
En el segundo semestre del año publique en Animal Político artículos sobre 12 conjuntos conventuales y misiones del siglo XVI, que he visitado en Perú y México (Guanajuato, Sinaloa y Coahuila). Aquí hago un recuento sintético. Los conventos e iglesias del siglo XVI son una de las más grandes expresiones de la arquitectura colonial española.
Tres de estos conjuntos forman parte de las declaratorias como Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco, para el caso San Francisco de Asís, Lima, Perú (1991); San Francisco de Asís, Cusco, Perú (1983) y Santa Catalina de Siena, Arequipa, Perú.
Convento de San Francisco de Asís, Lima, Perú. En 1535, con la fundación de Lima se dona a la Orden de Frailes Menores (OFM) un terreno para construir el convento donde se levanta una pequeña ramada que se usó como capilla. En 1546 se edifica una pequeña iglesia, que se modifica en 1557. El edificio que ahora vemos es de 1656.
Convento de Santa Catalina de Siena, Arequipa, Perú. Se funda en 1579 con la autorización del virrey Francisco de Toledo, que otorgo los permisos necesarios a María de Guzmán, viuda de Diego Hernández de Mendoza, que decide hacerse religiosa a la muerte de su esposo. Las religiosas fueron criollas y mestizas que pertenecían a familias con recursos económicos.
Convento de San Francisco de Asís, Cusco, Perú. En 1534 la Orden de Frailes Menores (OFM) se establece en la ciudad, y fray Pedro Portugués levanta una modesta capilla. En 1549, los franciscanos se instalan en el sitio donde ahora se encuentra el convento. El conjunto que ahora vemos es de 1652.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Juli, Provincia de Chucuito, Departamento de Puno, Perú. Aquí, en 1548, la Orden de Predicadores (OP) inicia el trabajo misional, que abandona y en 1576 retoma la Compañía de Jesús, que entonces establece su primera misión permanente en el Continente Americano bajo un esquema metodológico, que contempla el dominio de las lenguas indígenas y el desarrollo: político, económico, social, educativo y la evangelización propiamente tal.
Iglesia San Juan Bautista de Letrán, Juli, Provincia de Chucuito, Departamento de Puno, Perú. Aquí, en 1548, la Orden de Predicadores (OP) inician el trabajo misional, que abandona y en 1576 retoma la Compañía de Jesús, que entonces establece su primera misión permanente en el Continente Americano bajo un esquema metodológico, que contempla el dominio de las lenguas indígenas y el desarrollo: político, económico, social, educativo y la evangelización propiamente tal.
Misión de San Luis de la Paz, Guanajuato. La ciudad se funda en 1552. Los chichimecas aceptan someterse bajo la condición de que se les entregue de manera regular maíz y carne. A finales de 1588 o principios de 1589, el padre de la Compañía de Jesús, Gonzalo de Tapia (1561, España – 1594, Sinaloa), comienza a misionar en la región. Funda la primera misión permanente de los jesuitas en la Nueva España.
Misión Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, Sinaloa de Leyva, Sinaloa. En 1583 se funda la villa, y en 1591 llega la Compañía de Jesús para establecer la misión, con los padres jesuitas Gonzalo de Tapia y Martín Pérez. Pronto aprenden las lenguas locales. Al padre Pérez le toca trabajar en los pueblos de Cubirí, Bamoa y otros en los alrededores de estos, y al padre De Tapia en los pueblos de Baboria, Deboropa, Lopoche, Matapan, Ocoroni y otros pueblos más pequeños. En 1592, el provincial destina a los padres Alonso de Santiago y Juan Bautista de Velasco a trabajar en Sinaloa.
Misión de Bamoa, Bamoa, Sinaloa. En 1591, la Compañía de Jesús a través del padre Martín Pérez funda la misión de Concepción de Bamoa, que según algunos su significado en mayo es “A orillas del río” y otros lo traducen como “Espiga en el río”. El jesuita parte desde la misión de San Felipe y Santiago de Sinaloa, Sinaloa de Leyva, que era su base.
