Una vez estuvo cerca del amor
Si es que estuvo cerca del amor
¿Cuántas veces cerca, cerca del amor?
Pedro Guerra
Quiero escribir este texto liberándome de toda culpa por ser quien soy y dejando a un lado, por un momento, la constante autorrevisión, que se asemeja más a una crítica severa e inflexible que a una observación compasiva de mis errores y defectos que serán un montón, pero no son muchos más que los que tiene el resto del mundo. Soy una persona promedio con la perpetua misión de autodestruirse de manera extraordinaria en sus vinculaciones sexoafectivas.
Quiero escribir esto permitiéndome el autorreconocimiento como víctima y victimaria, propia y ajena; como daño directo y colateral de mi forma de aceptar y buscar la mirada y el amor de los hombres. Los años pasan y la experiencia se repite: un mensaje de insuficiencia en dosis pequeñas y constantes que se convierten en verdades irrefutables para mi autoestima, pero que en el día a día pasan desapercibidas, haciéndome creer que por fin logré romper con mi propia maldición.
Quiero escribir este texto sin sentir que, en lugar de deshojar una margarita, me desmembro a mí misma en nombre del amor o, mejor dicho, en nombre de lo que no fue ni será. Quiero escribir esto sin la agonía ni la carga de sentirme una mujer insuficiente.
Vivir un duelo abiertamente es difícil; vivirlo en silencio por una relación donde te eligieron a medias, termina siendo la confirmación de que eres la mujer de las relaciones que nunca se concretan ni cuajan. Es injusto el duelo invisible que atravesamos quienes nos quedamos atoradas en la bandeja de salida, por perder un lugar que en realidad nunca tuvimos porque no nos fue ofrecido u otorgado.
Dicen que desear es buscar. Pero estoy cansada de perder constantemente el deseo y las ganas de relacionarme. Y entre esos enormes paréntesis de sinsentido personal, pensándome desde mi ser mujer, empapada de lo que hoy se encuadra como amor romántico (destructor infalible de ilusiones femeninas), cuando encuentro a alguien que me entusiasma lo suficiente como para compartir mi intimidad, mis anhelos, mis luchas internas y mi historia, tengo el mal tino de elegir a quien, desde el inicio y hasta el final, decide no estar por completo a mi lado. Las razones siempre sobran.
¿Por qué? Quisiera saberlo: que la vida, la terapia, las charlas o mi propia mirada tuvieran una explicación tan contundente que me hiciera entender que esas elecciones, donde me convierto en fantasma, me ayudaran a aceptar de manera más profunda las razones por las que me coloco en ese no-lugar tan recurrente y familiar.
Es imposible escribir esto sin sentirme un poco miserable. Y, aunque nada de lo que pienso o siento ahora son verdades absolutas ni definitivas, duele como si realmente este callejón emocional no tuviera salida. Mientras miles de historias de amor suceden, se me rompe un poco el corazón al saber que no soy la protagonista, sino la mujer que acompaña a alguien más a llegar a su siguiente historia.
A veces solo quiero creer que mi autocompasión supera ese filtro viejo y arraigado que pongo en mis relaciones sexoafectivas. Mientras tanto, aquí, deshojada o desmembrada como margarita que busca (y desea) respuestas, continúo transitando por los lugares más incómodos en los que me coloco para saber que, el día que salga de ahí, no habrá de ser por una maldición rota, sino por la astucia y el arrojo de una mujer (auto)reparada que se pregunta constantemente si está cerca del amor.
El presidente Trump ha firmado una proclamación que prohíbe los viajes a EU desde 12 países y limita los de otros 7, entre ellos Cuba y Venezuela.
Donald Trump prohibió este miércoles viajar a Estados Unidos desde 12 países, aduciendo supuestos riesgos para la seguridad nacional, según informó la Casa Blanca.
También hay otros siete países, entre los que se encuentran Venezuela y Cuba, cuyos nacionales se enfrentarán a restricciones parciales de viaje.
El presidente estadounidense señaló que la lista podría revisarse si se introducen “mejoras materiales”, y que podrían añadirse países adicionales a medida que “surjan amenazas en todo el mundo”.
Esta es la segunda vez que Trump decreta una medida de este tipo, ya que en 2017, durante su primer mandato, firmó una orden similar.
Trump firmó una proclamación que prohíbe la entrada a Estados Unidos desde estos 12 países:
Otros siete países adicionales se enfrentan a restricciones parciales de viaje:
Según el documento, Cuba es “un Estado patrocinador del terrorismo, que no coopera ni comparte suficiente información policial con Estados Unidos y se ha negado históricamente a aceptar el regreso de sus nacionales deportados”.
También se indica el porcentaje de beneficiarios de visados que exceden el tiempo de la estancia autorizada en EE.UU.
Es por ello que “se suspende la entrada a Estados Unidos de nacionales de Cuba como inmigrantes y como no inmigrantes con visas B-1, B 2, B-1/B-2, F, M y J”.
En cuanto a Venezuela, la proclamación indica que el país “carece de una autoridad central competente o cooperativa para la emisión de pasaportes o documentos civiles, y no cuenta con medidas adecuadas de selección e investigación (de solicitantes de visados)”, además de que “se ha negado históricamente a aceptar el regreso de sus nacionales sujetos a deportación”.
Es por eso que “se suspende la entrada a Estados Unidos de nacionales de Venezuela como inmigrantes y como no inmigrantes con visas B-1, B-2, B-1/B-2, F, M y J”.
