Casi seis años después de la fecha en que debió terminarse la obra, y con toda una ‘carga’ de irregularidades, retrasos y fallas en el proyecto, se inaugurará este viernes un primer tramo del Tren Interurbano México-Toluca, el de Zinacantepec a Lerma. El Tren comenzará a operar incompleto, ya que solo funcionarán cuatro de siete estaciones contempladas en los 57.7 kilómetros de recorrido, con la expectativa que en marzo del 2024 ya estén listos todos los tramos.
El proyecto que pretende beneficiar a 230 mil personas al día se presentó en 2014, durante el gobierno del priista Enrique Peña Nieto. En ese entonces se dijo que estaría listo en diciembre de 2017 y con un costo estimado de 38 mil 608.9 millones de pesos, según este documento de la Auditoría Superior de la Federación.
Pero casi una década después, y luego de que instancias como la Auditoría Superior de la Federación señalaran diversas fallas en la planeación –como no consultar a los habitantes de las zonas donde pasaría la obra para prevenir protestas y juicios que suspendieron en distintos momentos la construcción-, se anticipa que la obra termine costando por lo menos 110 mil millones, es decir, un 186% más de lo proyectado.
Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) refieren que a partir del 2020 y hasta el 2023 un 81.42 de los recursos destinados al proyecto provinieron del Fondo Nacional de Infraestructura FONADIN (81.42%), y el resto del gasto lo ejecutó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Para 2024, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prevé destinar a la obra 4 mil millones de pesos, incluyéndola entre los “proyectos prioritarios”.
Desde el último año del sexenio de Enrique Peña Nieto, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) refirió que de acuerdo con el análisis costo-beneficio la obra dejaría de ser rentable si había un incremento superior al 50% en la proyección original.
Y aunque ya se ha rebasado ese porcentaje, por mucho, la administración de López Obrador decidió impulsar su conclusión, refiriendo que ya se había gastado demasiado.
Respecto al sobrecosto y otras irregularidades, quien era titular de la Secretaría de la Función Pública en 2019, Irma Eréndira Sandoval, dijo en ese entonces que había investigaciones abiertas, sin embargo, hasta la fecha no se conoce de funcionarios sancionados por lo ocurrido con el Tren.
La idea del proyecto de conectar al Valle de Toluca con el antiguo Distrito Federal se anunció el primero de diciembre del 2012 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, y desde entonces hubo varios cambios y retrasos.
El proyecto de la construcción del Tren interurbano muestra 37 contratos que se firmaron hasta agosto del 2018, mismos que aparecen en la página oficial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), aunque después de esa fecha no existen contratos registrados en la actual Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
En 2014 se registraron cuatro modificaciones del proyecto, que van desde ajuste presupuestal y plazos en entrega de trabajos, y liberación de derechos de vía para los tramos 1 y 2, así como la modificación para agregar cláusulas.
Mientras que en 2015, se refirieron cambios en la elaboración de ingeniería básica en tramo 1, además de una suspensión de trabajo durante 389 días naturales, debido al conflicto con los pobladores, ajuste de programa de ejecución y una ampliación adicional, así como un ajuste de gerencia de proyecto que provocó la adjudicación directa de un contrato con la empresa Senemex Ingeniería y Sistemas SA de CV.
En el último año de la administración peñista, para el tramo 4 se modificaron especificaciones técnicas así como el programa de ejecución de trabajos, lo que volvió a aplazar el tiempo de entrega.
En 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que no estaba claro el destino de mil 102 millones 29 mil 500 pesos destinados a la obra, así como fallas en la rendición de cuentas del proyecto, mala calidad en la obra y falta de liberación del derecho de vía, entre otras.
En su estudio de 2018, el IMCO refirió que los procesos de contratación para la obra habían sido desorganizados y opacos, con la SCT y Hacienda reportando no encontrar documentos como dictámenes de excepción a la licitación pública, y oficios de preinversión.
Además las irregularidades no se limitaron al sexenio peñista, pues en 2022 la ASF encontró nuevamente que la SICT no justificó presuntos pagos por más de 7 millones de pesos por trabajos de mala calidad y 2.2 millones de pesos de pagos en exceso realizados al consorcio Vise.
