Uno de los villanos más populares del mundo de los superhéroes está de regreso. El Joker (o Guasón, pa’los cuates) tendrá una nueva película de Todd Phillips y aquí te dejamos todo lo que sabemos hasta ahora Joker Folie à Deux, incluyendo el nuevo tráiler.
La primera película fue un éxito tanto con la crítica como en taquilla. Es por eso que no causó ninguna sorpresa cuando se confirmó su secuela con el regreso de Joaquin Phoenix como el personaje principal. Sin embargo, internet enloqueció todavía más cuando Lady Gaga se integró al reparto.
Aunque ya teníamos un primer teaser que fue lanzado desde CinemaCon 2024 en Las Vegas. Ahora, la productora lanzó el primer tráiler donde vemos un poco más del regreso de Joaquin Phoenix como Joker, pero también el esperado papel de Lady Gaga como Harley Quinn.
Por lo que podemos ver desde el inicio del tráiler de Joker 2, esta secuela se desarrolla dos años después que la primera.
Con el lanzamiento del póster de la película se confirmó que el estreno en México de Joker 2 es el jueves 03 de octubre. Eso significa que la secuela sale cinco años después de la primera. ¡¿En qué momento?!
Y sí, será un lanzamiento exclusivo en cines y posteriormente será lanzada en la plataforma Max.
Los detalles de la trama siguen siendo muy secretos; suponemos que sabremos más con el lanzamiento del tráiler. Sin embargo, el título ya nos dice algo muy revelador y es que la frase “Folie à Deux“ es de origen francés y hace referencia a la “locura compartida por dos personas”.
Si consideramos eso y que Lady Gaga será coprotagonista dando vida a Harley Quinn, es aceptable decir que veremos una trama enfocada en el encuentro y desarrollo de una relación entre ambos.
En la historia original, la Dra. Harleen Quinzel era psiquiatra del manicomnio Arkham, donde conoce al Joker y se enamora de él.
La sinopsis oficial de Joker 2 dice: “Arthur Fleck está institucionalizado en Arkham esperando juicio por sus crímenes como Joker. Mientras lucha con su doble identidad, Arthur no sólo tropieza con el verdadero amor, sino que también encuentra la música que siempre ha estado dentro de él”.
En realidad, desde antes de que Lady Gaga firmara para la secuela, ya se hablaba de que la película sería un musical.
Sin embargo, la noticia resurgió desde finales de marzo cuando algunos medios especializados, como Variety, traían la exclusiva de que Joker Folie à Deux tendrá un montón de canciones.
Variety menciona que son al menos 15 reinterpretaciones de canciones bastante conocidas con la posibilidad de tener algunas canciones originales.
Sin embargo, la actriz Zazie Beetz le dijo a Variety en junio del 2023: “Creo que la gente se sorprenderá. No creo que vaya a ser lo que esperan, en cuanto a que sea un musical”.
Durante CinemaCon 2024, el director Todd Phillips dijo que “la música es un elemento esencial” en Joker 2, pero eso es algo que también importó mucho en la primera película.
“Usamos la música para completarnos, para balancear las fracturas que tenemos”, complementó el director.
Como ya mencionamos, Joker 2 es protagonizada por Joaquin Phoenix, quien regresa como Arthur Fleck/Joker. Su contraparte será Lady Gaga, quien da vida a Harleen Quinzel/Harley Quinn.
También estará de regreso Zazie Beetz, que en 2019 dio vida a Sophie, la hermosa vecina de Arthur con la que se obsesiona.
Aunque no sabemos a qué personajes interpretan, también veremos a Brendan Gleeson (The Banshees of Inisherin), Catherine Keener (Being John Malkovich), Harry Lawtey (The Pale Blue Eye) y Jacob Lofland (Maze Runner).
Aunque estas palabras estén incluidas en el diccionario de la Real Academia Española, eso no significa que pertenezcan a la norma culta.
Si necesitas saber lo que es una azotehuela, parrillar, un pósnet, rapear, un sérum, tutti frutti o yuyu, desde diciembre pasado lo puedes consultar en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia y de la Asociación de Academias de Lengua Española.
Más sorprendente puede ser descubrir que también están en el diccionario palabras como “almóndiga”, “toballa” o “murciégalo”.
Desde que existe una versión electrónica del DLE (como se conoce el diccionario), cada año se publican nuevas incorporaciones. En 2024, se llegó a la actualización 23.8 o, lo que es lo mismo, la octava actualización de la vigésima tercera edición, publicada en 2014.
Estas actualizaciones afectan tanto a nuevas palabras, como a la incorporación o revisión de acepciones, etimologías… sin que haya un número exacto estipulado. En la última edición supuso más de cuatro mil novedades (entre incorporaciones, modificaciones y supresiones); el número de entradas en el diccionario asciende a 94 mil.
