
Llegó el momento de ver a Rusell Crowe peleando contra demonios en “El Exorcista del Papa”. Y aunque hemos visto varias películas de exorcistas, esta resalta por inspirarse en la historia real del sacerdote Gabriele Amorth.
La película sigue la historia del padre Amorth mientras investiga el caso de un niño que presuntamente está poseído. Sin embargo, mientras lo hace va descubriendo una conspiración que el Vaticano ha intentado mantener oculta por siglos.
Este sacerdote es originario de Italia y nació el 1 de mayo de 1925. Se ordenó como sacerdote católico en 1951 y se convirtió en exorcista oficial treinta años después, en junio de 1986.Ese mismo año realizó su primer exorcismo.
En 1985, el Cardenal Ugo Poletti, Vicario General de la Diócesis de Roma, lo nombró exorcista del Vaticano. De acuerdo a la Agencia Católica de Noticias, a lo largo de 30 años realizó unos 70 mil exorcismos.
Aunque ojo: eso no significa que exorcizara a 70 mil personas, pues a veces una misma persona podía necesitar de varias sesiones para ser “liberada” de sus demonios.
En 1990 fundó la Asociación Internacional de Exorcistas, organización que presidió hasta su retiro en el año 2000 con 75 años de edad.
De acuerdo a un artículo de Vanity Fair de diciembre del 2016, el Padre Gabriele Amorth insistía en que cualquiera que acudiera a él para un exorcismo, primero debía buscar la ayuda de la medicina tradicional y la psiquiatría.
“De cien personas que buscan mi ayuda, una o dos como máximo pueden estar poseídas”, explicó en su momento el padre al director William Friedkin, quien escribió el artículo de Vanity Fair.
Cualquiera pensaría que un exorcista del Papa y del Vaticano intentaría pasar desapercibido; sin embargo, el padre Gabriele Amorth se volvió una figura pública con el lanzamiento de varios libros sobre exorcismos.
Y más que contener documentos oficiales, estos se basan en sus experiencias y memorias con casos de exorcismos.
“¿Yo, miedo de Satanás? Es él quien debe tener miedo de mí. Yo trabajo en nombre del Señor del mundo. Y él es solo el mono de Dios”, escribió el sacerdote en uno de sus libros.
En una entrevista en 2006 con la Radio del Vaticano, Amorth causó polémica en todo el mundo al decir que creía que Adolf Hitler y Josef Stalin estuvieron poseídos por el demonio.
“Estoy convencido de que los nazis estaban poseídos por el diablo. Cuando uno piensa en las cosas que hicieron personas como Stalin o Hitler, ciertamente (ve) que estaban poseídos por el demonio. Esto se ve en sus acciones, en su comportamiento y en los horrores que cometieron”, rescata la BBC de esa entrevista.
También en 2015 llegó a decir que el Estado Islámico “es Satanás”. Dijo que el demonio entra “porque el mal se disfraza de varias maneras: política, religiosa, cultural; y tiene una fuente de inspiración: el diablo”.
En su libro de memorias lanzado en 2010, Gabriele Amorth afirmó que “Sí, también en el Vaticano hay miembros de sectas satánicas”.
Amorth murió a los 91 años el 16 de septiembre de 2016, poco tiempo después de ser hospitalizado por complicaciones pulmonares.
Si te quedas clavada con la historia real del exorcista del Papa, puedes buscar el documental “The Devil and Father Amorth” que se lanzó en 2017.
Está dirigido por William Friedkin, quien también realizó El Exorcista (1973), y muestra el noveno exorcismo de una mujer italiana que esta vez es realizado por el padre Gabriele Amorth.
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Un análisis de los detalles clave de la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno de Trump y sus implicaciones para Europa, América Latina y el mundo.
La Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump ha generado alarma entre los aliados más cercanos de Estados Unidos y marca un alejamiento dramático de los principios fundamentales de la política exterior estadounidense de décadas.
El documento de 33 páginas, divulgado por el gobierno hace unos días, presenta el mundo primordialmente como un escenario económico, resaltando los acuerdos bilaterales y el nacionalismo económico por encima del multilateralismo y la promoción de la democracia.
La estrategia refleja las “cepas más ideológicas” del gobierno de Trump, comentó el corresponsal de BBC News en el Departamento de Estado, Tom Bateman, en el podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC.
Esta también tiene implicaciones para América Latina, tanto en cómo se relaciona Washington con los cada vez más numerosos gobiernos de derecha, hasta la nueva versión de la Doctrina Monroe, que reafirma a la región como el “patio trasero” de EE.UU.
Igualmente impactante es lo que el documento omite, sin casi una sola crítica hacia adversarios tradicionales como Rusia y China.
En cambio, reserva el lenguaje más cargado para con Europa, lo que dio pie a la preocupación a lo largo de las capitales europeas.
Mientras que anteriores estrategias de seguridad nacional tendían a reafirmar los valores y prioridades compartidos de EE.UU. con los países europeos, este documento toma un giro diferente.
Europa será “irreconocible en 20 años a menos”, declara, por la acogida del continente a las instituciones multilaterales y sus políticas migratorias, que se han convertido en una influencia corruptora de la “identidad occidental”.
En esa sección, la estrategia crudamente declara que los estados de Europa enfrentan lo que llama la “eliminación civilizacional”.
Los líderes europeos han quedado, por lo menos en privado, “horrorizados” por el documento, dijo al podcast nuestro corresponsal en el Departamento de Estado.
“No están sorprendidos de que esta sea la postura ideológica de algunas partes del gobierno, pero verlo articulado dentro de un documento formal de política es bastante preocupante para ellos”, expresó.
