¿Estás lista para mirar al cielo en este nuevo año? Llega una serie de eventos astronómicos del 2025 que serán imperdibles en el Hemisferio Norte.
Desde la Luna llena de cada mes, hasta eclipses, te contamos cuáles son los espectáculos naturales que observaremos en lo alto del cielo.
De acuerdo con el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el 2025 podremos observar la Luna cubriendo al planeta Saturno.
Incluso la alineación casi perfecta de los planetas Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno en las primeras horas del amanecer.
Pero no es todo porque la lluvia de meteoros, la superluna a lo largo del año y los cambios de estación serán parte de este nuevo año.
Antes de iniciar con las fechas importantes, para que las anotes en tu calendario, queremos que sepas que este calendario astronómico contiene información del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), el Instituto de Astronomía de la UNAM y aplicaciones para aficionados observadores de eventos astronómicos como Star Walk.
Los días 2 y 3 de enero en el cielo nocturno tendremos la primera lluvia de meteoros Cuadrántidas. La actividad de este evento comenzó el 12 de diciembre y continúa hasta el 12 de enero, pero su máximo observable será este viernes 3 de enero.
Toma nota porque la tasa máxima observable será de 120 meteoros por hora. De acuerdo con el INAOE, el cuerpo menor 2003 EH1 y el cometa C / 1490 Y1 son los responsables de esta lluvia. Para observar los meteoros te recomendamos hacerlo desde las primeras horas del día 3, hacia la parte noreste de la esfera celeste.
Mientras tanto, los días 3 y 4 de enero ocurrirá la conjunción entre la Luna y dos planetas. La primera sucederá con Venus y después con Saturno, respectivamente.
El 4 de enero seguiremos teniendo eventos astronómicos ya que, según la UNAM, la Tierra se encontrará más cerca del Sol, a unos 147 millones de kilómetros.
Para el lunes 13 de enero llega la primera Luna llena del año, conocida también como Luna de Lobo.
Marca en tu calendario el 28 de febrero porque el Instituto de Astronomía de la UNAM informó que seis planetas estarán alineados: Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
El Instituto de Astronomía señaló que, aunque la alineación no será perfecta, este fenómeno no ocurre con frecuencia y será visible especialmente en las primeras horas del amanecer.
Algunos de los planetas serán visibles a simple vista. Sin embargo, para observar a Urano y Neptuno, será necesario un telescopio.
El mes de marzo nos recibe con dos eventos increíbles para no perdernos. El 14 de marzo tendremos Luna Llena de Gusano.
De acuerdo con la aplicación Star Walk, ese mismo día ocurrirá una Microluna donde el satélite será un 4% más pequeño y un 8.3% menos brillante que una Luna Llena regular.
Ese mismo día, entre las 06:26 GMT y las 07:31 GMT, la Luna pasará por completo por la sombra umbral de la Tierra, hasta crear un eclipse lunar total.
De este fenómeno astronómico se formará un disco lunar de color rojo oscuro y creará un efecto de “Luna de Sangre”. El eclipse será visible en América del Norte y del Sur.
Días después, el 20 de marzo a las 4:01 horas tiempo del centro de México, el Instituto de Astronomía de la UNAM ocurrirá el equinoccio de primavera.
Es en este momento cuando el Sol se alinea directamente sobre el ecuador para marcar un equilibrio perfecto entre el día y la noche, con igual número de horas de luz y de oscuridad.
En marzo Venus también será protagonista ya que el planeta será visible en los cielos matutino y vespertino desde el día 23 y durante unos días en latitudes norteñas.
Recordemos que Venus es un planeta visible tanto en la mañana como en la tarde, pero depende de cuándo aparezca. Por eso, se le conoce como “estrella de la tarde” y “estrella de la mañana”.
En abril, uno de los eventos importantes será la alineación de los planetas Neptuno, Mercurio, Saturno y Venus en el cielo matutino. Toma nota porque sólo Mercurio, Saturno y Venus serán visibles a simple vista. Sin embargo, para observar al planeta Neptuno necesitarás de un telescopio o binoculares de alta potencia, según las recomendaciones de Star Walk.
¡Llega el solsticio de verano! El verano llegará el 21 de junio de 2025 en el Hemisferio Norte y será el día más largo en esta zona del planeta.
El 7 de septiembre tendremos un eclipse lunar. Este fenómeno ocurre cuando la Tierra se ubica entre el Sol y la Luna, donde la estrella proyecta su sombra en la superficie lunar. Sin embargo, el satélite no se verá totalmente oscuro.
Días después, el 21 de septiembre habrá un eclipse solar parcial donde la Luna pasará entre la Tierra y el Sol y cubrirá una parte del disco solar.
