
¿Sientes un aire frío en tu espalda? Eso es porque cada vez está más cerca Stranger Things Temporada 5 y , efectivamente, se viene algo intenso para todos nuestros protagonistas.
Pero bueno, vamos por partes, que aquí te dejamos tooooodo lo que se sabe del final de esta serie y de la historia de Eleven, Mike, Will, Dustin, Lucas y compañía.
A través de TUDUM, el evento especial de Netflix, por fin se anunció la fecha de estreno de Stranger Things 5, que será dividido en tres partes:
¡Ve avisando que Navidad y el previo a Año Nuevo serán temáticos de la serie! La temporada final tendrá un total de ocho episodios y se dice que cada uno dura casi como una película.
Aunque el tío Netflix ya había lanzado un primer teaser, te dejamos a continuación el nuevo tráiler de Stranger Things 5:
Como puedes ver, el viaje que les espera parece más grande y complejo que cualquier cosa que nuestros nerds favoritos hayan enfrentado.
El personal militar ha tomado Hawkins, Indiana, y los Demogorgons lucen tan temibles como siempre, pero al menos la pandilla se apoya mutuamente. Y eso será clave mientras se enfrentan a lo que Vecna les tenga preparado en el capítulo final de la querida serie.
Antes del tráiler de Stranger Things 5, habíamos sobrevivido con este video detrás de cámaras donde el elenco comparte algunas impresiones sobre el final de la serie.
“Estamos saboreando cada momento”, dice Sadie Sink (que interpreta a Max).
Jamie Campbell Bower (que interpreta a Vecna) se burla diciendo que “la temporada 4 fue grande. La quinta temporada definitivamente se siente más grande”.
Finn Wolfhard comparte que está particularmente emocionado de filmar escenas “con los cuatro originales”: Will (Noah Schnapp), Lucas (Caleb McLaughlin), Dustin (Gaten Matarazzo) y Mike (Wolfhard), ahora que Will regresó con Hawkins en el final de la temporada 4. Pero “como cada temporada, nunca se sabe qué esperar”, dice McLaughlin.
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El 06 de noviembre, se reconfirmó que la serie terminará en 2025 y se lanzaron los títulos de los ocho episodios que pondrán fin a esta historia sobrenatural que inició en Hawkins, Indiana.
Te dejamos los títulos oficiales en inglés y en español, pa’que empieces a hacer tus propias teorías:
En estos meses apenas si hemos tenido pequeñísimos detalles de la historia de la última temporada patrocinados por los creadores, los hermanos Duffer.
Sin embargo, el video con el nombre de los episodios de Stranger Things Temporada 5 fue lanzado junto con la línea: “EN EL OTOÑO DE 1987, UNA ÚLTIMA AVENTURA COMIENZA”, indicando que en ese tiempo se desarrollará (o al menos iniciará) la última temporada.
Por si no lo recuerdas, la premisa de la temporada cuatro se desarrolla en marzo de 1986, por lo que el salto entre la cuarta y quinta temporada será de poco más de un año.
En su momento, los hermanos Duffer le dijeron a Collider que “Will tendrá un papel importante y (la temporada) se enfocará en su viaje”.
Ross Duffer añadió que todo los está preparando “para cerrar el círculo de regreso a la temporada 1” y no solo en el arco de Will, sino también de otros personajes como Steve y Nancy y su relación con Jonathan.
También con Variety comentaron que la cuarta temporada ayuda a llevar a fans a a una “nueva comprensión de nuestra mitología”. Esto tiene sentido si tomamos en cuenta que todo el asunto con Vecna vino a cambiar lo que pensábamos del Upside Down.
Otra cosa que podemos esperar, es que será un final con muchas emociones, pues platicando con The Wrap mencionaron que escribieron las bases de esta temporada durante la pandemia, lo presentaron a Netflix y no han vuelto ha mirarlo porque “es demasiado abrumador”.
