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Una mirada al feminismo antiespecista. ¡Ni oprimida ni opresora!
Una vida examinada: reflexiones bioéticas
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El Programa Universitario de Bioética (UNAM) desarrolla investigaciones interdisciplinarias, docencia y difusión que promuevan la... Continuar Leyendo
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Una mirada al feminismo antiespecista. ¡Ni oprimida ni opresora!

Dentro del movimiento feminista existe una corriente que no sólo visibiliza la opresión humana, sino que ha incluido en sus esfuerzos a los demás animales que nos acompañan en el planeta.
27 de septiembre, 2023
Por: Sandra Carreón Ángel y L. Susana Cruz Aguilar

A lo largo de los años se han normalizado numerosas prácticas de violencia que se han interiorizado como si fuesen expresiones innatas de la humanidad. Por este motivo, surgen movimientos que visibilizan y se posicionan en contra de estos actos. La idea de que los demás animales existen para nuestro uso converge en el mismo principio ideológico de la dominación: somos objeto para uso, disfrute y beneficio de los hombres.

La relación que mantenemos con los demás animales es de dominación, la cual se fundamenta en el pensamiento dicotómico que mantiene a diversos sistemas de opresión que jerarquizan a los individuos entre quienes son merecedores de consideración moral y de quienes, al no cumplir con las características hegemónicas, resultan excluidos. Esto se evidencia en la alimentación, la vestimenta y el maquillaje, entre otras expresiones que se sostienen desde una justificación cultural o tradicional.

Los individuos son sujetos de dinámicas opresivas basadas en diferentes características como lo son el sexo, la raza y la clase que se cimentan en el heteropatriarcado, sistema estructural de opresión; y que bajo las reflexiones de la ética animal las opresiones de género y especie se refuerzan a través de concepciones binarias —como estamos acostumbrados a organizar nuestros pensamientos— que, además de ser producto de una herencia colonial y europea, privilegian la jerarquización de unos individuos sobre otros.

Catia Faria sostiene que el especismo, como el sexismo, forma parte de una lógica de opresión y jerarquización. Al hablar de especismo no existe la dualidad hombre-mujer, pero sí la falsa dicotomía entre animales pensantes-animales inferiores. A su vez, Carol Hanisch con la frase de “lo personal es político” expresa que la dominación patriarcal va más allá de la esfera pública, puesto que en el ámbito privado se normalizan opresiones que reproducen violencias. Con ello, se ha fortalecido un capitalismo patriarcal que coloniza desde las tierras hasta los cuerpos humanos y no humanos, donde los femeninos son los más susceptibles de ser vulnerados.

Estas violencias reproducen mayor valorización hacia determinados individuos. Por ejemplo: ¿por qué existen leyes que protegen a los perros, pero no a los animales que se explotan para el consumo humano? ¿Por qué los insultos —derivado de un lenguaje especista y sexista— inferiorizan a las mujeres y a los animales no humanos?

Desde los primeros movimientos feministas existieron mujeres activistas que se manifestaban en contra de prácticas crueles con los demás animales, visibilizando en particular la vivisección y llevando una alimentación vegetariana. Por su parte, desde el ecofeminismo se hace el llamado a la erradicación de la violencia estructural y prejuicios antropocéntricos que legitiman la superioridad humana para otorgar la consideración moral de la naturaleza en la que se incluye de manera general a los demás animales.

Con el avance del movimiento por la reivindicación y la equidad de género, desde algunos feminismos se ha evidenciado la existente relación entre especismo, racismo y sexismo, misma que se expresaba en diversos momentos: En un mundo en el que las opresiones están interconectadas, la solidaridad y las luchas deben también converger […] Creo que la cuestión de la comida es la próxima cuestión sobre la que el feminismo tiene que trabajar”  (Angela Davis).

Derivado de la interseccionalidad, los esfuerzos feministas y animalistas, movimientos cuyo punto de engrane es la similitud en las estructuras hegemónicas  de opresión y de consumo, surge la corriente feminista antiespecista, la cual busca la emancipación de las mujeres y de los demás animales, poniendo como referente los cuerpos que tienen la capacidad de gestar, ya que pese a que los animales macho también padecen diversos tipos de violencia especista, las hembras al ser violadas, obligadas a parir sin cesar y al ser despojadas de sus crías, son las que se llevan la peor parte, consecuencia de la creciente industrialización para la satisfacción y placer del ser humano.

En las granjas industriales y todo espacio donde se convierte a los demás animales en objetos de consumo humano, se promueven y perpetúan los mitos que surgen de las designaciones ontológicas que el humano les ha impuesto: “cerdas para pie de cría”, “gallinas ponedoras” y “vacas lecheras”, perpetuando la cosificación animal e invisibilizando la violencia de las prácticas que utilizan para ello.

En la industria de la carne las cerdas son sometidas a permanecer inmóviles, criando a sus lechones en reducidos espacios conocidos como jaulas de gestación. En la industria del huevo, las gallinas viven en condiciones de hacinamiento, produciendo sin descanso más huevos de lo que de manera natural les es posible.

