El actor de Misión Imposible no le tiene miedo a nada y eso lo ha demostrado al no usar dobles en sus películas. Repasamos algunas de las escenas de acción de Tom Cruise más arriesgadas y que nos dejaron sin aliento.
Aunque no es el único que prefiere hacer sus propias escenas (Keanu Reeves en John Wick, o el legendario Jackie Chan), ninguno lo ha llevado a extremos tan arriesgados como Cruise.
De hecho, el actor ya hasta está trabajando en filmar una película directamente en el espacio donde se convertiría en el primer actor (y civil) en hacer una caminata espacial.
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El actor siente fascinación por hacer este tipo de secuencias y por eso no usa dobles de acción sin importar lo peligroso que sea el contexto.
Tom Cruise ha protagonizado películas de acción desde finales de la década los 80, pero su fama de hacer sus propias escenas de riesgo comenzó con Misión: Imposible (1996).
Seguro recuerdas la famosa escena donde Ethan Hunt se infiltra en un edificio del gobierno y baja a una bóveda solo sostenido con un cable del techo. Pues todo eso lo hizo Tom Cruise.
Desde ahí se ha puesto a escalar montañas, jugar con gravedad cero, participar en persecuciones en tren, y hasta tener un cuchillo a milímetros de su ojo.
Y no, la edad no ha detenido las escenas de acción de Tom Cruise, pues estas solo se han vuelto más impresionantes y con mayor presupuesto.
De hecho, recientemente en la premier de Misión Imposible: La Sentencia Final en Nueva York dijo que espera hacer películas hasta que tenga 100 años. “Nunca voy a detenerme. Nunca dejaré de hacer películas de acción”, añadió.
Ya veremos si eso sucede, pero mientras ahí te van algunas escenas de acción de Tom Cruise que nos siguen volando la cabeza.
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No importa si es en tierra, el aire o bajo el agua. Tom Cruise no le dice que no a ninguna escena de acción y eso se demostró de forma asombrosa con Nación Secreta.
El actor tuvo que entrenar para bajar su frecuencia cardíaca y así consumir menos oxígeno. Y sí, lo logró. Pudo permanecer bajo el agua por seis minutos y medio.
La cuestión es que no solo era aguantar la respiración y ya, pues en la escena Tom Cruise es un atraco bajo el agua, por lo que tenía que moverse bastante.
Sin duda una de las escenas de riesgo más peligrosas de Tom Cruise, pues ha sido descrita como “la secuencia de acción más espectacular jamás rodada”.
En este detrás de cámaras podemos ver cómo el actor tuvo entrenamiento básico y avanzado de paracaidismo durante un año y también se la pasó practicando en la pista de motocross para que todo saliera perfecto.
En el video se menciona que hizo alrededor de 500 saltos en paracaídas y 13 mil saltos de motocross tan solo para practicar.
Las escenas de acción de Tom Cruise no solo han infartado a la audiencia, sino también a los directores y personal con quienes ha trabajado, pues incluso los más profesionales se han quedado sin palabras.
La idea de colgar a una de las estrellas más famosas de Hollywood en el exterior de un avión mientras este empieza a volar suena imposible. Pero Tom no conoce esa palabra.
En Nación Secreta podemos ver a Ethan Hunt en esa situación (en traje y zapatito de vestir) y lo más sorprendente es que esto no fue en una sola toma. Tom Cruise lo hizo ocho veces.
Ni el edificio más alto del mundo detiene a Tom Cruise. Para la película Protocolo Fantasma, el actor tuvo que escalar parte del Burj Khalifa, rascacielos en Dubái con 828 metros de altura.
Como verás en el detrás de cámaras, sí hubo mucha edición en la escena, pues Cruise estaba atado a un montón de arneses. Pero eso no quita que el actor haya escalado un costado del edificio por su cuenta.
Repetimos que todavía nos falta ver con qué nos sorprende Ethan Hunt en su nueva película, pero Repercusión es sin duda una de las más atascadas de acción de la saga de Misión Imposible.
