Llegó el momento de sacar tu lado artístico de forma divertida. Y es que en estos lugares para pintar en CDMX no importa si eres nueva en este mundo o tienes algo de experiencia.
Te dejamos experiencias que puedes disfrutar tanto sola, como en familia, pareja o con amixes. El chiste es que dejes volar tu imaginación.
Ojo: no se trata de clases de pintura, sino de lugares que te ofrecen la experiencia de ser pintor por un día y hacerlo de forma distinta. Ya sea con una copa de vino a un lado o haciendo explotar globos.
Entre los lugares para pintar en CDMX este es de los más nuevos y divertidos, ya que todo está enfocado en que tengas un momento de desestrés aventando pintura.
Olvídate de los pinceles, aquí se trata de salpicar, arrojar o gotear pintura sobre un lienzo para que te quede una obra como del expresionismo muy a lo Jackson Pollock.
Así es como podrás pintar reventando globos, con hilos, usando un péndulo o ¡hasta con una batería!
¡Y hasta Milaneso puede hacer su cuadro! Aquí tienen una opción de pinturas para perro. Se ponen gotas en un lienzo, este se cubre de plástico que se embarra con alimento y así tu perro lo lamerá expandiendo la pintura.
Acá puedes ver toda la información sobre las técnicas, qué incluye cada paquete y cómo reservar.
Dónde: Plaza Pedregal del Lago (Camino a Santa Teresa esquina Fuente de los Molinos)
Horarios: Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11:00 a 20:00; sábados y domingo de 10:00 a 20:00
Costo: de $950 (para dos personas) hasta $1580 (para 4 personas)
Esta es una de las experiencias y lugares para pintar en CDMX más populares. Podrás sentirte como un artista parisino con un pincel en una mano y una copa en la otra.
La experiencia existe desde 2016 y desde entonces se han expandido en ubicaciones y fechas. Y no solo te darán una bebida, ya han implementado sus clases de pintura en restaurante donde lo que pagas incluye un platillo para cenar.
Dependiendo de la fecha que elijas será el estilo, cuadro y temática que pintarás. Igualmente tienen las Glow Nights que consisten en pintar un cuadro bajo luz negra con colores fluorescentes.
Las clases en promedio tienen un costo de $850 que incluyen todo el material para pintar, un platillo para cenar y una copa de vino (o cerveza o una bebida sin alcohol).
Te recomendamos visitar su calendario de actividades o redes sociales para ver la fecha, ubicación y horario de cada experiencia.
Dónde: distintas zonas como Nápoles, San Ángel, Insurgentes Sur, Interlomas, San Jerónimo, Roma Norte, Condesa, Polanco, Arboledas, Satélite, Lomas de Vista Hermosa.
Horarios: entre semana y fines de semana; inicia entre 18:00 y 19:00
Costo: de $700 a $850
Si buscas lugares para pintar en CDMX con tu pareja, este es otro sitio ideal. La experiencia no solo incluye clase de pintura con asesores profesionales, sino también bebidas ilimitadas y hasta fotos profesionales, pa’que tengas otro recuerdo de este día.
Y es que no importa qué tan complejos parezcan los cuadros, Socco hace que pintar sea sencillo y divertido para que disfrutes del momento con tu persona favorita o conociendo a más gente.
Te recomendamos seguir su cuenta de Instagram para conocer las fechas, locaciones y preguntar por los paquetes de pareja, individuales y hasta grupales.
Dónde: sede itinerante (a veces abren fechas en otros estados)
Cuándo: distintas fechas
Costo: alrededor de $1,200 por persona incluyendo materiales, bebidas ilimitadas y fotos
Para sacar la artista que llevas dentro también está WeArt, quienes organizan una experiencia de dos horas para que pintes un cuadro como toda una profesional.
Como en las otras experiencias dependiendo del día, varía la técnica (acrílico, neón, hoja de oro) y temática, pues hasta hay clases donde puedes pintar a tu mascota. Y sí, todo va con vino ilimitado.
Revisa su calendario de eventos online o en redes sociales.
Este es de los lugares para pintar en CDMX que tiene su propia experiencia online para que la hagas en casa. Y no, no pierde la magia, pues compras tu paquete con todos los materiales necesario y ya le añades tus bebidas y botanas favoritas para pintar en casa.
Su WeArt Box incluye todo el material que necesitas, así como acceso a un video tutorial donde un artista explica todos los pasos. Puedes revisar los distintos modelos en su página.
Dónde: Av. Paseo de la Reforma 300, Juárez
Cuándo: revisa el calendario mensual
Costo: $849 por persona, $1649 si es un cuadro para parejas (una obra dividida en dos lienzos)
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Desde un paisaje otoñal hasta arte con Snoopy. Repetimos que el chiste de estas experiencias es relajarte y divertirte y Art & Sip lo sabe muy bien.
Aquí las clases de pintura en CDMX incluyen todo el material necesario y vino de cortesía. La experiencia dura alrededor de 2 horas y las fechas normalmente son de jueves a sábado. Pero te recomendamos revisar su calendario en redes sociales.
Dónde: Bazar Fusión 37, Juárez, CDMX
Cuándo: jueves y viernes a las 18:00; sábado a las 12:00
Costo: $700
Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.
Los carteles en la enorme estación de trenes de Shinjuku, en Tokio, normalmente se usan para publicitar productos como cosméticos y comida, así como películas nuevas.
Pero ocasionalmente uno puede encontrarse con un cartel que muestra un mensaje de cumpleaños y la foto de un joven, a menudo de una boy band y típicamente con una apariencia impecable.
