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Jardines polinizadores: una forma de rescatar la flora y fauna dentro de la mancha urbana
Jardines polinizadores: una forma de rescatar la flora y fauna dentro de la mancha urbana
Los jardines polinizadores con plantas nativas de la CDMX tienen grandes beneficios para la mancha urbana. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
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Jardines polinizadores: una forma de rescatar la flora y fauna dentro de la mancha urbana
El desconocimiento sobre las plantas nativas de la Ciudad de México se ha convertido en una de las principales amenazas para abastecer de alimento a los animales polinizadores.
07 de septiembre, 2023
Por: Verónica Santamaría
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Desde el balcón de su casa, las plantas de Ilse dan la bienvenida a animalitos que ayudan en el proceso de polinización en la ciudad. Rodeada por una avenida ruidosa, un supermercado enorme, locales de comida y la parada del Trolebús, su azotea es un remanso que alberga un tupido jardín polinizador con plantas nativas de la Ciudad de México

Distribuidas en cuatro macetas, Ilse espera que las semillas de Tecoma, tagete lucida, tagete paluda y dahlia coccinea que sembró, broten de la tierra y al florecer alimenten a abejas, mosquitos, abejorros, escarabajos, mariposas y colibríes que la visitan. Las cuatro son plantas nativas.

Una abeja en una dahlia coccinea, un tipo de planta nativa de la CDMX. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Una abeja en una dahlia coccinea, un tipo de planta nativa de la CDMX. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Ilse Ramirez Gil es barista, trabaja en una panadería artesanal y desde hace unos meses es, también, estudiante de huertos, agricultura urbana y de jardines para polinizadores.

Desde muy temprano se levanta y sale a regar su jardín; como a eso de las 11 de la mañana los animales se dan un festín: las plantas que ella cuida los alimenta.

Además de las  abejas, abejorros, moscas y mosquitos, también hormigas, catarinas y lombrices visitan el jardín polinizador diseñado por Ilse. Para ella, el sentimiento de conexión con la naturaleza nació desde pequeña cuando salía con sus papás a dar largas caminatas por el bosque. 

Mientras crecía, Ilse se fijó como meta tener un huerto urbano en casa. El proyecto por fin se concretó: tomó cursos, se informó y comenzó poco a poco a formar su propio espacio.

Ilse Ramírez es barista y estudia sobre agricultura urbana. (Foto: Lizeth Ovando | Intervención: Álex Santibáñez)
Ilse Ramírez es barista y estudia sobre agricultura urbana. (Foto: Lizeth Ovando | Intervención: Álex Santibáñez)

Jardines polinizadores: la apuesta por las plantas nativas de la CDMX

Ilse tomó cursos en Plantalia, un proyecto ciudadano que transforma espacios de la Ciudad de México y los convierte en ecosistemas urbanos. Esta propuesta busca crear más azoteas verdes o jardines verticales en la ciudad.

Erick García es director y fundador de Plantalia y nos explica que inició con  proyectos que intentaban reverdecer la ciudad, pero no lograban tener una vida larga. Estaba el reto, dice, de poner plantas que sobrevivieran a entornos difíciles. En ese momento comenzó a interesarse por las plantas nativas.

La planta nativa es aquella que crece en su ecosistema acorde con la ubicación geográfica al que pertenece y se rige por la temporalidad que va de los días secos o de lluvia. 

En la Ciudad de México podemos encontrar este tipo de vegetación predominantemente en  la zona sur, en alcaldías como Xochimilco, Milpa Alta, Coyoacán y Tláhuac.

“La contrapropuesta es que, en lugar de seguir sembrando áreas verdes, es ver nuestro ecosistema. Basarnos en él, estudiarlo, ver cómo crece, qué floración hay y [con] esas mismas ampliar el ecosistema”, añade Erick García en entrevista para Animal Mx.

