El sistema de registro de compras del gobierno federal, Compranet, a cargo de la Secretaría Anticorrupción, cuya titular es Raquel Buenrostro, registró “por error” al menos 7 mil 200 millones de pesos en contratos a nombre de Ethomedical, S. A. de C. V., cuyos dueños son socios del yerno de Rocío Nahle, gobernadora de Veracruz.
El supuesto “error” no fue demostrado, pero el IMSS aseguró que se trató de una equivocación a la hora del registro de los contratos y que habían sido realizados por menores montos o que no habían existido. Sin embargo, fueron registrados con número de procedimiento y tienen un folio único.
Además, por primera vez en 26 años de funcionamiento, Compranet estuvo caída en tres ocasiones durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Y, aún restaurada, los contratos de esta empresa estuvieron “desaparecidos” de la plataforma, lo que impidió su acceso por al menos dos meses.
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Al preguntar a la Secretaría Anticorrupción la razón por la que los contratos de Ethomedical no estaban disponibles, el área de prensa respondió que se trataba de adjudicaciones directas, “por lo que los documentos adicionales están bajo control de la Unidad Contratante”.
Diseño: Darien Cruz @darien_cl
Sin embargo, esto habría sido una violación a la Ley de Adquisiciones. La legislación, vigente entonces, obligaba a la administración pública a difundir todos los procedimientos de compra pagados con recursos federales, incluyendo las adjudicaciones directas.
Animal Político reveló este martes que el IMSS y Birmex entregaron 1 mil 198 millones de pesos en contratos a las empresas Ethomedical, S. A. de C. V. y Abastecedora de Medicinas y Materiales, S. A. de C. V., propiedad de la familia de Aldo Pérez, socio de Fernando Bilbao, yerno de la gobernadora Nahle.
Con las adjudicaciones disponibles a finales de año en la plataforma, los restablecidos en marzo, y decenas de solicitudes de transparencia se pudo comprobar que las empresas vendieron hasta 885 % más caras las medicinas.
Aunque en el desarrollo de esta investigación se detectaron inconsistencias en los contratos registrados a nombre de la empresa con vínculos con el yerno de una gobernadora morenista, no es el único ‘error’.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó, en una revisión a las compras realizadas en 2020 –el segundo año del gobierno de AMLO–, que registraron 2 mil 902 contratos donde los proveedores no coinciden en sus números de contratos; y en 2 mil 201 contratos hay errores en el importe.
Con base en la revisión de los listados de Excel públicos donde se registran todos los contratos de la administración pública realizados durante los últimos seis años, se detectó que Ethomedical habría recibido 8 mil 427 millones de pesos en contratos de adjudicación directa entre 2020 y 2024.
El contrato más oneroso, por 4 mil 800 millones de pesos, estaba registrado en el procedimiento AA-050GYR029-E475-2021 del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada del IMSS (OOAD) de Sinaloa. E incluso el contrato tenía un folio único (2692277) en Compranet.
Al solicitar la comprobación de esta compra vía transparencia, el Órgano de Sinaloa únicamente entregó pedidos, entregas y facturas por 4 millones 700 mil pesos, con inconsistencias.
Una de ellas fue la discrepancia entre la factura por 156 piezas del tratamiento contra cáncer, Bleomicina por un costo unitario de 2 mil 580 pesos, mientras en el reporte de entrega a farmacias se registró un precio de 19.60 pesos de cada pieza.
Los otros tres contratos más onerosos eran por 1 mil 231 millones de pesos; 835 millones de pesos y 416 millones de pesos. Todos, de la delegación de Sinaloa y con números de folio únicos.
Al solicitar entrevista al IMSS sobre esta investigación, respondió en una carta que dichos contratos eran “errores de registro”, toda vez que al preguntarle a la delegación Sinaloa y revisar en su sistema interno de pagos, los contratos en realidad eran por 11 millones de pesos; 1 millón y 600 mil pesos, respectivamente, mientras que en un cuarto proceso no había ningún pago a Ethomedical.
Sin embargo, desde 2021 –fecha en que se registraron– y hasta 2025, no había ningún reporte sobre estas inconsistencias, aún cuando los errores sumaron 7 mil 200 millones de pesos en una fuente de información oficial.
