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Dictadura constitucional
Lo que quiso decir
Lo que quiso decir
Rubén Aguilar Valenzuela: Socio fundador de Afan y Asociados, S.C. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor... Continuar Leyendo
3 minutos de lectura

Dictadura constitucional

Ya no me va a tocar la restauración de la democracia y lo que queda de mi vida viviré en la dictadura que se ha instaurado en México.
02 de junio, 2025
Por: Rubén Aguilar

En 1990, el peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, dijo una frase que se hizo célebre: “México, la dictadura perfecta”, refiriéndose al régimen político diseñado y operado por el PRI, en un encuentro organizado por el mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de literatura 1990.

López Obrador, después de 18 años de candidato, por la vía democrática en 2018 se hizo de la presidencia de la República en la tercera ocasión que lo intentó. A partir de ese momento, de inmediato, empezó a desmantelar el sistema democrático que se había construido e inicia la restauración del viejo régimen en el que se había formado y militado.

En su gestión violó constantemente la Constitución, violentó la libertad de expresión y de prensa, atacó sistemáticamente a la oposición, a las organizaciones de la sociedad civil, al Poder Judicial, al INE y a todo aquel que no se le sometiera. Empezó el desmantelamiento de los órganos autónomos y utilizó los programas sociales como si fueran un regalo de su propio bolsillo, para comprar la simpatía y adhesión de millones de mexicanos.

Su proyecto de restaurar el sistema político de la “dictadura perfecta”, que siempre fue su modelo a seguir, no pudo lograrlo del todo porque no tuvo la mayoría en el Congreso para cambiar la Constitución, y terminar con el proyecto, tarea que entonces encomendó, con un plan perfectamente delineado, a su sucesora, su discípula de mayor confianza, la ahora presidenta Sheinbaum Pardo.

Ésta ganó la elección con el 54 de los votos, mientras la oposición tuvo el 43; los electores no le dieron la mayoría calificada en las dos cámaras. Ésta la obtuvo con una interpretación que hizo el INE, para entonces ya controlado por el Gobierno, de la cláusula de la sobrerrepresentación, que también fue avalada por el TEPJF, también controlado por el Gobierno. La presidenta desde su cargo empezó a mandar iniciativas de ley, por órdenes de su mentor y líder, para consumar el regreso a la “dictadura perfecta”. Y utilizó todo tipo de maniobras como la compra y amenazas a senadores e incluso de un ministro de la SCJN, para concluir con la instauración del nuevo régimen.

La gran farsa de la jornada electoral, del pasado 1 de junio, que somete al Poder Judicial, al Poder Ejecutivo -el Poder Legislativo ya estaba bajo su control- es un paso fundamental en el proceso de construcción de la dictadura constitucional. La presidenta ha cumplido bien con la ruta crítica que le señaló su antecesor y que él no tuvo posibilidad de terminar. Es ella por la vía de los hechos a la que le ha tocado restaurar el sistema de la “dictadura perfecta”. A ella la sustituirá otra presidenta o presidente, pero seguirá el partido Morena como antes estuvo el PRI. ¿Por cuantos años?. Asumo que a mí ya no me va a tocar la restauración de la democracia y lo que queda de mi vida viviré en la dictadura que se ha instaurado en México.

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Imagen BBC
Por qué los enormes centros de datos que permiten nuestra vida online requieren una enorme cantidad de agua
7 minutos de lectura

La nube digital reside en más de 10.000 centros de datos en todo el mundo. Su número crece constantemente, al igual que las quejas de residentes locales.

13 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Cuando Beverly Morris se jubiló en 2016 pensó que había encontrado la casa de sus sueños: un tranquilo rincón rural de Georgia, rodeado de árboles y tranquilidad.

Hoy, es todo lo contrario.

A solo 366 metros de su porche, en el condado de Fayette, se encuentra un gran edificio sin ventanas, lleno de servidores, cables y luces parpadeantes.

Es un centro de datos, uno de los muchos que están apareciendo en pequeños pueblos de Estados Unidos y en todo el mundo, para alimentar todo tipo de servicios, desde operaciones bancarias en línea hasta herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT.

“No puedo vivir en mi casa si mi casa funciona a medias y no puedo beber el agua”, dice Morris.

Morris cree que la construcción del centro, que es propiedad de Meta (la empresa matriz de Facebook), causó una acumulación excesiva de sedimentos en su pozo de agua. Ahora no tiene más remedio que acarrear agua en cubos para el inodoro.

Morris señala que tuvo que arreglar las cañerías de su cocina para restablecer la presión del agua. Pero la que sale del grifo todavía tiene residuos.

“Me da miedo beber el agua, aunque la sigo usando para cocinar y para cepillarme los dientes”, dice . “¿Me preocupa esto? Sí”.

Meta, sin embargo, afirma que ambas cosas no están relacionadas.

En una declaración a la BBC, Meta dijo que “ser un buen vecino es una prioridad”.

La empresa afirmó que comisionó un estudio independiente de aguas subterráneas para investigar las preocupaciones de Morris. Según el informe, la operación de su centro de datos “no afectó negativamente las condiciones de las aguas subterráneas de la zona”.

Aunque Meta niega haber causado problemas con el agua, en opinión de Morris no cabe duda de que la empresa ya no es bienvenida en su localidad.

“Este era mi lugar perfecto”, dice. “Pero ya no lo es”.

Vista aérea de los edificios de un centro de datos
BBC
Se están construyendo grandes centros de datos en todo el estado de Georgia.

¿Por qué los centros de datos usan agua?

Solemos pensar en la nube como algo invisible, que flota sobre nosotros en el éter digital. Pero tiene una realidad física.

La nube reside en más de 10 mil centros de datos en todo el mundo, la mayoría ubicados en Estados Unidos, seguido de Reino Unido y Alemania.

