
Para entender mejor
El 25 de septiembre, el arquitecto Guillermo Cuitláhuac Guzmán García estaba a solo unas horas de cumplir 45 años. Esa mañana, varios familiares y amigos dicen haberlo visto sonriente, conduciendo su camioneta por las calles de Uruapan, Michoacán. Tampoco era una excepción, coinciden: lo recuerdan como un hombre sociable, alegre y de carácter cálido, “con mucho carisma”.
“Al regresar de la universidad vi a mi papá pasar por la calle y lo saludé”, cuenta Valeria, nombre ficticio a petición de la entrevistada. “Serían como las 11:30 o 12. Se veía tranquilo, muy normal. Al día siguiente era su cumpleaños e iba a ir a Morelia a jugar un torneo de pádel. En la noche íbamos a festejar con él”.
Pero Guillermo no volvió a casa, ni respondía el celular.

Horas después, su camioneta apareció abandonada en la carretera a Cuatro Caminos, un punto intermedio rumbo a Apatzingán: una región y una ruta muy golpeada desde hace años por la violencia y las disputas entre Cárteles Unidos, Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El arquitecto conocía bien esa ruta —donde entrenaba a alumnos en un club de pádel y supervisaba una obra—, pero ese día no tenía programado viajar.
Por eso sorprende que el vehículo fuera hallado a más de 80 kilómetros de Uruapan y trasladado al corralón de Apatzingán. Y sorprende aún más que las cámaras de vigilancia lo ubicaran por última vez en el domicilio de una mujer que, tras la desaparición, declaró no haberlo visto. Una contradicción que, sumada a la falta de más pistas, compone un rompecabezas que la Fiscalía de Uruapan no logra ordenar.
A casi tres meses, la familia vive entre la angustia y el desgaste, en un contexto donde operan al menos cuatro grupos criminales en Uruapan —y donde el pasado 1 de noviembre fue asesinado el alcalde independiente Carlos Manzo— y donde la inacción de las fiscalías estatales y federales sigue dejando investigaciones a medio camino arrumbadas en un cajón.
“Al inicio hubo algo de avance, no tan rápido como queríamos, pero algo”, dice Valeria, que lamenta: “ahora todo está pausado. Y eso nos preocupa, porque cada día que pasa el caso se va quedando en el olvido. Estamos muy angustiados”.

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, hasta el 11 de diciembre de 2025 Uruapan suma 83 denuncias por personas desaparecidas; 48 de ellas —el 60 %— siguen sin localizarse, y una más fue hallada sin vida.
La cifra representa una reducción del 33 % respecto del mismo periodo del año anterior. Pero en la calle casi nadie percibe esa disminución. La mayoría coincide en que los números oficiales están lejos de reflejar la magnitud real del problema en una ciudad que acumuló casi 500 asesinatos entre 2023 y septiembre de 2025. No es casual, dicen varios habitantes, que en Uruapan no existan colectivos de búsqueda formalmente constituidos.
“Aquí a cada rato hay desapariciones, pero todo está muy silenciado”, comentó un taxista la noche del 3 de noviembre para un reportaje publicado por Animal Político tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo.
La unidad avanzaba bajo el conocido “puente de los colgados”, en el bulevar Industrial: el mismo sitio donde, la madrugada del 8 de agosto de 2019, aparecieron nueve cuerpos suspendidos y, a unos metros, restos desmembrados de otras siete personas y tres cuerpos dentro de bolsas. En noviembre de 2023, madres buscadoras intentaron resignificar el lugar cubriendo sus muros con fichas de niños, mujeres y hombres desaparecidos. Aquel memorial improvisado sigue siendo, prácticamente, la única evidencia pública de una tragedia constante: las desapariciones forzadas en Uruapan.
Cuando se le pregunta a Valeria si su padre pudo haber sido víctima del crimen organizado, la joven hace una pausa y reconoce que la Fiscalía no les ha confirmado ninguna hipótesis. Pero tampoco puede descartar nada. Revela que, aunque Guillermo nunca habló de intentos de extorsión por cobro de piso —otro delito frecuente que pocas veces se denuncia—, su familia vivió episodios que podrían apuntar a presiones criminales.

