La nueva película del MCU no solo tiene grandes peleas, escenas de acción impresionantes y un nuevo y poderoso personaje. Lo más relevante de Thunderbolts* es que pone bajo el foco un tema que generalmente pasa desapercibido en el cine de superhéroes: la salud mental.
Claro que ya habíamos visto referencias con Iron Man, Thor o Matt Murdock / Daredevil o con Wanda Maximoff.
Sin embargo, y como dice Florece Pugh en las notas de producción de la película, “cuando piensas en películas de superhéroes, constantemente imaginas personajes con poderes increíbles que pueden hacer estas cosas asombrosas todo el tiempo”.
“Creo que es valiente que Marvel haya empezado a explorar el funcionamiento interno de los personajes y a ver lo que deben superar para estar siempre a la altura. Es interesante ver cómo esa presión afecta sus mentes y cómo les afecta internamente, porque al final, simplemente son personas con superpoderes”, añade la actriz que da vida a Yelena Belova con su primera aparición en Black Widow (2021).
Desde la primera escena de Thunderbolts*, vemos cómo Yelena lucha con un sentimiento de saltar al vacío y olvidarse de todo, algo con lo que en menor o mayo medida podemos sentirnos identificadas.
Así es como la salud mental es central en la trama y se aborda también la importancia de tener una red de apoyo o enfrentar nuestros traumas para seguir adelante.
Antes de ahondar más, una amable advertencia: si no has visto Thunderbolts*, te recomendamos regresar después, pues esta nota contiene spoilers sobre la trama.
La película no solo muestra el nacimiento de un nuevo equipo de héroes, sino que en el centro vemos una conversación sobre cómo a veces sentimos un vacío en nuestro interior y no sabemos cómo llenarlo o qué hacer para que desaparezca. Y aunque la “salida fácil” sea dejarte llevar por ese vacío, esa no es la respuesta.
Sin nombrarlas explícitamente, a través de todos los antihéroes que conforman este peculiar equipo podemos ver condiciones como la depresión, la ansiedad o el trauma y lo fácil que es dejarnos llevar por ellas.
El ejemplo más claro es el del misterioso Bob, cuyo nombre real es Robert Reynolds y se nos dice que antes de participar en el experimento de Val fue diagnosticado con algunas condiciones mentales que nunca recibieron atención, pero que se intensifican después del procedimiento.
Esto genera la aparición de The Void o El Vacío, una personalidad que parece consumir todo lo que está a su paso bajo una emoción desoladora y quien también puede hacer que sus “enemigos” revivan sus más grandes traumas.
Así es como The Void es una forma de materializar cómo se podría ver una condición mental como la depresión que arrasa con todo lo que se le atraviesa.
Pero no solo es el caso de Bob, pues ese sentimiento de vacío también se puede ver en el resto de los personajes.
Yelena perdió a su hermana Natasha y el resto de su familia se desintegró tras esa pérdida. Para ella lo más importante había sido tener esa familia, pero ahora en medio de la soledad siente que ha perdido su propósito y no sabe qué hacer.
Tampoco se siente a la altura de ser una heroína, pues como lo muestran los poderes de Bob, uno de sus más grandes arrepentimientos es ser una asesina desde que era niña.
John Walker / US Agent pasó de ser “el nuevo Capitán América” a ser detestado por la gente y hasta a ser visto como una amenaza debido a sus violentas acciones. Además, su esposa lo abandonó, por lo que ahora también se encuentra solo.
Y ni nos hagan seguir con Bucky, que ese muchacho ha vivido demasiados eventos canónicos en sus más de 100 años de edad (lavado de cerebro, perder a su mejor amix varias veces, matar a personas estando bajo control mental… ¿de verdad necesitamos seguir?)
“En el corazón de esta película se encuentra una historia muy humana sobre cómo cada persona atraviesa estas pruebas en su vida y mira dentro de sí misma para enfrentar el trauma de su pasado”, resume el productor ejecutivo Brian Chapek en las notas de producción de Thunderbolts*.
Desde hace varios años es muy clara la necesidad de hablar en distintos espacios de temas de salud mental y es bastante importante que películas tan populares y globales como las de Marvel también participen en ello.
