
Es increíble que la saga iniciada por Mciahel Bay ya vaya por su séptima entrega. Si tienes ganas de repasarlas todas antes de El despertar de las bestias, te decimos cómo ver Transformers en orden cronológico.
También hasta abajo te dejamos el orden en que fueron estrenadas en cines por si prefieres verlas así.
En realidad el orden de lanzamiento y el cronológico eran prácticamente el mismo hasta que se lanzó Bumblebee en 2018 y puso el desorden al desarrollarse 20 años antes que la película original.
Así que pa’que no te hagas bolas, ahí te va la lista:
Este es el primer spin off de la franquicia y nos lleva a la década de los 80 cuando vemos cómo Bumblebee llega a la Tierra y conoce a la humana Charlie Watson (Hailee Steinfeld). Se hacen amix y juntos descubren su lugar en el mundo.
En su momento se dijo que sería una especie de reboot de toda la franquicia, pero aún así toma lugar antes de todos los sucesos de las otras películas de Transformers.
Disponible en: Star+, Paramount+, Claro Video, HBO Max.
Así es, la película más nueva ocupa el segundo lugar en el orden cronológico de Transformers.
La trama se desarrolla en 1994, e involucra a un par de arqueólogos de Brooklyn quienes quedan en medio del conflicto entre tres facciones de Transformers: los Maximals, los Predacons y los Terrocons.
Disponible: actualmente en cines.
La película de Mcihael Bay que lo comenzó todo es la que sigue en este orden de Transformers.
Y es que tooodo en la trama grita que se desarrolla en 2007. Como recordarás, aquí vemos cómo Sam Witwicky (Shia LaBeouf), Mikela Banes (Megan Fox), y un grupo de Autobots, liderados por Optimus Prime, se enfretan a los Decepticons, quienes siguen a Megatron.
Dónde ver: Está en el catálogo fijo de Star+ o a la renta en Claro Video, Prime Video, Google Play y Apple TV.
Desde aquí el las películas de Transformers en orden cronológico coinciden con su orden de lanzamiento.
A pesar de que vemos un vistazo al año 17,000 antes de Cristo, la trama central de la película se desarrolla en 2009. Humanos y Autobots han creado una fuerza para capturar a los Decepticons restantes, peeeero todo se complica cuando aparece The Fallen (o El Caído), quien fundó a los Decepticons.
Vela en: Star+ o réntala en Claro Video, Google Play, Apple TV, o Prime Video.
Esta película todavía la dirige Michael Bay y aunque Sam sigue siendo el protagonista, es en esta parte de la cronología que dejamos de ver a Megan Fox en la franquicia.
Al inicio se nos muestra cómo un objeto que podría terminar la guerra entre Autobots y Depeticons choca en la Luna en 1961. Peeero nuevamente todo se desarrolla dos años después de la lucha anterior, o sea en 2011.
Aquí las cosas se ponen interesantes, pero extrañas. Autobots y Decepticons quedan en medio de una peligrosa carrera espacial entre EE.UU y Rusia con un acontemcimiento que amenaza con provocar una querra que ni los Transformers podrían detener.
Disponible en: Star+ o a la renta en Apple TV, Claro Video, Google Play o Prime Video.
La cronología de Transfomers se despide de Sam (Shia LaBeouf) y esta historia es protagonizada por Cade Yeager (Mark Whalberg).
Nuevamente tenemos un vistazo al pasado (65 millones de años atrás) peeero todo se desarrolla cinco años después que la anterior.
Aquí vemos a los Dinobots y a una reencarnación de Megatron, llamado Galvatron.
Dónde ver: Star+ o a la renta en Claro Video, Prime Video, Google Play y Apple TV.
Esta es la última vez que vemos a Michael Bay dirigiendo a los Transformers y marcó el regreso de Mark Whalberg.
Aunque no lo creas el inicio de la película nos lleva al 484 a.C. para mostrarnos cómo los Transformers fueron aliados del Rey Arturo, la trama se desarrolla cinco años después que la pasada.
