Home
>
Sabueso
>
Te Explico
>
Inclusión financiera 2025-2030: un plan que busca acercar el sistema financiero a quienes más lo necesitan
Inclusión financiera 2025-2030: un plan que busca acercar el sistema financiero a quienes más lo necesitan
Fuente: Consejo Nacional de Inclusión Financiera
8 minutos de lectura

Inclusión financiera 2025-2030: un plan que busca acercar el sistema financiero a quienes más lo necesitan

La Política Nacional de Inclusión Financiera 2025–2030 aspira a que más personas usen productos financieros que les sean funcionales; la actualización incorpora un enfoque de género, poblaciones vulnerables, mipymes y bienestar financiero. Pero enfrenta retos tecnológicos, regulatorios y sociales.
13 de diciembre, 2025
Por: Guadalupe Fuentes
@ 

La nueva Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025–2030 quiere algo más que sumar cuentas bancarias: busca que más personas puedan usar productos financieros que realmente les sirvan en su vida diaria. Su actualización incorpora un enfoque más sensible a las desigualdades y pone atención en mujeres, poblaciones vulnerables, mipymes y en el bienestar financiero de los hogares.

El 26 de noviembre, el Consejo Nacional de Inclusión Financiera (Conaif) presentó esta renovada hoja de ruta, que pretende que tanto personas como empresas accedan a servicios financieros de manera más amplia, equitativa y segura. La apuesta va más allá de abrir una cuenta, pues incluye fomentar el ahorro, el crédito responsable, los seguros y los pagos digitales como herramientas para mejorar las oportunidades económicas y la capacidad de enfrentar imprevistos.

De acuerdo con el documento oficial, la política se articula en ocho objetivos estratégicos, 26 tácticas y 125 líneas de acción que buscan responder a la diversidad del país. El reto es enorme: desde llevar servicios financieros a zonas rurales y comunidades indígenas, hasta cerrar brechas que afectan a mujeres, pequeñas empresas y personas de bajos ingresos.

Entre las metas principales está que más personas tengan al menos un producto financiero, que se aumente el acceso al crédito formal, que el ahorro y los seguros dejen de ser una excepción y que los pagos digitales avancen frente al uso exclusivo de efectivo.

Aunque la estrategia planea diversos cambios para beneficiar a los usuarios, se enfrentará con retos como asegurar que la infraestructura digital llegue a zonas remotas y mejorar la educación financiera de la población. 

Cabe recalcar que los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2024, realizada por el Instituto Nacional de Geografìa y Estadística (Inegi), demuestran que cerca de 78 % de la población adulta en México reportó tener al menos un producto financiero formal, como una cuenta, un crédito, una afore o un seguro. 

Sin embargo, pese a ese nivel de cobertura formal, la proporción de adultos que declararon tener un seguro (vida, auto, gastos médicos, etcétera) sigue siendo muy baja. En particular: 13.9 % tenía seguro de vida; 11.5 %, seguro de auto; 7.5 %, seguro de gastos médicos, lo que revela la brecha persistente en productos como seguros, incluso entre quienes ya están bancarizados.

De acuerdo con Ana Laura Martínez, investigadora externa del Centro de Estudios Espinosa Iglesias (CEEY), la actualización de la PNIF se ha enfocado en el uso de productos financieros que contribuyan al bienestar. 

“Se enfoca mucho en temas de ahorro y el uso de los medios de pago y hacia la importancia de transaccionar, pero como algo frecuente en el día a día de la vida de las y los mexicanos; y hace también bastante énfasis en seguros, que sigue siendo el producto con mayor rezago”. 

La especialista reconoce que no basta con que 70 % de la población tenga un producto financiero, sino que estos tienen que ser utilizados realmente. “Esos productos deben ser útiles, relevantes y mejorar el bienestar de los hogares. Ese cambio de enfoque es un gran paso”.

Actualización de la Política Nacional de Inclusión Financiera 

La evaluación de la PNIF 2024 arrojó que la actualización responde a que el sistema financiero cambió más rápido que la política pública y que ya no se respondía a la digitalización, al crecimiento de los pagos electrónicos ni a las nuevas brechas tecnológicas y de confianza.

También advirtió de debilidades como la falta de indicadores por segmento, un enfoque limitado en género, poca visibilidad de la cobertura física y digital, y un diseño que privilegiaba la oferta antes que las barreras reales que enfrentan los usuarios.