Incluso, dijeron que durante la presentación a la plataforma vieron a “ejecutivos llorando a quienes nunca antes había visto llorar y fue salvaje”.
Si la cuarta ya nos hizo llorar, ¡¿qué nos espera con la temporada final?!
Como puedes ver en el detrás de cámaras, prácticamente todo el elenco original está de regreso.
Así que prepárate para ver de nuevo a Millie Bobby Brown (Eleven), Finn Wolfhard (Mike), Noah Schnapp (Will), Gaten Matarazzo (Dustin), Caleb McLaughlin (Lucas), Priah Ferguson (Erica), Natalia Dyer (Nancy), Charlie Heaton (Jonathan), Maya Hawke (Robin), Joe Keery (Steve), David Harbour (Hopper), Winona Ryder (Joyce) y a Brett Gelman (Murray).
Y sí, aunque todavía no sabemos qué pasará con el personaje de Sadie Sink (Max), podemos ver que la actriz también está de regreso.
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Pero ojo, ¡también tendremos nuevos personajes! Anteriormente ya se había confirmado la participación de Linda Hamilton, a quien seguro ubicas por ser Sarah Connor en la saga de Terminator. Aunque hasta ahora su rol sigue siendo un secreto.
El detrás de cámaras de Stranger Things Temporada 5 deja ver que también veremos a Nell Fisher, Jake Connelly y Alex Breaux.
En febrero del 2022, los hermanos Duffer publicaron una carta donde anunciaron que se acercaba el final de esta historia, pues comentaron que la temporada cuatro es “el inicio del fin”.
“Hace siete años, planeamos el arco argumental completo de Stranger Things. En ese momento, predijimos que la historia duraría de cuatro a cinco temporadas”, dice la carta. “Resultó demasiado grande para contarla en cuatro, pero, como pronto verán por sí mismos, ahora nos precipitamos hacia nuestro final”.
Así que tal y como lo dijeron, Stranger Things Temporada 5 representará el final para “una poderosa chica llamada Eleven y sus valiente amigos, un jefe de policía roto y una feroz mamá, de un pequeño pueblo llamado Hawkins y de una dimensión alterna conocida como el Upside Down”.

Sin embargo, a muchas nos llamó la atención que en la misma carta los directores dicen que “Todavía hay historias emocionantes que contar en el mundo de Stranger Things; nuevos misterios, nuevas aventuras, nuevos héroes inesperados”, mencionan.
En entrevista con Variety, confesaron que sí tienen una idea para un spin off de Stranger Things, pero que todavía no la han escrito y no se la han contado a nadie.
“Creemos que todos –incluyendo a Netflix– estarán muy sorprendidos cuando escuchen el concepto, porque es es muy, muy diferente”, compartieron.
Nuestra mente ya está haciendo toda clase de teorías, pero los creadores dicen que ya hay alguien que adivinó su idea: el actor Finn Wolfhard . Así que prácticamente es la única persona que hasta ahora sabe qué podríamos ver en el futuro de este universo interesante, pero muy extraño.

También se revelaron los planes para una serie animada producida por los hermanos Duffer.
Y desde diciembre del 2023 Hawkins llegó al teatro con el estreno en Londres de Stranger Things: The First Shadow, obra oficial y precuela que nos lleva a Hawkins en 1959.
La trama se basa en una historia creada por los Duffer y sirve como una historia de origen para lo que vemos en la serie, pues muestra a Joyce Buerts, Jim Hopper y el querido Bob Newby en su juventud, y al temible Henry Creel (a quien conocimos en la cuarta temporada).

Hasta 7 naciones o territorios en el Caribe están dando apoyo logístico al ejército estadounidense en su despliegue militar.
La creciente campaña de presión militar del presidente estadounidense Donald Trump sobre Nicolás Maduro en Venezuela cuenta con la oposición de muchos líderes latinoamericanos, pero el apoyo logístico de varias naciones en el Caribe.