Y es que al dejarnos ver que los héroes también son vulnerables y necesitan de una red de apoyo, ayudan a desestigmatizar las enfermedades y condiciones mentales, al mismo tiempo que alientan a las personas a buscar ayuda.
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En la conferencia virtual con el elenco, Lewis Pullman (Bob/Sentry/The Void) remarcó esta importancia al recordar que aún hoy en día temas como la depresión o la ansiedad “no son un tema agradable de hablar”, pero es necesario.
“Se siente raro incluso decirlo en voz alta ahora mismo. Pero creo que ese era un gran objetivo en esta película. Quería decir: ′Bueno, deshagámonos de esa extraña sensación de inquietud que te da al mencionarlo’, porque de eso se trata esta película… Es en el silencio donde realmente surge el sufrimiento“, añadió el actor.
De hecho, algo de lo más conmovedor en Thunderbolts es ver cómo este grupo de inadaptados logra derribar sus propios muros mentales al encontrar una familia en el equipo.
No solo lo decimos por Bob, quien queda rodeado en un enorme abrazo mientras lucha con The Void. Sino que también para el final de la película, Yelena ha logrado llenar ese vacío que siente por dentro y entiende que es algo que no logró sola.
Si bien es su triunfo, estuvo acompañada de otras personas que, aunque quizás no la entendían del todo, no la dejaron sola en ese vacío.
Al final, el director Jake Schreier y el resto del equipo y elenco logran hacer una película con acción y heroísmo, pero que al mismo tiempo ahonda en el trauma interno, la depresión y la necesidad de sentirte parte de algo.
Recuerda que Thunderbolts* está ahorita en cines.
México celebrará el 1 de junio una elección única en el mundo en la que se elegirá a los jueces del país. ¿Qué está en juego con este proceso?
A las 8 de la mañana de este 1 junio, en México se iniciará una votación única en el mundo.
Cien millones de electores están habilitados para participar en la elección de los ministros de la Suprema Corte, magistrados regionales y jueces de distrito, en un tipo de comicios que no existe en ningún otro país.
Bolivia, el país con el sistema de votación de jueces más parecido, solo abre la elección a la ciudadanía para los cargos de los altos tribunales. Otros países, como EE.UU., limitan la votación a la elección de algunos jueces estatales.
En México, la elección por voto popular de todos los miembros de la judicatura se convirtió en una de las banderas políticas más importantes del movimiento político Cuarta Transformación (4T) del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante su gobierno (2018-2024), López Obrador planteó la idea de “democratizar” al Poder Judicial para que fueran los ciudadanos los que eligieran directamente a sus integrantes. Los votos en el Congreso, sin embargo, no lo favorecían.
No fue hasta la abrumadora victoria que consiguió la coalición de la 4T en 2024, en la que la presidenta Claudia Sheinbaum fue electa, que la coalición gobernante obtuvo los escaños suficientes para impulsar una reforma judicial constitucional.
Para quienes la apoyan, es un esquema pionero que abre al escrutinio social las decisiones y la actuación de los jueces de todos los niveles, dando a la ciudadanía el poder de destituirlos si no hacen bien su trabajo.
Para los críticos, es una amenaza a los contrapesos que el Poder Judicial ejerce frente al Ejecutivo y el Legislativo, que tiene el potencial de abrir las puertas a jueces que respondan a poderes fácticos, incluido el crimen organizado.
“Para mí ha sido un gran reto intelectual tratar de entender la reforma sin prejuicios”, le dice a BBC Mundo la analista mexicana Viri Ríos, doctora de la Universidad de Harvard especializada en políticas públicas y gobierno.
“Estamos viviendo un momento trascendental en la historia de México. Y es un momento para cuestionarnos muchos de los dogmas sobre los que yace la democracia liberal”, añade.
Para la académica, a partir de la votación del domingo, Sheinbaum y el movimiento de la 4T podrían ser señalados por el desempeño del Poder Judicial.