Habitantes de comunidades aledañas como Ocoyoacac y Acopilco han reclamado el incumplimiento de medidas de reforestación y para atender la escasez del agua, por lo que apenas en abril pasado realizaron un bloqueo.
Pagos de indemnizaciones y reestructuración de rutas también aumentaron el costo del proyecto, pues en un principio el tren estaba contemplado llegar a la estación del Sistema de Transporte Colectivo Metro de Cuatro Caminos, en la alcaldía Miguel Hidalgo, con el fin de conectar directamente al Aeropuerto Internacional Adolfo López Mateos, de Toluca.
Sin embargo, habitantes se opusieron acusando los problemas ambientales que generaría.
“La SCT careció tanto de un estudio de factibilidad en el que se diagnosticaran los efectos sociales derivados de la construcción y operación del TIMT (Tren Interurbano), como de un instrumento en el que se definiera, socialmente, el problema o asunto de interés público en el que pretendió incidir con el tren”, refirió la ASF en 2018.
La Secretaría de Comunicaciones, agregó, “se limitó a definir los beneficios que tendrían los potenciales usuarios, la problemática de la movilidad de personas y del uso de transporte, pero no analizó las condiciones sociales de los habitantes de los municipios y alcaldías por los que cruzará el TIMT, contrario a lo señalado en los lineamientos”.
Trayecto completo que hará el Tren en 2024 proyectando la séptima estación de Vasco de Quiroga. Captura de pantalla: SCHP
Johandri Pacheco abordó el tren con dolor de barriga.
Una barriga de ocho meses y medio.
No entró por la puerta del vagón para sentarse en una silla y mirar el paisaje entre Irapuato y Matamoros, desde el centro hasta el extremo oriental de México, en la frontera con Estados Unidos.
Trepó por una escalera lateral del vagón hasta el techo de un tren de carga que pertenece al sistema ferroviario mexicano, una vieja red de trenes conocida como La Bestia.
La migrante venezolana de 23 años estaba exhausta. Junto con su pareja José Gregorio y su hijo Gael, de 4 años, esperaron la llegada del tren durante cinco días en un puente en Irapuato.
Otros migrantes dijeron que aquel tren era conocido como El Bolichero, por unas pequeñas bolas de metal que se almacenan en el techo y que debían cubrir con cartones para descansar durante el trayecto.
Johandri y su novio recolectaron cartones para el viaje y se alimentaron con la comida que activistas y espontáneos repartían en el puente.
La pareja y el niño recorrieron una decena de países durante mes y medio para lograr que Mía, la bebé que Johandri llevaba en su vientre, naciera en Estados Unidos.
“Una amiga me metió miedo, me dijo que si daba a luz en México me iban a devolver a la frontera con Guatemala e iban a registrar a mi hija como guatemalteca”, cuenta desde un refugio de migrantes ubicado en Aguascalientes, en el centro de México.
“Mi miedo era ir al hospital y que Migración me devolviera”.
El tren llegó a Irapuato en la medianoche del viernes 25 de agosto. Faltaban 12 días para el parto, según la estimación del médico que le hizo el último control prenatal.
Johandri se crió en Las Adjuntas, una barriada popular al suroeste de Caracas.
Apenas cumplió 18 años, emigró a Perú poco antes de la pandemia, sin haber culminado el bachillerato ni tener experiencia laboral. “Yo quería conocer el mundo por mis propios medios, conseguir lo mío con mi propio esfuerzo”.
La crisis económica, la falta de acceso a servicios públicos y la violencia en Venezuela impulsaron la migración de más de siete millones de personas desde 2015, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Johandri tuvo su primer empleo en Perú como dependienta en una tienda de zapatos. “Váyase a su país, ustedes los venezolanos vienen a joder”, le decían algunas clientas, según cuenta. Ella fingía que no escuchaba y se daba la vuelta en silencio.
“Esos comentarios no me afectan”, dice al recordar los insultos que recibió en aquella tienda. “Yo estoy luchando por mí y por mi familia”.