De acuerdo con Star Walk, el eclipse será visible sobre el sur de Australia, los océanos Pacífico y Atlántico, y la Antártida.
En este momento los eventos astronómicos no dejan de ocurrir ya que en el mes de octubre es cuando presenciamos las lunas más grandes y bonitas del año con la Superluna de los meses de octubre, noviembre y diciembre.
La UNAM explica que la Luna, al girar alrededor de la Tierra, también tiene una órbita elíptica. Por este motivo es que vemos a este satélite natural más grande y a veces más pequeño.
Los días en que ocurrirán las Superlunas serán el día 7 de octubre, el 4 de noviembre y el 4 de diciembre, momento en el que la Luna se verá muy grande porque estará más cerca de la Tierra.
En octubre, otro de los eventos que tendremos será la lluvia de estrellas Oriónidas. Este fenómeno astronómico se verá entre el 2 de octubre y el 7 de noviembre. El Instituto de Astronomía de la UNAM informó que el pico de actividad de esta lluvia de meteoros ocurrirá entre el 21 y el 22 de octubre.
Su origen proviene de la constelación de Orión y tendrá una observación de 15 y 20 meteoros por hora.
La lluvia de meteoros también llega para el mes de noviembre con Las Leónidas. Estas ocurren del 6 al 30 de noviembre, y de acuerdo con el Instituto de Astronomía de la UNAM el pico de observación será el día 17 de noviembre.
Las Leónidas, según explica la UNAM, son conocidas por su intensidad y por la posibilidad de ver una gran cantidad de meteoros en poco tiempo. La tasa de meteoros observables es de 15 a 20 meteoros por hora.
Entre sus características está Las Leónidas su brillo y velocidad (71 km/s), lo que las hace más rápidas que otras lluvias de estrellas. En ocasiones dejan estelas brillantes que permanecen visibles durante algunos segundos.
El último mes del año terminará con una Luna llena el 4 de diciembre, conocida también como Luna llena Fría.
Entre el 13 y 14 de diciembre llega la última lluvia de meteoros del año con las Gemínidas.
Este fenómeno es conocido por tratarse de una de las lluvias de meteoros más espectaculares del año ya que, son brillantes, abundantes, de intenso color y con un movimiento más lento.
En este 2025, según Star Walk, las condiciones de observación serán favorables porque la Luna estará en fase cuarto menguante.
Las Gemínidas serán visibles en todo el mundo y tendrán una observación de 150 meteoros por hora.
¡No te pierdas los calendarios astronómicos que cada mes prepararemos para ti durante todo el 2025!
Luis Arroyo, padre de Josué e Ismael, relata a BBC Mundo la angustia de la desaparición de los menores y el proceso de reconocer sus cuerpos cuando fueron encontrados incinerados.
Es 2 de enero de 2025 y Luis Arroyo y su familia celebran en su casa en el barrio popular de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil, el cumpleaños de su hija.
La niña cumple 9 años, pero el ambiente no es festivo. Hace días que no come, está triste. Extraña a sus hermanos mayores, Ismael y Josué, a quienes vio por última vez el 8 de diciembre.
Su papá se esfuerza para darle, aunque parezca un imposible, algo de normalidad. Compra un pollo asado y comen todos juntos.
Arroyo afirma que a ratos quisiera estar viviendo una pesadilla de la que va a despertar. “Pero no es una pesadilla, es real (…) me arrebataron a mis hijos de la peor forma”, dice en conversación telefónica con BBC Mundo.
Sólo horas antes había enterrado a Ismael (15) y Josué (14), cuyos cuerpos incinerados y con signos de tortura le tocó reconocer.
Sus hijos son dos de los “4 de Guayaquil”, los menores de edad ecuatorianos que fueron víctimas de una presunta desaparición forzada tras ser detenidos por miembros del ejército, un caso que ha conmocionado a Ecuador y que pone en entredicho la política de seguridad del gobierno y el papel que está teniendo el Ejército.
Además de Ismael y Josué, las otras víctimas son Nehemías Arboleda, de 15 años, y Steven Medina, de 11.
Los cuatro salieron a jugar fútbol el 8 de diciembre, pero nunca regresaron.
La noche del 8 de diciembre Luis Arroyo salió a comprar y cuando volvió a su casa, a eso de las 8:40 de la noche, le pareció raro que Ismael y Josué no hubiesen regresado.
“Como la luz se va acá a las 9 de la noche, antes de esa hora ellos siempre estaban en casa. Le pregunté a mi mujer: ‘¿Y los bebés?’. ‘Se fueron a jugar a la pelota, ya vienen’, me dice.