Para la producción de la leche se debe recurrir a la inseminación artificial, procedimiento cruento e invasivo en los cuerpos de las vacas, con el cual se les obliga a ser madres y se les somete a la implementación de tecnologías violentas. Además, por medio de diversos medios se ha evidenciado que las vacas sufren en el proceso de separación de sus crías, incluso algunas persiguen a quienes se las están arrebatando y han escapado para intentar encontrarlas.

Un aspecto que refuerza el patriarcado hegemónico es la asociación de la carne —eufemismo de pedazo de animal muerto— con la virilidad. Carol Adams en su obra La política sexual de la carne hace mención al referente ausente, que es la inexistencia de una identidad detrás del producto final, donde alguien se convierte, únicamente, en algo. 1

Es muy común que dentro del marketing se promuevan los estereotipos de género que difunden una masculinidad hegemónica relacionada con el consumo de carne. Por ejemplo, la empresa Burger King promocionó la “Whopper” doble con el lema “come como hombre”. ¿Será que los hombres veganos desafían la masculinidad hegemónica? ¿Se considera una demostración de sensibilidad no consumir alimentos de origen animal?

Esto nos permite sostener que el feminismo antiespecista representa una postura contundente y congruente para accionar en contra de las estructuras hegemónicas que normalizan la opresión. Desde su consigna base —“Ni oprimidas ni opresoras”— se hace evidente el deber de rechazar el consumo de los individuos más afectados dentro del status quo, así como el deber que tenemos de considerarlos moralmente. Y tiene como reto encontrar la forma de que la sociedad reflexione sobre ¿por qué si hemos logrado descolocar al sexismo, la homofobia y la cosificación femenina, seguimos reproduciendo, incluso dentro de los feminismos, jerarquías opresoras hacia los demás animales?

Asimismo, es necesario entender que para deconstruir las prácticas patriarcales y especistas que reproducimos en la cotidianidad, debemos aceptar nuestros privilegios y las opresiones que estos conllevan; sobre todo, tener el firme compromiso de modificarlos en aras de la construcción de sociedades en las que se reconozca los derechos fundamentales de los demás animales.

Y es así como el feminismo antiespecista aún es una minoría dentro de los feminismos, se va abriendo camino para visibilizar a los individuos que pese a que se resisten no tienen forma alguna de escapar o emanciparse por sí mismos. Como lo menciona Paesky: La justicia social debe ser feminista y antiespecista, puesto que no es posible luchar en contra de la violencia sin considerar a todos los oprimidos.

* Sandra Carreón Ángel es estudiante de la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales por la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Se especializa en patrimonio cultural y sus temas de interés son la liberación animal y los estudios de género. Susana Cruz-Aguilar es licenciada en Derecho con estudios de maestría en Medio Ambiente y Desarrollo. Actualmente es profesora de la asignatura de Bioética en la Facultad de Ciencias. Se especializa en derecho animal y defensa ambiental. Las autoras agradecen a la QFB Rebeca Pérez Flores, activista feminista antiespecista, por la lectura al artículo.

 

Las opiniones publicadas en este blog son responsabilidad exclusiva de sus autores. No expresan una opinión de consenso de los seminarios ni tampoco una posición institucional del pub-unam. Todo comentario, réplica o crítica es bienvenido.

 

1 Adams, Carol J. (2016). La política sexual de la carne. Una teoría crítica feminista vegetariana. Madrid: Ochodoscuatro Ediciones, p. 125.

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Imagen BBC
El exmilitar detrás de la operación “Dinamita dorada”, el plan secreto para sacar de Venezuela a María Corina Machado
6 minutos de lectura

El líder de la operación asegura que su organización está construyendo infraestructura en Venezuela para extraer a personas del país en caso de que comience una guerra con Estados Unidos.

12 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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La operación de rescate para sacar de Venezuela a la líder opositora y premio Nobel María Corina Machado incluyó disfraces, dos barcos en mares agitados y un vuelo, según ha contado a la BBC el hombre que dice haberla dirigido.

Bautizada como “Operación Dinamita Dorada”, el peligroso viaje fue frío, húmedo y largo, pero la “formidable” Machado no se quejó ni una sola vez, según Bryan Stern, fundador de la Grey Bull Rescue Foundation.

“El mar está muy agitado. Está completamente oscuro. Usamos linternas para comunicarnos. Da mucho miedo, pueden salir mal muchas cosas”.

A pesar de los riesgos, todo salió bien. Machado llegó sana y salva a Oslo, Noruega, para recoger su Premio Nobel de la Paz justo antes de la medianoche del miércoles.

Tras haber vivido escondida en su propio país desde las controvertidas elecciones del año pasado en Venezuela, Machado no había aparecido en público desde enero. Sus hijos adultos, a quienes no había visto en dos años, estaban en Oslo para recibirla.

Grey Bull se especializa en misiones de rescate y evacuaciones, especialmente en zonas de conflicto y desastre. Un representante del equipo de Machado confirmó a CBS News, socio mediático de la BBC en Estados Unidos, que la organización estaba detrás de su operación de rescate.