Funcionarios del IMSS explicaron que suelen ocurrir errores de registro en Compranet sin ser corregidos porque la antigua plataforma no permitía hacer modificaciones una vez publicada la información.
Animal Político verificó la información con las facturas entregadas vía transparencia por el IMSS y se confirmó en la Cuenta Pública que Sinaloa gastó 2 mil 608 millones de pesos en la compra de medicinas ese año.
De ahí que, para esta investigación, se descartaron estos cuatro contratos a la hora de contabilizar los recursos entregados a Ethomedical. Únicamente se consideraron los 1 mil 134 millones de pesos de 756 contratos cuya existencia se pudo confirmar a través de Compranet, solicitudes de información y la Plataforma Nacional de Transparencia.
La detección de estos errores no es cosa menor. Compranet había sido una fuente confiable y esencial para vigilar las contrataciones públicas desde su creación, en 1996, toda vez que la herramienta fue la sustitución de las negociaciones en lo privado entre funcionarios y empresarios.
En Compranet, por obligación de la Ley de Adquisiciones, se debían publicar todos los documentos referentes a cada contratación: convocatoria, junta de aclaraciones, apertura de propuestas, fallo y contratos. Y todos los involucrados y ciudadanos podían vigilar las 460 contrataciones diarias que hace el gobierno Federal en tiempo real.
Gracias a esta herramienta de acceso público se pudo documentar periodísticamente los casos de corrupción a través de licitaciones amañadas, contrataciones a empresas fantasma, entre otros, en los últimos cuatro sexenios.
Sin embargo, la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum propuso una reforma a Compranet que legalizó la opacidad.
Esto porque la reforma a la Ley de Obras Públicas y Servicios facultó a la Secretaría Anticorrupción para autorizar que existan procedimientos de contratación sin utilizar la Plataforma; es decir, sin que los procedimientos sean publicados y abiertos. Además, sin explicar exactamente cuáles serían esos casos de excepción.
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Pero aún cuando se establecieran los parámetros para las excepciones, por primera vez en tres décadas se volvió a permitir que las negociaciones de contratación del gobierno sean de forma privada, sólo con la participación de ciertos funcionarios con empresarios, y sin que los ciudadanos puedan vigilar cada paso del proceso en tiempo real.
“En casos excepcionales y justificados, la Secretaría podrá autorizar que se lleven a cabo los procedimientos de contratación sin utilizar la Plataforma, conforme a las disposiciones que se establezcan en el Reglamento de esta ley”, establece el artículo 74 de la Ley de Obras reformada.
También habrá excepción de transparencia de contratos dentro de Compranet para el Ejército cuando ejecuten obras en el marco de convenios intergubernamentales para “proyectos prioritarios”.
Además se incluye una nueva figura llamada “diálogo competitivo”, donde la institución entabla un diálogo con los proveedores interesados para dar a conocer información sobre los bienes o servicios que se busquen adquirir. La negociación continuará hasta alcanzar un acuerdo benéfico para la institución.
Aunque este método se ocuparía para bienes o servicios especializados para generar un proceso de contratación colaborativo, el Instituto Mexicaro para la Competitividad (IMCO) alertó la necesidad de realizar un monitoreo constante, debido a que los diálogos entre funcionarios y empresas incrementa el espacio de contacto y el riesgo de corrupción.
Estas adecuaciones son contrarias a los criterios de máxima transparencia impulsados en 20 años de reformas en la materia, que consideraba que todo ciudadano tenía derecho a conocer absolutamente todo lo referente a cualquier contratación pagada con recursos públicos; salvo excepciones como afectar la seguridad nacional en caso de que la información se hiciera pública.
Con la reforma de la presidenta también se eliminó Compranet y en su lugar crearon la Plataforma Digital de Contrataciones, aunque especialistas advirtieron la falta de certeza sobre el traspaso del archivo histórico de contrataciones de 30 años y que abarcan los gobierno de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Tampoco hay seguridad de que cualquier persona pueda obtener información vía transparencia de las negociaciones, por ejemplo, en los “diálogos estratégicos” o de aquellos contratos que no se publiquen en Compranet.
