Luego de que Javier Milei, presidente de Argentina, señalara a diversas escritoras de su país en una campaña de desprestigio, el grupo editorial Penguin Random House, en su edición en español, expresó en un comunicado su apoyo a las autoras que fueron atacadas por el gobierno.
Penguin Random House señaló que el gobierno de Milei impulsa una campaña de censura contra varias escritoras en el país.
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Entre las autoras mencionadas por el presidente se encuentran Dolores Reyes, Gabriela Cabezón Cámara y Aurora Venturini.
Los señalamientos se deben por el contenido de sus libros donde la vicepresidenta de Argentina, Victoria Eugenia Villarruel, mencionó que las autoras utilizan palabras como “degradación” e “inmoralidad” para referirse a una serie de libros identificados desde el gobierno.
En un post desde su cuenta en X, la vicepresidenta tomó dos fragmentos del libro Cometierra (editorial Sigilo, 2019) de la autora Dolores Reyes.
Villarruel dijo en un post que las y los ciudadanos de la provincia de Buenos Aires no merecen la degradación e inmoralidad que Axel Kicillofok, gobernador de esa ciudad, les ofrece tras distribuir la colección de libros “Identidades Bonaerenses” en las escuelas.
“Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!!”, señaló la vicepresidenta en su cuenta de X.
La discusión surgió una vez que Kicillofok distribuyó la colección de títulos “Identidades Bonaerenses”, la cual se compone de más de cien títulos de ficción y no ficción de diferentes escritores.
“Identidades Bonaerenses” fue distribuida por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires en el mes de septiembre en diferentes escuelas.
De acuerdo con el gobierno de dicha provincia la distribución de los libros texto se hizo en 2 mil 350 escuelas secundarias, 443 técnicas, 195 institutos de formación docente y técnica, 600 bibliotecas municipales y populares, 135 centros de investigación e información educativa, 517 escuelas y centros secundarios de adultos y 99 instituciones en contexto de encierro.
La colección reúne diversas obras literarias que ocurren en el territorio de la provincia de Buenos Aires y reafirma, según el gobierno de esa ciudad, “el valor de la lectura como herramienta clave de inclusión y aprendizaje”.
Ante esto, el gobierno ultraderechista del presidente Javier Milei inició una campaña de desprestigio para que se ordene el retiro de la colección de libros de las bibliotecas escolares de la ciudad de Buenos Aires.
En su comunicado Penguin Random House señaló que ante los ataques recibidos, editoriales y autores llamaron a firmar una declaración en apoyo y defensa de las autoras señaladas.
La Dirección de Cultura y Educación de Buenos Aires mencionó en la presentación de su colección literaria que forma parte de una política pública que tiene el propósito de mostrar la diversidad y riqueza de Buenos Aires por medio de diferentes y enriquecedoras narrativas.
Entre los objetivos está el aportar a la discusión sobre la identidad bonaerense, desde el conurbano a las sierras, pasando por la costa y el interior.
“Hay potentes historias que contar y memorias que recuperar, y todas nos hacen sentir orgullo de nuestra tierra”, aclaró la publicación.
Por su parte, Penguin Random House respaldó a sus autoras y en un post en su red social de Instagram.
“Todo nuestro apoyo y cariño a las autoras afectadas por la campaña de desprestigio estos días”, señalaron.
Además, recordaron a la autora Gabriela Cabezón Cámara quien, recientemente, resultó ganadora de la quinta edición del Premio Fundación Medifé Filba 2024.
“Es momento de leer, releer, recomendar y respaldar el trabajo literario de estas autoras formidables. Simplemente, no van a poder con ellas”, añadió el grupo editorial.
Falleció la actriz a quien se considera en México como inspiradora del cineasta Luis Buñuel. En su carrera se cuentan más de 100 películas y decenas de obras de teatro.
“Yo escogí a Buñel, no él a mí”. De eso presumía hace años la actriz mexicana Silvia Pinal.
“Me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él y lo logré”, dijo en una entrevista concedida al diario La Jornada.
Se trató de una declaración sorprendente que se recuerda ahora tras su muerte.
Pinal contaba la historia de cómo se filmó Viridiana, en 1961, una de las obras maestras del cineasta español y la primera cinta mexicana que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Pinal murió este 28 de noviembre a los 93 años en Ciudad de México donde estaba hospitalizada desde el 21 de noviembre por una infección urinaria.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lamentó el fallecimiento de la actriz a la que definió como “parte de la memoria cultural de México”.
“Muchas generaciones de mexicanas y mexicanos crecimos admirándola”, escribió Sheinbaum en sus redes sociales.