En Perú dio a luz a Gael, su primer hijo.
Sin embargo, a mediados de 2021 cambió su perspectiva de futuro. Los precios se incrementaron y su sueldo no bastaba para pagar el arriendo y la comida.
Con menos de US$100 en el bolsillo, Johandri descartó la opción de regresar a la casa familiar en Las Adjuntas y emigró a Chile pidiendo aventones en las carreteras.
Consiguió trabajo como empleada de limpieza en una clínica pequeña en Santiago. Vendía ropa por su cuenta y servía tragos en un bar. Cuando pensó que había conquistado la estabilidad económica, subió la renta de su nuevo departamento y temió verse obligada a regresar a Las Adjuntas.
“Decidí que debíamos irnos de Chile cuando tenía siete meses de embarazo”, recuerda.
“Con la niña en la barriga, tenía mis dos brazos y mis dos piernas para agarrarme de los árboles y atravesar los ríos del Darién, que era una de las partes más difíciles del recorrido. Pero si la llevaba en brazos sería imposible”.
La pareja tenía US$700 para hacer la travesía por tierra junto con Gael hasta Estados Unidos a través de Chile, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México.
Hicieron el primer tramo del recorrido en autobús, desde Chile hasta Capurganá, un pueblo colombiano fronterizo con Panamá y una de las principales entradas hacia el Tapón del Darién, la intrincada selva por donde transitaron casi 249.000 migrantes durante el primer semestre de 2023, el mayor flujo migratorio registrado hasta el momento por las autoridades panameñas.
Al ver a tantos niños con fiebre, vómitos y erupciones en el trayecto por el Darién, Johandri se alegró de haber tomado la decisión de viajar embarazada. Sin embargo, nunca pensó que el tramo más difícil les esperaba en México.
“En el Darién puedes tomar agua de los ríos y refugiarte bajo la sombra de los árboles. Pero en México nos tocaba caminar cada día durante cinco o seis horas bajo el sol. Todo el mundo quiere robarte, estafarte. Intentamos seguir en autobús y la policía siempre nos bajaba porque no teníamos papeles”.
Después de viajar durante un mes y medio, abordar El Bolichero en Irapuato y llegar a Matamoros era el último paso para cruzar a Estados Unidos.
Johandri y José Gregorio pusieron los cartones sobre el techo del tren y acomodaron a Gael entre los dos para dormir.
A las 2:00 de la mañana, Johandri despertó apretándose el vientre para aliviar el dolor.
Todavía faltaban 12 días para dar a luz.
Cuando Johandri tuvo a su primer hijo, las contracciones de parto estuvieron acompañadas por dolores de espalda. Esta vez solo le dolía el vientre, por lo que supuso que aquellos espasmos eran producto del cansancio y los rigores del tren.
Sin embargo, la presión en el vientre adquirió ritmo, dolía por intervalos y cada vez con más intensidad. Johandri le dijo a su pareja que pidiera ayuda de inmediato. Mía venía en camino.
A las 5:00 de la mañana, José Gregorio tomó uno de los cartones que usaban para dormir y escribió: “Está naciendo un bebé. Necesitamos que el chofer del tren se entere. Urgente”. Le pidió a otros migrantes que pasaran el cartón hacia los primeros vagones, con la esperanza de que llegara a manos del conductor.
Lee: “No es un albergue, es una estafa”: migrantes denuncian mala atención de refugio de Sandra Cuevas
Mientras algunos preguntaban a gritos si alguien podía ayudar a una mujer que estaba pariendo, Johandri y José Gregorio divisaron a un hombre que se aproximaba desde el techo de los primeros vagones del tren.
Era un paramédico venezolano que también intentaba llegar a Estados Unidos. El hombre tomó su celular y llamó a su esposa, una enfermera que le indicaría cómo asistir a Johandri durante las contracciones.
“Prepárate, mi amor. Busca alcohol, esto es lo que vas a hacer…”, recuerda Johandri que le dijo la enfermera a su esposo en altavoz.