En el arco geográfico que va de República Dominicana a Trinidad y Tobago han surgido distintos aliados a la “Operación Lanza del Sur” de Estados Unidos con roles disímiles.
El enorme despliegue de fuerzas militares de la primera potencia del mundo necesita todo tipo de asistencia: pistas de aterrizaje, puntos de abastecimiento, radares en puestos avanzados, maniobras o campamentos para sus soldados. También misiones de reconocimiento o espacio para almacenar equipos.
En agosto de este año, Trump ordenó el envío de tres buques de guerra de la Armada al Caribe Sur para interceptar embarcaciones sospechosas de transportar drogas que salían de Venezuela. Hasta la fecha Estados Unidos realizó más de 20 ataques contra estos botes en aguas internacionales, que causaron la muerte de más de 80 personas.
Desde entonces, el despliegue acumula en aguas de la región al menos 12 buques de guerra, un submarino nuclear, aviones, helicópteros y drones, además dos portaviones: el USS Gerald R. Ford y el Iwo Jima. Se cree que el número de efectivos militares supera ya los 15.000.
“En general, es probable que los aliados en el Caribe proporcionen vigilancia, logística o apoyo de contingencia, siendo la República Dominicana la nación que más explícitamente lo está haciendo”, le dice a BBC Mundo Evan Ellis, profesor e investigador de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
“Pero todos evitarán ser puntos de lanzamiento de ataques ofensivos, a menos que las circunstancias cambien”, añade.
Washington asegura que su objetivo es frenar el tráfico de drogas hacia EE.UU., pero tanto Caracas como numerosos observadores creen que lo que se pretende es forzar un cambio de gobierno en Venezuela.
De hecho, la mayor parte del tráfico de drogas que los carteles latinoamericanos envían al norte el pasa por el Océano Pacífico oriental -el 74% de los envíos según la DEA- y no es ahí donde se concentran ahora mismo las operaciones militares.
“El hecho de que la administración Trump presente las operaciones antidroga como un acto de autodefensa nacional marca un giro profundo en la política exterior estadounidense”, afirma Björn Beam, responsable de Investigación Tecnológica y analista geopolítico senior de la firma Arcano Research.
Beam explica que al declarar un “conflicto armado” contra actores no estatales que operan desde territorio venezolano, Washington ha difuminado la frontera entre la lucha contra el terrorismo y el cambio de régimen.
“El resultado es una operación jurídicamente flexible, que podría evolucionar desde ataques limitados en el mar hasta acciones selectivas en tierra, todo ello sin necesidad de contar con la aprobación del Congreso”, añade.
Hasta el momento, además de Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, República Dominicana y Trinidad y Tobago le han dado acceso a EE.UU. a sus infraestructuras, pero hay más.
Estas son hasta la fecha las islas y territorios que están dando cobertura al ejército estadounidense:
Aruba, Curazao y Bonaire están a 80 kilómetros de Venezuela. Son territorios de ultramar que pertenecen a los Países Bajos y aunque poseen un estatus especial y de autogobierno, su uso para cualquier ataque requeriría, en teoría, autorización del país europeo.
Estados Unidos tiene una base de operaciones avanzada en Curazao y una más pequeña en Aruba. Su misión, según fuentes oficiales, es la detección y monitoreo aéreo de presuntas actividades de narcotráfico aéreo y marítimo.
En sus conversaciones con diplomáticos y altos rangos del ejército, Ellis nota nerviosismo.
“Creo que parte de su preocupación radica en que si Venezuela percibe que apoyan militarmente a Estados Unidos, podría dirigir operaciones contra ellos. Aunque probablemente Maduro no sería tan insensato, hay inquietud ante un posible escenario como este”, dice el experto militar.
Hace tan solo unas semanas, el portal de monitoreo aéreo Flightradar24 documentó la presencia de bombarderos estadounidenses sobrevolando el espacio aéreo entre Aruba y Curazao.
