Hace apenas 30 años comenzó el estudio del genoma humano, que es la secuencia de ADN contenida en 23 pares de cromosomas en el núcleo de cada célula humana y que sirve como un mapa para conocer la información necesaria para que un individuo se desarrolle y funcione.
A raíz de este estudio internacional realizado por el Proyecto del Genoma Humano en 1990 y completado en 2003, la historia de la medicina y los tratamientos cambiaron para siempre.
Checa: ¡Para el talento no hay edad!: Tres proyectos ambientales muy chulos creados por niñas y niños
Gracias a este descubrimiento, los investigadores pudieron entender cómo se forman y cómo responden las células ante diferentes tipos de tratamiento.
Por ejemplo, además de conocer más del ser humano y su evolución, gracias a esta investigación se crearon nuevos tipos de diagnósticos y tratamientos para diferentes enfermedades genéticas.
Un problema de esta investigación y otras relacionadas al genoma humano es que la población mexicana -y muchas otras- no formaron parte del muestreo.
Por eso, científicos del Tec de Monterrey iniciaron el proyecto oriGen, con el que buscan secuenciar el genoma de 100 mil mexicanos para llenar ese vacío que quedó de las otras investigaciones y así impulsar medicina de precisión para nuestra sociedad, además de mejorar la calidad de vida y fortalecer la prevención.
En Animal MX hablamos con el doctor Pablo Kuri, director de oriGen, quien nos explicó más sobre esta investigación, su objetivo y el progreso que llevan hasta el momento.
El doctor Kuri señala que oriGen busca dar a conocer mejor las características genéticas de la población mexicana, que es muy compleja debido a todas las mezclas que hay en nuestra sociedad.
“El genoma no solo es diferente en cada país, sino que es diferente en cada individuo, aunque nos parezcamos prácticamente en el 99%, siempre hay variación y ese 1% restante tiene muchas implicaciones de todo tipo”, explica Kuri, quien es médico cirujano con maestría en epidemiología.
Para entender un poquito más, el genoma de cada individuo nos muestra rasgos tanto visibles (como el color de los ojos, forma de la nariz, tipo de pelo) como invisibles ( la proclividad a desarrollar enfermedades como diabetes, hipercolesterolemia, cáncer de mama, etc).
“Lo que se sabe es que las enfermedades que están asociadas a los genes de manera directa o que la presencia de ciertas características genéticas hacen que tengas más probabilidades de desarrollarlas, entonces es importante investigar eso en la población mexicana”, agrega el doctor.
Lee también: ¡Gamers al rescate! UNAM desarrolla videojuegos que ayudan en tratamientos de afectaciones neuronales
Como explica Kuri, oriGen pretende ser un repositorio de información genética e información clínico-epidemiológica. Es decir: una gran base de datos de genética que investigadores de México y otros países pueden aprovechar para sus propios estudios.
“El objetivo es ser esa plataforma de información para que grupos de investigación del Tec, de otros lugares de México y de más allá de las fronteras mexicanas puedan hacer investigación sobre cualquier cantidad de enfermedades que pudieran ser de interés”, menciona.
Este proyecto, creado por el doctor Guillermo Torre -responsable de Tec Salud- y un equipo de investigadores, inició hace casi cuatro años y, si todo marcha de acuerdo al plan, concluirá a finales de 2025 o inicios de 2026.
Para armar el repositorio, los investigadores deben tomar las muestras de miles de mexicanos a lo largo de 17 ciudades del país, seleccionadas basándose en la presencia del Tec.
Porque se garantiza la disponibilidad de instalaciones adecuadas para manejar las muestras de manera precisa y confiable.
La selección de viviendas para ir a realizar las pruebas se realiza de manera aleatoria con el objetivo de evitar sesgos.
Una vez que las personas accedan de manera voluntaria a formar parte de la investigación, deberán responder un cuestionario con aproximadamente 570 preguntas que abarcan diversos aspectos de la salud y vida.
Entre esas preguntas se incluyen apartados de:
Al terminar el cuestionario inicia la toma de sangre y se realizan diferentes mediciones físicas, incluyendo presión arterial, mediciones de peso y composición corporal, medición de cintura, entre otras.