Erick García es director y fundador de Plantalia. Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Erick García es director y fundador de Plantalia. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Pero para lograr eso hay que evitar los “caprichos visuales”, como él los ha bautizado. Estos generan que el proceso de mantener áreas verdes sea “al revés”. Es decir: se introducen plantas que no tienen relación con la fauna endémica de la ciudad

Esto solo genera gastos en energía, económicos y de tiempo dedicados al mantenimiento de un jardín con plantas exóticas o introducidas que sólo fuerzan e invaden la supervivencia de plantas que no son nativas. Algunos ejemplos son el lirio, la lavanda, agapantos, bugambilias, jacarandas, kalanchoe y rosales.

“Por el contrario, las plantas nativas están en su ambiente, donde se han desarrollado siempre, es mejor usar esas plantas. El propósito principal es que nos acerquemos a qué plantas son, cómo crecen y tener esta sinceridad de que no siempre vamos a tener la flor o el espacio floreciendo. Reconocer eso también”, señala.

En la azotea de su casa, con macetas y distintas plantas, Ilse ha trabajado en su propio huerto urbano. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
En la azotea de su casa, con macetas y distintas plantas, Ilse ha trabajado en su propio huerto urbano. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Un acervo de plantas de la ciudad en la UNAM

Al sur de la ciudad se encuentra el Invernadero del Jardín Botánico de la UNAM que alberga plantas nativas y donde se reproducen algunas para darlas en adopción responsable. 

Dentro del Jardín Botánico de la UNAM se encuentra el Invernadero de propagación de plantas nativas para uso urbano que se construyó hace 26 años, con el objetivo de revegetar el ecosistema urbano con plantas nativas

La bióloga Ivonne Olalde es la responsable de este espacio. Cuando realizó su tesis hizo un censo del arbolado que se encuentra dentro de Ciudad Universitaria, su investigación reveló que 70% de las especies eran exóticas

A partir de estos resultados, el proyecto de propagación de plantas nativas inició, principalmente, para la revegetación universitaria. 

Visitamos el Invernadero de propagación de plantas nativas para uso urbano de la UNAM. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Visitamos el Invernadero de propagación de plantas nativas para uso urbano de la UNAM. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Como una forma de enfrentar esta problemática, actualmente el invernadero abre sus puertas a cualquier persona y sí, se  pueden adquirir plantas nativas.

Evelyn Muñoz, bióloga y técnico hortícola en el invernadero, nos explicó que las plantas endémicas van desde arbustos, árboles y enredaderas, hasta hierbas, cubresuelos. Muchas pasan desapercibidas o invisibilizadas a la falta de conocimiento en las calles.

Entre las plantas nativas más representativas en la Ciudad de México se encuentra el fresno, que actualmente  está muy sobrepoblado en la ciudad, pero “también están la tecoma, los colorines, tenemos retamas, esas en forma arbórea. Arbustos como trompetillas, asclepias o algodoncillos. Tenemos una alta diversidad, lo único que va rotando son el número de poblaciones”, señala Evelyn.

La experta advierte sobre la importancia de tomar en cuenta que la distribución de las plantas nativas predomina en la región sur de la ciudad. Sin embargo, no impide que compartamos otras especies con la zona norte, poniente y oeste, sitios donde la mancha urbana predomina.

“La naturación urbana tiene este reto de que a través de las áreas verdes se llegue a un equilibrio después de todo el cambio que ha tenido la urbanización”, explica.

La Asclepias curassavica también es conocida como algodoncillo y es una de las flores favoritas de insectos de la CDMX que ayudan en la polonización. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
La Asclepias curassavica también es conocida como algodoncillo y es una de las flores favoritas de insectos de la CDMX que ayudan en la polonización. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Plantas nativas ¡para polinizadores nativos!

En el Diagnóstico. Situación actual de los polinizadores en México, de la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores (Encusp) de las Secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural y Medio Ambiente y Recursos Naturales señalan que “el avance de la urbanización ha favorecido la pérdida de hábitat, alimento, sitios de refugio y anidación para la mayoría de los polinizadores”.