Stern explicó que Grey Bull llevaba meses consolidando su presencia en el Caribe, incluida Venezuela y la vecina isla de Aruba, para prepararse para posibles operaciones en Venezuela.

“Hemos estado construyendo infraestructura sobre el terreno en Venezuela diseñada para sacar a estadounidenses, aliados, británicos y otras personas en caso de que comience la guerra en Venezuela”, declaró a la BBC.

Las especulaciones sobre una posible acción militar de Estados Unidos contra Venezuela han ido en aumento después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, pidiera al presidente Maduro que abandonara el cargo, acusándolo de enviar narcóticos y asesinos a Estados Unidos.

Según Stern, el reto en este caso consistía en sacar del país a alguien tan conocido como María Corina Machado, un nombre muy popular en Venezuela para la oposición.

Ninguna de las infraestructuras que su empresa había construido en el país, dijo, estaba “diseñada para la segunda persona más popular del maldito país con una diana en la espalda”.

María Corina Machado detrás de unos micrófonos y con un cartel del premio Nobel de la Paz detrás.
Lars Martin Hunstad/Bloomberg via Getty Images
María Corina Machado logró llegar a Oslo en la madrugada del jueves.

Cuando entró en contacto por primera vez con el equipo de Machado, al principio no le revelaron su identidad, pero afirmó que fue capaz de adivinarla.

Se pusieron en contacto con él a principios de diciembre, a través de un contacto que conocía al equipo de Machado, y este era al parecer el segundo intento de sacarla de Venezuela, después de que el plan inicial “no saliera bien”, según dijo.

La operación se denominó “Dinamita Dorada” porque “(Alfred) Nobel inventó la dinamita” y Machado intentaba llegar a Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz.

Las cosas se movieron rápidamente. Stern dijo que habló con el equipo el viernes, que se desplegaron el domingo y que el martes ya habían completado su misión.

Su equipo había explorado varias posibilidades para sacar a Machado del país y se decidió por un plan que implicaba un tumultuoso viaje por mar.

Para proteger su futuro trabajo en Venezuela, Stern solo puede revelar algunos detalles del viaje.

Por tierra, trasladaron a Machado desde la casa donde se escondía hasta el punto de recogida de una pequeña embarcación, que la llevó frente a la costa hasta un barco un poco más grande, donde se reunió con él.

El viaje se realizó en “mares muy agitados”, con olas de hasta 3 metros de altura, en “una oscuridad total”, según contó.

“El viaje no fue agradable. Hacía frío, llovía mucho, estábamos empapados, las olas eran muy fuertes, y eso lo aprovechamos. La llevamos a tierra firme, hasta donde estaba su avión, y ella voló a Noruega”.

A lo largo del viaje, se tomaron varias medidas para ocultar y disimular su rostro y su perfil “digital”, ya que se trata de una política muy conocida.

“La amenaza biométrica es muy real”, señaló, y añadió que se tomaron medidas para asegurarse de que no pudiera ser localizada a través de su teléfono.

Stern dijo que María Corina Machado se comportó de manera “impresionante” a pesar de las dificultades durante el viaje, aceptando un jersey para abrigarse cuando él se lo ofreció, pero sin pedir nada más.

“Estaba empapada y helada, pero no se quejó ni una sola vez”, dijo riendo, reconociendo que la operación era muy peligrosa porque el agua “no perdona”.

“Si conduzco un barco y se me avería el motor, tendré que nadar hasta Venezuela”.

Cuando se le preguntó cómo podía garantizar la seguridad de los venezolanos que ayudaron en la operación, Stern respondió que mantuvieron sus identidades en secreto y que “nosotros [Grey Bull] realizamos muchas operaciones encubiertas”.

El portaaviones USS Gerald Ford.
Alyssa Joy/U.S. Navy via Getty Images
Stern asegura que Estados Unidos, que ha desplegado una enorme fuerza naval en el Caribe desde donde ha atacado embarcaciones que supuestamente salían de Venezuela con droga, no financió la operación, pero que fueron contactados de manera “informal”.

Muchos de los que ayudaron ni siquiera se dieron cuenta de que estaban trabajando para él, dijo Stern, mientras que otros creen que “conocen toda la historia”, pero en realidad no es así.

“Hay personas que hicieron cosas que eran benignas desde su perspectiva, pero que desde la nuestra eran fundamentales para la misión”.

Afirmó que la operación fue financiada por donantes, y no por el gobierno de Estados Unidos: “Nunca hemos recibido una nota de agradecimiento del gobierno de Estados Unidos, y mucho menos un dólar”.

Stern aseguró que se coordinó con algunos Estados nacionales y con los servicios de inteligencia y diplomáticos de varios países. Esto incluyó alertar a Estados Unidos de manera “informal”.

Machado ha dicho que tiene la intención de regresar a Venezuela, pero el Stern afirma que le aconsejó que no lo hiciera.

“Le dije: ‘No vuelvas. Eres madre. Te necesitamos’. Ella hará lo que tenga que hacer… Entiendo por qué quiere volver, porque es una heroína para su pueblo.

“Ojalá no volviera, pero tengo la sensación de que lo hará”.

BBC

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