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La salud viene en TODAS las tallas: qué es la gordofobia y cómo dejarla atrás
La salud viene en TODAS las tallas: qué es la gordofobia y cómo dejarla atrás
Fotos: Instagram Meg Boggs, Ces Bravo, Isabel Sesma, Megan Jayne, Ruby Rare, Minority Bodies
6 minutos de lectura

La salud viene en TODAS las tallas: qué es la gordofobia y cómo dejarla atrás

La gordofobia nos puede atravesar de muchas maneras: desde el prejuicio a los cuerpos gordos, hasta el miedo de "subir de peso".
17 de febrero, 2023
Por: Ana Estrada y Mayra Zepeda

¿Cuántas veces en tu vida has tenido miedo de engordar? ¿Qué palabras te dices cuando subes de peso? ¿Has felicitado a alguna persona porque “se ve más delgada”? ¿Alguna vez has pensado que alguien es “demasiado gordo” para hacer algún deporte o ejercicio? ¿Qué harías si acudes a una nutrióloga y la persona que entra al consultorio es gorda?

No todos los cuerpos gordos están enfermos, ni todos los cuerpos delgados son sanos. Ese pensamiento constante y persecutorio es la clara muestra de la gordofobia que nos atraviesa en muchísimos niveles de nuestras vidas.

Y pues… ya basta, ¿no crees? Es decir, basta de ser tan duras con nosotras mismas y nuestros cuerpos. De recriminar los rollitos en la cadera o nuestra barriga, los brazos gordos y los muslos que se rozan al caminar y hacen que tus pantalones se desgasten más rápido.

¿Qué es gordofobia?

La psicóloga Cecilia Bravo lo explica perfecto y claro: la gordofobia es discriminación a cuerpos gordos.

“Es miedo a engordar, que te molesten los cuerpos gordos, tratarlos diferente. Por lo general comentarios como “es por salud” son la mejor excusa para poder hablar del cuerpo de otras personas cuando no tienes por qué hablar del cuerpo de otra gente”, nos cuenta en entrevista Ces, quien trabaja en el Instituto de Psicoalimentación.

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¿Te has cachado a ti mismo diciendo: “es que la gente gorda TIENE que bajar de peso por salud”? Aguas con esa premisa. “La salud es multifactorial”, nos explica Rosario La Nutri Rox, nutrióloga que se especializa en mindful eating.

¿Qué es eso de “multifactorial”? Que abarca varios aspectos: desde salud mental, el cómo alguien se relaciona con otras personas, salud física, etc.

“Una persona saludable se relaciona adecuadamente con la gente, es una persona que puede realizar sus actividades sin impedimentos o dolencias, una persona que a nivel bioquímico -perfiles de sangre, bioquímicos- están bien; una persona cuyo sistema cardiovascular se encuentra en buen estado; que su salud mental está bien”, dice.

Si lo ponemos así, ya va cambiando la perspectiva y nos ayuda a vislumbrar que la salud viene en todas las tallas.

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Y en este sentido, Cecilia Bravo tiene un punto importante: “muchas veces tenemos la idea de que un cuerpo delgado es un cuerpo sano y un cuerpo gordo es enfermo y no. Puede haber personas con cuerpo normativo y tener algún tipo de trastorno. Es muy peligroso, no sabes los problemas que puedes ocasionarle a alguien si le dices “te ves más delgada”, siempre se festeja el cuerpo delgado, pero no sabes qué hay detrás”.

Chécate este video de Mara Jiménez:

¿Qué hago para alejarme del camino de la gordofobia?

Ambas expertas coinciden en que es un trabajo que va de adentro hacia afuera. Fíjate bien, ¿en qué momento “te sale” esa molestia a los cuerpos gordos (¡o a tu propio cuerpo!)?

Cuando piensas en bajar de peso o hacer ejercicio, ¿piensas en modificar tu cuerpo desde un lugar de odio? ¿Crees que la delgadez puede traerte felicidad? “Cuando empiezas a hacer cambios desde la aceptación —me gusta mi cuerpo, estoy en paz— es más sencillo y es un trabajo más llevadero. Las dietas tradicionales hacen que satanices la comida”, dice Rosario.

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Y hay algo bien importante: la comida sólo es comida. No es buena, no es mala, sólo está ahí. Partamos de eso para dejar de ser nuestros propios enemigos, “tienes que unirte a tu cuerpo, reconciliarte, resignificar eas cosas que igual y no te encantan“, dice Ces Bravo.

Híjole… ¿pero cómo reconciliarme conmigo?

En eso se especializan las expertas como Rosario: en la neutralidad corporal.

A ver, haz un ejercicio: párate frente al espejo y ve qué parte de ti sí te gusta. Si no encuentras nada, tranqui, respira, puede ser un momento para pedirte perdón por no gustarte y avanzar.

Es hacer las paces con tu cuerpo poco a poco, primero concentrarte en aspectos pequeñitos porque, muchas veces, ver todo tu cuerpo de una jalón puede resultar abrumador.