Según la Encusp, aunque la urbanización es uno de los factores que acelera la pérdida del hábitat de los polinizadores, existen pocos estudios -tanto en México como en el mundo- para evaluar su efecto en la diversidad de especies de plantas y polinizadores.

A pesar de ello, añade que “la pérdida de polinizadores debido al crecimiento urbano también afecta la reproducción de especies de plantas limitando el intercambio genético y la regeneración natural de la flora nativa”.

Salvia leucantha, conocida como el cordón de jesús. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Salvia leucantha, conocida como el cordón de Jesús. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Aunque existe un notable desconocimiento en la población sobre las plantas nativas de la Ciudad de México, Erick García, de Plantalia, enfatiza que “si queremos realmente darle un beneficio y llegar a este equilibrio, debemos ampliar las áreas verdes basándonos en el ecosistema”. 

Para conocer las plantas nativas y su diversidad en la región, recomienda “aprender a observar”. En los talleres de Plantalia él y sus compañeros enseñan a observar las diferencias entre las flores, desde  la forma de la misma flor, su color y sus interacciones con la fauna endémica.

Otra forma para conocer, observar y acercarse a la fauna y flora de la Ciudad de México es desde la plataforma de Naturalista de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

A través de la ciencia ciudadana, cualquier persona y especialistas comparten avistamientos de especies en la región en la que se encuentren. De esta manera se puede determinar si una planta, animal, insecto u hongo está siendo introducido, es decir, si se trata de una especie invasora o exótica. Es un trabajo colectivo que beneficia a los ecosistemas y, por ende, a las personas.

Pasto vs plantas nativas: los altos costes ambientales y económicos (sí, impactan a tu bolsillo también)

En la Ciudad de México existen cuadrillas de mujeres que se encargan de diseñar y crear jardines polinizadores ya sea desde casa o en su colonia. A este programa de la CDMX se le conoce como “Jardines para la Vida, Mujeres Polinizadoras”

Comenzó en 2019 y, hasta ahora, la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) ha capacitado a 779 mujeres para desarrollarse como jardineras, emprendedoras o incluso crear una asociación enfocada en jardines para polinizadores.

Para conocer su trabajo, visitamos el Centro de Cultura Ambiental Acuexcomatl, que se encuentra en el poblado de San Luis Tlaxilatemalco y limita con la comunidad de Tulyehualco. Ambos forman parte de los 14 asentamientos originales de Xochimilco

Acuexcomatl significa “vasija donde brota el agua” en náhuatl, su nombre no es metáfora: en este sitio hay humedales que albergan a plantas acuáticas y patos

En un recorrido por el Acuexcomatl, María del Rosario Campos Berumen, subdirectora de Educación para la sustentabilidad de Sedema, nos mostró dos de los jardines polinizadores que han incorporado. 

En los jardínes del Acuexcomatl las mariposas, abejas y colibríes se posan en los pétalos blancos y rojizos de la Salvia microphylla que al tener tallos largos y flores pequeñas eran idóneas para que estos animalitos polinizadores se acerquen.

Otras especies preferidas para ellos son las flores moradas de la Salvia leucantha que asemejan a la forma de un bastón -de ahí su nombre común- y los pétalos anaranjados de las pequeñas flores de la Asclepias curassavica en forma de algodoncillos.

El Agapanto es una planta de origen africano. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
El Agapanto es una planta de origen africano. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Estos jardínes albergan, en su mayoría, plantas nativas para polinizadores como Lantana camara, Salvia leucantha, Bidens ferulifolia, Salvia coccinea, Salvia mexicana, Salvia longistyla, Salvia circinata, Asclepia, Bouvardia, Cosmos atrosanguineus, Dahlia coccinea que reciben la visita de mosquitos, mariposas, colibríes, abejas.

También pudimos apreciar dos especies de Kalanchoes, ambas de origen europeo, y una vasta presencia de lavandas que, aunque cumplen con el proceso de polinización lo ideal es que los jardínes tengan plantas nativas. Estas especies han sido parte de donaciones que el jardín recibió.