Las personas que participen podrán estar tranquilas ya que el proyecto fue sometido a revisión por comités éticos y de bioética, los cuales determinaron que cumple con los estándares requeridos, y toda su información después es manejada de manera anónima.
Hasta el momento, con la toma de 17 mil 500 muestras en Monterrey, Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua, oriGen ya terminó su primera fase, y el próximo 21 de agosto iniciará la segunda fase en la Ciudad de México.
Si te estás preguntando si hay manera de participar en la investigación, la respuesta es no por el momento, hasta ahora todas las muestras son tomadas de forma aleatoria.
Para el doctor Kuri, oriGen y la intención de encontrar el genoma mexicano no tiene que terminar una vez que se tomen las 100 mil muestras, sino que espera que continúen recabando más información para que los investigadores puedan encontrar aún más resultados.
Sin embargo, todo eso dependerá del financiamiento y factores que, por el momento, no preocupan mucho al equipo.
Por ahora, el equipo se encuentra desarrollando las políticas para tener acceso a la información y una vez aprobadas, los investigadores podrán comenzar a analizar las primeras muestras que ya fueron tomadas por el equipo.
“No creemos que haya que terminar de tomar las 100 mil muestras para que empiecen a investigar. A lo mejor investigadores de Nuevo León o de Monterrey o que están interesados en lo que pasa en el norte podrían empezar a pensar en algún estudio relacionada a esa zona”, finaliza el doctor Kuri.
Miles de inversores apostaron a colocar sus ahorros en lo que creían que era engorde de ganado en Uruguay. Pero la realidad era muy distinta.
Un prominente empresario que se suicida, cientos de millones de dólares que se desvanecen, miles y miles de supuestas vacas de las que no existen ni los huesos y una de las mayores estafas que Uruguay jamás haya conocido.
“Engordamos tus ahorros. Invertí en el negocio más seguro de la historia”, proclamaba Conexión Ganadera, empresa pionera en fondos de inversión ganaderos en el pequeño país sudamericano en el que por cada tres personas hay 10 vacas.
Pero lo que prometía ser un negocio sin fisuras acabó siendo un esquema Ponzi, una estafa piramidal a la que se investiga por presunto lavado de activos a gran escala.
El escándalo le explotó en la cara al país más vacuno del mundo y desnudó las carencias de un sistema de identificación de cada animal del que Uruguay se jactaba como único en el planeta.
¿Cómo se llegó a eso? Esto es lo que ocurrió.
Conexión Ganadera nació en 1999.
Captaba fondos de inversores –principalmente locales y argentinos– con la promesa de ser el nexo con productores rurales.
El inversor ponía el dinero, Conexión Ganadera compraba el equivalente a ese dinero en vacas y se las cedía temporalmente a un productor para que las engordara.
A cambio, el inversor –que no necesitaba tener ningún conocimiento agropecuario– recibiría un porcentaje fijo de rentabilidad.
En sus inicios ofrecía más del 20% anual en dólares. Últimamente las tasas oscilaban entre el 7% y el 11% anual en divisa estadounidense, dependiendo del monto de la inversión y el plazo.
Al cabo de determinado tiempo, el animal crecía lo suficiente como para ser vendido –por un precio muy superior al que se había pagado– por lo que el productor agropecuario obtenía una suculenta diferencia con la que pagar el arriendo del campo más insumos, costos laborales y demás, y quedarse con su ganancia.
O al menos eso era lo que decían.
“La vaca siempre tuvo la nobleza de producir lo suficiente para que el inversor no perdiera con este sistema”, afirmaba en 2023 Pablo Carrasco, uno de los dueños de la empresa, en una presentación ante clientes.
“Esto es ganar-ganar, y 24 años alcanzan para que uno esté seguro de que eso es así”.
Hasta ese momento la firma siempre había cumplido con sus pagos.
Pero no faltaba mucho tiempo para que el desfalco quedara expuesto y se supiera que la cantidad de ganado que debían tener no estaba.