El gobierno de Sheinbaum desapareció el INAI, el organismo autónomo de acceso a la información. Aunque supuestamente el derecho a la información seguirá siendo ejercido a través del nuevo organismo, Transparencia para el pueblo, éste estará a cargo de la Secretaría Anticorrupción. Es decir, el gobierno será juez y parte para definir si entrega o no información.
De ahí que desde hace 22 años, académicos, activistas y periodistas impulsaron la creación de un organismo autónomo para dirimir estas controversias de acuerdo a la Ley de Transparencia. Por ejemplo, si una dependencia se negaba a entregar información a un ciudadano que la solicitaba, el INAI analizaba la solicitud y en caso de que las personas tuvieran la razón, obligaba a los funcionarios públicos a entregar la información pública.
Ahora, un ciudadano podrá solicitar información a través de Transparencia para el pueblo, pero si se la niegan, la única posibilidad de obtenerla será interponiendo juicios ante tribunales.
Por primera vez en 26 años, Compranet estuvo fuera de servicio durante meses en dos ocasiones durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Su gobierno decidió pasar la responsabilidad a la Secretaría de Hacienda, cuando la Oficial Mayor era Raquel Buenrostro, y quien ahora es titular de la la Secretaría Anticorrupción, desde donde nuevamente estará a cargo del registro de contratos públicos.
Compranet colapsó y estuvo fuera de funcionamiento durante 17 días en julio de 2022. Luego sumó más intermitencias en 2023 y en 2024 pasó meses sin funcionar. Al inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, no se podía consultar las contrataciones previas a 2022, lo que incluía todos los procedimientos de compra durante la pandemia de Covid.
En 2022, tras una primera caída del sistema, Hacienda aseguró que se debía a problemas técnicos, pero Animal Político reveló que la empresa Bravosolution México, a cargo de la operación de Compranet durante los 12 años previos, dejó de proveer el servicio desde el 31 de diciembre de ese año debido a la falta de pagos.
En 2020, tras la decisión de pasar Compranet a responsabilidad de la Secretaría de Hacienda, la Auditoría Superior de la Federación detectó “debilidades en el registro”. En 32 mil 661 contratos, lo que representó 21.2 % del total de procedimientos realizados ese año, presentó “al menos 1 de sus 24 características sin información”.
Además, en 2 mil 902 contratos que representan 5.4 % del total de contratos de 2020, los proveedores no coinciden en sus números de contratos y en 2 mil 201 (5.7 %) son diferentes en la cantidad de importe de contrato.
Por ello, la Auditoría recomendó al gobierno implementar “mecanismos de seguimiento y control que permitan asegurar que se cuente con información fidedigna, confiable y relevante que contribuya a la transparencia, honradez y eficiencia de las compras y contrataciones”.
Esto, “para medir su contribución en la atención del problema público relativo a que, las adquisiciones, contrataciones y servicios y obras públicas relacionados con las mismas del sector público son una fuente potencial de corrupción”.
Desde 2001, el colectivo artístico chileno Casagrande ha lanzado lluvias de poemas sobre ciudades como Santiago, Madrid, Guernica, Londres y Dubrovnik transformando memorias dolorosas en momentos de belleza reflexión.
Sus ojos estudian atentamente el cielo con expectativa.
Esta vez, sin embargo, no observan con una sensación de miedo, ansiedad ni urgencia, sino con intriga y emoción.
Y su entusiasmo queda bien recompensado. Un helicóptero que sobrevuela en lo alto lanza una gran nube de cientos de miles de coloridas papeletas que se esparcen en el aire y caen revoloteando lentamente sobre la muchedumbre.
Hay gritos de asombro, muchos saltan para agarrar las esquivas papeletas, otros alzan a sus niños para alcanzarlas o esperan a que caigan al suelo para recoger todas las que puedan y ver qué contienen.
Son poemas. 100, para ser exactos -50 escritos por poetas contemporáneos chilenos y 50 por poetas de la localidad donde sucede el evento- impresos en 100.000 tarjetas del tamaño de un marcador de libro.