Campos Berumen explica que en los jardines polinizadores lo que importa es la fauna por encima de la estética porque son espacios que estos animales ubican porque van a tener alimento, refugio y agua. 

“Se elaboran y se diseñan de tal manera que todo el año haya flores”, explica la también encargada del proyecto Jardines para la Vida, Mujeres Polinizadoras de Sedema. “Se requiere que crezcan libres y que floreen para que los polinizadores puedan hacer su parte. Entonces, es un jardín un poco diferente, podría parecer despeinado, pero en realidad así son, y son muy bonitos”.

Por qué las plantas nativas nos pueden salvar

Otro beneficio de incluir plantas nativas en espacios verdes es que no requieren de grandes procesos de mantenimiento, como sí sucede con los jardines diseñados con plantas exóticas. 

“La verdad es que los jardines a los que estamos acostumbrados con pasto y setos requieren de mucho mantenimiento y de mucha agua, eso también requiere de un gasto y podría decir que hasta son contaminadores porque se requieren de herramientas que utilizan gasolinas, aditivos para tener el jardín bonito, como estamos acostumbrados”, explica Campos Berumen.

En ese sentido, Erick García también llama a la necesidad de ampliar la creación de jardines polinizadores con plantas nativas.

“Si empezamos a usar plantas que solo demandan poda, fertilizantes o riego, estamos haciendo algo mal y seguramente estamos afectando más al ambiente, por el contrario, con las plantas nativas no necesitamos gran mantenimiento. No hay demanda constante de agua porque, al final del día es una planta que mantiene esta línea temporal en su desarrollo conforme el ciclo del ambiente cuando la demanda de riego es uno de los principales problemas en este ecosistema urbano: el abastecimiento de agua”, destaca.

Aunque la bugambilia es un arbusto muy conocido en México, su origen es de Brasil, Perú y el norte de Argentina. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Aunque la bugambilia es un arbusto muy conocido en México, su origen es de Brasil, Perú y el norte de Argentina. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

En el artículo Déficit de polinizadores, consumo de alimentos y consecuencias para la salud humana: Un estudio de modelización, publicado en diciembre de 2022 por la Environmental Health Perspectives de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), se señala que “garantizar la abundancia y diversidad de polinizadores es un enfoque eficaz para abordar los desafíos nutricionales y ambientales que enfrentan los sistemas alimentarios globales”, se lee en el documento.

El documento explica muy bien por qué es necesario cuidar a esos animalitos que llegan a alimentarse de las plantas.

“Los polinizadores son más eficientes en la entrega de polen que el viento o la autopolinización, lo que aumenta la fertilización exitosa y mejora el cuajado de semillas y frutos (transición de óvulo/ovario a fruto/semilla), lo que resulta en mayores rendimientos”, dice el artículo, mismo que destaca que la polinización animal aumenta la producción de tres cuartas partes de las variedades de cultivos agrícolas.

Colibríes en tu azotea o balcón: sí se puede

María del Rosario Carmona Braumen explica que es posible tener un jardín para polinizadores con plantas nativas en la Ciudad de México, ya sea en la azotea, zotehuela o en un balcón.

“Nosotros te decimos cómo. No hay nada más agradable que tener tu balcón con plantas polinizadoras porque va a llegar un colibrí, una mariposa y otros polinizadores que da gusto verlos”, cuenta.

Invernadero del Jardín Botánico de la UNAM. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
Invernadero del Jardín Botánico de la UNAM. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)

Añade que, estratégicamente, se necesita tener más espacios vegetales donde haya más urbanización como lo es la zona centro y norte de la ciudad. 

“Aunque no parezca, tenemos murciélagos, tenemos cacomixtles que se benefician de esa polinización de una planta que es nativa. Es buscar esta congruencia de beneficiar a la fauna con lo que habita en su ecosistema, es ampliar áreas verdes que sean funcionales con esta relación evolutiva que han tenido los organismos”, argumenta. 

