¿Estás lista para visitar Macondo? Estamos a nada del estreno de la serie Cien años de soledad, una adaptación del clásico de Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.
Sin duda es uno de los proyectos más ambiciosos, pues la novela es considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal. Durante muchos años, Gabo negó ofertas para que filmaran esta obra, pero al fin la veremos en forma de serie con todo y el apoyo de la familia del escritor y filmada en su totalidad en Colombia.
Prepárate para conocer a la familia Buendía; la serie se estrena este 11 de diciembre de forma exclusiva en Netflix.
¡Pero ojo! La serie, que está bajo la dirección de Laura Mora y Alex García López, tendrá un total de 16 episodios que serán lanzados en dos partes.
La primera (con 8 episodios) es la que se estrena en diciembre; la segunda tendrá un estreno posterior.
En este adelanto, se presentan algunos de los momentos icónicos que han encantado a lectores de la obra por más de 50 años, ahora en pantalla, desde la fundación de Macondo y la llegada de Melquiades, hasta el castaño en el que José Arcadio Buendía cumple la profecía de su soledad, desatando una lluvia de flores amarillas.
¿No sabes de qué va? Al casarse en contra de la voluntad de sus padres, los primos José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán dejan atrás su pueblo y emprenden un largo viaje en busca de un nuevo hogar.
Acompañados por amigos y aventureros, fundan un utópico pueblo a las orillas de un río de piedras prehistóricas que bautizan Macondo. Varias generaciones de la estirpe de los Buendía marcarán el devenir de este pueblo mítico, atormentadas por la locura, los amores imposibles, una guerra sangrienta y absurda, y el miedo a una terrible maldición que las condena, sin esperanza alguna, a cien años de soledad.
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El elenco encargado de darle vida a las los emblemáticos personajes de la familia Buendía y los habitantes de Macondo es en su vasta mayoría colombiano y está conformado por Marco Antonio González (José Arcadio Buendía joven), Diego Vásquez (José Arcadio Buendía adulto), Susana Morales (Úrsula Iguarán joven), Marleyda Soto (Úrsula Iguarán adulto), Moreno Borja (Melquíades), Claudio Cataño (Aureliano Buendía), Viña Machado (Pilar Ternera), Andrius Leonardo Soto (José Arcadio hijo joven), Edgar Vittorino (José Arcadio hijo mayor), Loren Sofía Paz (Amaranta Buendía mayor), Akima (Rebeca Buendía), Janer Villareal (Arcadio Buendía), Ruggero Pasquarelli (Pietro Crespi), Jairo Camargo (Apolinar Moscote), Jacqueline Arenal (Leonor Moscote), Ella Becerra (Petronila), Cristal Aparicio (Remedios Moscote), Rafael Zea (Alirio Noguera), Salvador del Solar (General Moncada), Alvaro García (Padre Nicanor), Jerónimo Barón (Aureliano Buendía joven), entre otros.
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez quiere mejorar las conexiones de la capital peruana y ser vanguardia en la región.
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez de Lima comienza a funcionar a pleno rendimiento este primero de junio con la promesa de convertirse en uno de los aeródromos más modernos y con más tránsito de Sudamérica.
Después de varias semanas de pruebas, en las que un grupo reducido de aerolíneas internacionales han estado operando vuelos en las nuevas instalaciones, el nuevo Jorge Chávez entrará plenamente en funcionamiento con el objetivo de mejorar la capacidad de atracción de visitantes y la conectividad de Perú.
Tras su inauguración oficial este viernes 30 de mayo, en un acto en que se espera la participación de la presidenta Dina Boluarte, el domingo a la 1pm hora local el aeropuerto estará totalmente operativo.
El camino hasta la inauguración del nuevo aeropuerto no ha sido fácil ni ha estado exento de retrasos y contratiempos. Estaba inicialmente prevista para diciembre de 2024, pero se aplazó hasta junio de este año para garantizar la seguridad y un eficiente desarrollo de las operaciones.
Y han surgido dudas sobre el impacto de algunas carencias aún no resueltas, como el escaso espacio destinado a los funcionarios de Inmigración, que podría provocar retrasos en la admisión de pasajeros al país, las esperas por la acumulación de vuelos tras las horas sin actividad del primer día o la falta de un acceso peatonal a la terminal.
Pese a todo, el nuevo aeropuerto tendrá previsiblemente un gran impacto en Perú y en su capital, así como en el transporte aéreo en Sudamérica.
Según Raúl Pérez Reyes, ministro peruano de Transportes, “la inauguración de este moderno aeropuerto marcará un hito para el desarrollo económico y turístico del país”.
El nuevo aeropuerto es el resultado básicamente del agotamiento de la capacidad del antiguo aeródromo, que entró en funcionamiento en 1960.