La investigadora Ana Laura Martínez menciona que el principal error del modelo previo fue pensar que la solución era ampliar la oferta de productos más corresponsales, más cuentas, más eventos de educación financiera. “Hoy siguen existiendo barreras de conocimiento, desconfianza y miedo. Muchas personas sienten que los productos no son para ellas”, señala.

Un acierto de la PNIF 2025-2030, según la investigadora, es que se enfoca en los grupos vulnerables que se quedaron fuera del sistema financiero: “Transversalmente la nueva política destaca muchísimo el rol de género, pero también hace énfasis en adultos mayores, en jóvenes, y por ejemplo, una población que ha sido tradicionalmente difícil de incluir, que es la población indígena. Desde el diagnóstico hace un correcto llamado a la necesidad de atender de forma distinta a estos grupos en situaciones vulnerables”.

Afirma que, aunque las poblaciones a las que se les debe poner mayor atención por ser rezagadas en los anteriores modelos ya han sido identificados y nombrados, sigue sin existir una estrategia clara, pues las capacitaciones no son suficientes para atender las conductas que son heredadas. 

De acuerdo con la investigadora, las capacidades financieras son la habilidad de las personas para acceder, utilizar y beneficiarse de los productos y servicios financieros de forma efectiva. Esto incluye no solo el conocimiento sobre el manejo de los recursos financieros, sino también la confianza en las instituciones. Con esta visión, Ana Laura Martínez afirma que  la transmisión de hábitos financieros de padres a hijos es una manifestación clara de cómo las capacidades se forman y se perpetúan a lo largo del tiempo. 

Según los datos encontrados en la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México 2023, si en los hogares se habla abiertamente sobre el ahorro, la elaboración de presupuestos y el uso responsable del crédito, es más probable que los hijos aprendan a desarrollar una comprensión sobre cómo manejar sus recursos financieros.

Otro de los riesgos identificados en la actualización de la PNIF 2025-2030 es la seguridad y la infraestructura que implica la digitalización de los trámites; ante ello, la especialista menciona que lo único que se puede esperar es que sean implementadas las herramientas necesarias para evitar ciberataques y que los usuarios puedan acceder a la información necesaria para implementarlos.

Esa carga debe caer sobre los proveedores y los reguladores. Y por el lado de los usuarios, es una tarea, en este caso, sí, de generar información y educación, para aminorar los miedos y la incertidumbre que pueden generar estos riesgos y también para que lleven a cabo buenas prácticas en el manejo de sus productos”.

Cambios que favorecen a poblaciones vulnerables 

La PNIF define productos prioritarios por su impacto directo en el bienestar: ahorro, uso frecuente de medios de pago y seguros.

Ana Laura Martínez subraya este último punto: los seguros siguen siendo el producto más rezagado y, al mismo tiempo, uno de los más urgentes. “La población no los entiende, no sabe para qué sirven. Y frente a riesgos climáticos como las inundaciones de Veracruz o la sequía en actividades agrícolas son indispensables”.

Otro de los ejes es la brecha de género existente, y que ya se reconoce que las mujeres enfrentan barreras específicas en acceso, uso y confianza, así como la identificación de otros grupos excluidos, como son las personas indígenas, jóvenes, personas mayores, migrantes y comunidades rurales. “Hace un diagnóstico correcto de quiénes están rezagados y de la necesidad de atenderlos distinto”, afirma la investigadora.

Pero advierte un vacío: aunque el diagnóstico es preciso, las estrategias aún no explican cómo se cambiarán las conductas financieras en esos grupos. “Podemos abrir más sucursales, pero si las personas sienten que los productos no son para ellas, no los van a usar”.

La actualización de la PNIF reconoce que las micro, pequeñas y medianas empresas siguen sin acceso al financiamiento. “Hay un problema gravísimo en este sector”, dice Ana Laura Martínez. Por primera vez, el documento incorpora objetivos específicos para incluirlas.

Metas numéricas de la PNIF

La política establece 24 indicadores con metas a 2030, construidos con metodologías del extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Entre las metas destacan:

  • Pasar de 69.1 % de mipymes con al menos un producto financiero formal a 75 % en 2030.

  • Que el porcentaje de mujeres adultas con al menos un producto financiero formal rebase 74.5 % (2024).