“Es el inicio de un momento muy complejo para la coalición gobernante, porque anteriormente el Poder Judicial no funcionaba bien, pero nadie atribuía esa disfuncionalidad a una coalición política. Se le atribuía al propio Poder Judicial”, advierte.
“Pero del 1 de junio en adelante, se va atribuir a la coalición gobernante. Porque ellos crearon esta fórmula y promovieron la idea de que se iba reducir la impunidad a partir de esta reforma”.
El analista político Héctor Alejandro Quintanar, por su parte, dice que la nueva etapa del Poder Judicial mexicano va más allá de la disputa política actual en el país.
“Yo creo que lo que está en juego rebasa a la Cuarta Transformación. Es la idea de que ahora vivamos en una etapa de México más politizada donde el voto ciudadano toma otra dimensión y otro papel”, señala el también profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Es verdad que el Poder Judicial es un contrapeso al Ejecutivo y al Legislativo, pero pareciera que el Judicial no tiene contrapesos en sí mismo. Y es aquí donde entra la variable del voto ciudadano que sí puede convertirse en uno y en un paso a la eliminación de sus élites”, sostiene.
Aunque el objetivo de la reforma judicial es la renovación total del Poder Judicial a través del voto popular, el Congreso estableció que esta se realizaría de forma escalonada.
Por ello, a nivel federal, el domingo solo se elegirán 386 jueces y la mitad de los magistrados de circuito (464).
La Suprema Corte de Justicia de la Nación sí se renovará por completo, pero ahora en lugar de tener 11 integrantes tendrá 9.
También se votará por dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, la cual tiene otros cuatro integrantes. Se renovarán la totalidad de las 15 magistraturas de las salas regionales de dicho tribunal.
Y los votantes elegirán a los cinco magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, el nuevo organismo que controlará el desempeño de jueces, magistrados y ministros.
En 19 de los 32 estados del país, se elegirá a los jueces locales (casi 1.700), además de celebrarse elecciones a alcaldías y otros cargos locales.
De esta manera, habrá ciudadanos que recibirán hasta 13 papeletas de votación para llenar.
Con reglas muy estrictas para las campañas, conocer los perfiles de los cientos de candidatos que concurren a las elecciones ha sido un reto mayúsculo.
Una estimación del Instituto Nacional Electoral (INE), que organiza la elección de jueces federales, señaló que los ciudadanos tardarán unos 9 minutos en seleccionar a sus candidatos.
Y en México, votar no es obligatorio, lo que se ha reflejado en el abstencionismo en elecciones pasadas como la presidencial (38%, en promedio) y mucho más en las intermedias (47%) y consultas populares (82%).
De ahí que la participación este 1 de junio se anticipa baja. El INE prevé que acudan entre el 8% y el 15% de los votantes.
La autoridad electoral también ha ordenado detener la distribución de “acordeones”, unas tarjetas que presuntamente han repartido funcionarios y operadores de partidos políticos que indican a los ciudadanos a qué candidatos elegir.
La reforma judicial fue uno de los temas más relevantes de las elecciones de 2024, con la coalición gobernante de la 4T (Morena-PT-PVEM) haciendo una férrea defensa de sus beneficios, frente a las críticas de los partidos de oposición y de un importante bloque de los actuales ministros, jueces y funcionarios del Poder Judicial.
Estos últimos insistieron en que el objetivo último de la reforma de López Obrador era “apoderarse” de la Suprema Corte y otros tribunales que durante su gobierno declararon inválidas reformas de leyes e iniciativas de todo tipo, desde nacionalización energética hasta cambios en las elecciones.
Hubo protestas y duros debates en el Congreso en los que los detractores de la reforma advertían que los puestos de juzgador requieren la especialización de la carrera judicial y que abrirlos a la elección popular permitiría la entrada de jueces que respondieran a los intereses de los partidos políticos, los grupos económicos o el crimen organizado.
“Defensorxs”, una organización que revisó los perfiles de candidatos que compiten en las elecciones del domingo, identificó a 19 aspirantes de “alto riesgo” por sus posibles vínculos con narcotraficantes o por señalamientos de violencia y corrupción.