La reacción en Europa de lado y lado del espectro político no se ha hecho esperar.
El diario francés de izquierda Le Monde catalogó el quiebre como un “divorcio”, señalando que marca una ruptura histórica con la era posterior al final de la Segunda Guerra Mundial
“El divorcio está finalizado, pendiente de la división de bienes”, escribe el diario en su artículo.
Más diciente aún en términos de la prensa francesa, indica el corresponsal Tom Bateman, es el comentario del diario conservador Le Figaro sobre la aparente contradicción de lo que afirma el documento sobre lo que llama la “pretensión del no intervencionismo” por un lado y, por el otro, el intervencionismo explícito en el caso de los países europeos.
La estrategia textualmente indica la intención de EE.UU. de cultivar la resistencia de los partidos de oposición en los países europeos. Eso implica apoyo a partidos de extrema derecha como el AfD en Alemania, el Partido Reforma en Reino Unido, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, entro otros.
Es un apoyo explícito a los movimientos políticos en Europa que abogan por un nacionalismo económico y una oposición férrea a la migración, que el documento tilda de “partidos patrióticos”.
La estrategia hacia Europa sería una repetición de cómo ha accionado el gobierno de Trump en relación con América Latina, opina el corresponsal de la BBC.
En Argentina, por ejemplo, menciona el rescate económico que Trump aprobó para el gobierno de Javier Milei días antes de que su partido enfrentara elecciones legislativas que definirían el futuro de su proyecto político.
“Eso fue interpretado por los opositores (de Milei) como una evidente interferencia por Estados Unidos”, expresó Tom Bateman.
Ese apoyo se repitió antes de las recientes elecciones en Honduras, cuando Trump indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, que cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico, al tiempo que manifestó su apoyo al candidato de derecha Nasry “Tito” Asfura.
Lo mismo se ha visto en Brasil, con los ataques de Trump contra los tribunales de ese país que condenaron al expresidente de corte “trumpista” Jair Bolsonaro por su intento de golpe tras haber perdido las elecciones en 2022.
La nueva estrategia realza al continente americano, referido como el “Hemisferio Occidental”, como un principal foco de la política exterior de EE.UU.
El gobierno quiere “asegurarse… de que la región permanezca estable y suficientemente bien gobernada para evitar y desalentar la migración masiva hacia Estados Unidos”, lee el documento.
La estrategia introduce la idea de un “corolario Trump” a la doctrina Monroe, posicionando la táctica del gobierno como una secuela a la política del presidente James Monroe en el siglo XIX afirmando la primacía de EE.UU. en el continente americano y repeliendo la interferencia de los poderes coloniales europeos.
El gobierno considera esta renovada atención como necesaria para contrarrestar la influencia de China en América Latina, señala nuestro corresponsal, a pesar de que China no está mencionada directamente en el documento.
China ha logrado obtener demasiada posición económica en la región, según Trump, aunque su insinuación de que está “operando” el Canal de Panamá no es literalmente verdad.
Los recientes esfuerzos diplomáticos, incluyendo la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a países latinoamericanos a comienzos de año, son una señal de la intención de Washington de reafirmar su dominio tanto económico como estratégico en la región.
Aunque la estrategia no se extiende en la dimensión militar de esta política, la campaña de bombardeos aéreos contra supuestos narcotraficantes en el Caribe y la presencia de múltiples acorazados y personal militar estadounidense frente a las costas de Venezuela subraya la amenaza del uso de fuerza militar.
El deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Europa ha sido aparente durante meses.
Una de las primeras señales de la actitud del gobierno de Trump hacia Europa se produjo en enero, cuando el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, emitió un cáustico ataque contra las democracias europeas, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el que reprendió a sus líderes por ignorar las preocupaciones de sus votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
Pero en la práctica, esta incómoda relación se ha desarrollado en otro escenario; la guerra en Ucrania.
El documento parece sugerir que Europa no ha entendido las dinámicas de poder que están en juego y que Estados Unidos debe invertir energía diplomática para estabilizar la región.
La Unión Europea está acusada de obstaculizar los esfuerzos de Washington por termina la guerra en Urania, según el documento, y que EE.UU. deber “restablecer una estabilidad estratégica hacia Rusia”, que a su vez “estabilizaría las economías europeas”.
El mensaje central es que Ucrania debería permanecer siendo un estado viable pero eso requiere reconocer la posición dominante de Rusia.
Donald Trump está “perdiendo la paciencia” con Europa y Ucrania, señala nuestro corresponsal.
“Está claro… la presión está sobre los europeos para que asientan a una postura que los ucranianos básicamente interpretan como una capitulación”, comentó en el podcast.
La tensión en torno a Ucrania ya se manifestó en momentos de alto perfil, incluyendo la reunión en el Despacho Oval de Trump y Vance con el presidente Volodymyr Zelensky en febrero, en la que tacharon al presidente ucraniano de “irrespetuoso” y “desagradecido”.
Los líderes europeos ahora enfrentan la realidad de que EE.UU. podría presionar para lograr un resultado mucho más preferencial para Moscú que para Kyiv.
Rusia recibió con beneplácito la Estrategia de Seguridad Nacional, describiéndola como “ampliamente consistente” con su visión.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional ya ha reconformado los debates en Washington y a lo largo de Europa.
Sus implicaciones para Ucrania, las relaciones EE.UU.-Europa y el orden global más amplio siguen desarrollándose.
Pero el documento deja una cosa inequívocamente clara: el gobierno de Trump pretende redefinir las prioridades de la política exterior de EE.UU. y espera que sus aliados se adapten a esa nueva realidad.
*Con información adicional del podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC
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