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Cecilia propone enfocarse en una sola cosa, “vemos esa parte, la conocemos, le agradecemos, pedimos perdón por tantas críticas porque nosotros somos los primeros en criticarnos y juzgarnos. Partimos de eso: no vas a ser tu enemigo. Tienes que unirte con tu cuerpo, reconciliarte, resignificar esas cosas que igual y no te encantan”.

Rosario también trabaja la “conciencia plena” o mindfulness, “esto es para que dejes de ser una con tus pensamientos y emociones, de tal manera que cuando tus pensamientos te empiecen a castigar, atormentar, a maltratar, tú puedas apartarte de ese diálogo interno y lo puedas cambiar. Empiezas a hacer una serie de cambios de adentro hacia afuera”.

Es importante permitirte sentir esas emociones y luego soltarlas.

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Eso nos lleva al siguiente paso: despedirse de la “mentalidad de la dieta”.

Tanto Cecilia como Rosario explican que la cultura de la dieta te puede hacer sentir muy mal y el cambiar algo de tu cuerpo nunca será suficiente, así te deshagas de 3 o 10 kilos.

“Puedes comenzar a hacer detox de redes sociales y dejes de seguir cuentas que te hacen comenzar la dieta todos los lunes, que te llevan a hacer ejercicio de una manera poco saludable, no por el gozo de mover tu cuerpo, sino para quedar de esta manera, para alcanzar el estereotipo que siempre nos han vendido”, dice Rosario.

Pts, pts: ¿Qué tan cierto es eso de que a las mujeres les cuesta más trabajo bajar de peso que a los hombres?

La regla en esto es: si te hacen sentir mal contigo, ¡mándalas a la goma!

Lo creas o no, seguir cuentas que promueven la diversidad corporal, ver a personas gordas haciendo ejercicio y dejar de alimentar tu mente con puras cosas fit puede ser un gran paso para aceptarte a ti y aceptar a otras personas con cuerpos diferentes.

Algunas cuentas de Instagram que nos inspiran muchísimo:

Por supuesto: ¡Ces Bravo! Todos los días aprendemos de amor propio y salud mental con ella.

 

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Rosario ‘La Nutri Rox’ nos ayuda a tirar muuuchos mitos alrededor de la alimentación y las dietas y nos guía en un proceso de amor propio y de aceptar nuestro cuerpo de una forma muuuuuuuy divertida.

¡Ruby! Esta morra queer habla de sexo y amor propio.

 

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Megan Jayne Crabbe: para hablar de amor propio, discapacidad, aceptación y cuerpos no normativos.

Isabel Sesma: la modelo mexicana muy norteña que habla de aceptación radical (e imparte talleres).

 

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Minority Bodies es una cuenta para apreciar la diversidad de cuerpos: en todos los tamaños, todos los colores, con discapacidad. Es una cuenta preciosa.

Meg Boggs nos sorprende TO-DOS-LOS-DÍAS. Es fuerte, atlética, una mamá amorosa y fuertísima.

 

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Imagen BBC
Qué es “futtitinni”, la filosofía de los sicilianos para que la vida sea más liviana
5 minutos de lectura

Un concepto sencillo, nacido en la isla del Mediterráneo, puede cambiar cómo ves lo cotidiano.

14 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

“En Sicilia tenemos una palabra mágica con un sabor propio: Futtitini“, cuenta el actor italiano Giusepppe Capodicasa en un video de BBC Reel.

“No es una mala palabra, es una bendición”, declara.

Recordemos que en Sicilia se habla italiano como en el resto de Italia, pero suena distinto porque detrás hay siglos de historia trenzada en la lengua.

Antes de que el italiano se adoptara como la voz común del país, los sicilianos ya hablaban el siciliano, una lengua romance marcada por las sucesivas conquistas y dominaciones de la isla: griegos, árabes, normandos, españoles… cada uno dejó alguna huella en el acento y en las palabras.

Cuando el italiano estándar empezó a imponerse en el siglo XIX, no borró esa base, sino que se mezcló con ella.

Por eso, aunque alguien como Capodicasa, quien se identifica “100% siciliano”, habla italiano, se notan tonos, giros y palabras que vienen de esa mezcla antigua.

Futtitinni es una de esas palabras.

Una que, según Capodicasa, encierra “una filosofía de vida, una forma de concebir nuestra existencia”.

Futtitinni… cuán hermoso suena”, dice el filósofo siciliano Pietro Briguglio, pronunciando la palabra gustosamente.

“Cuando la dices, descargas un peso que tenías y quedas ligero”.

El término está muy presente en el lenguage común pues “se presta a ser usado en muchas situaciones”, afirma Briguglio.

Podría entenderse como “no te preocupes demasiado”, “déjalo pasar”, y su sentido se mueve entre “no te amargues”, “no te enredes” -o el mexicano “no te claves”, el colombiano “no te compliques”, el caribeño “no te calientes la cabeza” o el sureño “no te hagas drama”.

