El gobernador de Nuevo León, Samuel García, presumió contar con “la mejor policía de México”, el apoyo del Ejército, nueve helicópteros black hawk y 80 black mambas (vehículos blindados) para seguridad, sin embargo, omitió mencionar que los asesinatos en la entidad subieron 27% en el último año.
“Este verano, con el cambio de gobierno, se nos quiso complicar la cosa, y este mes de octubre volvimos a la normalidad”, dijo García este domingo 27 de octubre en el municipio de San Pedro, al dar uno de sus seis informes regionales.
De enero a septiembre de este año, según las cifras más recientes que permite consultar el Secretariado Ejecutivo, Nuevo León contabilizó 1,248 homicidios dolosos, mientras que en el mismo periodo de 2023, la cifra fue de 978 asesinatos.
Te puede interesar: Estrategia “abrazos, no balazos” de AMLO fracasó; Sheinbaum debe optar por enfoque novedoso: OSC
En lo que va del gobierno de García, Nuevo León siempre ha registrado más de 1,200 asesinatos anuales, los niveles más altos desde 2015, cuando se comenzó a implementar la metodología vigente de conteo de víctimas.
En comparación con 2021, último año de gobierno de su predecesor, Jaime Rodríguez Calderón, los asesinatos subieron 57%, ya que entre enero y septiembre de 2021 se registraron 792.
Respecto a 2024, se registró un pico de asesinatos en mayo y junio, con 169 y 170 homicidios dolosos, respectivamente. Ya para septiembre, se registraron 150, y según García en octubre hubo también una baja, aunque el Secretariado aún no reporta ese mes.
Con el gobierno de García también se registró la cifra récord de feminicidios en Nuevo León, desde 2015, con 102 casos en 2022.
Aunque en la comparación enero-septiembre de 2023 con 2024, hubo una reducción de 7%. El año pasado en ese lapso se contabilizaron 54, y este año suman 50 feminicidios.
“El estado de Nuevo León según la encuesta ENSU, nos acaba de poner como un estado que confía en su seguridad, y que vamos a mejorar”, mencionó también García.
En septiembre, dicha encuesta del INEGI mostró que un 59.7% de la población en Monterrey se sintió insegura, una mejora respecto al 69.8% observado en junio.
Sólo que otra forma de leer las cifras es que apenas 4 de cada 10 en la capital estatal se sentían seguras o seguros.
Proporción similar a la de septiembre de 2021, cuando un 64.1% dijo sentirse inseguro en dicha ciudad del norte del país.
En este texto, contamos la diferencia entre las mediciones de percepción de inseguridad que analizan la ENSU y la ENVIPE. Mientras que la encuesta utilizada por García mide la percepción a nivel ciudad o demarcación territorial, la ENVIPE mide este indicador en tres niveles distintos: entidad, municipio y colonia.
La ENVIPE 2024 muestra que la percepción de inseguridad en Nuevo León incrementó 8.7 puntos porcentuales, pasando de 67% en 2023 a 72.8% en septiembre de 2024.
Puedes leer: En un año, baja percepción de inseguridad en ciudades: de 61.4 % se redujo a 58 %, señala el Inegi
Al presentar su tercer informe, García destacó que la Fuerza Civil ya cuenta con 5,600 elementos, y la calificó como “la mejor policía de México”, contando con “1,000 nuevas patrullas”, además del apoyo de 80 vehículos blindados black mambas, y en total 9 helicópteros black hawk.
El gobernador pidió además un aplauso para el Ejército y la Guardia Nacional, por su apoyo para “blindar” Nuevo León, con medidas como el despliegue de 600 soldados adicionales, y un nuevo regimiento de Caballería Motorizada en Cerralvo.
Los primeros recuentos de los votos pueden ser engañosos. Una ventaja inicial para los republicanos puede revertirse a medida que se publican los resultados del voto anticipado y de las grandes ciudades. Te explicamos por qué no es extraño.
Hace cuatro años, Donald Trump anunció la misma noche de la votación, antes de conocerse los resultados, que había ganado la elección.
“La noche de la votación iba liderando la carrera de manera sólida en muchos estados clave. Entonces, uno por uno, empezaron a desaparecer mágicamente los votos”, expresó Trump en 2020.
En esa oportunidad, Trump acusó al Partido Demócrata de haberle “robado” la elección a pesar de que no había ninguna evidencia entonces y tampoco la hubo en los cuatro años siguientes.
Las auditorías descartaron cualquier manipulación, así como los tribunales.
Trump sacó partido de lo que se conoce como “espejismo rojo”, un fenómeno que define al momento en que los primeros resultados de la noche de la elección proyectan una aparente victoria de los republicanos, para instalar su denuncia de fraude.
Pero a medida que empiezan a sumarse los votos anticipados y los datos de las grandes ciudades de los estados clave, la diferencia se reduce e incluso la tendencia puede llegar a revertirse, en lo que se conoce como “cambio azul”, el color de los demócratas.
Según los analistas, esto podría repetirse en las elecciones de este martes, aunque con menos fuerza que en 2020.
Por lo general, el resultado se conoce la noche de la votación. Pero en las elecciones de 2020 hicieron falta casi cuatro días más para saber quién era el ganador debido a lo apretado del resultado en los estados clave y al voto por correo, que fue mucho mayor debido a la pandemia.
En ese margen de tiempo que se abre entre los primeros resultados parciales y el escrutinio final se da el “espejismo rojo”, una supuesta realidad que puede acabar no siéndola.
Este fenómeno describe el momento en el que los republicanos, identificados con el rojo, en base a los primeros resultados habitualmente de las zonas rurales que no representan necesariamente la totalidad del electorado, parecen estar ganando la elección.
