
“¿Cómo llegó el feminismo a tu vida?” fue la pregunta que lanzamos la Equipa de Animal en marzo, justo antes de que la pandemia envolviera por completo nuestras vidas.
La respuesta fue abrumadora.
Cientos de mujeres nos compartieron sus historias de sorpresa, sororidad, rabia, valor, fuerza, alivio, amor propio, amor por sus hijas, hermanas, amigas, madres; también llegaron cuestionamientos, relatos, invitaciones.
En esta ocasión, y con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre, retomamos 10 testimonios de mujeres que sobrevivieron a la violencia de género y cómo el feminismo cambió por completo sus relaciones con otras personas pero, sobre todo, con ellas mismas.
Gracias a todas por su valor.
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“Mi expareja me mantuvo cautiva por 24 horas. En ese ínter sufrí mucha violencia física, emocional y piscológica, hasta que pude huir en la madrugada. En mi aislamiento y proceso de recuperación lo denuncié ante las autoridades, pero no pasó nada.
“Una amiga activista me contactó con otras feministas que me ayudaron en todo; hice tres denuncias más contra el tipo, pero la policía ni en cuenta. Eso sí, nos apoyamos entre todas. Ahí aprendí, viví la sororidad y abracé mis convicciones. Él está libre, pero no vamos a permitir que lastime a nadie más“.

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“En 18 años de matrimonio sufrí violencia psicológica, económica y física hasta que finalmente decidí sacar de mi vida a mi esposo. Su familia le justificaba no pagar pensión alimenticia porque decían que yo lo había corrido. Cuando le pedí dinero para los libros de sus hijos me respondió: “no sabes con quién te metiste ni lo que te espera, pinche vieja burra”.
“El feminismo entró a mi vida y me permitió tomar valor para denunciar la violencia, no sólo en mi vida privada, sino en las instituciones, porque desde que puse un pie en las oficinas del Ministerio Público me cuestionaron por qué denunciaba “si eso ya tenía tiempo”. Me dijeron que si estaba segura, que lo podían meter a la cárcel y que luego las mujeres cambiamos de opinión. Finalmente les dije: ¿si yo fuera hombre me estarían preguntando lo mismo?
“Encontré un sitio en línea llamado Háblalo, donde un abogado me asesoró y una psicóloga me orientó, pero ese centro desapareció con el cambio de gobierno, así que me volví a quedar sola.
“Llevo meses luchando y solo me mueve la firme idea de que tengo derechos. Aunque también tengo miedo, estoy aprendiendo que debo valorarme, quererme, porque estoy educando a un joven y una jovencita. Quiero que se amen y se respeten para que puedan tener relaciones sanas.
“En todo este proceso he visto con tristeza cómo mujeres juzgan, destrozan y violentan los derechos de otras mujeres y eso debe detenerse. Aprendamos a ser solidarias, de eso se trata este movimiento. Solidaridad entre nosotras para, juntas, poder luchar contra tanta violencia”.

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“Hace dos años me cayó el veinte de que fui víctima de violencia en una relación de pareja, en la cual pensé que viviría una luna de miel. Fui víctima de mucha violencia verbal, casi diario, y fui golpeada en tres ocasiones. Logró encerrarme y aislarme de mis amigos y familia cercana. No podía salir a la calle si no era con él. Fueron 3 años de infierno y temores.
“Él había sido un gran amigo al que le confiaba mis cosas y sabía mucho de mí. No lo dejaba por temor a represalias y constantes amenazas. Me costó mucho armarme de valor y dar el paso definitivo para dejarlo y no temerle más.
“Siempre he sido una mujer de carácter y es difícil doblarme, pero cuando el lobo viene disfrazado de cordero una suele caer en la trampa.
“Tengo 67 años y me tomó mucho tiempo entender que, como mujeres, tenemos TODO el derecho de decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Tardé mucho, pero hoy comprendo el feminismo y lo apoyo al 100%”.

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“Estaba inmersa en una relación violenta, cuya violencia, irónicamente, nunca reconocí.
“Al confiarle a una de mis amigas los problemas de mi relación, ella me fue abriendo los ojos a lo que yo estaba viviendo. Ella me enseñó la magia de construir con mujeres, me dio la fuerza para salir de ahí. Con ella he aprendido, día con día, la responsabilidad afectiva que tenemos con otros y con nosotras mismas.
“Me acerqué al feminismo como manera de sanar, de tejer redes entre mujeres para fortalecernos, comprendernos, ser más empáticas y unirnos para tirar el patriarcado, machito por machito.
“Gracias, Anel. Gracias a todas las mujeres junto a quienes crezco cada día un poco más”.

