La presidenta Claudia Sheinbaum y Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, volvieron a presumir un supuesto aumento al presupuesto para salud en 2025. Pero de nueva cuenta, sus dichos son falsos. En realidad para la función salud el gobierno propuso una baja de 12%.
En la conferencia mañanera de este 22 de noviembre el secretario de Hacienda aseguró que para salud el gobierno propone un presupuesto de 2.2 billones de pesos. Solo que ni en el proyecto de presupuesto del 2025 elaborado por Hacienda, ni en análisis presupuestarios de organizaciones civiles, se alcanza esa cifra.
Ese monto de 2 billones solo se obtiene si se suman todos los recursos asignados al IMSS e ISSSTE, de 1 billón 995 mil millones de pesos, cifra 5% mayor en términos reales a la de este año.
Sin embargo, esa cantidad también incluye el gasto en pensiones y jubilaciones de estos institutos, y esos no son gastos en salud.
El presupuesto destinado únicamente a salud es de 491 mil millones de pesos para el IMSS, y 81 mil millones de pesos para el ISSSTE.
De acuerdo con el PPEF 2025, el gasto total de la función salud, que incluye todo el presupuesto destinado a este rubro y con la inclusión del presupuesto del IMSS-BIENESTAR, , es de 881 mil millones de pesos, 12.2% menor a los recursos para este año, según reconoce la propia Hacienda en el proyecto.
Si añadimos el gasto de Pemex y el programa de salud casa por casa, los cuales no están reconocidos en el análisis de Hacienda, el presupuesto de la función salud asciende a 918 mil 447 millones de pesos, de acuerdo con el CIEP. Esto es 11% menos que en 2024.
“Para llegar a ese presupuesto (el mencionado por el secretario de Hacienda), es tomar todo el IMSS y el ISSSTE, que suman casi los 2 billones. Esto es un error porque estás incluyendo toda la parte que se va a pensiones y no estás tomando solo lo que va a salud”, explicó Judith Senyacen, directora adjunta de investigación y especialista en salud y finanzas públicas del CIEP.
El Sabueso de Animal Político contactó a Hacienda para conocer los cálculos utilizados por el secretario para llegar a esta conclusión. Sin embargo, solo hubo respuesta de que el desglose se encuentra en el PPEF 2025. Aún estamos a la espera de mayor información.
“Y también en salud es importante, porque ahora sale en el rubro de IMSS-Bienestar. Si ustedes ven en el presupuesto, IMSS-Bienestar aumenta respecto al año anterior, porque se fueron incorporando muchos estados; y ahora, ya no sale por lo que era antes el Seguro Popular o el Insabi, sino que sale directamente por el IMSS-Bienestar”, dijo Sheinbaum.
Como ya mencionamos, el proyecto de presupuesto de 2025 muestra un total de 881 mil millones de pesos para la función salud, y a este presupuesto ya está añadido el gasto en salud del IMSS-BIENESTAR. Y en términos reales, esta bolsa es 12% menor a lo destinado en 2024.
Si a este gasto se le añade el presupuesto en salud de Pemex y el programa casa por casa, el presupuesto asciende a 918 mil millones de pesos.
Es cierto que el IMSS, ISSSTE y el IMSS-BIENESTAR tienen un aumento del 3.5%, 2.8% y 23.3%, respectivamente.
Sin embargo, hay recortes en otras instancias como Secretaría de Salud, con un 34% menos que en 2024; -42.5% para el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA); -20% en recursos para servicios de Salud a cargo de Sedena, y de -98.9 en la categoría de aportaciones seguridad social.
Eso arroja un saldo negativo, en lo general.
“Veinticuatro de los veinticinco programas de la SSa presentan recortes. Los mayores serían en Atención a la salud con 20.5 mil mdp menos y el Programa de vacunación con 10.1 mil mdp menos”, alertó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Dentro de estos programas que tienen una reducción se encuentra el de vacunación, con una disminución de 68% en su presupuesto; el programa de prevención del VIH/SIDA, con una baja de 1.29%, y el de salud materna, con una baja de 1%.