Pero a medida que llega el recuento de los votos anticipados, presenciales y por correo, así como la información de los grandes centros urbanos, la distancia que consiguen los republicanos empieza a disminuir y puede llegar incluso a revertirse.
“El espejismo rojo describe la ventaja de un candidato al inicio de la noche electoral que disminuye hasta desaparecer a medida que se cuentan más papeletas”, le dice a BBC Mundo Alauna Safarpour, doctora en Gobierno y Política por la Universidad de Maryland.
El concepto de “espejismo rojo” surgió de la consultora Hawkfish que en 2020 predijo correctamente que Trump podría en un primer momento alcanzar una ventaja favorable pero que Biden podría superarlo gracias al recuento de los votos por correo y de las zonas urbanas.
En 2020 el “cambio azul” llegó a definir la presidencia a favor de Biden, mientras que cuatro años antes, la ventaja demócrata en algunos estados no fue decisiva ni pudo revertir la tendencia y Hillary Clinton terminó admitiendo su derrota.
El fenómeno en que el candidato demócrata consigue ampliar la ventaja después del día de la votación se dio en cada una de las últimas cinco elecciones, según Edward Foley, académico especializado en derecho electoral de la Facultad de Derecho Moritz, de la Universidad Estatal de Ohio.
Fue Foley quien divulgó el concepto de cambio azul tras las elecciones de 2012 en un intento por explicar por qué los estados en disputa pueden terminar siendo el motivo de despiadadas peleas legales entre los dos grandes partidos.
En primer lugar, estos dos fenómenos relacionados entre sí encuentran explicación en el complejo y descentralizado sistema electoral de este país.
Estados Unidos no tiene una autoridad electoral nacional como los países de América Latina, sino que cada uno de los 50 estados y el Distrito de Columbia (DC) cuentan con sus propias reglas electorales y registran los votos de distinta manera.
Antes de que se abrieran los centros de votación la mañana de este martes, millones de personas ya habían emitido voto anticipado en persona o enviado su voto por correo, lo que hace más complejo el recuento y ralentiza el proceso.
En muchos estados, los avances tecnológicos y las reglas electorales hacen que el conteo y la transmisión de los resultados se conozcan poco después del cierre de las urnas. Mientras que en otros, un resultado definitivo puede tardar varios días.
El estado de Florida, por ejemplo, está entre los estados más rápidos para publicar el resultado definitivo porque puede empezar a procesar los votos por correo y anticipados antes de las elecciones.
Por el contrario, estados como Wisconsin y Pensilvania –el estado clave que más votos electorales reparte– son unos de los más lentos en publicar los resultados. Esto es porque las boletas por correo no pueden comenzar a ser procesadas hasta la mañana del día de la votación.
Incluso hay estados que permiten contabilizar las papeletas de voto por correo que llegan el día después de la elección, mientras que hay otros que no lo permiten.
El segundo motivo es la diferente velocidad en el recuento entre los pequeños pueblos rurales y los grandes centros urbanos dentro de un mismo estado.
Los votos suelen tardar más en calcularse en las áreas urbanas más densamente pobladas, que suelen favorecer a los demócratas, a diferencia de los distritos rurales más pequeños, que se inclinan por los republicanos.
“A los condados de mayor población les lleva más tiempo contar los votos”, explica Safarpour.
El informe electoral del MIT Election Data and Science Lab de los comicios de 2020 llegó a esa misma conclusión: “Los condados ganados por Biden tardaron más en completar sus recuentos que los condados ganados por Trump”.
En unas elecciones como las de este martes, donde las encuestas muestran a Donald Trump y Kamala Harris a menos de dos puntos de distancia en varios de los estados más peleados, el ganador podría no conocerse la noche de la elección.
Es por eso que, de acuerdo a los especialistas, el fenómeno del “espejismo rojo” y posterior “cambio azul” podría repetirse, aunque con menos fuerza.
Este año se espera que el voto por correo sea menor a las elecciones anteriores y los registros muestran una mayor cantidad de voto anticipado de republicanos que en 2020, según datos del Laboratorio Electoral de Florida.
“Este año es posible que veamos el mismo fenómeno aunque posiblemente un poco menos pronunciado porque el Partido Republicano ha estado alentando a sus votantes a votar de cualquier manera, incluyendo el voto por correo”, dice Safarpour.
Esto se ve en estados como Pensilvania, donde el 65% de los votos por correo en 2020 fueron de votantes demócratas frente al 24% de republicanos. Mientras que en 2024, la distancia se está atenuando: 56% de las solicitudes de voto por correo han sido demócratas, y 32% de republicanos.
Algunos estados como Michigan modificaron las normas electorales de 2020 para permitir que las papeletas del voto anticipado se cuenten antes del día de las elecciones, lo que pude agilizar el proceso, mientras que otros estados como Carolina del Norte han endurecido las condiciones del recuento.
A pesar de que es probable que en estas elecciones los resultados dependan menos del voto por correo que en 2020, cuando muchos participaron por correo porque el mundo atravesaba la pandemia de covid-19, es posible que el escenario se repita.
“La gran división partidaria sigue vigente aunque este año un poco más igualada que en las elecciones anteriores. Por eso, a medida que se cuenten más votos por correo, podemos esperar un aumento de la ventaja de Harris sobre Trump en los estados”, dice Safarpour, la especialista en sistemas electorales.
Para los analistas es recomendable “ser pacientes” la noche de la elección.
“Tendremos los resultados de las elecciones a su debido tiempo. Pero probablemente no será la noche de la elección”, dice Safarpour.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.