Misión de San Ignacio de Loyola, Nío, Sinaloa. En 1591 llegan al lugar los padres de la Compañía de Jesús, Martín Pérez y Gonzalo de Tapia que se encuentran con indios bautizados por sacerdotes que acompañaron a la expedición de Francisco de Ibarra en 1564. En 1595 se establece la misión. El edificio que ahora vemos es de 1758.
Misión de Santa María de las Parras y Laguna Grande de San Pedro, Parras, Coahuila. La ciudad se funda en 1598, entre los fundadores se encuentra el padre de la Compañía de Jesús, Juan Agustín de Espinosa. En 1599 se traslada un grupo de tlaxcaltecas de Saltillo. La iglesia que ahora vemos es de 1681-1687.

Un análisis de los detalles clave de la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno de Trump y sus implicaciones para Europa, América Latina y el mundo.
La Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump ha generado alarma entre los aliados más cercanos de Estados Unidos y marca un alejamiento dramático de los principios fundamentales de la política exterior estadounidense de décadas.
El documento de 33 páginas, divulgado por el gobierno hace unos días, presenta el mundo primordialmente como un escenario económico, resaltando los acuerdos bilaterales y el nacionalismo económico por encima del multilateralismo y la promoción de la democracia.
La estrategia refleja las “cepas más ideológicas” del gobierno de Trump, comentó el corresponsal de BBC News en el Departamento de Estado, Tom Bateman, en el podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC.
Esta también tiene implicaciones para América Latina, tanto en cómo se relaciona Washington con los cada vez más numerosos gobiernos de derecha, hasta la nueva versión de la Doctrina Monroe, que reafirma a la región como el “patio trasero” de EE.UU.
Igualmente impactante es lo que el documento omite, sin casi una sola crítica hacia adversarios tradicionales como Rusia y China.
En cambio, reserva el lenguaje más cargado para con Europa, lo que dio pie a la preocupación a lo largo de las capitales europeas.
Mientras que anteriores estrategias de seguridad nacional tendían a reafirmar los valores y prioridades compartidos de EE.UU. con los países europeos, este documento toma un giro diferente.
Europa será “irreconocible en 20 años a menos”, declara, por la acogida del continente a las instituciones multilaterales y sus políticas migratorias, que se han convertido en una influencia corruptora de la “identidad occidental”.
En esa sección, la estrategia crudamente declara que los estados de Europa enfrentan lo que llama la “eliminación civilizacional”.
Los líderes europeos han quedado, por lo menos en privado, “horrorizados” por el documento, dijo al podcast nuestro corresponsal en el Departamento de Estado.
“No están sorprendidos de que esta sea la postura ideológica de algunas partes del gobierno, pero verlo articulado dentro de un documento formal de política es bastante preocupante para ellos”, expresó.
La reacción en Europa de lado y lado del espectro político no se ha hecho esperar.
El diario francés de izquierda Le Monde catalogó el quiebre como un “divorcio”, señalando que marca una ruptura histórica con la era posterior al final de la Segunda Guerra Mundial
“El divorcio está finalizado, pendiente de la división de bienes”, escribe el diario en su artículo.
Más diciente aún en términos de la prensa francesa, indica el corresponsal Tom Bateman, es el comentario del diario conservador Le Figaro sobre la aparente contradicción de lo que afirma el documento sobre lo que llama la “pretensión del no intervencionismo” por un lado y, por el otro, el intervencionismo explícito en el caso de los países europeos.
La estrategia textualmente indica la intención de EE.UU. de cultivar la resistencia de los partidos de oposición en los países europeos. Eso implica apoyo a partidos de extrema derecha como el AfD en Alemania, el Partido Reforma en Reino Unido, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, entro otros.
Es un apoyo explícito a los movimientos políticos en Europa que abogan por un nacionalismo económico y una oposición férrea a la migración, que el documento tilda de “partidos patrióticos”.
La estrategia hacia Europa sería una repetición de cómo ha accionado el gobierno de Trump en relación con América Latina, opina el corresponsal de la BBC.
En Argentina, por ejemplo, menciona el rescate económico que Trump aprobó para el gobierno de Javier Milei días antes de que su partido enfrentara elecciones legislativas que definirían el futuro de su proyecto político.