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“El hombre al que amaba me violó. Yo no sabía que me había violado porque todavía no sabía que existe la violación dentro de una relación amorosa.
“El instinto me llevó a buscar mentores e información. La literatura feminista que descubrí describía muy bien las dinámicas sociales y machistas que habían permitido que cayera y permaneciera en una relación abusiva.
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“Esa fue la información que me dio valor, inspiración y motivación para trabajar en mí misma, sanar y ayudar a otras mujeres a romper esa cadena de violencia sistemática. Cuando descubres el feminismo y das un paso hacia delante, no hay vuelta atrás“.

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“Yo vengo de una familia disfuncional donde había violencia psicológica y económica. Después me casé con un hombre que también me violentaba económicamente y me chantajeaba diciendo que seguiría conmigo a cambio de embarazarme.
“Me divorcié, pero caí en muchas relaciones abusivas con vatos que estaban conmigo porque yo pagaba todo, siempre estaba disponible y aceptaba todo tipo de condiciones con tal de no estar sola.
“Hoy estoy en un matrimonio sano, libre y sin violencia, pero costó muchos años de terapia y de seguir reconociendo las situaciones violentas”.

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“Mi exnovio me violentó tanto psicológicamente que llegué a creer que estaba loca y que no distinguía entre la realidad y la imaginación.
“El feminismo me enseñó que hay una violencia llamada gaslighting y que no eres una histérica ni te imaginas cosas, pero sobretodo, que es posible recuperarse.
“Hoy estoy en tratamiento para la depresión y con una red de apoyo de mujeres que me salvó la vida”.

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“Soy nieta de una mujer asesinada por su esposo, por celos. Mi otra abuela sobrevivió a un matrimonio machista y sacó adelante a sus hijos, pero no se pudo divorciar porque en esos tiempos estaba mal visto.
“El feminismo le ha puesto nombre a esa rabia que sentía cuando sabía que le trataban de forma distinta por ser mujer.
“Soy feminista y seguiré luchando para que mi hija pueda superar la historia familiar y viva libre de violencia“.
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“Cuando tenía 10 años un hombre abusó de mí en un lugar que se suponía era seguro. Después de esta experiencia traumática mi vida cambió. Crecí y comencé a ver la violencia ejercida hacia las mujeres; empecé a cuestionarla.
“En mis primeros años de adolescencia me sumí en una depresión muy fuerte derivada de la experiencia traumática del pasado. Descubrí el feminismo y este, entre otras cosas, me permitió salir adelante, en gran medida superar mi trauma y aceptarlo.
“El feminismo me permitió aceptar que nunca nada fue mi culpa y que nadie tiene derecho de hacerte vivir eso.
“Ahora soy parte de Redefine CDMX del Instituto de Liderazgo de Simone de Beauvoir y tengo una colectiva feminista con mis amigas llamada LasC4”.

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“Sobreviví a la violencia feminicida y de las autoridades. Me cuestioné por qué todo el sistema social, institucional y familiar funcionaba perfecto para perpetuarla.
Estar a punto de perder la vida me hizo conocer el feminismo. Llevo casi 30 años en ese camino y hoy no solo es por mí, sino por todas. Vivo en un luto y resistencia permanentes hasta que pare, hasta que #NiUnaMenos sea solo historia“.