Esta lluvia de versos, en lugar de explosivos, transforma los dolorosos recuerdos del pasado en un momento de belleza y reflexión y convierte el espacio público en un ambiente de arte y literatura.
Ese es el propósito del colectivo artístico chileno Casagrande, que ya lleva más de dos décadas realizando estos eventos en diferentes ciudades del mundo, cuyas poblaciones civiles han sido víctimas de bombardeos aéreos.
El más reciente sucedió este miércoles 14 de mayo, en Rotterdam, para coincidir con el 85 aniversario del bombardeo nazi que devastó esa ciudad de Países Bajos.
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Casagrande está conformado por tres artistas chilenos: Julio Carrasco, Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi, todos nacidos en 1973, el año en que Chile sufrió el cruento golpe militar contra el gobierno democrático de Salvador Allende.
Surgieron como un colectivo cultural en torno a una revista que hacía arte interpretativo en espacios públicos, un género conocido como performance.
En 2001, decidieron aprovechar la apertura al público del Palacio de la Moneda, en la capital de Santiago -la sede presidencial que fue bombardeada por las fuerzas militares el 11 de septiembre de 1973- para “hacer un nuevo bombardeo, pero esta vez con poemas de poetas chilenos de nuestra generación”, expresó Joaquín Prieto a BBC News Mundo.
“Fue toda una experiencia liberadora”, relató. “Fue un momento en que volvíamos a reconocer un espacio simbólico, como el Palacio de la Moneda bombardeado, en una nueva instancia, en una nueva imagen, viendo caer estos poemas”.
La reacción fue tan grande que decidieron reproducir el proyecto en otras ciudades con la idea de lanzar poemas sobre los lugares que han sido bombardeados en el pasado sin ser objetivo militar.
Eso los llevó a Dubrovnik, Guernica, Varsovia, Berlín, Londres, Milán y Madrid. El más reciente evento lo realizaron este miércoles en Róterdam, la segunda ciudad de Países Bajos.
El 14 de mayo de 1940, a la 1:27 de la tarde (hora local), la Alemania nazi inició un bombardeo sobre Rotterdam que devastó la ciudad. La mayoría de los edificios históricos quedaron aplastados, salvo la catedral de San Lorenzo.
Contrario a la reconstrucción de otros cascos antiguos europeos tras los conflictos bélicos, Rotterdam se erigió de cero, con diseños de vanguardia y posteriormente la creación de la gran esplanada Binnenrotte, seleccionada por los artistas para su bombardeo poético.
“Es un lugar bien emblemático porque se volvió a reconstruir la ciudad con una arquitectura moderna, con las casas cubo y el edificio lápiz, pero al mismo tiempo está la catedral, como un recuerdo de lo que quedó en pie”, señaló el artista Prieto.
El lanzamiento de los poemas se realizó el mismo día del indiscriminado bombardeo alemán hace exactamente 85 años, sin embargo, es la única vez que los artistas de Casagrande hacen coincidir las fechas de sus eventos.
“Queremos que los bombardeos de poemas se inscriban también en la historia con otra fecha en la que las ciudades recibieron, no bombas, sino poemas”.
El colectivo chileno trabajó en esta ocasión en coordinación con el festival de poesía de Róterdam Poetry International que inicia la celebración de su 25.ª edición.
“Ellos han sido clave. Nos invitaron y comisionaron para hacer esto”, explicó Prieto.
El proyecto está armado con varios elementos. Como en ocasiones anteriores, Casagrande seleccionó poemas de 50 poetas chilenos de diferentes ciudades “avalados por sus publicaciones”.
Esta vez, la contribución local vino de otros 50 poetas neerlandeses escogidos por Poetry International, que también se encargó de hacer las traducciones correspondientes del y al español.
La temática de la poesía es variada y la única limitación es la longitud, pues los versos tienen que caber en un lado de un marcapáginas de 7 cm x 22 cm, y por el otro viene la traducción.
“Este año le hicimos un guiño a Gabriela Mistral [la premio Nobel de Literatura chilena] que recibió el galardón hace 80 años en 1945”, contó Prieto.
Los marcapáginas también vienen con un diseño especial que también se repite en la publicidad que se hace a través de las redes sociales y los medios locales y nacionales, además de en pancartas en sitios públicos.