Una de las escenas de acción de Tom Cruise que resalta es cuando salta en caída libre desde un avión que viaja a 265 km por hora. ¿La audacia? Saltar desde muy alto (7,650 m de altura), pero abrir el paracaídas muy abajo.
Como demuestra el detrás de cámaras, eso fue tan solo algo de lo que realizó Tom Cruise en esta película.
Pues también hubo una caída de un helicóptero (donde la producción pensó que el actor realmente se había caído), una persecución en moto y un salto entre edificios donde terminó con el pie fracturado.
Aunque las escenas de acción de Tom Cruise son famosas por la saga de Misión Imposible, esta no es la única donde saca a relucir su pasión por el peligro y la adrenalina
Ese es el caso de Top Gun: Maverick donde vuelve a interpretar al famoso piloto Pete “Maverick” Mitchell. Y no, aunque Cruise hace de todo, esas acrobacias que vemos en la película sí son imposibles y fuera de su alcance.
Sin embargo, el actor hizo todas las escenas donde está en la cabina del avión mientras vuela a toda velocidad. Y no es cualquier cosa, pues a esa velocidad, la fuerza de gravedad aumenta a niveles muy grandes (hasta ocho o nueve G).
Claro que pilotos entrenados y con trajes especiales pueden soportar eso y más, pero recordemos que Tom Cruise es un actor que simplemente lo hace por pasión y para tener más realismo en su actuación.
¿Qué otras escenas de riesgo de Tom Cruise recuerdas? Recuerda que Misión Imposible: La Sentencia Final se estrena este 22 de mayo en cines.
El primer taquillazo moderno del verano, la película “Tiburón” (Jaws) de Steven Spielberg, cumplen 50 años este 20 de junio.
En el verano de 1926 nadaba mar adentro, cerca de la Costa de Nueva Jersey, un tiburón joven de 2,7 metros de largo que brevemente desplazó a la Primera Guerra Mundial de los titulares de prensa en EE.UU.
Poco conocida entonces por la ciencia, esa criatura marina tendría posteriormente un enorme impacto en los anales de la cultura popular estadounidense, convirtiéndose en la estrella del primer taquillazo moderno del verano, la película “Tiburón” (Jaws) de Steven Spielberg, de cuyo estreno se cumplen 50 años este 20 de junio.
También hizo que el gran tiburón blanco fuese recordado cuando la Gran Guerra ya había sido olvidada.
Todo ocurrió entre el 1 y el 12 julio de 1916, cuando un tiburón blanco joven atacó a cinco personas en la costa este de EE.UU., matando a cuatro de ellas.
El animal protagonista de esta serie de ataques, entonces sin precedentes, creó terror mientras se desplazaba más de 100 kilómetros a lo largo de las playas del Atlántico en plena temporada vacacional.
La primera víctima fue encontrada en Beach Haven, Nueva Jersey. Recién graduado de la Universidad de Pensilvania, Charles Vansant, era hijo de un doctor de Filadelfia.
La noticia pasó casi desapercibida.
La gente que escuchó sus gritos en la playa pensó que estaba bromeando. Los científicos dijeron que un tiburón no tenía la “fuerza en la mandíbula” para atravesar los huesos humanos.
Fue el primer ataque mortal de un tiburón registrado en la historia de EE.UU. Sin embargo, no trascendió.
En el caso de la segunda muerte, unos bañistas encontraron un cuerpo mordido ensangrentado en la arena y salieron corriendo de la playa, gritando aterrorizados.
De repente, el “monstruo marino” saltó a la primera plana de The New York Times. Otro bañista horriblemente destrozado fue sacado del estuario de un río. La víctima falleció poco después.
Y otro hombre que intentó luchar con el tiburón también resultó muerto.
Los alcaldes de la zona negaron lo que estaba sucediendo, temiendo perder los ingresos en los balnearios turísticos, hasta que el miedo hizo que cerraran y que los políticos pidieran la ayuda de los científicos.