A 11 kilómetros de la costa este venezolana, estas islas son las más cercanas a Venezuela y por lo tanto las más expuestas. Durante mucho tiempo han sido uno de los países más perjudicados por el flujo de migrantes venezolanos y las actividades de diferentes grupos criminales.
El gobierno de Kamala Prisad-Bisisier -que asumió en mayo- ha mostrado posiciones muy proestadounidenses desde el principio. En sus primeros meses al frente del país, se reunió con el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, para estrechar lazos y favorecer el intercambio de datos de inteligencia militar.
Recientemente el gobierno de Trinidad y Tobago recibió buques de guerra estadounidenses y facilitó entrenamiento de fuerzas especiales de Estados Unidos. Prisad-Bisisier confirmó que infantes de marina estadounidenses operan en el aeropuerto de Tobago, trabajando en una pista, en una carretera y que están instalando y modernizando un radar. Además, varios aviones militares han usado la isla para reabastecerse de combustible.
El gobierno justifica el proyecto como parte de la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico en sus aguas.
“Han apoyado mucho la operación de las fuerzas estadounidenses y ven con buenos ojos la presencia de infantes de marina en el territorio, pero han dejado muy claro que, a menos que Venezuela los ataque, no se lanzarán operaciones ofensivas estadounidenses desde su territorio. Esa es la línea trazada”, explica Ellis.
Es otro de los países que se ha visto gravemente afectado por el flujo de drogas, el crimen organizado y la migración en la región y es el que más abiertamente ofreció apoyo logístico a la “Operación Lanza del Sur”.
Desde la primera administración de Trump, el gobierno de Luis Abinader siempre ha estado muy alineado con Washington. República Dominicana se beneficia enormemente del turismo que llega desde Estados Unidos y del acceso al mercado estadounidense a través del Tratado de Libre Comercio CAFTA-DR.
“Esta lucha contra el narcotráfico constituye una prioridad para su administración [la de Trump], por tratarse de una amenaza que afecta la estabilidad nacional y regional”, afirmó Abinader.
“Esta lucha es esencial para proteger a nuestras familias y para preservar la estabilidad. Ningún país puede ni debe enfrentarla sin aliados”, añadió.
En medio de la escalada con Venezuela, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, visitó República Dominicana y firmó una serie de acuerdos, que incluían el uso militar de zonas restringidas de la Base Aérea de San Isidro y del Aeropuerto Internacional de Las Américas.
Además, República Dominicana permite el reabastecimiento de combustible a naves estadounidenses, traslado de equipos y de personal técnico a través de su territorio.
“A Abinader le interesa la cooperación de Trump para contener el problema de Haití, pero la estrategia de las autoridades de República Dominicana de posicionarse como un aliado clave de Washington responde a la ambición de tener un papel más importante en los asuntos regionales”, estima el profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
“Por ejemplo, recientemente, el país solicitó integrarse como miembro asociado de Caricom, un espacio clave para el comercio y la cooperación de las naciones del Caribe, lo que aumentaría considerablemente su cooperación en temas como el intercambio de información de inteligencia contra el crimen organizado”, dice Ellis.
El apoyo a las operaciones de Estados Unidos se presenta como temporal, técnico y limitado, enfocado en reforzar vigilancia aérea y marítima contra el crimen organizado transnacional.
La distancia entre la isla de Granada y Venezuela es de aproximadamente 145 km en línea recta a través del mar Caribe.
EE.UU. solicitó instalar equipos de radar y personal técnico de forma temporal en el Aeropuerto Internacional Maurice Bishop. Ellis señala que esta solicitud se remonta al mandato de Biden o incluso antes, pero al parecer está siendo efectiva ahora.
“Como parte de la lucha contra el narcotráfico, Granada necesita un radar para su aeropuerto que le dé visibilidad sobre vuelos con posibles cargamentos. El ejército estadounidense estaba de visita, pero no ha trascendido públicamente si era para la instalación o se llevaron a cabo conversaciones técnicas que ayuden a instalarlo”, afirma Ellis.