Además, para instituciones de salud también propone el gobierno menos presupuesto que en 2024. Para el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán se plantea una reducción de 8.7% en términos reales; y el Instituto Nacional de Cancerología recibiría 13.8% menos en 2025.
La organización México Evalúa reportó una disminución de 0.4 puntos porcentuales en el gasto destinado a salud en el PEF 2025, como porcentaje del PIB respecto a este año.
La presidenta Sheinbaum aseguró en la conferencia matutina que la cultura es “prioridad” en su gobierno. Pero el proyecto de presupuesto para el 2025 considera una baja del 30.8% para dicha secretaría.
En términos reales, esta dependencia pasó de 17 mil 474 millones de pesos en 2024 a 12 mil 81 millones de pesos en el proyecto de 2025.
Como dijo la presidenta, una parte de la disminución en el sector cultural se dio por la conclusión de los proyectos Chapultepec: Cultura y Naturaleza y de Salvamento Arqueológico e infraestructura cultural relacionado con el Tren Maya.
Sin embargo, este recorte también afecta otras áreas.
La organización Fundar mencionó que de los 16 programas presupuestarios de la Secretaría de Cultura,15 tendrán recortes. Además, la función cultural proyecta un recorte de 26.76% respecto de 2024.
Algunos de lo programas con bajas son el de Protección y conservación del Patrimonio Cultura, Servicios educativos culturales y artísticos, y Educación y cultura indígena.
A pesar de que la mandataria dijo que se iban a destinar recursos al INBAL, este instituto tendrá una baja de 10.5% en términos reales, al pasar de 3 mil 787 millones de pesos en 2024 a 3 mil 386 millones de pesos en 2025.
Para Radio Educación se proyecta una disminución de 11%, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas tendrá una baja de 7% y el Fideicomiso para la Cineteca Nacional tendrá 9.9% menos que lo aprobado en 2024.
Por otro lado, el programa de fomento al cine mexicano tendría una baja de 0.43%, es decir de 928 mil pesos. Mientras que los servicios cinematográficos disminuyen en 6.3%.
Sheinbaum mencionó que pediría al Congreso reasignar recursos de organismos autónomos “para que ese presupuesto se destine a cultura, a educación; incluso, una parte queremos elevar los salarios del Ejército que, en particular, los salarios del Ejército, de los soldados, quedaron rezagados frente a la Guardia Nacional”.
Sin embargo, no detalló cantidades, ni a qué instancias se le quitarían recursos, y cómo se ajustaría el gasto.
Creando un “gemelo virtual”, esta nación espera preservar su condición de Estado soberano, su cultura y los derechos de sus 11.000 ciudadanos.
Ante la posible desaparición de su territorio debido al cambio climático, Tuvalu decidió crear un país gemelo virtual. La pequeña nación insular en el Pacífico está recreando digitalmente desde sus casas hasta sus árboles, mientras se esfuerza por salvar lo que pueda.
Tuvalu, un pequeño país en el Océano Pacífico formado por nueve islas de coral, enfrenta un futuro en el que tal vez ya no sea habitable.
El aumento del nivel del mar causado por el cambio climático está devorando sus costas.
Ante semejante amenaza existencial, ¿qué haces? ¿Construir diques? ¿Intentar recuperar algo de tierra del mar? ¿Abandonar el territorio? Todas son soluciones barajadas por otras naciones insulares que enfrentan problemas similares y también por Tuvalu.
Pero este país decidió ir un paso más allá en su intento de preservar su tierra y su condición de Estado.
A medida que la realidad física de la nación se hunde bajo el océano, el gobierno está construyendo una copia digital del país, recreeando todo, desde sus casas hasta sus playas y sus árboles.