A un experto del Museo de Historia Nacional de EE.UU. le costó identificar la especie del asesino, pero finalmente dio con el “devorador” de hombres: Carcharodon carcharias, el gran tiburón blanco.
En una ola de pánico, hombres enfurecidos tomaron rifles y tridentes, lanzándose a cazar al tiburón. Finalmente, el escualo murió al atacar el bote de un hombre que lo mató, convirtiéndose en héroe.
¿Suena familiar? Es la verdadera historia de “Jaws” (“Tiburón”), la mítica película de Steven Spielberg de 1975.
En 1974, el escritor Peter Benchley trasladó la historia de los balnearios de Nueva Jersey a Amity, un lugar ficticio de Long Island, en su novela “Jaws”.
El tiburón de Benchley mata a cuatro personas, incluyendo una en un estuario. Un hombre lucha con el tiburón y muere. El alcalde niega lo que está sucediendo y protege los dólares del turismo hasta que el horror lo hace recurrir a un científico.
Al ictiólogo del acuario de Nueva York le cuesta identificar la especie hasta que da con el legendario “come hombres”, el Carcharodon carcharias, el gran tiburón blanco, y advierte a la gente sobre lo sucedido en 1916.
Grupos de hombres enardecidos lideran una caza del tiburón, que, finalmente, muere cuando ataca el bote de un hombre que termina siendo un héroe.
Cuando entrevisté a Benchley, me dijo que la novela surgió de su interés en los ataques de tiburones, incluyendo las proezas de Frank Mundus, un pescador deportivo de Long Island que atrapó un gran blanco de un peso récord de 1.554 kg.
Sin embargo, en un prólogo posterior de “Jaws”, Benchley se refirió a lo sucedido en 1916, enfatizando que los tiburones se quedaban en una sola zona, matando una y otra vez.
“Una y otra vez he asegurado en entrevistas que cada incidente descrito en ‘Jaws’… realmente ocurrió”, apunta Benchley.
Su novela fue una sensación cultural de alcance global.
Fidel Castro dijo que “Tiburón” representaba una metáfora sobre el capitalismo depredador.
Otros señalaron que se refería a Richard Nixon y el caso Watergate. El libro se mantuvo cerca del primer lugar en la lista de best-sellers de The New York Times durante 44 semanas.
Al siguiente verano, en 1975, Steven Spielberg lanzó “Jaws”, la película.
El papel del tiburón de la costa de Nueva Jersey fue interpretado por un monstruo gigante mecánico.
Y, a partir de entonces, salir a nadar nunca volvió a ser igual.
“Jaws” le dio a Hollywood su primer taquillazo de la temporada estival, sirviendo de modelo de negocio para otras películas.
Igualmente, inspiró algunas terribles películas de terror.
Y también horrorizó a los científicos expertos en tiburones, como George Burgess, de la Universidad de Florida, por representar falsamente al “gran blanco” como un vengativo cazador de humanos.
De hecho, los tiburones no atacan a las personas, excepto en contadas ocasiones.
Burgess apunta que la película inspiró decenas de torneos de pesca de tiburones en la costa este de EE.UU., donde los mataban “sin remordimientos”
En las últimas décadas los cazadores de tiburones han contribuido a diezmar casi todas las especies existentes.
Sin embargo, “Jaws” también provocó el crecimiento de un movimiento de conservación de los tiburones y los océanos, con mejor y mayor financiación para las investigaciones.
Y los científicos ahora difunden el concepto de que los tiburones son parte del medio ambiente para que no sean demonizados, dice Burgess.
Burges catalogó al responsable de los ataques de 1916 en el Registro Internacional Oficial de Ataques de Tiburón como un gran blanco, pero otros científicos dicen que fue un tiburón toro. Ese es un misterio que nunca se resolverá.
*Michael Capuzzo es periodista y autor de los best-sellers “Close to Shore” y “The Murder Room”. Esta historia se publicó originalmente en 2016 y fue actualizada con motivo del 50 aniversario de la película “Tiburón”.
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