Washington es uno de los principales socios comerciales de Granada. El país se beneficia de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), que otorga entrada libre de aranceles a muchos de sus productos.
Granada y Estados Unidos han firmado varios tratados para facilitar la cooperación policial y el intercambio de información y el ejército de EE.UU. ha proporcionado capacitación y equipo a las fuerzas de seguridad granadinas.
Los dos territorios estadounidenses, que se encuentran aproximadamente a 800 kilómetros de Venezuela, se están utilizando para albergar personal militar y brindar apoyo logístico a las operaciones.
Según una investigación gráfica realizada por la agencia Reuters, la estación naval estadounidense Roosevelt Road -una antigua base de la Guerra Fría clausurada en 2004- se encuentra en proceso de modernización, con la repavimentación y la ampliación de las pistas, en las que ya están operando aeronaves de gran tamaño, como el gigantesco Boeing C-17 Globemaster, usado por las fuerzas estadounidenses para el transporte rápido de tropas y de suministros.
Además, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció una zona de vuelo restringida que afectará el espacio aéreo frente a la costa sureste de Puerto Rico desde el 1 de noviembre de 2025 hasta el 31 de marzo de 2026.
Esto facilitaría las operaciones militares de alta intensidad cerca del Aeropuerto José Aponte de la Torre. Allí han sido desplegados los cazas F-35 de última generación movilizados por el Pentágono y se han visto operaciones de aviones de combate y transporte.
En estas instalaciones se queda la mayor parte del personal terrestre.
También hay registro de aviones militares en el Aeropuerto Henry E. Rohlsen de Islas Vírgenes, que funciona como plataforma operativa y logística para despliegues regionales.
En Saint Croix, la mayor de las Islas Vírgenes estadounidenses, se aloja personal militar adicional en el “Man Camp” de Port Hamilton Refining and Transportation (PHRT).
Y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) reportó que la Base Naval que Estados Unidos tiene en la Bahía de Guantánamo (Cuba) ha aumentado el número del personal militar estacionado permanentemente.
Todo este progresivo aumento de fuerzas lleva a una pregunta. Si hay una operación de Estados Unidos, ¿cuál es el punto en el que se lanzararía?
“Cualquier operación se lanzaría desde múltiples puntos. Personalmente, creo que podríamos ver ataques terrestres limitados antes de una operación de derribo importante”, cree Ellis.
“Si hubiera ataques terrestres limitados, probablemente provendrían de misiles estadounidenses, tal vez los misiles Tomahawk. Porque Venezuela aún tiene algunas defensas aéreas bajo su control. No son las mejores, pero los sistemas rusos S-300, por ejemplo, representan una amenaza para las aeronaves de Estados Unidos”, añade.
Por eso, cree el experto, no se lanzarían los F-18 de los portaaviones mientras esas defensas aéreas siguieran funcionando.
“Quizás podríamos ver el despliegue militar de algunas Fuerzas de Operaciones Especiales en el terreno, pero si tuviera que adivinar, diría que los ataques iniciales serían con misiles, simplemente porque es la forma más segura de hacerlo”.
“También se podrían lanzar misiles desde submarinos, ya que con un submarino se puede llegar relativamente cerca. Pero si se realizara una operación mayor, probablemente se necesitarían múltiples bases”.
Según el CSIS, las fuerzas estadounidenses comprometidas actualmente son insuficientes para un desembarco anfibio o una invasión terrestre. Esto requeriría al menos 50.000 soldados. “Sin embargo, los recursos aéreos y navales acumulados en los últimos tres meses han proporcionado suficiente potencia de fuego al Caribe para lanzar ataques aéreos y con misiles contra Venezuela”, explican los expertos del think tank.
Mapas por Caroline Souza y diseño de imagen por Daniel Arce, del Equipo de periodismo visual de BBC Mundo
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