Tuvalu espera que esta réplica virtual preserve la belleza y la cultura de la nación, así como los derechos legales de sus 11 mil ciudadanos para generaciones venideras.
La iniciativa fue anunciada por primera vez en 2022 por el ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, a través de un discurso en video divulgado en la COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto.
El plan es parte de un proyecto más amplio del gobierno llamado Future Now, Futuro Ahora, (o Te Ataeao Nei en tuvaluano), que se centra tanto en la diplomacia internacional como en la adaptación pragmática al cambio climático.
En el video, que parece más una secuela de The Matrix que un discurso oficial de gobierno, Kofe parece al principio estar parado en una playa, con arena blanca y palmeras. Pero a medida que la cámara se aleja, revelando más paisaje, la imagen comienza a fallar. Las rocas y la arena se mueven de forma antinatural y un ave marina vuela sobre un abismo negro de fondo.
Este no es el Tuvalu real, sino el comienzo de su gemelo digital, una reconstrucción virtual de Te Afualiku, un islote bajo que se espera sea el primero en quedar sumergido.
“Nuestra tierra, nuestro océano, nuestra cultura son los bienes más preciados de nuestra gente y, para mantenerlos a salvo de cualquier daño, sin importar lo que suceda en el mundo físico, los trasladaremos a la nube“, dice Kofe en el video.
Además de crear una copia virtual de las islas, el proyecto Digital Nation o Nación Digital busca preservar el patrimonio cultural de la nación. Se ha invitado a los ciudadanos a enviar objetos sentimentales para su digitalización, y a compartir recuerdos valiosos como bailes tradicionales o historias relatadas por abuelos.
La idea es crear un archivo “diseñado para transportar el alma misma de Tuvalu”, según señaló Kofe en 2023.
Pero el ministro también dejó en claro que hay un elemento muy práctico en el proyecto. Los pequeños Estados insulares, ante la pérdida de su masa física, están lidiando de manera muy real con la cuestión de cómo preservar su soberanía.
El derecho internacional actual no es adecuado para países que enfrentan una pérdida de territorio o habitabilidad debido al cambio climático.
Las normas internacionales exigen que un Estado-nación soberano tenga tanto un territorio claramente definido como una población permanente, dos características que ya no pueden garantizarse en el caso de Tuvalu en el futuro.
Por ello, además de asegurar las fronteras de la nación dentro del metaverso, el gobierno de Tuvalu busca crear pasaportes digitales, almacenados en tecnología blockchain, para permitir que el gobierno continúe funcionando.
Este mecanismo permitirá desde la celebración de elecciones y referendos hasta llevar un registro de nacimientos, defunciones y matrimonios.
En última instancia, Tuvalu espera que el proyecto proporcione un nuevo modelo de Estado, mejor adaptado a las necesidades de un mundo que enfrenta una emergencia climática.
Tuvalu ya consagró en un su propia Constitución una nueva definición de Estado reconocida por un número creciente de países, especialmente aquellos en una situación similar.
Queda por ver si otras naciones que no enfrentan amenazas existenciales verán la idea de una forma positiva.
Algunos son escépticos ante la propuesta de un “país digital”, y argumentan que se basa en el mismo tipo de enfoque intensivo en recursos que está causando el cambio climático en primer lugar.
Incluso dentro del gobierno de Tuvalu ha habido críticas al proyecto.
En el fondo, el plan reconoce que se están produciendo cambios en las islas y que muchos inevitablemente deberán marcharse a medida que la vida se vuelva más difícil y las oportunidades más escasas.
Según una evaluación reciente realizada por científicos de la NASA, gran parte del territorio de Tuvalu, incluida su infraestructura crítica, se ubicará por debajo del nivel de la marea alta actual para 2050.
En todos los escenarios climáticos el país experimentará más de 100 días de inundaciones cada año para finales de este siglo. Y luego están los otros impactos a tener en cuenta, como la intrusión de agua salada, las olas de calor y la intensificación de los ciclones.