Las contracciones ocurrían cada tres minutos, calculó el paramédico. Luego cada dos minutos. Johandri comenzó a vomitar, lloraba sin poder evitarlo. No quería que Mía naciera sobre aquel techo sucio, sobre aquellas esferas de metal que se recalentaban bajo el sol y había que cubrir con cartones para descansar.
Consiguieron alcohol, una tijera y una manta para que el cuerpo de la bebé no tocara los cartones. Johandri se rindió a la idea de que su hija naciera en México, sobre el techo de un vagón de tren.
El paramédico le dijo a José Gregorio que sostuviera a Johandri por la espalda y empujara suavemente la parte superior de la barriga para ayudar a que el feto bajara.
A las 7:00 de la mañana, la abogada Paola Nadine Cortés, activista de la asociación Agenda Migrante, recibió una foto del cartel que escribió José Gregorio pidiendo ayuda.
La abogada llamó a Protección Civil para que un grupo se trasladara a los patios de la compañía Ferromex, en el municipio San Francisco de Los Romo, 222 kilómetros al norte de la estación de Irapuato.
“La idea era habilitar un servicio de emergencia y rescatarla porque me estaban enviando videos y se veía en condiciones lamentables”, cuenta la activista.
La empresa de trenes puso a Cortés en contacto con el conductor del tren en el que presumían que viajaba Johandri.
“Le envié una foto para que viera el número del tren. Entonces el maquinista me dijo: ‘No viene en este tren. Es uno que va más adelante’”.
Aquel conductor se comunicó con su colega y acordaron detener el tren durante diez minutos en la ciudad de Aguascalientes.
“El maquinista me dijo que eran diez minutos contados con reloj. Si no lograban sacarla en ese tiempo, el tren seguiría su camino”, dice Cortés.
El tren se detuvo en la comunidad Los Arellanos, a unos 108 kilómetros de la ciudad de Aguascalientes.
“Por la distancia y la centralización de servicios, el equipo de emergencia no pudo llegar en esos diez minutos que nos dieron”.
Media hora más tarde, cuando Johandri sentía que ya no podía soportar más el dolor, el tren se detuvo.
Cortés obtuvo la autorización de Ferromex para que un equipo de Protección Civil y bomberos bajara a Johandri del techo del tren. “Los vagones son altísimos, así que sacarla de allí requería una coordinación más prolija, para evitar ponerla en riesgo”.
Aparecieron socorristas, bomberos y un médico de la compañía ferroviaria. Subieron al techo del tren, acostaron a Johandri en una camilla y la amarraron. El paramédico venezolano le soltó la mano justo antes de que varios migrantes ayudaran a bajarla por un costado del vagón, junto a la escalera por la que abordó El Bolichero.
Cortés explica que el tramo desde Irapuato hasta Torreón, conocido como la ruta central, es el más transitado en este momento por los migrantes que cruzan México para llegar a Estados Unidos.
“El incremento se ha registrado este año porque la ruta del Golfo, que es la más corta en tren y es la que usan los migrantes más empobrecidos, está muy criminalizada”.
Ante el aumento del flujo de migrantes que abordan los trenes, Ferromex suspendió las operaciones de 60 trenes el 19 de septiembre, para evitar el riesgo de que resultaran heridos o fallecieran en el traslado.
Johandri fue trasladada en una ambulancia al Hospital General de Pabellón de Arteaga, en Aguascalientes. Los médicos dijeron que su cuello uterino tenía cinco centímetros de dilatación, estaba en etapa avanzada de parto.
Mía nació sin contratiempos, cerca del mediodía del viernes 25 de agosto de 2023.
Por intermediación de la abogada, funcionarios del Instituto Nacional de Migración de México visitaron a Joahndri y confirmaron que su hija obtendría la nacionalidad mexicana y que la familia podría quedarse legalmente en el país.
“Estoy muy agradecida porque mi hija y mi familia están bien”, dice Johandri desde el refugio en Aguascalientes.
“Aunque podemos quedarnos en México, no he perdido el sueño de llegar a Estados Unidos”.
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