  • Que el indicador de confianza en la resolución de quejas busca subir de 53.3 % en 2024 a 59 % en 2030 .

La especialista advierte que estos indicadores son útiles, pero insuficientes sin medir estrés financiero, capacidad para afrontar emergencias o hábitos como llevar un presupuesto, elementos que explican mejor el bienestar real de las familias.

¿Cómo saber si la PNIF 2025-2030 está funcionando?

Para identificar la eficacia de la PNIF es necesario que las instituciones encargadas evalúen los resultados y las acciones implementadas. La política establece que el Consejo Nacional de Inclusión Financiera (Conaif) es la instancia responsable de proponer medidas, coordinar a las autoridades financieras y dar seguimiento general a la política. 

A su vez, el Grupo de Seguimiento de Inclusión Financiera (GSIF) es la instancia técnica que formula, implementa y da seguimiento operativo a las acciones; está integrado por representantes de las instituciones del propio Conaif.

La PNIF establece que cada año deberá elaborarse un Plan de Trabajo, construido a partir de la información de las instituciones que integran e invitan al GSIF. Ese documento debe ser aprobado primero por el GSIF y luego por el Conaif, e incluye las acciones, plazos y responsables por línea de acción, así como métricas vinculadas a esas actividades.

La evaluación también contempla enfoques especializados. En el caso del eje de género, las líneas de acción serán sometidas a una metodología de seguimiento que combina técnicas cuantitativas y cualitativas, además de una matriz de autoevaluación elaborada en el marco del Comité Interinstitucional para la Igualdad de Género en las Entidades Financieras (CIIGEF), adaptada específicamente para la PNIF.

Para los grupos en situación de vulnerabilidad (como población rural, indígena y personas con discapacidad y adultas mayores), la política prevé el uso de información estadística segmentada para determinar si las desigualdades históricas se están reduciendo, en congruencia con su objetivo transversal.

Finalmente, el propio documento incorpora un enfoque de gestión adaptativa, lo que significa que la política puede actualizarse durante su implementación cuando los resultados o el entorno lo requieran. Esta flexibilidad es uno de los mecanismos centrales para garantizar que la PNIF se mantenga relevante y eficaz a lo largo del periodo 2025–2030.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Etiquetas:
2030
finanzas públicas
grupos vulnerables
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Victoria regia: la asombrosa planta sudamericana que transformó los espacios en los que vivimos (y sigue inspirando revoluciones)
11 minutos de lectura

Un encuentro en la selva desencadenó una carrera entre jardineros, nobles, inventores… y transformó los espacios en los que vivimos.

06 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0
Victoria amazonica (Victoria regia) fotografiada en Guyana: flor blanca abierta y hojas flotando
Getty Images
Unos nenúfares que no solo fascinan por su increíble tamaño, capaz de soportar el peso de un niño, sino también por cómo transformaron la arquitectura.

El 1 de enero de 1837, mientras luchábamos contra las dificultades que las plantas del río Berbice presentaban a nuestro avance, vi en un pequeño arroyo una hoja gigantesca, cuyo borde se alzaba unos centímetros sobre el agua; y al acercarme más, me impresionó la aparición de una flor que, por su magnífica belleza, superaba todo lo que había visto hasta entonces“.

Así relató Sir Robert H. Schomburgk, explorador y botánico alemán al servicio del Imperio británico, en el Journal de la Real Sociedad Geográfica, su primer encuentro con la majestuosa planta acuática que pronto cautivaría a sus contemporáneos.

Schomburgk no fue el primero en maravillarse con semejante espectáculo.

Décadas antes, el naturalista checo-alemán Thaddäus Haenke ya había registrado sus hojas colosales cerca de la frontera entre Bolivia y Paraguay, y poco después el francés Alcide d’Orbigny también la describió durante sus viajes por Sudamérica.

Aun así, ni entonces ni ahora se atenúa el asombro que provoca contemplar por primera vez esta extraordinaria creación de la naturaleza.

Al Museo Nacional de Historia Natural de París llegaron hojas, flores y semillas, pero no les prestaron mucha atención.

En Reino Unido sucedió todo lo contrario.

El país estaba obsesionado por la botánica, con nuevas plantas llegando a diario, a medida que se exploraban nuevos territorios que se sumaban al que llegaría a ser el Imperio más grande del mundo.