Los científicos han demostrado que superar un promedio de 1,5 °C de aumento de la temperatura global es una gran amenaza para los pequeños estados insulares.
Entre febrero de 2023 y enero de 2024 las temperaturas globales superaron los 1,5°C durante todo un año por primera vez.
Las naciones desarrolladas siguen sin reducir sus emisiones lo suficientemente rápido como para cambiar la trayectoria ascendente de temperatura. Ante esa realidad, el gemelo digital permitirá a los miembros de la diáspora tuvaluana permanecer conectados entre sí y con su tierra.
Podría decirse que esto representa un cambio de retórica para las naciones insulares del Pacífico, cuyo mantra central ha sido hasta ahora “no quedaremos sumergidos, estamos luchando”.
La perspectiva de una reubicación masiva de Tuvalu a Australia (a unos 5.000 km de distancia) ya se convirtió recientemente en una realidad, tras un tratado de 2023 entre las dos naciones que permite la migración de 280 tuvaluanos cada año.
Los migrantes tendrán visas que les permitirán vivir, trabajar y estudiar en Australia, y la posibilidad de obtener la ciudadanía.
Pero no todo el mundo cree que ha llegado el momento de renunciar al territorio físico de las islas.
“El concepto de creación de una nación digital de Tuvalu en el metaverso implica que Tuvalu desaparecerá debido al aumento del nivel del mar y que deberíamos hacer una copia digital de él”, dijo el exprimer ministro Enele Sopoaga, ahora líder de la oposición en 2023.
“No hay fundamento para tal propuesta en el derecho internacional, y no hay absolutamente ninguna razón para creer que Tuvalu desaparecerá aunque aumente el nivel del mar”.
Hablando en septiembre en una sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU sobre las amenazas existenciales derivadas del aumento del nivel del mar, la activista climática de Tuvalu Grace Malie dijo a los delegados que su país y otros Estados oceánicos “no se adentrarán silenciosamente en el mar”, sino que “continuarán la lucha” por su tierra, su cultura y su futuro.
“Lo que está en juego es algo más que nuestras casas”, dijo. “Es nuestra dignidad, nuestra cultura, nuestra herencia. No es algo que podamos meter en maletas y llevarnos con nosotros. Hemos hecho lo mínimo para causar la crisis climática, pero estamos pagando el precio más alto”.
E incluso cuando algunos de sus habitantes consideran migrar a Australia, Tuvalu ha redoblado sus esfuerzos para presionar a ese país con el fin de que reduzca su extracción y exportación de combustibles fósiles.
Otros, sin embargo, señalan que la construcción de un gemelo digital de Tuvalu no significa renunciar a los esfuerzos por salvar las islas. Pare ellos, los esfuerzos por proteger el terreno físico del país pueden complementarse con la preservación de su memoria en el metaverso.
“El programa Nación Digital no representa una aceptación de la pérdida de la nación como entidad física”, dice Taukiei Kitara, investigador tuvaluano de la Universidad Griffith en Australia y coautor de un estudio reciente sobre la iniciativa Nación Digital.
Kitara señala que el proyecto tiene la ventaja de ser impulsado por los propios tuvaluanos y además es sólo uno de muchos en la lucha de Tuvalu contra el cambio climático.
El gobierno también está invirtiendo millones de dólares en recuperación de tierras a través de un proyecto de adaptación costera.
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En los últimos dos años se han añadido, mediante construcción de terrenos elevados, franjas de tierra a las islas de Funafuti y Fogafale, proporcionando espacio para viviendas, infraestructura y otros servicios esenciales.
En las islas exteriores de Nanumaga y Nanumea nuevas barreras protectoras están impidiendo que las mareas lleguen a hogares, escuelas, hospitales, tierras de cultivo y bienes culturales.