Vemos cómo Optimus Pride regresa como Nemesis Prime (le lavan el cerebro) y representa una nueva amenaza. Así es como Yeager se une a Bumblebee y al mismísimo Anthony Hopkins para salvar la Tierra.
Disponible en: Star+, Paramount+ o réntala en Prime Video, Google Play , Claro Video o Apple TV.
Recuerda que El despertar de las bestias está actualmente en cines.

Un análisis de los detalles clave de la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno de Trump y sus implicaciones para Europa, América Latina y el mundo.
La Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump ha generado alarma entre los aliados más cercanos de Estados Unidos y marca un alejamiento dramático de los principios fundamentales de la política exterior estadounidense de décadas.
El documento de 33 páginas, divulgado por el gobierno hace unos días, presenta el mundo primordialmente como un escenario económico, resaltando los acuerdos bilaterales y el nacionalismo económico por encima del multilateralismo y la promoción de la democracia.
La estrategia refleja las “cepas más ideológicas” del gobierno de Trump, comentó el corresponsal de BBC News en el Departamento de Estado, Tom Bateman, en el podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC.
Esta también tiene implicaciones para América Latina, tanto en cómo se relaciona Washington con los cada vez más numerosos gobiernos de derecha, hasta la nueva versión de la Doctrina Monroe, que reafirma a la región como el “patio trasero” de EE.UU.
Igualmente impactante es lo que el documento omite, sin casi una sola crítica hacia adversarios tradicionales como Rusia y China.
En cambio, reserva el lenguaje más cargado para con Europa, lo que dio pie a la preocupación a lo largo de las capitales europeas.
Mientras que anteriores estrategias de seguridad nacional tendían a reafirmar los valores y prioridades compartidos de EE.UU. con los países europeos, este documento toma un giro diferente.
Europa será “irreconocible en 20 años a menos”, declara, por la acogida del continente a las instituciones multilaterales y sus políticas migratorias, que se han convertido en una influencia corruptora de la “identidad occidental”.
En esa sección, la estrategia crudamente declara que los estados de Europa enfrentan lo que llama la “eliminación civilizacional”.
Los líderes europeos han quedado, por lo menos en privado, “horrorizados” por el documento, dijo al podcast nuestro corresponsal en el Departamento de Estado.
“No están sorprendidos de que esta sea la postura ideológica de algunas partes del gobierno, pero verlo articulado dentro de un documento formal de política es bastante preocupante para ellos”, expresó.
La reacción en Europa de lado y lado del espectro político no se ha hecho esperar.
El diario francés de izquierda Le Monde catalogó el quiebre como un “divorcio”, señalando que marca una ruptura histórica con la era posterior al final de la Segunda Guerra Mundial
“El divorcio está finalizado, pendiente de la división de bienes”, escribe el diario en su artículo.
Más diciente aún en términos de la prensa francesa, indica el corresponsal Tom Bateman, es el comentario del diario conservador Le Figaro sobre la aparente contradicción de lo que afirma el documento sobre lo que llama la “pretensión del no intervencionismo” por un lado y, por el otro, el intervencionismo explícito en el caso de los países europeos.
La estrategia textualmente indica la intención de EE.UU. de cultivar la resistencia de los partidos de oposición en los países europeos. Eso implica apoyo a partidos de extrema derecha como el AfD en Alemania, el Partido Reforma en Reino Unido, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, entro otros.
Es un apoyo explícito a los movimientos políticos en Europa que abogan por un nacionalismo económico y una oposición férrea a la migración, que el documento tilda de “partidos patrióticos”.
La estrategia hacia Europa sería una repetición de cómo ha accionado el gobierno de Trump en relación con América Latina, opina el corresponsal de la BBC.
En Argentina, por ejemplo, menciona el rescate económico que Trump aprobó para el gobierno de Javier Milei días antes de que su partido enfrentara elecciones legislativas que definirían el futuro de su proyecto político.
“Eso fue interpretado por los opositores (de Milei) como una evidente interferencia por Estados Unidos”, expresó Tom Bateman.