El objetivo es que por lo menos asistan mil personas para que no quede un solo marcapáginas en el suelo. “Es algo bien importante”, dice Joaquín Prieto, “no sólo en términos de obtener los permisos sino también para darle sentido al proyecto”.
Pero en ninguno de los eventos han tenido problema con eso, ya que han contado con una asistencia de público entusiasta.
“Las reacciones son maravillosas, en primer lugar porque llega como una sorpresa”, dice Joaquín Prieto del evento que suele empezar cerca del crepúsculo y dura aproximadamente una hora.
Un helicóptero, en el que van Cristóbal Bianchi y Julio Carrasco con media tonelada de poemas, sobrevuela el lugar donde se congrega la multitud mirando al cielo.
Joaquín está en tierra, comunicado con sus colegas para indicarles por dónde mejor arrojar los marcapáginas con los poemas expertos.
De pronto se ve una nube que se expande y los marcadores de libro van cayendo lentamente sobre su eje, revoloteando y brillando con luces que se apuntan a la nube.
“Lo que me motiva es que al estar abajo veo esa sensación, esos gritos, esos aplausos cuando cae la nube”, describe Prieto. “La gente empieza a comportarse en verdad como niños”.
Saltan para agarrar los primeros poemas, alzan a sus hijos para que los alcancen, otros niños corren tras los poemas que flotan más lejos. Algunos sacuden los árboles para soltar los versos que han quedado atrapados. Incluso hay unos que abren los paraguas al revés para atrapar la mayor cantidad.
Cuando los empiezan a leer se dan cuenta de que hay muchos distintos y se dan a la tarea de coleccionar todos los que puedan. “Cuando por algún motivo tienen uno repetido, entonces lo intercambian con otra persona”.
Así, un lugar que en una época fue devastado por un bombardeo militar es transformado en lugar de paz, de intercambio cultural, de conexión y de reflexión.
A pesar de que el despliegue dura sólo una hora, el éxito del evento depende de una cuidadosa y larga preparación.
Joaquín Prieto señala irónicamente que es casi como preparar un operativo militar. “En un proyecto en general nos demoramos como tres años en realizarlo”, dice.
Deben entrar en contacto con las municipalidades e instituciones culturales locales. Además de comisionar y seleccionar los poemas, diseñar los marcapáginas, crear una estrategia de publicidad, está todo el análisis logístico.
Se estudian los espacios que se van a utilizar, se adquiere la autorización para usar drones de observación y luego para sobrevolar con el helicóptero, y deben adherirse a los estándares de seguridad. “En algunas ciudades han llegado a ser 12 permisos los que se requieren”, comentó Prieto.
Fuera de eso, el tema meteorológico es fundamental.
“Nuestro gran enemigo es el viento, cuando cambia”, reconoce el artista de Casagrande. “Pero ya tenemos experiencia y siempre hemos hecho que la mayoría de los poemas caigan donde está la gente”.
El grupo ahora trabaja con climatólogos que les entrega los pronósticos del tiempo, las temperaturas y el viento.
En la mira de Casagrande están las ciudades que representan las situaciones más dramáticas donde se lanzaron bombas sin ser un objetivo militar. Específicamente Dresde, Hiroshima y Nagasaki.
“Esos son lugares que nos interesaría hacerlos en el futuro”, afirmó Joaquín Prieto.
Sin embargo, son casos delicados, ya sea por el debate histórico que continúa sobre los autores, motivos y efectos de esos bombardeos, o por la manera en que esas ciudades prefieren conmemorar esos hechos.
“Hay una manera como conmemoran esto en Japón, que es con una ceremonia en silencio”, explica. “Es posible que tengan que digerir el proyecto más, cuál es el sentido, etc”.
Pero un miembro de Casagrande ya estuvo en Japón y siguen las conversaciones.
“Es un proyecto-arte. Lo importante aquí es la realización y las lecturas se lo dan las propias personas y los que les interesa darle la vuelta a lo que ha sucedido”, concluyó.
Las imágenes del Colectivo Casagrande y Poetry International tienen derechos reservados
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