Home
>
Analisis
>
Organizaciones
>
Aprender es mi derecho
>
El fracaso de La Escuela es Nuestra
Aprender es mi derecho
Aprender es mi derecho
Mexicanos Primero es una iniciativa ciudadana integrada por activistas con diversas experiencias, formaciones e historias,... Continuar Leyendo
3 minutos de lectura

El fracaso de La Escuela es Nuestra

Al cierre del sexenio, La Escuela es Nuestra habrá gastado cerca de 90 mil millones de pesos y no sabremos en qué. Para repartir dinero, ha sido muy exitoso; en términos de política pública educativa, no es más que un fracaso.
19 de enero, 2024
Por: Fernando Alcázar Ibarra

Si pudiéramos resumir la política educativa de este sexenio en un solo programa, ese programa sería La Escuela es Nuestra (LEEN). Originalmente, LEEN transfería recursos directamente a las escuelas para que mamás y papás usaran ese dinero en mejoras de infraestructura para sus planteles. Tras la eliminación del Programa “Escuelas de Tiempo Completo” (PETC) y de idas y vueltas en tribunales (propiciadas en gran medida por Aprender Primero, brazo jurídico de Mexicanos Primero), LEEN se convirtió en un programa que atrapó todo: 1) mejoras de infraestructura, 2) la extensión del horario y 3) los servicios de alimentación. Desde Mexicanos Primero hemos asumido la tarea de vigilarlo, alzar la voz y judicializarlo, dada su importancia. Si bien es cierto que estamos lejos de lo que hasta 2019 fue el PETC, para 2024 LEEN mantiene, por lo menos en el papel, la posibilidad que este tipo de escuelas existan.

La tarea pendiente con LEEN, sin embargo, es su fiscalización. En la más reciente sentencia de amparo que obtuvimos hace unas semanas, una jueza federal ordenó que LEEN tenga un mecanismo efectivo de fiscalización por parte de las autoridades, ya que, al día de hoy, son las mamás y papás los responsables del destino de los recursos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya ha señalado los graves problemas que esto ha implicado y los millones de pesos que han sido desviados. A solicitud expresa de la ASF, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha reconocido que no sabe exactamente en qué se han usado los recursos y que sólo sabe a qué escuelas se los ha repartido. Tampoco parece importarle porque LEEN es, en estricto sentido, un programa de subsidios. Al serlo, su principal objetivo es la transferencia de recursos y no alguno de política educativa. Así es, incluso, como lo comunica la SEP, resaltando la cobertura de planteles y no sus resultados.

Al cierre del sexenio, LEEN es el programa individual de política educativa más ambicioso en la historia de nuestro país, en términos de presupuesto y de alcance. Cuando acabe el año, LEEN se habrá gastado cerca de 90 mil millones de pesos y, a menos de que algo cambie radicalmente, no sabremos en qué. Desafortunadamente, este mega programa que atiende infraestructura, extiende el horario y permite la alimentación, en los hechos, se trata de una simulación. ¿Cuántas escuelas han mejorado su infraestructura y en qué rubros? ¿Estas escuelas resolvieron sus problemas de infraestructura siendo beneficiarias del programa? ¿Cuántas escuelas utilizaron sus recursos para extender la jornada escolar o establecer un servicio de alimentación? ¿Cómo sabemos si un programa de política educativa ha sido exitoso si no sabemos qué efectos han tenido los recursos destinados al mismo? No lo sabemos porque, desde su diseño, LEEN no es más que un vehículo para hacer transferencias directas. Para repartir dinero, ha sido muy exitoso; en términos de política pública educativa, no es más que un fracaso.

* Fernando Alcázar Ibarra (@feralc23) Director de Judicialización de Mexicanos Primero (@Mexicanos1o).

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Qué implica la retirada electoral de Biden para Kamala Harris, los demócratas y Trump
6 minutos de lectura

Con su retirada de la carrera por la reelección, Biden dio un vuelco al proceso hacia las elecciones del 5 de noviembre. Estos son los efectos que ya está teniendo la decisión.

22 de julio, 2024
Por: BBC News Mundo
0

El presidente Joe Biden ha dado un vuelco a la carrera electoral en Estados Unidos.

Tras ferozmente insistir durante semanas que mantendría su candidatura a la presidencia por el Partido Demócrata, este domingo cedió ante la presión y renunció a postularse el próximo 5 de noviembre.

Aquí lo que esto significa para la actual vicepresidenta, Kamala Harris, los demócratas y también para el candidato republicano, el expresidente Donald Trump.

Harris es una apuesta arriesgada, pero muchos demócratas estarían dispuestos a asumirla

Que Biden la haya respaldado ha dado un enorme impulso a las perspectivas de que Harris sea quien lo sustituya en la candidatura demócrata a la presidencia.

El mandatario le mostró un apoyo total, diciendo que elegirla como vicepresidenta hace cuatro años fue la mejor decisión que tomó nunca.

Ella respondió subrayando que es un honor contar con su respaldo y que hará todo lo que está en sus manos para ganarse la nominación.

Es posible que la mayoría de los demócratas sigan el ejemplo del mandatario y se alineen con la vicepresidenta para evitar un aumento de la incertidumbre que ya existe a menos de un mes de la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará entre el 19 y el 22 de agosto en Chicago.