¿Se compró alguna vez? Si así fue, ¿adónde fue a parar? La justicia uruguaya lo está investigando.
A comienzos de 2025, Conexión Ganadera anunció que no podría cumplir con los pagos a sus 4.300 clientes con inversiones por US$400 millones, ya que solo tenía US$150 millones en activos.
Un contador contratado por la empresa para estudiar su situación financiera dijo públicamente que “sin haber empezado con un esquema Ponzi, terminó como un esquema Ponzi”.
Es decir, en su visión, comenzó siendo un negocio legítimo que después sostuvo sus pérdidas con la captación de nuevos fondos para pagar a los inversores más antiguos.
“La única forma de mantener esto era que nueva gente diera plata para pagar los intereses y así no se caía el esquema”, le dice a BBC Mundo el abogado Leonardo Costa, uno de los litigantes.
Eso sucedía pocos meses después de que otras dos compañías del mismo rubro comunicaran la cesación de pagos y dejaran sin su dinero a miles de pequeños inversores que sumaban unos US$100 millones.
Tras la caída de esas empresas, uno de los dueños de Conexión Ganadera, Gustavo Basso, decidió acelerar hasta 211 kilómetros por hora cuando manejaba su Tesla por una carretera uruguaya y estrellarse contra maquinaria vial al costado de la ruta.
Murió en el acto. Las computadoras y cámaras del Tesla fueron investigadas y un fiscal determinó que se trató de una “acción voluntaria”.
Cuando su socio, Pablo Carrasco, debió dar explicaciones a los inversores por no devolverles su dinero, dijo que desconocía lo que sucedía en la compañía, que él solamente se ocupaba de la parte ganadera y que el hombre detrás de la estafa era Basso.
Basso ya no podía defenderse.
Martín Fablet (62 años) comenzó a invertir parte de sus ahorros en Conexión Ganadera en 2011.
Además de empresario, Fablet es una personalidad de la radio y televisión uruguaya. Un periodista agropecuario compañero en la AM Sarandí le hizo conocer el producto de inversión y lo acercó a Basso.
“Era un encantador de serpientes”, piensa ahora, sin demasiadas esperanzas de recuperar los US$270.000 que puso en lo que creía que eran vacas.
En todos estos años, a Fablet le surgieron dudas del negocio. No le cerraban los números de rentabilidad que le pagaban.
“No puede ser que dé esa guita (plata), porque tengo amigos que tienen campo y no les da ese número”, le decía al cofundador de Conexión Ganadera.
Los conocedores del negocio decían que no llegaban ni a la mitad de rentabilidad que la ofrecida por la sociedad Basso-Carrasco.
Fablet tuvo varios encuentros con Basso y le planteó su desconfianza, incluso se reunió con él y con contadores que llevó para que les explicaran cómo hacían para tener semejantes márgenes de ganancia, pero el empresario ganadero siempre se las ingeniaba para convencerlo de que, con su modelo de negocios, era posible.
Uno de los pilares sobre los que se erigió la estafa fue el sistema de trazabilidad del ganado uruguayo.
El país sudamericano se jacta desde hace años de haber implementado un método que permite saber dónde está cada una de sus vacas desde que nace hasta, inclusive, el plato donde se sirve en forma de bife.
En una de las orejas de la vaca se le pone una etiqueta analógica y en la otra una digital, ambas codificadas para saber de qué vaca se trata.
Esto complementa la identificación con la marca a fuego y los documentos de propiedad.
Para los inversores de estos fondos ganaderos, ese código era la certeza de que había una vaca registrada a su nombre ante el Ministerio de Ganadería.
Sin embargo, la investigación judicial constató que en muchos casos esas vacas no estaban.
“Era ganado virtual, no existía”, dice Felipe Caorsi, un asesor en finanzas uruguayo que investigó el accionar de estos fondos.
Tal vez nunca se habían comprado, tal vez alguna vez existieron pero ya habían pasado a faena, o tal vez terminaron en alguno de los tantos embarques de ganado en pie que Basso envió a Turquía, le cuentan a BBC Mundo fuentes del caso.