El Diccionario de la Lengua Española es un diccionario de uso: para determinar si un término está asentado y podría incorporarse, existen bancos de datos que proporcionan sus datos exactos, como es el caso del CORPES XXI. Esto permite hacerse una idea de si está extendido el término.
En ese caso, al comprobar que una voz está suficientemente implantada al aparecer en el corpus con un número significativo de casos, ya sea en una zona geográfica, o en un estilo concreto, se incluye en el diccionario. Pero no siempre lo más documentado es lo más culto.
La Real Academia justifica la inclusión de los términos con el siguiente criterio de uso:
“El diccionario es una herramienta para entender el significado de las palabras y expresiones que se emplean en textos actuales y antiguos de las numerosas áreas hispanohablantes y de los distintos registros”.
¿Por qué, entonces, pueden preguntarse los lectores, no se incluyen neologismos como “juernes” (voz coloquial usada en España procedente de un cruce entre jueves y viernes, en la que se aplica al día jueves la característica del viernes de ser víspera de festivo) o “brillibrilli” (objeto con un brillo especial)?
De nuevo, lo amplio de su uso es el criterio esgrimido por la Academia:
“Trata el diccionario de recoger exclusivamente las palabras y acepciones de nueva creación que se consideran extendidas y asentadas en el uso de los hablantes. De ahí que muchos neologismos de creación muy reciente no generalizados deban esperar para poder incorporarse al diccionario”.
Lo que más suele llamar la atención de las voces registradas en el diccionario son aquellas vulgares o coloquiales, entendiendo por estas los usos ajenos a la norma culta, porque puede parecer que no son adecuadas a este tipo de obras.
El hecho de ser un diccionario de uso hace que en él tengan cabida voces que son incorrectas o se consideran “vulgarismos”. Pero incluirse en el diccionario no significa que deje de ser vulgar: es importante distinguir entre “estar incluido en el diccionario” (cualquier voz que aparezca en él) y “pertenecer a la norma culta” (uso perteneciente a un estilo cuidado).
Abreviaturas, como vulg. (vulgar) o coloq. (coloquial) nos informan del estilo al que corresponde su uso.
Muchos de los vulgarismos incluidos se mantienen porque fueron incluidos en el pasado:
“En general, solo se pueden encontrar en el diccionario algunos de los vulgarismos que se incluyeron en siglos pasados y que hoy, como mucho, siguen usándose en niveles de lengua bajos. Así, almóndiga entró en la primera edición del diccionario (en 1726), donde ya se consideraba una variante corrupta y sin fundamento de albóndiga”.
Otros, en cambio, son más recientes, como la palabra “conchudo”, que se introdujo en 1992 con esta definición: “2. adj. coloq. Am. Sinvergüenza, caradura”.
Por esta razón, la entrada para almóndiga es la siguiente:
almóndiga 1. f. desus. albóndiga. U. c. vulg. .
Se marca que es femenino (f.), pero también vulgar (vulg.) y en desuso (desus.), es decir, no pertenece a la norma culta, la misma indicación hecha en el Diccionario panhispánico de dudas:
“No debe usarse la forma almóndiga, propia del habla popular de algunas zonas”.
Aun así, tanto ha corrido el rumor de que estaba “admitido”, que la RAE se pronunció al respecto para aclarar que ni se ha incluido en el diccionario en época reciente, ni pertenece al lenguaje culto.
Por su parte, la palabra “cocreta” nunca se ha integrado en los diccionarios académicos, salvo en el Diccionario panhispánico, aunque advirtiendo de que “Es errónea la forma cocreta, usada a veces en la lengua popular”.
Tampoco ha estado en los diccionarios académicos fragoneta, que no está documentada en el CORPES XXI.
Otro ejemplo interesante es murciégalo, forma que “entró ya en 1734 como variante válida e incluso preferida de murciélago (…) y fue solo en ediciones posteriores cuando adquirió la marca de vulgar y desusada, según fue cayendo en desuso en la lengua culta general”.
Algo similar ocurrió con asín, también vulgar, de la edición de 1770 o toballa, en desuso.
Almóndiga, murciégalo, toballa o asín están en el diccionario aunque no pertenecen a la norma culta. Tampoco lo están brillibrilli o juernes, por no hallarse todavía suficientemente documentados. Si algún día se incluyeran, probablemente lo harían como coloquialismos, por lo que no pertenecerían a la norma culta, es decir, no estarán aceptados, aunque estén registrados.
*Amalia Pedrero González es profesora titular de lengua española de la Universidad CEU San Pablo, España.
Este artículo fue publicado en The Converation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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