Entonces, pensé que debían de venir en camino. Pero no llegaban y luego me empecé a preocupar, los salí a buscar y no los encontraba. Yo decía: ‘¿Qué pasó? ¿ Dónde están’? En eso fueron pasando las horas y mi mujer recibió una llamada a las 10:40 de la noche”.
El padre de los adolescentes cuenta que un hombre que nunca se identificó contactó a su esposa para decirles que sus hijos habían sido detenidos por militares, que estaban desnudos y necesitaban ayuda, pero que él no podía protegerlos porque temía meterse en problemas.
“Y ahí me pasa a mi hijo Ismael, el mayor. Y me dice: ‘Papi, ven, sálvame que estamos por aquí en Taura [un barrio de Guayaquil], botados, los militares nos cogieron por supuestamente haber estado robando, pero nosotros no estábamos haciendo nada, papá, ven acá a rescatarnos por favor. Estoy asustado'”.
Luis Arroyo intentó calmarlo. “‘Hijo mío, quédate tranquilo, que yo ya te voy a rescatar’. Y ahí este sujeto le quitó el celular y dice: ‘Espérate que aquí viene pasando la mafia en una moto’. Y yo le digo que por el amor de dios no le haga nada a los niños, que tenga misericordia. Él me dice: ‘Tienes 45 minutos, una hora para venir a verlos (…) Si tu quieres a tus hijos, tienes que venirlos a ver ya'”.
El padre de los menores asegura que el hombre le envió su ubicación y efectivamente estaban a la altura del kilómetro 26 de Taura.
“Yo no tenía cómo movilizarme, yo no me iba a arriesgar a ir allá solo. Entonces corté la llamada y dije: ‘Mis hijos están secuestrados, dios mío santo protégelos’. Ahí llamé a un familiar para que reportara la novedad al cuartel de Taura y a los policías con la ubicación que yo le doy. Con la foto de este tipo y el número”.
“Pero cuando los policías llegan al punto no encuentran a nadie. Y ahí mi familiar coge y me llama y me dice: ‘Primo, no están los bebés’. Desesperado le corto la llamada y llamo a este sujeto de nuevo y le digo: ‘Barón, dios te bendiga, ¿por qué no entregastes a mis hijos si yo los mandé a ver? Y él me dijo, disculpe la mala palabra: ‘Eres como la verga porque me mandaste a la policía. Se ve que no quieres a tus hijos (…) vino la mafia como en 10 motos y se los llevó'”.
“Ahí me cortó la llamada y no supe nada más de mis hijos”.
No recibió una llamada, ni un mensaje. Se enteró por las redes sociales, en vísperas de Nochebuena, que cuatro cuerpos habían sido encontrados incinerados y con signos de tortura cerca de una base militar.
“Ahí nos pusimos mal, porque nosotros hasta ese día seguíamos orando, confiando en el señor… Pedíamos: ‘Que no sean nuestros hijos'”.
“Ellos los encontraron el martes y el viernes nos llamaron a nosotros desde criminalística para ir a dar unas características de nuestros hijos. Y ese mismo día hicimos una prueba de ADN”.
A esas alturas una jueza había solicitado que el caso se investigara como una presunta desaparición forzada y 16 militares fueron detenidos.
Pero fue el 31 de diciembre, cuando los familiares participaban de la audiencia de formalización de los 16 militares envueltos en la detención de los menores de edad, cuando tuvieron plena confirmación.
“Cuando se acabó la audiencia, el fiscal llegó donde nosotros, a la sala en la que estábamos reunidos. Vino con el otro fiscal de derechos humanos de Quito y preguntó: ‘¿Ya les dijeron?’
Y nosotros dijimos que no y él dijo: ‘Bueno, papitos, mamitas, yo les dije que yo iba a ser transparentes con ustedes, que no les iba a mentir en nada, y lamentablemente los cuerpos que fueron hallados en Taura sí son sus familiares, son sus hijos'”, recuerda Luis Arroyo.
“Eso fue horrible, ahí mi mujer casi se muere. Fue espantoso”.
La próxima parada sería la morgue.
“Yo vi a mis dos hijos, solamente les dejaron sus pies, debajo de los dedos, y como Ismael tenía sus callos, sus juanetes, de pie de futbolistas, (pude) distinguirlo por eso, porque la cabeza tampoco estaba. Al otro le habían dejado una manito, un dedito y su pelo, parte de su cráneo, y de la cara”.
“Mi esposa no quiso verlos, ella estaba enferma y la dejé en casa. Yo preferí que ella no los viera, pero ahí el papito del niño de 11 años, Steven, vio a su hijo también. Al chiquitito también yo lo vi, sus piececitos pequeños, pobrecito, me da mucha pena de ver todo lo que han hecho. Al niño Nehemías lo vio su tío, y él lo reconoció por los brackets y el pelito. Porque él estaba más completo que los otros”.
