[contextly_sidebar id=”47593973711f2129e434e5408ba3f43f”]Daños materiales en una tienda de ropa y en dos sucursales bancarias, así como distintos inmuebles ubicados sobre 5 de Mayo grafiteados, fue el saldo de la protesta realizada el jueves, por alrededor de 150 de integrantes de colectivos anarquistas, quienes marcharon del Monumento a la Revolución al Zócalo para conmemorar el 1 de Mayo.
La de ayer, cabe destacar, fue la primer protesta anarquista del sexenio que se realiza sin un fuerte dispositivo policiaco y, de hecho, los únicos agentes que en algún momento se acercaron a la marcha fueron una decena de policías de Tránsito que realizaron un corte sobre Reforma, cuando los manifestantes pasaron por esta vialidad.
Así, ante la ausencia de policías que custodiaran los negocios del Centro Histórico, los anarquistas, la mayoría de los cuales acudió a la protesta con el rostro cubierto, intentaron primero romper las puertas de la sucursal de Santander ubicada en 5 de Mayo, y después quebraron los cristales de la sucursal de Bancomer ubicada metros adelante.
Luego, los manifestantes arremetieron contra una tienda de prendas de vestir, cuyas vitrinas fueron quebradas con rocas.
Particularmente violentos con fotógrafos y reporteros, los jóvenes anarquistas, que comenzaron su marcha alrededor de las 16:00 horas, se mantuvieron siempre separados de la otra protesta que, con la misma ruta y a la misma hora, había convocado el Partido Comunista Mexicano.
Tras llegar al Zócalo capitalino, alrededor de las 17:15 horas, el contingente anarquista se plantó frente a Palacio Nacional y, ahí, discutieron si realizaban en ese momento una toma simbólica de Palacio Nacional –para lo cual se planteó brincar la cerca metálica que protege la fachada del inmueble–, o si realizaban una toma simbólica de Televisa Chapultepec, y fue esta última acción por la que optaron, luego permanecer en la plaza cerca de una hora, y luego también de enfrentar una granizada de varios minutos.
De esta forma, sin realizar un pronunciamiento formal, el contingente anarquista –del que para entonces sólo quedaba una tercera parte de sus integrantes iniciales– decidió partir a pie rumbo a la estación Pino Suárez del Metro, a la que pudieron acceder sin dificultad, a diferencia de las anteriores ocasiones en que se habían manifestado y en las que el acceso a las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo les había sido negado.
Ya dentro del Metro, los anarquistas abordaron los últimos vagontes de un convoy –cuyas cámaras de seguridad bloquearon con pintura en aerosol– y así avanzaron hasta la estación Balderas, donde salieron del Metro para protestar frente a Televisa, sin embargo, al constatar que dichas instalaciones privadas eran las únicas de su recorrido que estaban custodiadas por la policía, desistieron de su intento y volvieron al Metro, para ahí dispersarse.
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