Para Ilse, convivir con su jardín y los polinizadores que llegan a visitar las plantas nativas que comienzan a florecer es un momento de respiro y relajación. Cada mañana sube a la azotea con café en mano, revisa el estado de las hojas, la humedad, las riega (en caso de que sea necesario) y las acaricia. 

“Son seres vivos también, te emanan algo, además de sus colores o sus formas, sí hay una interacción muy importante en tu estado de ánimo”, concluye.

La azotea verde de Ilse. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
La azotea verde de Ilse. (Foto: Lizeth Ovando | Animal Político, Animal MX | @nosoychambelans)
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“Se necesita una nueva definición de belleza en Ucrania”: el creciente número de amputados en la guerra contra Rusia
8 minutos de lectura
“Se necesita una nueva definición de belleza en Ucrania”: el creciente número de amputados en la guerra contra Rusia
El desconocimiento sobre las plantas nativas de la Ciudad de México se ha convertido en una de las principales amenazas para abastecer de alimento a los animales polinizadores.
27 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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Advertencia: el contenido de esta nota puede herir la sensibilidad de algunas personas.

A medida que avanza la contraofensiva de Ucrania -con progresos limitados y sin cambios decisivos- el número de amputados en el país sigue aumentando en forma vertiginosa.

Sólo en el primer semestre de este año hubo 15.000 nuevos amputados, según informó el Ministerio de Salud en Kyiv, aunque no reveló cuántos son soldados.

Las autoridades son cuidadosas a la hora de divulgar esos datos, pero es probable que la gran mayoría de las víctimas sean militares.

Ucrania ha tenido más amputados en seis meses que los que tuvo Reino Unido en los seis años de la Segunda Guerra Mundial, cuando 12.000 de sus hombres y mujeres militares perdieron extremidades.

Y puede que haya muchos más amputados por venir en la guerra más reciente de Europa. Ucrania es el país más minado del mundo, según el exministro de Defensa del país, Oleksii Reznikov.

La guerra de Rusia está creando aquí un ejército de amputados, una cinta transportadora de cuerpos destrozados.

Nos reunimos con algunos de ellos en una clínica de rehabilitación en la capital, Kyiv, y en un hospital en el sureste de Ucrania.

El único pensamiento de Alina Smolenska cuando su marido Andrii resultó herido fue acercarse a su cama. “Sólo quería estar con él, tocarlo, decirle que no está solo”, relata. “En situaciones como esta, cuando una persona necesita apoyo, le toco la mano”.

Pero cuando la joven encontró a su esposo en el hospital eso fue imposible.

“Vi que Andrii no tenía manos, así que simplemente le toqué la pierna y comencé a hablar con él”, relata.

Le dije: ‘Somos una familia. No te preocupes. Por supuesto, habrá algunos momentos duros, pero estamos juntos'”.

Horas antes, Andrii Smolenskyi había comandado una pequeña unidad de reconocimiento en el frente sur de Ucrania.

Andrii no había pensado en ser soldado, pero cuando la guerra comenzó se ofreció rápidamente como voluntario para luchar.

El joven de 27 años estaba saliendo de una trinchera cuando una explosión sacudió violentamente la tierra y el cielo. Su siguiente recuerdo es el de despertarse en el hospital.

“Sentí todo como un sueño”, dice, “todo estaba muy oscuro”.

Lentamente se dio cuenta de que no podía mover las manos y que algo estaba en sus ojos, cubriéndolos.

Andrii perdió la vista, la mayor parte de la audición y ambos brazos: uno fue amputado por encima del codo y el otro un poco más abajo. Trozos de metralla estaban incrustados profundamente debajo de su piel. Su rostro tuvo que ser reconstruido.

Cuatro meses después nos reunimos en una clínica de Kyiv donde realiza su rehabilitación, junto con otros veteranos de guerra.

Andrii es alto y delgado, de buen humor y una voz ligeramente ronca. Su última cirugía fue para quitarle un tubo de respiración del cuello.