Existen razones prácticas y políticas para hacerlo.

Harris es la siguiente en la línea constitucional de sucesión. La imagen de haber pasado por alto a la primera mujer negra aspirante a la candidatura presidencial podría ser terrible para el partido.

Asimismo, tendría un acceso inmediato a los casi US$100 millones recaudados hasta el momento para la campaña.

Pero también hay riesgos.

Para empezar, las encuestas de opinión pública muestran que los índices de aprobación de Harris son casi tan bajos como los de Biden. Y adelantan que en un cara a cara con el candidato republicano Donald Trump tendría las mismas oportunidades que el ahora presidente.

En segundo lugar, Harris ha tenido momentos difíciles como vicepresidenta.

Al poco de asumir el cargo se le asignó la tarea de abordar las causas fundamentales de la crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México.

Se trata de un desafío enorme y una serie de errores y de declaraciones equivocadas la expusieron a las críticas.

También ha sido la persona clave de la administración en materia del derecho al aborto, una cuestión que ha abordado con mucha mayor efectividad. Pero aquella primera impresión ha perdurado.

Por último, y no menos importante, es que Harris ya aspiró a la candidatura demócrata a la presidencia: lo hizo en 2020 y tropezó.

Aunque se postuló temprano, una combinación de entrevistas fallidas, la falta de una visión claramente definida y una campaña mal gestionada hizo que renunciara antes incluso de las primeras primarias.

Optar por Harris es un riesgo para los demócratas, pero a estas alturas no hay opciones seguras. Y, para los miembros del partido, lo que está en juego —una posible victoria de Donald Trump— es mucho.

Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, antes de subirse al Air Force One de camino a Air Force Two de camino a un acto de campaña en Filadelfia el 13 de julio de 2024.
Reuters

La convención demócrata podría ser caótica pero apasionante

Durante el último medio siglo, las convenciones políticas se han convertido en eventos algo aburridos.

Al planificar al detalle cada minuto para la televisión, se han transformado en largos comerciales de varios días en los que se promociona al candidato presidencial.

Así fue la convención republicana de la semana pasada, incluso con el discurso de aceptación de candidatura de Donald Trump, demasiado largo y en ocasiones divagante.

La convención demócrata del próximo mes en Chicago promete ser muy, muy diferente. Cualquier guion en el que estuvieran trabajando hasta ahora el partido y la campaña de Biden ha saltado por los aires y queda desechado.

Incluso si el partido se alinea en torno a Kamala Harris, será difícil planificar –y controlar– cómo se desarrollarán los eventos en la convención.

Y si Harris no logra unir al partido, la convención podría convertirse en un “todos contra todos” con varios candidatos compitiendo por la nominación frente a las cámaras y a puerta cerrada.

Podríamos asistir a un fascinante e impredecible teatro político en vivo; algo que nunca antes ha presenciado el público estadounidense.

Para los republicanos ya no es una cuestión del “fuerte contra el débil”

La Convención Nacional Republicana de este año fue una máquina cuidadosamente calibrada, que promovió los temas más populares de la agenda del partido y centró las críticas en un solo hombre: Joe Biden.

Pero resulta que los republicanos apuntaban al tipo equivocado.

Con la noticia de la renuncia de Biden a la campaña por su reelección, el plan del Partido Republicano encabezado por Donald Trump quedó patas arriba.

Los republicanos pasaron una semana entera de eventos cuidadosamente planeados centrándose en las debilidades equivocadas del demócrata que se les oponía.

La campaña destacó la fuerza y la vitalidad de su candidato y Trump salió al escenario tras una presentación estridente, precedida por la intervención del luchador profesional retirado Hulk Hogan y el del actual presidente de la empresa de artes marciales mixtas Ultimate Fighting Championship (UFC), Dana White, y una actuación del músico Kid Rock.

El exluchador profesional Hulk Hogan durante su intervención en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, Wisconsin, el 18 de julio de 2024.
Reuters
El exluchador profesional Hulk Hogan se rasgó la camiseta y llamó a la audiencia a sumarse a la “trumpmanía” el jueves durante el último día de la Convención Nacional Republicana.

El intento de marcar la diferencia con la percibida debilidad de Biden —y la estrategia de apelar con ello a los votantes masculinos jóvenes— fue obvia.

Pero sea cual sea el escenario ahora, el candidato demócrata será alguien mucho más joven que el presidente.

Utilizar la estrategia del “fuerte vs. el débil” contra la vicepresidenta Kamala Harris o cualquiera de los gobernadores notablemente más jóvenes cuyos nombres están sonando como posibles aspirantes simplemente no tendrá el mismo impacto.

Si Harris acaba siendo la elegida para competir por la presidencia, se espera que los republicanos la asocien a lo que se percibe como los fracasos de la actual administración. Durante meses la han llamado la “zar de la frontera”.

Aunque la fiscal no pertenece de forma alguna al ala progresista del partido, ataques previos sugieren que podrían tratar de pintarla como alguien de “izquierda radical”.

No importa quién asuma la candidatura, los republicanos probablemente tacharán a los demócratas de querer encubrir la debilidad relacionada con la edad de Biden y de poner la nación en riesgo.

A estas alturas, y a escasos meses de que se empiecen a emitir los primeros votos, todo el mundo está dando palos de ciego.

linea
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...