La prohibición entra en vigor el lunes 9 de junio a las 04:01 GMT (00:01 EST), un margen que intenta evitar el caos que se desató en los aeropuertos de todo el país cuando una medida similar entró en vigor prácticamente sin previo aviso hace ocho años.
No se ha fijado una fecha final; la orden prevé revisiones periódicas.
La Casa Blanca afirmó que estas “restricciones de sentido común” servirán para “proteger a los estadounidenses de peligrosos actores extranjeros”.
En un video publicado en su red social Truth Social, Trump aseguró que el reciente ataque terrorista en Boulder, en el estado de Colorado, “subraya los peligros extremos” que plantean los extranjeros que no han sido “debidamente investigados”.
Doce personas resultaron heridas este domingo en Colorado cuando un hombre atacó a un grupo que se reunía en apoyo de los rehenes israelíes, a los que lanzó dos artefactos incendiarios y utilizó un lanzallamas improvisado.
El hombre acusado de llevar a cabo el ataque ha sido identificado como ciudadano egipcio, pero Egipto no está incluido en la lista de países prohibidos.
Trump mantiene estrechas relaciones con el presidente egipcio, Abdelfatah el Sisi, a quien el mandatario estadounidense ha descrito en el pasado como su “dictador favorito”.
Para la mayoría de los países incluidos en la lista, la Casa Blanca aduce una mezcla de índices de permanencia en el país cuando el visado ha expirado e inestabilidad política.
La única razón mencionada para las prohibiciones que afectan a Congo-Brazzaville, Chad, Guinea Ecuatorial, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán, por ejemplo, es el porcentaje de personas que superan el plazo de validez de su visado estadounidense.
Otras razones que se citan con frecuencia son no haber aceptado antes a “nacionales expulsados”, críticas a las autoridades que expiden los pasaportes en el país o la imposibilidad de acceder a los antecedentes penales de los inmigrantes.
En la proclamación también se citan motivos de seguridad. La Casa Blanca acusa a Irán y Cuba de ser estados “patrocinadores del terrorismo”, afirma que en Libia hay una “presencia terrorista histórica” y califica a Somalia de “refugio seguro de terroristas”.
En cuanto a Haití, la proclamación afirma que “cientos de miles de extranjeros haitianos ilegales inundaron Estados Unidos durante el gobierno de Biden”, lo que, en su opinión, “perjudica a las comunidades estadounidenses”.
Después del caos que generó la primera prohibición de 2017, la Casa Blanca ha dejado claro esta vez quiénes podrán seguir viajando a Estados Unidos.
Hay varias personas de los países afectados que aún podrán entrar al país gracias a las siguientes exenciones:
Además, el Secretario de Estado podrá conceder exenciones a particulares “caso por caso”, si “la persona sirve a un interés nacional de Estados Unidos”.
La última orden de Trump, que se espera que se enfrente a desafíos legales, suscitó una rápida respuesta, dentro y fuera del país.
Somalia prometió colaborar con Estados Unidos para abordar cualquier problema de seguridad.
En un comunicado, el embajador somalí en Estados Unidos, Dahir Hassan Abdi, dijo que su país “valora su larga relación” con Estados Unidos.
El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, advirtió de que “estar en Estados Unidos es un gran riesgo para cualquiera, no sólo para los venezolanos”.
Los demócratas se apresuraron a condenar la medida.
“Esta prohibición, ampliada con respecto a la prohibición musulmana de Trump en su primer mandato, solo nos aislará aún más en el escenario mundial”, afirma Pramila Jayapal, congresista demócrata por Washington, en un mensaje en redes sociales.
Otro demócrata, el congresista Don Beyer, afirmó que Trump “traicionó” los ideales de los fundadores de Estados Unidos.
Grupos de derechos humanos también han criticado la prohibición.
Amnistía Internacional EE.UU. la describió como “discriminatoria, racista y francamente cruel”, mientras que Human Rights First, con sede en EE.UU., la calificó de “otra medida antiinmigrante y punitiva más” del presidente.
Durante su primer mandato en la Casa Blanca, en 2017, Trump ordenó su primera prohibición de viajar.
Su primer intento se centró en siete países de mayoría musulmana. En ella figuraban algunos de los mismos países que en su última orden, como Irán, Libia y Somalia.
Inmediatamente fue impugnada en los tribunales de todo Estados Unidos. Sus oponentes argumentaron que la prohibición era inconstitucional e ilegal porque discriminaba a los viajeros por su religión, y la calificaron como “la prohibición musulmana”.
La Casa Blanca enmendó la prohibición de viajar dos veces para disipar el aire de discriminación religiosa, añadiendo finalmente dos países de mayoría no musulmana, Venezuela y Corea del Norte, lo que finalmente le valió la aprobación del Tribunal Supremo en 2018.
El presidente Joe Biden, que sucedió a Trump, derogó la prohibición en 2021, calificándola de “mancha en nuestra conciencia nacional”.
Esta vez, asegura Jake Kwon, corresponsal de la BBC en Estados Unidos, “Trump ha aprendido la lección”.
Su administración restableció una versión de la orden similar a la que fue ratificada por el Tribunal Supremo. Esta versión no tiene como objetivo países musulmanes, sino que justifica la selección de países con otros argumentos, como la tasa de rebasamiento de visados o la inestabilidad política del país en cuestión.
*Con información de Victoria Bourne.
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