Guillermo construía un inmueble de tres niveles para renta comercial. Estaba por colocar los ventanales cuando, en dos ocasiones, sujetos desconocidos los quebraron a pedradas y dejaron una nota.
“Fue muy raro. La nota decía que no querían que abriéramos el local”, recuerda Valeria. “Tratamos de ignorarlo, pero sí lo denunciamos”.
Poco después, en 2025, el edificio sufrió un nuevo ataque: lo incendiaron.
También lee: “Aquí nadie se salva de pagar cuota al narco”: así se vive con las extorsiones en Uruapan
Valeria no tiene claridad sobre quién pudo estar detrás. Cree que, si se hubiera tratado de un cártel, habrían ido directamente a exigir el pago de la extorsión. Pero también admite que su padre pudo haber ocultado algo para evitar preocuparlos.
“Mi papá nunca mostró miedo: seguía saliendo a jugar pádel, se iba temprano a Apatzingán, salía de noche… No parecía escondido ni amenazado, pero la verdad es que no sabemos”.

De lo que sí tienen indicios es de lo ocurrido el día de la desaparición. Las cámaras de vigilancia muestran que Guillermo se reunió con una mujer que, en un primer momento, aseguró a las autoridades no haberlo visto ese día.
“Tres días después de la desaparición, la Fiscalía le llamó por teléfono en altavoz”, relata Valeria. “Mi mamá escuchó cómo contestó muy fría, sin mostrar preocupación. Dijo que sí lo conocía, que había trabajado ahí, pero que ya no se veían. Eso fue antes de que supiéramos por las cámaras que sí estuvieron juntos”.
Sigue leyendo: EU condena violencia política tras asesinato de Carlos Manzo; “estamos presionando a México para combatir crimen”: portavoz
Esa contradicción, sumada a un mensaje que la mujer envió a Guillermo invitándolo a comer por su cumpleaños, es para la familia una línea de investigación fundamental.
“¿Por qué mintió? Eso se tiene que investigar”, insiste Valeria.

La familia teme que el caso quede atrapado en un limbo institucional. Tras el asesinato del alcalde Manzo, hubo cambios internos en la Fiscalía de Uruapan y ahora no saben si la carpeta será trasladada a Apatzingán, donde el vehículo sigue en el corralón.
“Todo está como en pausa… Nos dijeron que revisarían cámaras en la zona de San Pedro, donde se vio la camioneta, pero nunca nos volvieron a llamar. Tampoco nos han citado para mostrarnos si hubo seguimiento. Y ni siquiera la mujer sospechosa fue a declarar; fue su hija. Eso es muy raro”.
Te puede interesar: Se extiende extorsión a comerciantes, transportistas y hasta en servicio de internet en Michoacán
Mientras las dudas crecen, también lo hace la desesperación entre familiares y amigos de Guillermo, quienes incluso acudieron con el alcalde Manzo antes de su asesinato para pedir apoyo. Hoy, sin su respaldo, la incertidumbre es aún mayor.
“Estamos muy angustiados. No tenerlo nos duele mucho, a todos. Pero seguimos confiando en que Dios nos dará la posibilidad de encontrarlo con vida”, concluye Valeria.