Alina está sentada a su lado, en su cama de hospital, con la cabeza recostada en el hombro de su esposo y la mano apoyada en su rodilla. Sus palabras y sus risas a menudo se mezclan. Ella también tiene 27 años: es pequeña, rubia y un bastión de fuerza.

Mi esposa es increíble”, señala Andrii. “Ella es mi heroína, conmigo al 100%“.

Alina le ha apoyado durante sus lesiones y su batalla por adaptarse, durante sus sus 20 operaciones (habrá más) y sus sesiones de fisioterapia. Cuando tiene sed, ella le acerca suavemente una pajita a los labios. Ahora él ve el mundo a través de los ojos de su pareja.

Andrii está “agradecido a Dios” por haber escapado a cualquier lesión cerebral. Su nombre de guerra en el ejército era “el apóstol” y cree que su supervivencia fue milagrosa.

“Psicológicamente fue difícil superar eso, pero cuando acepté mi nuevo cuerpo, diría que me sentí bien”, asegura. “Desafío aceptado.”

Los médicos esperaban que permaneciera en coma durante tres días después de la lesión. Pero solo un día después ya estaba consciente. Alina dice que su marido es “terco, en el buen sentido de la palabra”.

Cuando se conocieron una tarde de verano de 2018, ella se enamoró desde el principio. “Me di cuenta de que era una persona excepcional”, relata, “extremadamente inteligente y reflexivo”.

Compartían el amor por el aire libre y el senderismo en los montes Cárpatos. Este mes hace cuatro años que se casaron. Y la adversidad los ha acercado aún más.

Creo que en los últimos tres meses comencé a amarlo aún más“, dice Alina riendo, “porque me dio mucha motivación, mucha inspiración”.

La pareja quiere demostrar que la vida continúa después de lesiones que cambian la vida. “Haremos todo lo posible para afrontarlo”, afirma Alina, “y con nuestro ejemplo demostraremos a todos que todo es posible“.

Andrii era un soldado poco común. Antes de la guerra trabajaba como consultor financiero y era un nerd confeso, a quien le gustaba cantar en la iglesia y hablar de filosofía.

Pero el joven se ofreció como voluntario poco después de la invasión rusa en febrero de 2022. Para él se trataba de una batalla entre el bien y el mal, “una guerra de valores”.

Alina y Andrii en el centro de rehabilitación
BBC
Alina: “Creo que en los últimos tres meses comencé a amarlo aún más”.

Ahora su batalla está en el gimnasio, donde entrena dos horas al día para recuperar fuerzas y mejorar el equilibrio. También asumió una nueva misión: ayudar a quienes vengan después de él.

Ucrania nunca ha tenido un número tan grande de amputados y de personas ciegas por la guerra“, afirma.

“Nuestro sistema médico no está preparado en algunos aspectos. Algunos veteranos de guerra llegan con casos realmente complejos”.

Y la legión de amputados de Ucrania está creciendo, mina tras mina y proyectil tras proyectil.

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BBC

Lejos de Kyiv, más cerca de la línea de frente en el sureste del país, vemos en un hospital algunas de las víctimas más recientes.

Al caer la noche comenzaron a llegar ambulancias que transportaban a la generación joven de Ucrania.

Un soldado llegó envuelto en una manta de lámina dorada para evitar la hipotermia. Otro tiene un muñón vendado en lugar de una pierna. La amputación se realizó apresuradamente cerca del campo de batalla para salvar su vida.

El personal del hospital escribe un número en la parte superior del cuerpo de cada víctima. No hay caos ni gritos.

Los médicos y enfermeras aquí conocen bien el procedimiento. Desde que comenzó la guerra han tratado a cerca de 20.000 soldados heridos… y el número sigue creciendo.

“Éste es nuestro frente de guerra”, afirma la doctora Oksana, anestesióloga.

“Estamos haciendo lo que debemos hacer. Estos son nuestros hombres, nuestros maridos, padres, hermanos e hijos“.