La oposición también denunció que la mayoría absoluta de la coalición de la 4T dejaría bajo su control la aprobación de las candidaturas, que vinieron de propuestas del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, pero que finalmente pasaron por el filtro del Congreso.
También advirtieron de que el país tendría una mala imagen en el extranjero, por ejemplo a ojos de las calificadoras financieras que evalúan el riesgo de inversión en países sin independencia judicial.
“Para mí es un engaño para la ciudadanía. No van a elegir a sus jueces y magistrados. Falso”, dijo esta semana el ministro de la Suprema Corte Javier Laynez, uno de los principales críticos de la reforma.
“Lo señalé desde el principio, hay un riesgo de cooptación de la justicia federal y local. No les gusta que alguien les diga esto está mal hecho, esto es ilegal, esto es inconstitucional”, señaló en entrevista con la cadena Radio Fórmula.
Entre quienes rechazan la reforma, en los últimos días se abrió un debate sobre asistir o no a las urnas para participar en el proceso. El ministro Laynez dijo que no habrá garantías del buen conteo de votos, por lo que él no votará.
Otros consideran que no participar no ayudará en nada en el objetivo de revertir la reforma judicial o para contar con ministros y jueces que hagan de contrapeso frente a las decisiones de los otros poderes.
López Obrador argumentó durante mucho tiempo que el Poder Judicial era “ajeno” a los intereses del pueblo y que abrirlo a una votación le permitiría “limpiarse, purificarse”.
Al sucederlo, la presidenta Sheinbaum continuó con la defensa de los cambios, argumentando que el modelo pasado le permitía nominar a los jueces de la Suprema Corte y que la coalición de la 4T tenía la mayoría para aprobarlos, por lo que su objetivo no era controlar el Poder Judicial.
“Las personas que vayan a votar van a decidir quién va a estar en el Poder Judicial. Y quienes resulten triunfadores en esta elección, que resulten elegidos por el pueblo, elegidas, pues van a responder al pueblo. Esa es la gran diferencia”, dijo la presidenta mexicana el miércoles.
La creación de un tribunal para vigilar la actuación de jueces, aseguran desde el bloque de la 4T, permitirá detectar casos de corrupción y sancionar a los juzgadores como nunca antes.
Para una parte de los analistas del país, la elección del Poder Judicial ya ha superado la discusión de sus pros y contras, ya que para que la oposición pudiera revertirla debería conseguir una mayoría parlamentaria.
De esta manera, el país avanza hacia un escenario inédito.
Viri Ríos señala que la coalición de la 4T ha promovido este cambio constitucional como uno que va a “reducir la impunidad” del país y si eso no ocurre, los malos resultados ya no serán solo atribuidos al propio Poder Judicial. “Se van a atribuir a la coalición gobernante. Porque ellos crearon esta fórmula”, sostiene.
Desde su perspectiva, el nuevo Poder Judicial será un reflejo del país, igual que lo son los otros poderes.”¿Va a haber narcotraficantes que sean jueces? Hagamos un ejercicio de honestidad intelectual: ¿hay presidentes municipales que le responden al narco en México? Claro que sí, hay cero dudas”.
“Cuando a mí me dicen que se va a destruir al Poder Judicial prístino y profesional que teníamos, pienso ‘¿En qué país vive esta gente?'”, añade.
Quintanar, por su parte, argumenta que la previsible baja participación en las elecciones del domingo no será un reflejo del rechazo ciudadanos a la reforma judicial, pues esta ya fue validada con la abrumadora votación de 2024 a favor de la coalición gobernante. En su opinión, se abrirá un nuevo espacio de escrutinio de los ciudadanos a un Poder Judicial que tradicionalmente estaba cerrado.
“La reforma judicial y la votación del domingo por supuesto que son ampliamente criticables. Va a ser complicado para el ciudadano por las boletas y los candidatos a elegir, tiene mucho de perfectible. Pero la democracia es así”, considera.
“Yo creo que lo que está en juego rebasa a la Cuarta Transformación. Es la idea de que ahora vivamos en una etapa de México más politizada, en la que el voto ciudadano toma otra dimensión y otro papel”.
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