Frijola es una lomita que fue adoptada por la mexicana Laura Juliana, quien la tomó de inspiración para crear a Perrito Feminista, un personaje que no tolera la violencia de género ni el machismo.
Tiene cuatro patas y su pelaje es color blanco y negro. Siempre porta un paliacate verde o morado en el cuello, porque está a favor del feminismo y el aborto.
Rumbo al 8 de marzo, en Animal MX platicamos con Laura Juliana, la creadora de Perrito Feminista. Nos contó la historia de Frijola, la inspiración de este proyecto de ilustración que trata temas como aborto, patriarcado, tabúes sexuales, maternidad deseada, entre otros.
Laura Juliana es creativa en Perrito Feminista (@perrito_feminista), el cual surgió en 2018 y que en un inicio tomó como referencia a los perritos en general, Snoopy y la obra de teatro Nuestra venganza es ser felices (2018), en la que colaboró con los aspectos visuales y las redes.
Sin embargo, todo cambió cuando conoció a Frijola, la perrita que adoptó, pues ahora el trazo que define al proyecto digital está inspirado en ella.
“Me hubiera gustado mucho ver una caricatura de un personaje canino, que me dijera estas cosas sobre el cuerpo, la violencia en el amor, el acoso callejero (…) que no te das cuenta de que son violentas, hasta que ya las puedes digerir y ponerle un nombre. Perrito –Feminista– es ese deseo; después adopté a Frijola, fue ahí cuando el trazo cambió, porque ahora se parece más a ella”, señala.
Laura Juliana estudió Comunicación y Periodismo en la Universidad Autónoma de Querétaro, entidad de donde es originaria. Además de Perrito Feminista, realiza narrativa transmedia y cine documental, donde destaca su participación en los cortometrajes Bonita (2014) y Las Hijas de Violencia (2016).
Actualmente, desarrolla un largometraje documental sobre cómo las mujeres de su familia perciben el amor. A la par, produce y dirige “Volver a Casa”, el cual ofrece talleres de cine y busca, mediante realidad virtual, llevar a mujeres privadas de su libertad en México a espacios que han dejado de ver, como su casa o lugares que extrañan.
Frijola fue adoptada en 2019 en un refugio de Ecuador. Su humana estuvo viviendo por una temporada en ese país, donde hizo la maestría en Antropología Visual en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Laura Juliana describe a Frijola como su fiel compañera, muy chévere y tranquila, aunque “luego se le avienta a los perros”.
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El nombre de Frijola en realidad no tiene un significado en particular:
“Es una tontería. Dije: si un día tengo un perro, le voy a llamar Frijol, y como tuve una perra, pues Frijola”, cuenta.
Las metáforas y referencias al feminismo que utiliza en Perrito Feminista, relata, están inspiradas en el comportamiento de su perrita.
Laura Juliana recuerda que una vez vio a Frijola haciendo popó y se le ocurrió la frase “Me caga tu machismo”, misma que convirtió en ilustración y se viralizó tanto que ha sido replicada en distintas pancartas durante marchas por el Día Internacional de las Mujeres.
Para Laura Juliana, el 8M es una fecha simbólica, puesto que las mujeres salen a la calle para pronunciarse contra las violencias.
“Me gusta salir a marchar con mis amigas, me gusta pegar carteles de Perrito y, después, en la noche, ir a celebrar, porque estamos juntas y decidimos alzar la voz”, comenta.
Aunque le gusta abordar temas coyunturales, en este momento el proyecto digital se inclina por ilustrar el amor romántico, los cuidados y los afectos, las tareas domésticas, el acoso callejero y el mansplaining.
“Perrito Feminista también es una especie de diario, de esas cosas que voy sintiendo o pensando, que veo o suceden. Como que traslado estas vivencias que veo a mi alrededor y las transformo en estos dibujos”, menciona.
Perrito Feminista presentó recientemente su obra La primera vez que me enamoré, en la librería U-Tópicas, en la Ciudad de México.
Editado por Itzel Espíndola, este libro pretende convertirse en una trilogía sobre el enamoramiento. El primero es fatal, mientras que el segundo es más maduro y profundo, y el tercero trata del amor propio.
“Los libros son un poco esa reflexión de que el amor tiene distintos tintes”, dice Laura Juliana y adelanta que planean editar el segundo y tercer tomo entre este y el próximo año.
El legado de Perrito Feminista continúa creciendo. A través de sus ilustraciones y su activismo, se ha convertido en una voz valiente en la lucha por un mundo más justo y equitativo, donde las mujeres puedan vivir libres de violencia.
El primer taquillazo moderno del verano, la película “Tiburón” (Jaws) de Steven Spielberg, cumplen 50 años este 20 de junio.
En el verano de 1926 nadaba mar adentro, cerca de la Costa de Nueva Jersey, un tiburón joven de 2,7 metros de largo que brevemente desplazó a la Primera Guerra Mundial de los titulares de prensa en EE.UU.
Poco conocida entonces por la ciencia, esa criatura marina tendría posteriormente un enorme impacto en los anales de la cultura popular estadounidense, convirtiéndose en la estrella del primer taquillazo moderno del verano, la película “Tiburón” (Jaws) de Steven Spielberg, de cuyo estreno se cumplen 50 años este 20 de junio.
También hizo que el gran tiburón blanco fuese recordado cuando la Gran Guerra ya había sido olvidada.