La investigación judicial halló identificadores -que debían estar en las orejas del ganado- guardados en cajas.
Y el sistema de rastreo vacuno al milímetro resultó basarse en declaraciones juradas que podían ser falseadas para hacer creer que había vacas donde no las había.
“Cuando ibas al Ministerio de Ganadería a ver dónde estaba tu ganado, de los 500 bichos que tenías figuraba que tenías 200. ‘Che, Gustavo, tengo 200 bichos, ¿y los 500? Ah no, lo que pasa es que hubo un movimiento, dejame ver’. Y al otro día entrabas a la página del Ministerio de Ganadería y estaban los 500 bichos. Yo no sé qué manejos hacía”, le dice Fablet a BBC Mundo.
Conexión Ganadera había logrado una alta reputación en el mercado uruguayo.
Pablo Carrasco era la cara más visible. Participó durante años en un prestigioso programa periodístico radial en el que debatía de política y sociedad, al tiempo que se mostraba como un empresario exitoso con proyectos ambiciosos.
“Los roles estaban bien separados. Carrasco era la imagen, el personaje que hacía vendible el producto. Gustavo Basso captaba dinero”, indica Caorsi.
Reconocidos políticos, profesionales y hasta sacerdotes les creyeron e invirtieron sus ahorros en su esquema.
“La gente confiaba como si le estuviera dando su dinero a un banco. Te decían ‘deposité mi dinero'”, explica Nicolás Ghizzo, abogado de un grupo de víctimas.
Y el negocio se fue agrandando tanto que otros emularon el modelo, aunque no fuera posible pagar lo que se prometía.
Esto a pesar de que la ganadería tradicional en ese país se ha financiado con capital propio, con el sistema bancario y con proveedores, y no con fondos ganaderos, explica a BBC Mundo el presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Rafael Ferber.
Tanto Conexión Ganadera como los otros fondos de inversión del sector no eran controlados por el Banco Central de Uruguay porque, ante una advertencia del organismo regulador, modificaron los contratos para que no pareciera una inversión financiera, sino productiva.
De las inversiones que recibían, un alto porcentaje no era destinado a la compra de ganado como se estipulaba en los contratos, sino que fueron derivadas hacia otros fines, según se desprende de la investigación del fiscal.
“La mayoría de los inversores, el 70%-75%, no tienen un solo animal”, señala Juan Pablo Decia, otro de los abogados de un grupo de víctimas.
Según Caorsi, Basso desvió fondos de Conexión Ganadera a inversiones personales como un frigorífico, préstamos a otro frigorífico, compra de tierras, autos de alta gama, inversiones inmobiliarias y cuentas bancarias en el exterior.
“Hay dinero aparentemente en el exterior que también sería de los inversores y que no habría sido contemplado en el número inicial (de activos)”, señala el abogado denunciante Ignacio Durán.
“Cuando hicimos una ampliación de denuncia dimos información de una cuenta en un paraíso fiscal, en Andorra”, agrega.
“Son unas 30 empresas satélite. Eso fue lo que la Fiscalía les informó a los abogados de los damnificados”, apunta Santiago Alonso, otro de los letrados que denunció a los empresarios.
Caorsi denuncia que existieron contratos de inversión apócrifos. “Fuimos a buscar a las personas y nos encontramos que algunos sabían y habían prestado su nombre para el contrato, en otros casos era gente que no sabía que estaba su nombre ahí”, relata.
Agrega, entonces, que la cantidad de damnificados no sería de 4.300, como había comunicado Conexión Ganadera inicialmente, sino la mitad, por US$220 millones.
En la primera de las causas que se inició en este sector, la de Grupo Larrarte, la justicia uruguaya imputó a su titular, Jairo Larrarte, por los delitos de estafa, apropiación indebida y liberación de cheques sin fondos.
¿Podrán recuperar las víctimas algo de su dinero? De momento es incierto.
“Hablando con otras personas, las veo demolidas. Y sé que hablando con los abogados les dicen ‘si no me conseguís la plata, me voy a tener que suicidar’. Me da miedo”, expresa Fablet.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.