La Guyana, en ese entonces llamada British Guiana, había sido cedida por los neerlandeses a los británicos dos décadas antes, pero hasta el viaje de Schomburgk aún era virtualmente desconocida para los europeos.

El hallazgo en ese lugar de tan formidable especimen coincidió con el ascenso al trono de la joven Victoria, así que no extraña que llevara su nombre: Victoria regia (más tarde Victoria amazonica).

Fue instantáneamente aclamada como una de las maravillas de la época victoriana y no sólo provocó una fascinación entre sus súbditos, sino también una feroz competencia entre los aristócratas por lograr que esa joya tropical floreciera lejos de su tierra natal.

Pero además, sus hojas inspiraron el diseño del Crystal Palace (el Palacio de Cristal) de Londres, un hito por su audacia y ligereza cuyo uso pionero de hierro y vidrio a gran escala así como su nueva concepción del espacio interior lo convirtió en piedra fundacional de la arquitectura moderna.

Imagen de la época mostrando panorámica del Crystal Palace
Getty Images
El Crystal Palace fue construido en apenas unos seis meses. Tenía más de medio kilómetro de largo y casi 300.000 paneles de vidrio, cada uno soplado artesanalmente.

Hoy seguimos viviendo su legado.

Su influencia -tanto técnica como conceptual- perdura en la mayoría de los edificios contemporáneos que privilegian la ligereza, la transparencia, la funcionalidad y la industrialización de los materiales.

La obsesión

Cuando las semillas de Victoria regia llegaron a Inglaterra, el reto de cultivarlas absorbió a algunos de los personajes más eminentes y emprendedores de la época.

No era porque se esperara que la nueva planta fuera fuente de algún remedio desconocido para la medicina o de alguna gran riqueza hasta entonces inexplotada, subraya Tatiana Holway en su libro “La flor del Imperio”.

La razón era la pasión… por las flores.

Todas las flores, desde las más comunes hasta las más raras, enloquecían a la sociedad británica de esa era, al punto que, quienes se podían dar el lujo, no dudaban en pagar más del equivalente de US$10.000 por un nuevo especimen.

Agrégale, en el caso de ese nenúfar amazónico, otros ingredientes: la aventura de encontrarla, traerla a Inglaterra y el desafío de hacerla crecer, lo que implicaba ambición hortícola, visión científica y fascinación por lo exótico.

Encima, por mucho que lo intentaron, resultó dificilísimo cultivarlas.

Aunque en el famoso jardín botánico londinense Kew Gardens los especialistas lograron que las semillas germinaran, no pudieron mantener vivas a las plantas durante los inviernos.

Crucialmente, allí y en los otros jardines botánicos y colecciones privadas que recibieron algunas de las semillas que envió Schomburgk, los horticultores y botánicos fracasaron en su empeño por que la Victoria regia floreciera.

Eso añadió un nuevo ingrediente que alimentó la obsesión: la gloria que supondría ser el primero en despertar la floración.

Así se desató una feroz competencia entre los aristócratas más acaudalados, cada uno empeñado en verla abrir sus pétalos en sus dominios.

Hoja vista por el revés
Getty Images
Las flores se convirtieron en objeto de deseo, pero fueron las hojas las que inspirarían una transformación.

La carrera por conseguirlo se tornó en un espectáculo cuyo público era internacional, y su escenario, los invernaderos desplegados por toda Inglaterra.

El más grande de todos, de hecho el edificio acristalado más grande del mundo en esa época, se llamaba el Great Stove (literalmente ‘la gran estufa’), y estaba en los jardines de Chatsworth House, el hogar ancestral de la familia Cavendish, cuyos varones primogénitos heredan el título de duque de Devonshire.

El duque y el jardinero

William Cavendish, el duque de Devonshire, dedicaba su atención a las plantas exóticas de su invernadero, asistido por un joven jardinero que pronto se haría célebre: Joseph Paxton.

Paxton era el hijo de un agricultor, y había sido uno de los primeros jóvenes en pedir una plaza en los jardines de entrenamiento de la nueva Sociedad Hortícola.

Fue una idea tremendamente atinada, porque de ahí fluyó su futuro.

El duque lo había contratado cuando tenía 23 años, y le había concedido la libertad de entregarse a sus pasiones en todos los aspectos de la horticultura, incluida la nueva y muy exclusiva ciencia de la construcción de invernaderos.