Pero según Capodicasa, “es más matizado, más elegante”.

¿Elegante?

La raíz de futtitinni es el verbo siciliano futtíri, que no es particularmente elegante: es una manera vulgar de decir “copular”.

Proviene del latín futūere, que en español evolucionó como ‘follar’, esa forma coloquial para hablar de las relaciones sexuales que aún se escucha en España.

Decoración con baldosas, y floreros repletos de limones y naranjas sicilianas
Getty Images
Una expresión tan típica como sus cítricos y baldosas.

En siciliano, así como ocurrió en muchas lenguas romances con verbos de origen sexual, futtíri se ha amplió a significados figurados como engañar, fastidiar, robar o tomarse libertades, dependiendo del contexto.

De ahí que futtitinni tenga un matiz entre despreocupado y un poco irreverente, algo así como “que te importe un carajo”, pero con ese tono siciliano que lo vuelve más filosófico que agresivo.

Y es que no se trata de que nada importa, ni de eludir problemas o responsabilidades, ni siquiera de resignación.

Futtitinni no es superficialidad”, aclara Capodicasa. “Es la capacidad de atravesar las situaciones de la vida con conciencia y ligereza”.

En ocasiones, llama a desprenderse de lo inmutable y seguir viviendo plenamente, como explica el sitio web Entendiendo a Italia.

En esos casos, sirve para para consolar un amigo ante una decepción, para sobrellevar un revés económico, o simplemente para poner en perspectiva un incidente cotidiano.

Es además una herramienta existencial, que sirve para separar lo esencial de lo superfluo, para no cargar con cada contrariedad, y priorizar lo que de verdad importa.

Futtitinni encierra una modo de enfrentar la adversidad con ligereza, dignidad e incluso humor… un sentido que los sicilianos tienen muy desarrollado.

Como notó el político y escritor romano Cicerón, ya en el siglo I a. C., los sicilianos eran “una raza inteligente, pero desconfiada y dotada de un maravilloso sentido del humor”.

“Por terrible que sea una situación, los sicilianos siempre tienen un comentario ingenioso que hacer al respecto”, añadió.

Esa cualidad los ha acompañado a lo largo de sus 3.000 años de historia, a menudo difíciles de sobrellevar.

Solo adoptando una actitud reflexiva, observa Il Italoamericano, pudieron superar la constante tentación de convertirse en figuras trágicas.

Esa actitud se expresa en esa exhortación que los sicilianos usan cuando las cosas se vuelven demasiado abrumadoras: futtitinni.

Y, aunque la palabra existe en dialecto siciliano desde hace generaciones, en los últimos años ha tenido un resurgir notable.

Competiciones de memes, camisetas con la inscripción “Futtitinni“, artículos y blogs que rescatan su significado como “pedagogía de lo esencial”.

Futtitini, una revolución

Imagen de mujer con problemas mecánicos del auto
Getty Images
Desesperante… pero futtitinni.

Futtitini “no es superficialidad, sino el arte del discernimiento”, señala Francesco Mazzarella en la revista Paese.

Aclara que ese arte del discernimiento es el “que distingue entre lo urgente y lo ruidoso, entre lo que nos edifica y lo que nos consume”.

Explica que cuando un siciliano dice futtitinni, a menudo está diciendo:

“No dejes entrar en tu corazón aquello que no merece habitar allí”.

“No le des poder a quien quiere quitarte el aliento”.

Para Mazzarella, el tradicional término no sólo no ha perdido relevancia sino que, en esta época en la que todo exige atención, y “cada opinión se convierte en guerra, cada imperfección en fracaso (…), futtitinni se ha convertido en revolución”.

Invita a practicar “el buen desapego”, a despreocuparse por lo periferal y centrarse en lo realmente importante.

“¿Tu pareja te dejó?… quizás no era la ideal. ¿Perdiste tu trabajo?… tómatelo como un nuevo comienzo”, ejemplifica Capodicasa.

“Hay quienes hacen yoga, meditación, respiran con el diafragma. Hay quienes van a India a encontrarse a sí mismos”, dice Capodicasa.

“En Sicilia hacemos todo esto con una sola palabra.

“Se dice que un viejo sabio, mientras explicaba las leyes de la filosofía siciliana a un joven discípulo, en cierto momento se detuvo, lo miró a los ojos y le dijo:

“Hijo, si no puedes cambiar lo que te hace sufrir, entonces futtitinni“.

Quizás ese sabio, al pronunciar la palabra, hizo el gesto típico que suele acompañarla para enfatizar: levantando la mano de abajo hacia arriba, como arrojando las preocupaciones al aire.

La intención es distender, dejar de enfocarse en lo negativo.

“La vida te estresa… tómatela con calma.

“Atascado en el tráfico… Paciencia”…

línea
BBC

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