Según cifras del gobierno, 14,2 millones de personas viven bajo el nivel de pobreza en Reino Unido. Algunas familias dependen de bancos de alimentos para cubrir todas sus necesidades.
El esposo de Nicole, una madre de cinco hijos que vive en el Gran Manchester, en el noroeste de Inglaterra, trabaja a tiempo completo, pero el dinero no le da para llegar a fin de mes.
Y aunque asegura que a sus pequeños no les falta lo esencial, la familia ha tenido que recurrir a bancos de alimentos para atender todas sus necesidades.
Esto pese a la presión social generada por las personas que ven con recelo las prestaciones sociales para los más necesitados en Reino Unido.
“Me avergonzaba usar los bancos de alimentos, especialmente con mi esposo empleado. Pero algunas personas no se dan cuenta de los problemas [económicos] que pueden enfrentar las familias aun cuando trabajan”, sostuvo Nicole el pasado noviembre en una entrevista con la BBC sobre un posible aumento de ayudas sociales para los hogares con más de dos niños.
“Ellos no se dan cuenta de que las circunstancias de todos no son iguales. Y son los niños los que están sufriendo por ello, ¿cómo puede la gente ignorar eso?”, agregó.
La familia de Nicole no está sola en esta problemática.
El gobierno estima que 14.2 millones de personas están bajo el nivel de pobreza luego de pagar los costos relacionados con la vivienda.
Mientras que el número de niños en situación de pobreza en Reino Unido alcanzó su nivel más alto desde que comenzaron los registros comparativos en 2002.
Para abril de 2024, 4.5 millones de menores eran parte de un hogar con ingresos relativamente bajos, según la medida oficial del gobierno para definir la pobreza.
La cifra, publicada por el Departamento de Trabajo y Pensiones, supone un aumento de 100 mil niños respecto al año anterior, y equivale al 31% de los niños del país.
El número aumentó drásticamente desde 2021, y Child Poverty Action Group (CPAG), una ONG que investiga sobre la pobreza infantil en Reino Unido, predice que 4.8 millones de niños estarán en situación de pobreza para el final de término del actual gobierno laborista (2029-30).
Adam Corlett, un economista del think thank Resolution Foundation, le dijo a la BBC en marzo que “los datos más recientes son un recordatorio contundente de la magnitud de la privación entre las familias, con casi un tercio de los niños en Gran Bretaña viviendo ahora en la pobreza”.
Danielle, una madre de cuatro niños, tuvo una relación de 15 años con el padre de sus hijos que terminó en enero.
Ahora está sola y sin empleo; dejó su trabajo para cuidar a uno de sus pequeños que tiene una discapacidad.
En una entrevista con la BBC también en noviembre, comentó que tuvo que advertirle a sus niños sobre la posibilidad de no poder regalarles “mucho” por Navidad.
“Ahora estoy sola y es difícil”, sostuvo.
Cuando Danielle se separó de su pareja, ella y sus hijos, de entre dos y 13 años, recibieron apoyo de la organización benéfica para personas sin hogar The Wallich.
La familia fue trasladada a un alojamiento temporal, pero la mudanza significó que “perdió parte de su red de apoyo”, comentó, por su parte, Jamie-Lee Cole, quien trabaja en la ONG.
“Y ahora estoy en esta situación en la que no puedo ir a trabajar, pero espero que algún día pueda volver a hacerlo”, añadió Danielle, de 32 años.
La mujer afirmó que sus hijos carecen de “muchas cosas” y que está preocupada por la temporada festiva.
“Hoy en día nada es barato”, indicó.
“Les dije que pueden tener lo que yo pueda permitirme, y si no lo tienen, no hay nada que pueda hacer”.
Danielle y Nicole, ambas en entrevistas realizadas en fechas separadas, afirmaron que una nueva política impulsada por el gobierno Laborista del primer ministro Keir Starmer podría ser de gran ayuda para sus familias.
La iniciativa, sin embargo, no entrará en vigor hasta 2026.
Desde 2017, por una política aprobada durante el gobierno del conservador David Cameron, en Reino Unido las familias de bajos ingresos están impedidas de reclamar ayuda social para más de dos hijos.
Datos publicados por BBC News en noviembre señalan que esto hizo que 1.6 millones de niños que pertenecen a familias numerosas no pueden solicitar ayudas.
Este límite se eliminará a partir de abril de 2026, según anunció la actual ministra de Hacienda, Rachel Reeves, en la presentación del nuevo presupuesto.
La organización benéfica Trussell Trust, que dirige una red de bancos de alimentos, dijo que el límite de dos hijos es “el principal factor que impulsa la pobreza infantil” y eliminarlo sería “lo correcto”.
La organización afirmó que la limitación empujó a millones de familias a una mayor precariedad e impide que los niños tengan un “buen comienzo en su vida”.
“Cada semana, los bancos de alimentos en la red de Trussell apoyan a padres que han hecho todo lo posible para proteger a sus hijos del hambre”, dijo Helen Barnard, directora de políticas en Trussell.
“Se saltan comidas durante semanas para que los niños tengan suficiente para comer, convirtiendo en juegos el envolverse en mantas para evitar encender la calefacción, intentando fingir que todo está bien, pero no lo está”, agregó.
El gobierno laborista recibió críticas de la oposición en el Parlamento, que alega que ha perdido el control del sistema de bienestar, y que el coste de su medida caerá sobre los contribuyentes.
Revees insiste en que está “totalmente financiado”, porque su administración atendió los problemas de fraude y los errores en el sistema de bienestar, y tomó medidas contra la evasión fiscal y reformó los impuestos sobre las apuestas de juego.
Nicole afirma que hay un “concepto errado” sobre las familias que reciben ayudas del gobierno.
Y que esa idea hace que sus problemas sean peores.
“He trabajado desde que tengo 13 años, siempre le he pagado al sistema y ahora, cuando lo necesito, siento que no está ahí para nosotros”, comentó.
De acuerdo con el Departamento del Trabajo y Pensiones, 59% de los hogares que se vieron afectados por la restricción de dos hijos tienen personas que trabajan.
Desde que tuvo su hijo más joven, dice que el costo de vida ha incrementado. Ahora está constantemente preocupada por el dinero.
Y siento que ha sido “castigada” por tener más de dos hijos.
“Nuestros hijos siempre tienen lo necesario, nos aseguramos de ello, pero es una preocupación constante. Comida, libros, uniforme escolar”, señaló.
“Llevo 12 años usando la misma ropa”, dijo la mujer de 30 años”.