de paciencia, ya que las expectativas sobre su regreso se fueron aplazando continuamente dejando a los astronautas y a sus familias en una situación de incertidumbre.
Durante los primeros meses, la NASA intentó encontrar soluciones, incluyendo el uso de una nave llamada SpaceX Dragon para traerlos de vuelta. Sin embargo, también hubo retrasos y ajustes con esa nave.
Fue a principios de este 2025 que la esperanza de su pronto regreso se encendió nuevamente cuando la NASA decidió adelantar la fecha de lanzamiento de Crew-10, la misión que traería a los reemplazos de Williams y Wilmore, para el 12 de marzo.
Esto se debió a que la cápsula Dragon, que iba a ser utilizada para el regreso, no era nueva, sino una nave previamente utilizada, lo que permitió al equipo acelerar las evaluaciones de seguridad y cumplir con los plazos establecidos. Aunque la cápsula Endurance ya había volado antes, los equipos de SpaceX y la NASA completaron las pruebas necesarias para garantizar que estuviera en condiciones óptimas para transportar a los astronautas.
Después de pasar casi nueve meses en el espacio parece que por fin Williams, Wilmore y Hague regresarán a la Tierra. A través de una conferencia de prensa, Williams compartió su emoción por reunirse con sus perros labradores, mientras que Wilmore comentó que lo más difícil durante su larga estancia fue la espera de sus seres queridos en la Tierra.
Con la llegada de la nueva tripulación de reemplazo, Williams y Wilmore podrían finalmente regresar a la Tierra junto con su compañero Nick Hague, completando así un ciclo largo e impredecible en el espacio. Se espera que la tripulación pase aproximadamente una semana a bordo de la EEI antes de partir.
Ambos astronautas subrayaron que a pesar de la extensión inesperada de su misión se mantuvieron con actitud positiva y saludable. En cuanto a sus planes futuros, ambos astronautas han reiterado que están listos para reunirse con sus familias y continuar con sus responsabilidades en la NASA.
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El departamento se encarga de supervisar la financiación de las escuelas públicas, administra los préstamos estudiantiles y dirige programas para ayudar a los estudiantes de bajos recursos.
“Estados Unidos no ha estado educando bien a sus alumnos desde hace mucho tiempo y todo el mundo sabe que esto es lo correcto”.
Con estas palabras se refería el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su decisión de desmantelar el Departamento de Educación, algo que hace mucho tiempo están pidiendo los conservadores.
El mandatario estadounidense firmó este jueves la orden ejecutiva con la que se pone en marcha el proceso de eliminación de esta agencia.
“El cierre ocurrirá lo más rápido posible”, dijo Trump durante la firma, afirmando que Estados Unidos “gasta mucho más dinero en educación que cualquier otro país”, pero está “casi al final de la lista en términos de éxito”.
La eliminación total del Departamento de Educación requiere de la aprobación del Congreso.
Desde que el líder republicano regresó a la Casa Blanca, el Departamento de Educación ya anunció planes para recortar aproximadamente la mitad de su personal.
Fundado en 1979, este departamento se encarga de supervisar la financiación de las escuelas públicas, administra los préstamos estudiantiles y dirige programas para ayudar a los estudiantes de bajos recursos.
Trump y sus aliados acusan a la agencia de adoctrinar a los jóvenes con material racial, sexual y político.
Un error común es creer que el Departamento de Educación opera las escuelas estadounidenses y establece los planes de estudio. En verdad, esa responsabilidad recae en los estados y en los distritos locales.
La agencia lo que hace es supervisar los programas de préstamos estudiantiles y administrar las becas Pell, que ayudan a estudiantes de bajos recursos a acceder a la universidad.
También ayuda a financiar programas de apoyo a estudiantes con discapacidades y a estudiantes que viven en la pobreza.
Además, el departamento hace cumplir las leyes vinculadas a la protección de los derechos civiles diseñadas para evitar la discriminación por motivos de raza o sexo en las escuelas financiadas con fondos federales.
El presupuesto asignado al departamento fue de US$238.000 millones en el año fiscal 2024, lo que representa menos del 2% del presupuesto federal total.
La agencia cuenta con unos 4.400 empleados, la menor cantidad de cualquier departamento con rango de ministerio.
La mayor parte de la financiación pública para las escuelas estadounidenses proviene de los gobiernos estatales y locales.
En 2024, Education Data Initiative estimó que Estados Unidos invirtió un total de poco más de US$857.000 millones en educación primaria y secundaria, lo que equivale a US$17.280 por alumno.
Por sí solo, Trump no puede cerrar totalmente el departamento.
El presidente no solo necesita la aprobación del Congreso para deshacerse del departamento, sino que posiblemente necesite una mayoría especial en el Senado de 60 de los 100 senadores.
Los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47 en el Senado, por lo que necesitan que al menos siete demócratas voten a favor de la abolición de la agencia, una apuesta políticamente improbable.
Incluso en la Cámara de Representantes, Trump podría tener dificultades para conseguir el apoyo necesario.
En una votación el año pasado para abolir el Departamento de Educación, que fue adjunta como enmienda a otro proyecto de ley, la decisión no se adoptó porque 60 republicanos se unieron a todos los demócratas de la Cámara para votar en contra.
Trump ha tomado medidas para reducir otros departamentos gubernamentales en las últimas semanas, a pesar de las dudas sobre la legalidad de dichas medidas.
Un borrador de la orden de Trump para desmantelar el Departamento de Educación, obtenido el mes pasado por The Washington Post, reconocía que solo el Congreso puede deshacerse de la agencia por completo, pero la orden ejecutiva firmada este jueves pone en marcha su reducción gradual.
Los empleados de Educación se encuentran entre aquellos que están en el foco de los esfuerzos del gobierno de Trump para reducir la fuerza laboral federal.
El Departamento de Educación supervisa una enorme cartera de préstamos a estudiantes universitarios, que según Trump se transferirá a otra agencia gubernamental.
“No creo que el Departamento de Educación deba gestionar los préstamos. No les incumbe”, exlamó Trump.
Los expertos afirman que lo más probable es que la cartera -que incluye más de US$1,5 billones en préstamos obtenidos por más de 40 millones de estadounidenses- se transfiera al Tesoro de Estados Unidos.
Un informe de la Casa Blanca indica que le corresponde a la secretaria de Educación, Linda McMahon, garantizar la “prestación ininterrumpida de los servicios, programas y beneficios de los que dependen los estadounidenses”.
Pase lo que pase, los prestatarios seguirán teniendo que devolver los préstamos.
Las sentencias judiciales y las políticas de Trump han revertido algunos cambios que el expresidente Joe Biden intentó implementar para reducir los costos de los préstamos y perdonar algunas deudas.
La idea de eliminar el Departamento de Educación ha sido planteada por los republicanos casi desde su existencia.
Durante la campaña presidencial de 1980, Ronald Reagan presionó para su desmantelamiento.
Históricamente, los republicanos se han opuesto a la centralización de la política educativa, creyendo que es mejor dejarla en manos de cada estado y cada ciudad.
Más recientemente, han acusado al Departamento de Educación de imponer a los niños lo que describen como una ideología política woke, incluyendo cuestiones de género y raza.
Los aliados de Trump también quieren ampliar la opción escolar, lo que permitiría a los estudiantes y a las familias utilizar fondos públicos para elegir alternativas privadas o religiosas a las escuelas públicas.
Los conservadores argumentan que las funciones del Departamento de Educación deberían estar a cargo de otras agencias.
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