Ambos rebosaban de entusiasmo y planes ambiciosos, y con el dinero del duque y la imaginación del jardinero, comenzaron a experimentar con el vidrio, creando espacios que recreaban lugares distantes y ampliando la ciencia de la horticultura de formas novedosas.

Fue para resolver el problema de acomodar la creciente colección de plantas exóticas del duque que Paxton diseñó y construyó el Great Stove, que se extendía casi 70 metros de un extremo a otro y se alzaba más de 20 metros.

El costo fue enorme, pero el resultado, mágico, como comprobó en una visita la reina Victoria.

Quedó encantada con un paseo en carruaje en su interior, iluminado por 5.000 velas, con aves tropicales volando entre la exótica vegetación, peces en los estanques, cristales de roca y escaleras en espiral para poder ver las cimas de los árboles.

Nunca se había hecho nada parecido.

Foto del siglo XIX del conservatorio
Dominio Público/Foto: Charles Latham
Cuando Charles Darwin visitó el Great Stove en 1845, escribió: “Quedé cautivado por el deleite… La parte acuática se asemeja más maravillosamente a la naturaleza tropical de lo que hubiera imaginado”.

Lo que ni la reina, ni ninguno de los otros visitantes veían era lo que generaba ese calorsito que sentían al entrar al lugar.

Era una hazaña silenciosa.

Con ocho calderas ocultas, se mantenía la temperatura para simular una zona templada en un extremo y una zona subtropical en el otro.

Había túneles para transportar el carbón que alimentaba las calderas sin que los encargados fueran vistos, y tenía ventiladores en los cimientos de mampostería y en el techo para hacer circular el aire.

Las chimeneas también estaban escondídas para que el humo y vapor salíera lejos, en lo alto de una colina.

Así que cuando empezaron los intentos de cultivar Victoria regia en Inglaterra, entre todos los invernaderos importantes del país, incluido el de Kew Gardens, el Great Stove no sólo era el más grande, sino también el más avanzado.

Eso, y la fórmula de éxito: Paxton estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que floreciera, y Cavendish, dispuesto a pagar para que así fuera.

Pero el horticultor y el duque sólo recibieron semillas de esa planta amazónica por primera vez en 1849, más de una década después de que Schomburgk se topara con ella en Guyana y enviara un lote pequeño a Londres.

Capullos

En sus años de experiencia, Paxton había comprendido que si quería hacer que una planta floreciera, tenía que entender de dónde venía.

Sabía que para la Victoria regia necesitaba crear un entorno donde el agua se mantuviera en movimiento, así que instaló unas pequeñas ruedas en el estanque en el que las iba a cultivar.

Para mantener la temperatura adecuada, colocó tuberías bajo la tierra en el fondo.

Y se aseguró de que el agua tuviera lo necesario para alimentar las plantas.

Pronto sus plántulas empezaron a crecer, con la rapidez impresionante que las caracteriza: en su habitat natural, sus hojas pueden alcanzar un diámetro de unos tres metros a una velocidad increíble, de hasta 2,5 centímetros por hora.

En los invernaderos no alcanzaban semejantes proporciones, pero aun así desplegaban expansiones sorprendentes en poco tiempo.

Cuando el verano terminó, y las noches se hicieron más largas, Paxton supuso que sus Victoria regia morirían, como había sucedido hasta entonces.

No obstante, canceló un viaje que tenía previsto y le pidió al duque que le permitiera quedarse con ellas.

Y a principios de noviembre, le escribió para contarle que había salido un botón, que se había abierto, y que luego un tinte rosado se había extendido desde el centro hasta los bordes del pétalo.

Dibujo de la hija de Paxton sobre una hoja y él mirando
Dominio Público
Paxton demostró cuán asombrosas eran las hojas de la Victoria regia poniendo a su hija a flotar sobre una de ellas.

Paxton había ganado la competencia, y su premio era el prestigio.

Ufano, le escribió al director de Kew Gardens, Sir William Jackson Hooker.

“Estimado Sir William:

“La Victoria regia está ahora en plena floración en Chatsworth y continuará así, creo yo, durante una quincena o más, pues hay una sucesión constante de capullos asomando.

“Lo más probable es que sus plantas ya estén mostrando algo para este momento. Y si no, contemplar esta planta merece un viaje de mil millas.