Todo ocurrió entre el 1 y el 12 julio de 1916, cuando un tiburón blanco joven atacó a cinco personas en la costa este de EE.UU., matando a cuatro de ellas.
El animal protagonista de esta serie de ataques, entonces sin precedentes, creó terror mientras se desplazaba más de 100 kilómetros a lo largo de las playas del Atlántico en plena temporada vacacional.
La primera víctima fue encontrada en Beach Haven, Nueva Jersey. Recién graduado de la Universidad de Pensilvania, Charles Vansant, era hijo de un doctor de Filadelfia.
La noticia pasó casi desapercibida.
La gente que escuchó sus gritos en la playa pensó que estaba bromeando. Los científicos dijeron que un tiburón no tenía la “fuerza en la mandíbula” para atravesar los huesos humanos.
Fue el primer ataque mortal de un tiburón registrado en la historia de EE.UU. Sin embargo, no trascendió.
En el caso de la segunda muerte, unos bañistas encontraron un cuerpo mordido ensangrentado en la arena y salieron corriendo de la playa, gritando aterrorizados.
De repente, el “monstruo marino” saltó a la primera plana de The New York Times. Otro bañista horriblemente destrozado fue sacado del estuario de un río. La víctima falleció poco después.
Y otro hombre que intentó luchar con el tiburón también resultó muerto.
Los alcaldes de la zona negaron lo que estaba sucediendo, temiendo perder los ingresos en los balnearios turísticos, hasta que el miedo hizo que cerraran y que los políticos pidieran la ayuda de los científicos.
A un experto del Museo de Historia Nacional de EE.UU. le costó identificar la especie del asesino, pero finalmente dio con el “devorador” de hombres: Carcharodon carcharias, el gran tiburón blanco.
En una ola de pánico, hombres enfurecidos tomaron rifles y tridentes, lanzándose a cazar al tiburón. Finalmente, el escualo murió al atacar el bote de un hombre que lo mató, convirtiéndose en héroe.
¿Suena familiar? Es la verdadera historia de “Jaws” (“Tiburón”), la mítica película de Steven Spielberg de 1975.
En 1974, el escritor Peter Benchley trasladó la historia de los balnearios de Nueva Jersey a Amity, un lugar ficticio de Long Island, en su novela “Jaws”.
El tiburón de Benchley mata a cuatro personas, incluyendo una en un estuario. Un hombre lucha con el tiburón y muere. El alcalde niega lo que está sucediendo y protege los dólares del turismo hasta que el horror lo hace recurrir a un científico.
Al ictiólogo del acuario de Nueva York le cuesta identificar la especie hasta que da con el legendario “come hombres”, el Carcharodon carcharias, el gran tiburón blanco, y advierte a la gente sobre lo sucedido en 1916.
Grupos de hombres enardecidos lideran una caza del tiburón, que, finalmente, muere cuando ataca el bote de un hombre que termina siendo un héroe.
Cuando entrevisté a Benchley, me dijo que la novela surgió de su interés en los ataques de tiburones, incluyendo las proezas de Frank Mundus, un pescador deportivo de Long Island que atrapó un gran blanco de un peso récord de 1.554 kg.
Sin embargo, en un prólogo posterior de “Jaws”, Benchley se refirió a lo sucedido en 1916, enfatizando que los tiburones se quedaban en una sola zona, matando una y otra vez.
“Una y otra vez he asegurado en entrevistas que cada incidente descrito en ‘Jaws’… realmente ocurrió”, apunta Benchley.
Su novela fue una sensación cultural de alcance global.
Fidel Castro dijo que “Tiburón” representaba una metáfora sobre el capitalismo depredador.
Otros señalaron que se refería a Richard Nixon y el caso Watergate. El libro se mantuvo cerca del primer lugar en la lista de best-sellers de The New York Times durante 44 semanas.
Al siguiente verano, en 1975, Steven Spielberg lanzó “Jaws”, la película.
El papel del tiburón de la costa de Nueva Jersey fue interpretado por un monstruo gigante mecánico.
Y, a partir de entonces, salir a nadar nunca volvió a ser igual.
“Jaws” le dio a Hollywood su primer taquillazo de la temporada estival, sirviendo de modelo de negocio para otras películas.
Igualmente, inspiró algunas terribles películas de terror.
Y también horrorizó a los científicos expertos en tiburones, como George Burgess, de la Universidad de Florida, por representar falsamente al “gran blanco” como un vengativo cazador de humanos.
De hecho, los tiburones no atacan a las personas, excepto en contadas ocasiones.
Burgess apunta que la película inspiró decenas de torneos de pesca de tiburones en la costa este de EE.UU., donde los mataban “sin remordimientos”
En las últimas décadas los cazadores de tiburones han contribuido a diezmar casi todas las especies existentes.
Sin embargo, “Jaws” también provocó el crecimiento de un movimiento de conservación de los tiburones y los océanos, con mejor y mayor financiación para las investigaciones.
Y los científicos ahora difunden el concepto de que los tiburones son parte del medio ambiente para que no sean demonizados, dice Burgess.
Burges catalogó al responsable de los ataques de 1916 en el Registro Internacional Oficial de Ataques de Tiburón como un gran blanco, pero otros científicos dicen que fue un tiburón toro. Ese es un misterio que nunca se resolverá.
*Michael Capuzzo es periodista y autor de los best-sellers “Close to Shore” y “The Murder Room”. Esta historia se publicó originalmente en 2016 y fue actualizada con motivo del 50 aniversario de la película “Tiburón”.
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