“Eso fue interpretado por los opositores (de Milei) como una evidente interferencia por Estados Unidos”, expresó Tom Bateman.
Ese apoyo se repitió antes de las recientes elecciones en Honduras, cuando Trump indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, que cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico, al tiempo que manifestó su apoyo al candidato de derecha Nasry “Tito” Asfura.
Lo mismo se ha visto en Brasil, con los ataques de Trump contra los tribunales de ese país que condenaron al expresidente de corte “trumpista” Jair Bolsonaro por su intento de golpe tras haber perdido las elecciones en 2022.
La nueva estrategia realza al continente americano, referido como el “Hemisferio Occidental”, como un principal foco de la política exterior de EE.UU.
El gobierno quiere “asegurarse… de que la región permanezca estable y suficientemente bien gobernada para evitar y desalentar la migración masiva hacia Estados Unidos”, lee el documento.
La estrategia introduce la idea de un “corolario Trump” a la doctrina Monroe, posicionando la táctica del gobierno como una secuela a la política del presidente James Monroe en el siglo XIX afirmando la primacía de EE.UU. en el continente americano y repeliendo la interferencia de los poderes coloniales europeos.
El gobierno considera esta renovada atención como necesaria para contrarrestar la influencia de China en América Latina, señala nuestro corresponsal, a pesar de que China no está mencionada directamente en el documento.
China ha logrado obtener demasiada posición económica en la región, según Trump, aunque su insinuación de que está “operando” el Canal de Panamá no es literalmente verdad.
Los recientes esfuerzos diplomáticos, incluyendo la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a países latinoamericanos a comienzos de año, son una señal de la intención de Washington de reafirmar su dominio tanto económico como estratégico en la región.
Aunque la estrategia no se extiende en la dimensión militar de esta política, la campaña de bombardeos aéreos contra supuestos narcotraficantes en el Caribe y la presencia de múltiples acorazados y personal militar estadounidense frente a las costas de Venezuela subraya la amenaza del uso de fuerza militar.
El deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Europa ha sido aparente durante meses.
Una de las primeras señales de la actitud del gobierno de Trump hacia Europa se produjo en enero, cuando el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, emitió un cáustico ataque contra las democracias europeas, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el que reprendió a sus líderes por ignorar las preocupaciones de sus votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
Pero en la práctica, esta incómoda relación se ha desarrollado en otro escenario; la guerra en Ucrania.
El documento parece sugerir que Europa no ha entendido las dinámicas de poder que están en juego y que Estados Unidos debe invertir energía diplomática para estabilizar la región.
La Unión Europea está acusada de obstaculizar los esfuerzos de Washington por termina la guerra en Urania, según el documento, y que EE.UU. deber “restablecer una estabilidad estratégica hacia Rusia”, que a su vez “estabilizaría las economías europeas”.
El mensaje central es que Ucrania debería permanecer siendo un estado viable pero eso requiere reconocer la posición dominante de Rusia.
Donald Trump está “perdiendo la paciencia” con Europa y Ucrania, señala nuestro corresponsal.
“Está claro… la presión está sobre los europeos para que asientan a una postura que los ucranianos básicamente interpretan como una capitulación”, comentó en el podcast.
La tensión en torno a Ucrania ya se manifestó en momentos de alto perfil, incluyendo la reunión en el Despacho Oval de Trump y Vance con el presidente Volodymyr Zelensky en febrero, en la que tacharon al presidente ucraniano de “irrespetuoso” y “desagradecido”.
Los líderes europeos ahora enfrentan la realidad de que EE.UU. podría presionar para lograr un resultado mucho más preferencial para Moscú que para Kyiv.
Rusia recibió con beneplácito la Estrategia de Seguridad Nacional, describiéndola como “ampliamente consistente” con su visión.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional ya ha reconformado los debates en Washington y a lo largo de Europa.
Sus implicaciones para Ucrania, las relaciones EE.UU.-Europa y el orden global más amplio siguen desarrollándose.
Pero el documento deja una cosa inequívocamente clara: el gobierno de Trump pretende redefinir las prioridades de la política exterior de EE.UU. y espera que sus aliados se adapten a esa nueva realidad.
*Con información adicional del podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC
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