En la autobiografía de Pinal, Ésta soy yo. Silvia Pinal, la actriz recordaba que la filmación fue una especie de regalo de bodas de su entonces marido, el empresario Gustavo Alatriste.
La pareja viajó a España para contactar a Buñuel, a quien encontraron en su pueblo natal Calanda, en la provincia de Teruel. Pinal los presentó.
“¿Y él quién es, productor, director?”, preguntó. La actriz respondió: “No, don Luis, es mi marido y es mueblero”.
Intrigado, Buñuel insistió: ¿por qué un vendedor de muebles quería hacer cine?
“Porque me ama”, fue la respuesta. “Ah”, dijo el director. “Es una muy buena razón”.
Alatriste pagó 150 mil pesos de entonces al cineasta por la película. Ése fue el regalo de bodas para su esposa.
Y Viridiana es la cinta por la que más se la recordará y la que la consagró como actriz.
A Silvia Pinal se le consideraba “la última gran diva de México” y entre las razones para la definición destacan las películas Viridiana, El ángel exterminador y Simón del Desierto.
Fue una de las actrices que más filmó con el cineasta español.
En México la llamaban “la musa de Buñuel”.
Pinal nació en en 1931 en el puerto de Guaymas, Sonora, en el noroeste del país.
Por el trabajo de su padre, un exmilitar, vivió en varios lugares antes de asentarse definitivamente en Ciudad de México, donde a los 14 años consiguió su primer empleo como secretaria en un laboratorio farmacéutico.
En 1948, debutó en su primera película con un papel pequeño en Bamba, y a partir de ese momento filmó más de 100 cintas en México y otros países.
Silvia Pinal fue una actriz versátil: lo mismo interpretó a una ingenua chica consentida de familia adinerada, que a mujeres seductoras en busca de conquistar hombres millonarios.
En su filmografía abundan las comedias ligeras o de estilo comercial, con las que obtuvo varios reconocimientos y la volvieron muy popular en México.
De acuerdo con especialistas tuvo un papel central en el estilo de cine que nació en la década de los 50 y cuyo tema más frecuente fueron historias desarrolladas en las ciudades, a diferencia de otros períodos cuando los guiones se basaban sobre todo en la vida del campo.
Fue un contexto distinto que requería, también, de otro tipo de actrices.
“Más que campo, arrabal o barrio debían sugerir una sensualidad más sofisticada, desbordante”, escribió el historiador Felipe Mera en la revista Veredas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Era una imagen que causaba controversia.
En 1961, por ejemplo, el gobierno de España encabezado por Francisco Franco prohibió la exhibición de Viridiana después de que el diario italiano L’Osservatore Romano la calificó como “blasfema”.
Pinal contaba que las autoridades españolas ordenaron confiscar todas las copias de la cinta, pero amigos de la actriz enterraron en su jardín un par y ella misma llevó a México de contrabando otras tres.
Por eso fue posible que Viridiana se exhibiera en América Latina.
Aunque en México muchos destacan especialmente la belleza de Silvia Pinal, también hay otros momentos que ahora se recuerdan.
Uno de ellos es el período entre 1991 y 2000 cuando la actriz fue sucesivamente diputada federal, asambleísta del Distrito Federal y senadora, postulada siempre por el entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En ese lapso impulsó algunas legislaciones que tuvieron poco éxito, como una propuesta para endurecer sanciones a la reventa de boletos de espectáculos, y modificaciones a la Ley de Cinematografía.
Además fue secretaria general de la Asociación Nacional de Intérpretes, la Asociación Nacional de Actores y promotora de obras musicales en teatros del país.
También protagonizó varias polémicas. En 2000 tuvo que exiliarse durante casi un año en Miami, pues en México fue acusada de malversar fondos de la Asociación Nacional de Productores de Teatro (Protea), que ella fundó.
El aspecto personal de la última diva de México no fue tan exitoso.
Durante varios años Silvia Pinal padeció un glaucoma que le obligó a cancelar presentaciones y alejarse durante un tiempo de los escenarios.
Pero lo más grave ocurrió con su familia. Una de sus hijas, la cantante de rock Alejandra Guzmán, estuvo a punto de morir por complicaciones de una cirugía plástica mal practicada.
Antes, en 1982, había muerto otra de sus hijas, Viridiana, de 18 años de edad, en un accidente automovilístico en Ciudad de México.
Cinco años después falleció su nieta en la piscina de su casa. La niña de 2 años se llamaba igual que su tía.
Fue una de las mayores paradojas para la actriz: Viridiana, el nombre que representó la gloria en su carrera, fue también el mayor dolor en su vida.
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