“Planificar para múltiples escenarios –tanto el mejor como el peor y los intermedios- es sensato cuando se trata de gestión de riesgos. Este es el enfoque del actual gobierno de Tuvalu y de gobiernos anteriores”, añade Kitara.
Dejando de lado la cuestión de si el gobierno debería o no prepararse para un futuro más allá de las islas, algunos han sugerido que el plan de la Nación Digital simplemente no es práctico en un país que permanece comparativamente desconectado del mundo digital.
Algunos críticos argumentan que el plan digital es poco más que un ejercicio de relaciones públicas, diseñado para captar la atención internacional y persuadir a naciones más ricas a reducir sus emisiones, algo que es clave para la supervivencia física de las islas.
Pero el esfuerzo que está haciendo el gobierno de Tuvalu para mapear sus islas y mejorar la conectividad sugiere que este proyecto es más que un simple medio de aplicar presión diplomática.
En el primer año después del anuncio de la COP27, Tuvalu completó un escaneo 3D de sus 124 islas e islotes utilizando tecnología Lidar, una técnica de detección remota mediante pulsos láser.
El país está además mejorando su conectividad digital mediante la construcción de un cable submarino de telecomunicaciones, que ayudará a proporcionar el ancho de banda necesario para poner en marcha el plan.
En marzo y abril de 2024 una organización global sin fines de lucro llamada Place, que apoya el acceso abierto a la cartografía y otros datos geográficos, comenzó a mapear Funafuti, la capital de Tuvalu, utilizando drones y cámaras de 360 grados para registrar cada detalle tanto desde el aire como a nivel del terreno.
Estos datos sin procesar se pueden utilizar para crear una imagen similar a las de Google Earth o Street View, pero con la altísima resolución necesaria para captar cada pormenor de las islas, que en algunos lugares tienen sólo decenas de metros de ancho. Cuando se trata de detalles muy finos, la precisión de las imágenes satelitales no es suficiente.
“Condujimos por toda la isla, luego cambiamos a motos y caminamos por senderos con cámaras GoPro”, dice Frank Pichel, supervisor de operaciones de Place. “Creo que hemos recorrido unos 80 o 90 kilómetros y realmente hemos cubierto todo lo que pudimos”.
Pichel señala que, lejos de ser un ejercicio de relaciones públicas, la creación de un “gemelo digital” tiene varias aplicaciones en el mundo real, como ayudar a la nación a adaptarse y mitigar el cambio climático de manera práctica.
Al registrar el tamaño y el ángulo de los tejados, por ejemplo, se puede modelar la capacidad de los paneles solares en el futuro. Mientras tanto, los escaneos de los tanques de almacenamiento de agua pueden ayudar a estimar la disponibilidad de agua potable en la isla.
Es un enfoque que no es exclusivo de lugares como Tuvalu, aunque en este último caso el aspecto cultural y la urgencia del cambio climático añaden otra dimensión a la tarea, agrega Pichel.
“Las economías avanzadas están buscando ir por este camino, incluso si no usan el término ‘gemelo digital’. Londres quiere un ‘gemelo digital’ de su cableado subterráneo para asegurarse de que no se tope con la red vieja de alcantarillado. Así que es algo que existe en la gestión de datos espaciales desde hace mucho tiempo”.
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El siguiente paso para Tuvalu será mapear el resto de las islas y luego llenar los vacíos restantes, dice Pichel.
Debido a las distancias, ya que las islas de coral se sitúan en una cadena de unos 676 kilómetros, se trata de una tarea difícil y que requerirá mucho tiempo.
No obstante, el equipo de Place espera regresar y capturar cada dos años más datos de las islas, que están en constante cambio debido al impacto del cambio climático.
A medida que se eleve el nivel del mar, construir una réplica digital puede ayudar a Tuvalu a salvar más de su nación de lo que hubiera logrado sin ese plan.
El futuro físico de las islas puede ser incierto, pero su viaje digital apenas ha comenzado.