“En 2014 ya comprobamos que el número de pasajeros estaba creciendo a un ritmo superior a lo de que se había planeado para la infraestructura”, le cuenta a BBC Mundo Norbert Onkelbach, jefe comercial de Lima Airport Partners, la empresa de capital alemán que tiene la concesión de la explotación del aeropuerto.
En 2017, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones peruano y la empresa concesionaria acordaron una extensión de la concesión hasta 2041 con el compromiso de que esta construiría una nueva terminal.
Para entonces el viejo Jorge Chávez ya recibía unos 17 millones de pasajeros al año.
Con más de US$2.000 millones de inversión, el nuevo Jorge Chávez tiene 270.000 metros cuadrados de superficie y 46 puertas de embarque.
Con capacidad para 40 millones de pasajeros anuales, futuras ampliaciones podrían elevar esa cifra hasta los 50 millones anuales.
La segunda pista construida, que se suma a la del viejo aeropuerto, que seguirá operativa, ha dejado a la nueva terminal en medio de dos pistas que pueden utilizarse simultánea y coordinadamente.
“Esto nos permitirá llegar a los 54 movimientos por hora, desde los 35 que ahora se realizan”, señala Onkelbach.
La nueva terminal cuenta con avances que deberían facilitar el tránsito y la experiencia de los pasajeros, como equipos de tomografía computerizada tridimensional que permiten inspeccionar los equipajes en el control de seguridad sin que haya que sacar los dispositivos electrónicos de su interior, como ahora sucede en muchos aeropuertos del mundo.
También contará con puntos de control electrónicos en los que peruanos y extranjeros residentes en el país podrán completar el trámite migratorio tan solo con mostrar sus documentos ante un escáner.
El viejo Jorge Chávez dejará de recibir pasajeros y sus instalaciones se convertirán en áreas de estacionamiento y mantenimiento de las aeronaves, y dependencias administrativas y logísticas de las aerolíneas y otros agentes aeroportuarios.
Para Perú, país donde el comercio exterior y el turismo representan un 2,9% de su Producto Interno Bruto anual, contar con un aeropuerto moderno y con gran capacidad en su capital es un asunto de gran importancia.
La compañía que opera el de Lima tiene como objetivo llegar a los 38 millones de pasajeros en 2030, lo que acercaría el nuevo Jorge Chávez a los 40 millones que pasan cada año por el aeropuerto de Sao Paulo, o los 46 del aeropuerto de El Dorado, en Bogotá, actual líder en la región.
El objetivo, dice Onkelbach, “es convertir al de Lima en el aeropuerto que conecta Norteamérica y Sudamérica”.
Actualmente, solo alrededor de un 10% de quienes aterrizan en Lima toman después un vuelo de conexión y Lima Airport Partners quiere elevar esa cifra hasta el 30 ó 35% con el nuevo aeródromo. “Aunque eso dependerá las condiciones de mercado de las aerolíneas con las que trabajamos”, advierte Onkelbach.
La chilena Latam es la principal usuaria y se espera que su actividad y presencia aumenten.
Lima tiene algunas ventajas para las aerolíneas.
Por su ubicación geográfica, les permite alcanzar destinos desde Canadá hasta Chile y Argentina con aviones de fuselaje estrecho, lo que les permite un mejor aprovechamiento de su flota sin tener que recurrir a aparatos más grandes habitualmente utilizadas en vuelos de larga distancia.
Su clima, caracterizado por una casi total ausencia de lluvias, facilita las operaciones y la puntualidad de los vuelos.
Sin embargo, el aeropuerto tendrá que superar algunos hándicaps propios de la zona en la que se ubica.
Los atascos y problemas de movilidad son habituales en el área urbana de Lima-El Callao, lo que obliga a los pasajeros a trasladarse con mucha antelación hacia el aeropuerto si quieren llegar a tiempo.
Y los críticos señalan que las autoridades deberán mejorar los accesos si quieren evitarse las filas de autos y escenas de caos circulatorio que formaban parte del día a día en el viejo aeropuerto.
Tanto las autoridades peruanas como la compañía concesionaria se muestran optimistas sobre el futuro del nuevo aeropuerto.
El ministro Pérez Reyes creen que colocará a Perú como “un hub más competitivo en la región”.
Sin embargo, su entrada en funcionamiento no tendría por qué ser una amenaza para otros “hubs” consolidados como Bogotá, Ciudad de Panamá o Sao Paulo.
“Podemos conectar con las ciudades secundarias de Norteamérica, Sudamérica y Centroamérica. No vamos a quitarle cuota de mercado a nadie porque en Sudamérica hay margen de crecimiento para todos siempre que no se produzca una recesión”, dice Onkelbach.
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