Ese apoyo se repitió antes de las recientes elecciones en Honduras, cuando Trump indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, que cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico, al tiempo que manifestó su apoyo al candidato de derecha Nasry “Tito” Asfura.
Lo mismo se ha visto en Brasil, con los ataques de Trump contra los tribunales de ese país que condenaron al expresidente de corte “trumpista” Jair Bolsonaro por su intento de golpe tras haber perdido las elecciones en 2022.
La nueva estrategia realza al continente americano, referido como el “Hemisferio Occidental”, como un principal foco de la política exterior de EE.UU.
El gobierno quiere “asegurarse… de que la región permanezca estable y suficientemente bien gobernada para evitar y desalentar la migración masiva hacia Estados Unidos”, lee el documento.
La estrategia introduce la idea de un “corolario Trump” a la doctrina Monroe, posicionando la táctica del gobierno como una secuela a la política del presidente James Monroe en el siglo XIX afirmando la primacía de EE.UU. en el continente americano y repeliendo la interferencia de los poderes coloniales europeos.
El gobierno considera esta renovada atención como necesaria para contrarrestar la influencia de China en América Latina, señala nuestro corresponsal, a pesar de que China no está mencionada directamente en el documento.
China ha logrado obtener demasiada posición económica en la región, según Trump, aunque su insinuación de que está “operando” el Canal de Panamá no es literalmente verdad.
Los recientes esfuerzos diplomáticos, incluyendo la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a países latinoamericanos a comienzos de año, son una señal de la intención de Washington de reafirmar su dominio tanto económico como estratégico en la región.
Aunque la estrategia no se extiende en la dimensión militar de esta política, la campaña de bombardeos aéreos contra supuestos narcotraficantes en el Caribe y la presencia de múltiples acorazados y personal militar estadounidense frente a las costas de Venezuela subraya la amenaza del uso de fuerza militar.
El deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Europa ha sido aparente durante meses.
Una de las primeras señales de la actitud del gobierno de Trump hacia Europa se produjo en enero, cuando el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, emitió un cáustico ataque contra las democracias europeas, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el que reprendió a sus líderes por ignorar las preocupaciones de sus votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
Pero en la práctica, esta incómoda relación se ha desarrollado en otro escenario; la guerra en Ucrania.
El documento parece sugerir que Europa no ha entendido las dinámicas de poder que están en juego y que Estados Unidos debe invertir energía diplomática para estabilizar la región.
La Unión Europea está acusada de obstaculizar los esfuerzos de Washington por termina la guerra en Urania, según el documento, y que EE.UU. deber “restablecer una estabilidad estratégica hacia Rusia”, que a su vez “estabilizaría las economías europeas”.
El mensaje central es que Ucrania debería permanecer siendo un estado viable pero eso requiere reconocer la posición dominante de Rusia.
Donald Trump está “perdiendo la paciencia” con Europa y Ucrania, señala nuestro corresponsal.
“Está claro… la presión está sobre los europeos para que asientan a una postura que los ucranianos básicamente interpretan como una capitulación”, comentó en el podcast.
La tensión en torno a Ucrania ya se manifestó en momentos de alto perfil, incluyendo la reunión en el Despacho Oval de Trump y Vance con el presidente Volodymyr Zelensky en febrero, en la que tacharon al presidente ucraniano de “irrespetuoso” y “desagradecido”.
Los líderes europeos ahora enfrentan la realidad de que EE.UU. podría presionar para lograr un resultado mucho más preferencial para Moscú que para Kyiv.
Rusia recibió con beneplácito la Estrategia de Seguridad Nacional, describiéndola como “ampliamente consistente” con su visión.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional ya ha reconformado los debates en Washington y a lo largo de Europa.
Sus implicaciones para Ucrania, las relaciones EE.UU.-Europa y el orden global más amplio siguen desarrollándose.
Pero el documento deja una cosa inequívocamente clara: el gobierno de Trump pretende redefinir las prioridades de la política exterior de EE.UU. y espera que sus aliados se adapten a esa nueva realidad.
*Con información adicional del podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC
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