Con la IA impulsando un aumento de la actividad en línea, esa cifra crece rápidamente. Y también se multiplican las quejas de residentes locales.

En Estados Unidos el auge de estos centros enfrenta el desafío del activismo local. Proyectos por un monto total de US$64.000 millones se han visto retrasados o bloqueados en todo el país, según un informe del grupo de monitoreo de centros de datos Data Center Watch.

Y las preocupaciones no se limitan a la construcción de estos centros. También tienen que ver con el consumo de agua. Mantener los servidores enfriados requiere mucha agua.

“Estos procesadores se calientan mucho”, declaró Mark Mills, del Centro Nacional de Análisis de Energía, ante el Congreso estadounidense en abril. “Se necesita mucha agua para enfriarlos”.

Muchos centros utilizan sistemas de enfriamiento por evaporación, en los que el agua absorbe el calor y se evapora, de forma similar a cómo el sudor absorbe y libera el calor de nuestros cuerpos. En días calurosos, un solo centro de datos puede consumir millones de litros.

Los centros de datos impulsados por IA podrían consumir entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua a nivel mundial para 2027, según un estudio.

Georgia, en el ojo de los centros de datos

Pocos lugares ilustran esta tensión con mayor claridad que Georgia, uno de los mercados de centros de datos de más rápido crecimiento en EE. UU.

Su clima húmedo proporciona una fuente de agua natural y más rentable para enfriar los centros de datos, lo que hace al estado atractivo para las empresas. Pero esa abundancia puede tener un costo alto.

Gordon Rogers es el director ejecutivo de Flint Riverkeeper, una organización sin fines de lucro que monitorea la salud del río Flint en Georgia.

Rogers nos llevó hasta un arroyo debajo de un nuevo sitio de construcción para un centro de datos de la compañía estadounidense Quality Technology Services (QTS).

George Diets, un voluntario local, recoge una muestra de agua y la coloca en una bolsa de plástico transparente. El agua es turbia y marrón.

“No debería ser de ese color”, dice. Para él, esto sugiere flujo de sedimentos y posiblemente floculantes. Estos son productos químicos utilizados en la construcción para unir el suelo y prevenir la erosión, pero si se filtran al sistema hídrico pueden generar lodos residuales.

QTS afirma que sus centros de datos cumplen con altos estándares ambientales y generan millones en ingresos fiscales a nivel local.

Si bien la construcción de estos centros suele estar a cargo de contratistas externos, son los residentes quienes deben enfrentar las consecuencias.

“No deberían hacer esto”, dice Rogers. “Un propietario más rico no tiene más derechos de propiedad que uno con menos recursos”.

Aplicaciones de inteligencia artificial en un celular
Getty Images
Una sola solicitud a ChatGPT puede consumir el equivalente a una botella pequeña de agua.

Devolver más agua

Los gigantes tecnológicos afirman ser conscientes de los problemas y aseguran que están tomando medidas.

“Nuestro objetivo es que para 2030 estemos devolviendo más agua a las cuencas hidrográficas y comunidades donde operamos centros de datos que la que extraemos”, afirma Will Hewes, responsable global de gestión del agua en Amazon Web Services (AWS), la empresa que gestiona más centros de datos a nivel mundial.

Hewes afirma que AWS está invirtiendo en proyectos como la reparación de fugas, la captación de agua de lluvia y el uso de aguas residuales tratadas para refrigeración. En el estado de Virginia, la empresa colabora con agricultores para reducir la contaminación por nutrientes en la bahía de Chesapeake, el estuario más grande de Estados Unidos.

En Sudáfrica e India, donde AWS no utiliza agua para refrigeración, la empresa sigue invirtiendo en iniciativas de acceso y calidad del agua.

En el continente americano, afirma Hewes, el agua solo se utiliza en aproximadamente el 10 % de los días más calurosos del año.

Aun así, todo suma. Una sola consulta de IA, por ejemplo una solicitud a ChatGPT, puede consumir una cantidad de agua equivalente a una botella pequeña de agua que compras en el supermercado. Multiplica eso por miles de millones de consultas al día y la escala queda clara.

Gordon Rogers muestra a una reportera de la BBC una muestra de agua del río Flint turbia y marrón
BBC
Gordon Rogers toma periódicamente muestras de agua para monitorear el estado del río Flint en Georgia.

“No hay vuelta atrás”

El profesor Rajiv Garg enseña computación en la nube en la Universidad Emory de Atlanta. Los centros de datos no van a desaparecer, dice. De hecho, se están convirtiendo en la columna vertebral de la vida moderna.

“No hay vuelta atrás”, afirma el profesor Garg.

Para el académico, la clave es pensar a largo plazo: sistemas de refrigeración más inteligentes, captación de agua de lluvia e infraestructuras más eficientes.

Garg admite que a corto plazo los centros de datos generarán una enorme presión, aunque agrega que la industria está comenzando a virar hacia la sostenibilidad.

Eso no es ningún consuelo para propietarios como Beverly Morris.

Los centros de datos se han convertido en algo más que una simple tendencia del sector: ahora forman parte de la política nacional. El presidente Donald Trump prometió recientemente construir el mayor proyecto de infraestructura de IA de la historia, calificándolo de “un futuro impulsado por datos estadounidenses”.

En Georgia, el sol pega fuerte a través de la humedad densa, un recordatorio de por qué el estado es tan atractivo para las empresas de centros de datos.

Para los residentes locales el futuro tecnológico ya está aquí. Y es ruidoso y sediento y, a veces, convivir con él es difícil.

A medida que la IA crece, el desafío es claro: cómo impulsar el mundo digital del mañana sin agotar el recurso más básico de todos: el agua.

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BBC

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