Oleksii en el hospital
GOKTAY KORALTAN/BBC
Oleksii perdió ambas piernas en una explosión.

En la unidad de cuidados intensivos nos encontramos con Oleksii, con su placa de identificación militar todavía colgada del cuello. Tiene 38 años y es padre de un adolescente. Apenas unos días antes perdió ambas piernas.

“Recuerdo que me metí en una trinchera y creo que había un cable trampa”, dice. “Lo pisé. Recuerdo una gran explosión y a mis amigos intentando sacarme de allí”.

El director del hospital, el Dr. Serhii, es una figura paternal. Le toma la mano y le dice que es un héroe.

“Haremos todo lo posible para que puedas conseguir prótesis rápidamente y salir de aquí corriendo”, señala a Oleksii.

Le pregunto al doctor Serhii si alguna vez se siente abrumado por la avalancha de soldados mutilados.

“Como regla general, esa sensación la tengo todas las noches”, me dice.

Cuando ves todo este dolor, todos los heridos que llegan al hospital… Durante la guerra hemos visto a más de 2.000 soldados como Oleksii“, agrega.

De vuelta en Kiev, Andrii y Alina se guardan los momentos más oscuros para cuando están a solas.

Andrii sigue luchando, sorprendiendo a los médicos, que no creían que pudiera caminar con un bastón porque no podía sostenerlo. Pero el joven encontró una manera de hacerlo apretando la cuerda en la parte superior del palo entre sus dientes.

Su voz es cada vez más fuerte. Espera poder volver a cantar en la iglesia y regresar a las montañas con Alina.

Ella sueña con que alguna nueva tecnología le devolverá la vista a su esposo en el futuro. “También espero tener algunos niños”, dice riendo, “y que tengamos una casa en una Ucrania pacífica”.

Alina y Andrii caminando en un bosque antes de la guerra
Gentileza A. Smolenska
Aún ante la adversidad, Alina y Andrii sueñan con un futuro feliz juntos.

Alina está intentando conseguir tratamiento en el extranjero, posiblemente en Estados Unidos, donde los especialistas tienen más experiencia en necesidades complejas como las de su marido.

Andrii se queda callado cuando le preguntan qué es lo más difícil ahora.

No son las heridas, dice, sino que no logró terminar lo que empezó y ganar la guerra.

Fuera de la clínica, algunos de los otros soldados convalecientes se reúnen para fumar y compartir historias de las trincheras. Todos han perdido piernas. Sus sillas de ruedas forman un semicírculo iluminado por el sol.

Uno dice que el gobierno está ocultando el verdadero número de amputados. Nos pide que no usemos su nombre.

“Son al menos el triple de lo que dicen”, insiste.

“Quieren escondernos. No quieren que la gente sepa cuántos somos realmente. Les preocupa que otros no quieran unirse al ejército y luchar”.

El soldado relata que todavía recibe un pequeño salario del ejército. “Suficiente para ocho paquetes de cigarrillos”, dice con una risa amarga.

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BBC

¿Durante cuánto tiempo podrá Ucrania soportar estas pérdidas y seguir luchando? ¿Y qué tan bien podrán reincorporarse a la vida civil las crecientes filas de amputados?

Son preguntas difíciles de responder a medida que se acerca un segundo invierno en la guerra.

Definitivamente no estamos preparados como país para un gran número de personas con discapacidad en las calles“, afirma Olga Rudneva, directora ejecutiva del centro de rehabilitación “Superhumanos”.

“La gente necesitará aprender a interactuar con ellos. Llevará años”.

Su nueva instalación de última generación, en la relativa seguridad del oeste de Ucrania, proporciona prótesis para soldados y civiles de forma gratuita.

Olga quiere que los amputados sean visibles y que haya una nueva definición de belleza en Ucrania.

“Esta es nuestra nueva normalidad”, dice. “Ellos perdieron sus extremidades luchando por Ucrania y por nuestra libertad”.

Reportería adicional de Wietske Burema y Natalka Sosnytska

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BBC

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