El padre de Ismael y Josué dice que como familia quiere pedir la exhumación de los cuerpos, pues aún no tienen la información completa de qué fue lo que pasó con ellos.
“Nosotros quisiéramos sacar los cuerpos y llevarlos internacionalmente a que les hagan el examen de ADN. En eso quisiéramos que nos ayuden, porque queremos justicia. Esto no se puede pasar por alto, eran cuatro niños indefensos, imagínese hacerles todo esto, con esta saña, con esta maldad”, dice.
“Ellos nos entregan los cuerpos pero no nos dicen de qué murieron, si fueron torturados, baleados, sacados sus órganos. Nos entregaron el esqueleto, en estado de descomposición, quemados totalmente, sin cabeza mi hijo, es algo aterrorizante. El forense de criminalística no nos ha dicho las causas, sólo nos hicieron llenar una ficha para poder retirar los cuerpos para darles cristiana sepultura”.
Luis Arroyo llegó este lunes hasta el cementerio Ángel María Canales con las medallas ganadas por su hijo Ismael en las competencias de fútbol colgadas en el cuello. Era un homenaje al que fue su sueño de toda la vida: convertirse en futbolista profesional.
“Mis hijos eran muy amorosos, amigueros, ellos no tenían problema con nadie”.
“Eran unos hijos excelentes, amaban a su mamá, a su papá, a sus hermanos. Ellos siempre estaban dedicados a sus estudios, a la pelota. Nos decían: ‘Papá, mamá, yo voy a llegar a jugar fútbol profesional, voy a viajar por el mundo, te voy a comprar una casa, mamá… Yo los voy a sacar de aquí’. Ese era el sueño de mi hijo”.
“Y a mi otro hijo, Josué, a él le encantaba la pelota, pero le gustaba más el estudio. Y él también decía: ‘Mamá yo te voy a comprar una casa, yo te la voy a comprar primero que Ismael, ya vas a ver'”.
“Yo hacía un esfuerzo por verlos bien, porque ellos se sintieran bien, de pagarles sus estudios, que no les hiciera falta su comida. Todas las semanas llevaba a Ismael a jugar, porque él entrenaba de lunes a viernes y los días sábado y domingo le tocaba ir a jugar los partidos. Imagínese ahora, ¿a quién voy a llevar al fútbol? ¿Dónde dejo esos goles que yo disfruté con él? Mi hijo Josué…¿A quién voy a llevar al colegio? Con todo ese vacío que dejan en nosotros, en esta familia”.
“Yo los amo con mi vida, siempre los voy a tener en mi corazón a Ismael Arroyo y Josué Arroyo, son mi vida. Ellos están en un nuevo lugar, porque yo sé que dios los tiene arriba en el cielo, son unos angelitos, siempre los voy a amar y no voy a descansar hasta que se haga justicia. Eso sí yo se lo prometo, mis amores. Sus muertes no van a quedar impunes. Ellos eran todo para mí, eran mi motor, mi pieza fundamental”.
Arroyo sostiene que sus hijos fueron discriminados por su color de piel y que no son los primeros ni serán los últimos niños que desaparezcan ante la estrategia de seguridad militar del gobierno de Daniel Noboa.
“Esta es una mala estrategia por parte del gobierno: mandar a esta gente a matar a las calles, porque eso es lo que hacen, salir a matar… ¿En qué mundo estamos, en qué país estamos? El presidente apoya la sinvergüencería que hacen estos militares, tapando las cosas y discriminando a nuestros hijos, poniéndolos por los suelos”, critica.
“Ellos quieren dejar mal a nuestros hijos, quieren incriminarlos como terroristas, ladrones, delincuentes, cuando nuestros hijos jamás… Mis hijos no eran delincuentes, ellos tampoco estaban robando, no hay ninguna evidencia de que ellos hayan estado robando nada”, dice en alusión a lo que dijo inicialmente el Ministerio de Defensa sobre el caso, que sugirió que los menores habían estado involucrados en un robo antes de ser detenidos.
“El presidente los declaró héroes nacionales antes del 24 de diciembre y ahora él no se ha manifestado, no nos ha ayudado, nosotros no hemos recibido ninguna ayuda por parte del gobierno”, se queja.
Luis Arroyo dice sentir miedo y hace un llamado a las autoridades ecuatorianas a darles protección a él y a su familia. “Estoy aterrorizado con esto, quisiera salir corriendo de Ecuador. Nos sentimos solos, sin protección, pueden atentar contra nuestras vidas”.
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