Estos carteles son creados por empresas publicitarias especializadas y son pagados por fans devotos. Forman parte de un fenómeno llamado oshikatsu, un término acuñado en los últimos años que proviene de las palabras japonesas “apoyar” (oshi) y “actividad” (katsu).
Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.
Una parte considerable de este apoyo es de naturaleza económica. Los fans asisten a eventos y conciertos, o compran productos como CDs, carteles y otros artículos coleccionables. Otras formas de oshikatsu están destinadas a difundir la fama de su ídolo, compartiendo contenido sobre su oshi, participando en campañas en redes sociales, y escribiendo fanfiction o creando fanart.
Oshikatsu surgió a partir del deseo de los fans por tener un vínculo más cercano con sus ídolos. La combinación entre oshi y katsu apareció por primera vez en las redes sociales en 2016 y se generalizó como un hashtag en la entonces plataforma de Twitter en 2018. En 2021, oshikatsu fue nominada como candidata a la palabra del año en Japón, una señal de que su uso se había vuelto popular.
Ahora, ha aparecido en el radar del Japón empresarial. El motivo es el estallido de la inflación en los últimos años, provocado por la interrupción pandémica de la cadena de suministro y las conmociones geopolíticas, que ha hecho que los consumidores japoneses reduzcan su gasto.
Sin embargo, con los salarios a punto de subir por tercera vez en tres años, el gobierno se muestra cautelosamente optimista ante la posibilidad de que el crecimiento económico sea reavivado a través del gasto impulsado por el consumo. Compañías de la industria del entretenimiento y medios de comunicación buscan en el oshikatsu como posible motor de esta tendencia, aunque no está claro si las próximas subidas salariales serán suficientes.
Contrario a la percepción popular, oshikatsu ya no es del ámbito exclusivo de las subculturas juveniles. Se ha hecho camino también entre los grupos de mayor edad en Japón.
De acuerdo a una encuesta realizada en 2024 por la empresa japonesa de estudios de mercado, Harumeku, el 46% de las mujeres que están en sus 50 tienen un oshi al que apoyan económicamente. Las generaciones mayores tienden a tener más dinero para gastar, especialmente después de que sus propios hijos hayan terminado su educación.
Oshikatsu también supone una interesante inversión en términos de género. Mientras en los hogares tradicionales japoneses se sigue esperando que los maridos sean el sostén económico de las familias, en el oshikatsu son más a menudo las mujeres las que apoyan económicamente a hombres jóvenes.
Cuánto gastan los fans en sus oshi, depende. Según una encuesta reciente realizada por la empresa japonesa de marketing CDG y Oshicoco, una agencia de publicidad especializada en oshikatsu, la cantidad media que gastan los fans en actividades relacionadas con sus oshis es de 250.000 yenes (unos US$1.736) anuales.
Se calcula que esto aporta cada año 3,5 billones de yenes (US$24.500 millones) a la economía japonesa, y representa el 2,1% del total de las ventas minoristas anuales de Japón.
Oshikatsu impulsará el gasto de los consumidores. Pero dudo que tenga el impacto en la economía japonesa que esperan las autoridades. Para los aficionados más jóvenes, el peligro es que la aprobación gubernamental acabe con cualquier tipo de influencia cool, haciendo que el oshikatsu sea menos atractivo para estas personas a largo plazo.
Y si apoyan a un oshi que aún no ha conseguido el éxito, pueden tener una mayor sensación de que su apoyo importa. De ahí que parte del gasto vaya directamente a individuos, en lugar de a superestrellas corporativas ya establecidas. Pero también es posible que los jóvenes oshis en apuros gasten más de este dinero que las celebridades establecidas.
La prensa internacional se está enfocando ya sea en el lado económico del oshikatsu, o en lo peculiar de los fans “obsesivos” que consiguen un segundo trabajo para apoyar a su oshi, y madres que gastan grandes sumas en un hombre que tiene la mitad de su edad. Pero lo que esa cobertura pasa por alto es la lenta pero profunda transformación social de la que el oshikatsu es un síntoma.
Una investigación de 2022 sobre personas que practican oshikatsu deja claro que las “actividades de fans” responden a un deseo profundo de conexión, validación y pertenencia. Si bien esto podría satisfacerse mediante la amistad o una relación íntima, un número creciente de jóvenes adultos japoneses siente que este tipo de vínculos son “problemáticos”.
Los hombres jóvenes lideran esta tendencia, especialmente aquellos que no trabajan como asalariados de oficina con empleos relativamente estables, los llamados salarymen. Muchos de los que trabajan a tiempo parcial o en empleos manuales tienen dificultades para imaginar un futuro con una familia.
El sector terciario está cambiando para dar cabida a un número creciente de servicios que convierten en productos cosas intangibles como la amistad, la compañía y las fantasías románticas escapistas.
Desde abrazos no sexuales hasta alquilar a un amigo por un día o tener una cita con un acompañante travestido, se puede buscar alivio temporal de la soledad pagando por hora. Como resultado, la conexión humana en sí misma se está convirtiendo en algo que puede ser consumido mediante pago.
Por otro lado, compartir actividades de oshikatsu puede generar nuevas amistades. Reunirse para adorar colectivamente a sus ídolos es una forma poderosa de crear nuevas comunidades. Aún está por verse cómo estos cambios en la manera en que las personas se relacionan moldearán el futuro de la economía y la sociedad japonesa.
*Fabio Gygi es profesor titular de Antropología en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres.
Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Puedes leer la versión original en inglés aquí.
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