“Tenemos hojas de casi cinco pies de diámetro (≈ 1,5 metros), y en este momento la planta tiene trece hojas”.

Un mundo acristalado

Con el tiempo se descubriría cuán extraordinarias eran estas flores que tanto esfuerzo había costado cultivar en Inglaterra y luego en Europa.

En 24 horas, cambian de género.

La primera vez que se abren, cuando se oculta el Sol, las flores son blancas, femeninas y receptivas al polen de otras plantas.

Atraen a una especie de escarabajos con un aroma dulce y envolvente, y lo animan a quedarse en su interior con un nectar delicioso y una temperatura más cálida que la ambiental, para que dejen el polen que traían.

Pero ser polinizada es solo la mitad de la batalla.

El nenúfar ahora debe asegurarse de que su propio polen sea transportado a otra flor.

Así que se cierran cuando sale el Sol, con los escarabajos adentro, y se transforman en flores masculinas, con polen.

Cuando las flores se abren la segunda noche, ya no son blancas sino rosadas, sin aroma ni calidez en su interior, todo para obligar a su inquilino nocturno a irse en busca de otra flor blanca a la cual polinizar.

Flor rosada
Getty Images
La segunda noche, las flores son rosadas y su género es otro.

Si bien las flores y otras características de la Victoria regia son fascinantes, fueron sus hojas, vastas y perfectamente estructuradas, las que llevaron a Paxton a intuir un principio capaz de transformar no solo los invernaderos, sino la arquitectura misma.

Deslumbrado por el entramado íntimo de aquellas hojas, no se conformó con admirarlas: las estudió con la precisión de un ingeniero.

Le maravillaba su extraordinaria capacidad de carga, sostenida por una red de venas acanaladas que formaban vigas y arcos naturales.

En 1849, tras lograr la primera floración en Chatsworth, colocó a su hija Annie, de 7 años, sobre una de las hojas gigantes para demostrar su solidez; la imagen apareció poco después en el Illustrated London News, una suerte de declaración pública de lo que aquella planta le había revelado y de lo que imaginaba construir.

“La naturaleza fue la ingeniera”, declararía en 1850 ante la Royal Society of Arts, mientras mostraba una hoja de Victoria regia como ejemplo de un principio estructural perfecto.

“La naturaleza ha dotado a la hoja de vigas y soportes longitudinales y transversales que yo, inspirándome en ella, he adoptado en este edificio”.

Se refería al Crystal Palace, una estructura que parecía desafiar las nociones mismas del espacio y la materia: vasta, transparente, casi ingrávida.

Paxton había pasado de ser un innovador en la jardinería al creador de un proyecto arquitectónico único.

Crystal Palace por dentro
Getty Images
El Crystal Palace fue el primer gran edificio que creó un “clima artificial” a escala masiva, y era desmontable, modular y totalmente prefabricado.

Su sistema de crestas y surcos, inspirado directamente en la geometría de la hoja, era capaz de sostener grandes superficies de vidrio con una ligereza inaudita y a su vez resistente, formada por piezas estandarizadas de hierro y vidrio que podían fabricarse en serie y ensamblarse como un gigantesco mecanismo.

El resultado fue algo sin precedentes: un colosal universo acristalado, casi irreal.

Es difícil imaginar la sensación de asombro que debieron experimentar los visitantes de ese entonces al contemplar aquel prodigio de vidrio y hierro que alojaba la Gran Exposición de 1851.

Su transparencia desorientaba la mirada; apenas proyectaba sombra, y su vastedad parecía desafiar las nociones mismas de espacio y materia.

La prefabricación, el diseño modular, el uso de la luz como material arquitectónico, inauguró una nueva manera de concebir los edificios, y vivimos en su legado.

El Crystal Palace brotó de la Victoria regia, “tan naturalmente como los robles crecen de las bellotas”, escribió Charles Dickens, y las hojas que lo inspiraron han alimentado la imaginación de artistas y arquitectos durante más de un siglo y medio.

Los científicos continúan estudiándolas, desentrañando sus secretos en busca de nuevas lecciones de ingenio.

Ligeras pero extraordinariamente fuertes y eficientes en el uso de la luz, sus estructuras sugieren caminos para la ingeniería, las construcciones flotantes y las tecnologías energéticas.

línea
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Etiquetas:
2030
finanzas públicas
grupos vulnerables
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...