Según cifras del gobierno, 14,2 millones de personas viven bajo el nivel de pobreza en Reino Unido. Algunas familias dependen de bancos de alimentos para cubrir todas sus necesidades.
El esposo de Nicole, una madre de cinco hijos que vive en el Gran Manchester, en el noroeste de Inglaterra, trabaja a tiempo completo, pero el dinero no le da para llegar a fin de mes.
Y aunque asegura que a sus pequeños no les falta lo esencial, la familia ha tenido que recurrir a bancos de alimentos para atender todas sus necesidades.
Esto pese a la presión social generada por las personas que ven con recelo las prestaciones sociales para los más necesitados en Reino Unido.
“Me avergonzaba usar los bancos de alimentos, especialmente con mi esposo empleado. Pero algunas personas no se dan cuenta de los problemas [económicos] que pueden enfrentar las familias aun cuando trabajan”, sostuvo Nicole el pasado noviembre en una entrevista con la BBC sobre un posible aumento de ayudas sociales para los hogares con más de dos niños.
“Ellos no se dan cuenta de que las circunstancias de todos no son iguales. Y son los niños los que están sufriendo por ello, ¿cómo puede la gente ignorar eso?”, agregó.
La familia de Nicole no está sola en esta problemática.
El gobierno estima que 14.2 millones de personas están bajo el nivel de pobreza luego de pagar los costos relacionados con la vivienda.
Mientras que el número de niños en situación de pobreza en Reino Unido alcanzó su nivel más alto desde que comenzaron los registros comparativos en 2002.
Para abril de 2024, 4.5 millones de menores eran parte de un hogar con ingresos relativamente bajos, según la medida oficial del gobierno para definir la pobreza.
La cifra, publicada por el Departamento de Trabajo y Pensiones, supone un aumento de 100 mil niños respecto al año anterior, y equivale al 31% de los niños del país.
El número aumentó drásticamente desde 2021, y Child Poverty Action Group (CPAG), una ONG que investiga sobre la pobreza infantil en Reino Unido, predice que 4.8 millones de niños estarán en situación de pobreza para el final de término del actual gobierno laborista (2029-30).
Adam Corlett, un economista del think thank Resolution Foundation, le dijo a la BBC en marzo que “los datos más recientes son un recordatorio contundente de la magnitud de la privación entre las familias, con casi un tercio de los niños en Gran Bretaña viviendo ahora en la pobreza”.
Danielle, una madre de cuatro niños, tuvo una relación de 15 años con el padre de sus hijos que terminó en enero.
Ahora está sola y sin empleo; dejó su trabajo para cuidar a uno de sus pequeños que tiene una discapacidad.
En una entrevista con la BBC también en noviembre, comentó que tuvo que advertirle a sus niños sobre la posibilidad de no poder regalarles “mucho” por Navidad.
“Ahora estoy sola y es difícil”, sostuvo.
Cuando Danielle se separó de su pareja, ella y sus hijos, de entre dos y 13 años, recibieron apoyo de la organización benéfica para personas sin hogar The Wallich.
La familia fue trasladada a un alojamiento temporal, pero la mudanza significó que “perdió parte de su red de apoyo”, comentó, por su parte, Jamie-Lee Cole, quien trabaja en la ONG.
“Y ahora estoy en esta situación en la que no puedo ir a trabajar, pero espero que algún día pueda volver a hacerlo”, añadió Danielle, de 32 años.
La mujer afirmó que sus hijos carecen de “muchas cosas” y que está preocupada por la temporada festiva.
“Hoy en día nada es barato”, indicó.
“Les dije que pueden tener lo que yo pueda permitirme, y si no lo tienen, no hay nada que pueda hacer”.
Danielle y Nicole, ambas en entrevistas realizadas en fechas separadas, afirmaron que una nueva política impulsada por el gobierno Laborista del primer ministro Keir Starmer podría ser de gran ayuda para sus familias.
La iniciativa, sin embargo, no entrará en vigor hasta 2026.
Desde 2017, por una política aprobada durante el gobierno del conservador David Cameron, en Reino Unido las familias de bajos ingresos están impedidas de reclamar ayuda social para más de dos hijos.
Datos publicados por BBC News en noviembre señalan que esto hizo que 1.6 millones de niños que pertenecen a familias numerosas no pueden solicitar ayudas.
Este límite se eliminará a partir de abril de 2026, según anunció la actual ministra de Hacienda, Rachel Reeves, en la presentación del nuevo presupuesto.
La organización benéfica Trussell Trust, que dirige una red de bancos de alimentos, dijo que el límite de dos hijos es “el principal factor que impulsa la pobreza infantil” y eliminarlo sería “lo correcto”.
La organización afirmó que la limitación empujó a millones de familias a una mayor precariedad e impide que los niños tengan un “buen comienzo en su vida”.
“Cada semana, los bancos de alimentos en la red de Trussell apoyan a padres que han hecho todo lo posible para proteger a sus hijos del hambre”, dijo Helen Barnard, directora de políticas en Trussell.
“Se saltan comidas durante semanas para que los niños tengan suficiente para comer, convirtiendo en juegos el envolverse en mantas para evitar encender la calefacción, intentando fingir que todo está bien, pero no lo está”, agregó.
El gobierno laborista recibió críticas de la oposición en el Parlamento, que alega que ha perdido el control del sistema de bienestar, y que el coste de su medida caerá sobre los contribuyentes.
Revees insiste en que está “totalmente financiado”, porque su administración atendió los problemas de fraude y los errores en el sistema de bienestar, y tomó medidas contra la evasión fiscal y reformó los impuestos sobre las apuestas de juego.
Nicole afirma que hay un “concepto errado” sobre las familias que reciben ayudas del gobierno.
Y que esa idea hace que sus problemas sean peores.
“He trabajado desde que tengo 13 años, siempre le he pagado al sistema y ahora, cuando lo necesito, siento que no está ahí para nosotros”, comentó.
De acuerdo con el Departamento del Trabajo y Pensiones, 59% de los hogares que se vieron afectados por la restricción de dos hijos tienen personas que trabajan.
Desde que tuvo su hijo más joven, dice que el costo de vida ha incrementado. Ahora está constantemente preocupada por el dinero.
Y siento que ha sido “castigada” por tener más de dos hijos.
“Nuestros hijos siempre tienen lo necesario, nos aseguramos de ello, pero es una preocupación constante. Comida, libros, uniforme escolar”, señaló.
“Llevo 12 años usando la misma ropa”, dijo la mujer de 30 años”.