La Diócesis de San Cristóbal de las Casas, dirigida por el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, denunció un aumento de violencia en Chiapas.
En un comunicado publicado el 21 de diciembre dirigido al gobierno federal, organismos de derechos humanos, medios de comunicación y a la sociedad en general, la Diócesis dijo que “las voces de nuestros pueblos están siendo silenciadas por la violencia, las armas y la intimidación”.
“En Chiapas estamos viviendo en medio de grupos criminales que se disputan el territorio poniendo a la sociedad civil como barrera humana, sin que se haga valer el derecho del pueblo a la seguridad, el libre tránsito, la paz y otros, de manera permanente”.
Según el documento, desde hace más de dos años, la región fronteriza de Chiapas sufre azotes de violencia manifestada en amenazas, hostigamientos, cobro de piso, intimidaciones, desapariciones, secuestros, asesinatos, despojos, saqueo y explotación minera, “un sinfín de violaciones a los derechos humanos y colectivos”.
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La Diócesis sostiene que el crimen organizado mantiene a los pueblos sitiados y que les preocupa enormemente la situación actual de Frontera Comalapa, Chicomuselo, Siltepec, Motozintla, Bella Vista, Maravilla Tenejapa, La Grandeza y Altamirano.
De acuerdo con la Diócesis de San Cristóbal, cientos de familias han tenido que salir de sus hogares por amenazas y a diario se ve “gente armada a bordo de camionetas que ingresan a diversas comunidades sacando gente de sus casa”.
También aseguran que gente armada amenaza a autoridades ejidales y “han hecho descargas de sus armas frente a la población para aterrorizarlos y hagan lo que ellos les piden”.
Otra situación que destacan en el comunicado es que a pesar de la presencia de la Guardia Nacional, no hay seguridad, por lo que hicieron un llamado urgente a atender sus demandas de paz y restablecer el orden social.
Entre las exigencias, destaca el desarme de grupos criminales, recuperación del territorio para familias, una declaratoria oficial contra la explotación minera y bienes naturales y seguridad a los defensores de derechos humanos.
Por su parte, el Pueblo Creyente, conformados por la feligresía católica de la Diócesis de San Cristóbal, indicó que ellos no son ni quieren ser “parte de ningún grupo criminal”, porque tienen una misión concreta:
“La no violencia nos invita a estar de lado de las víctimas generadas por cualquier sistema, gobierno, sociedad o comunidad, como lo señaló Tatic Samuel en su carta pastoral en esta hora de gracia”.
Denunciaron, al igual que el obispo, una lucha de grupos criminales por el control del territorio, despojo de sus bienes materiales y naturales, y omisión del Estado “ante esta realidad tan dolorosa”.
Pueblo Creyente señaló que se encuentran en un “virtual estado de sitio” desde hace más de dos años, en el que padecen la presión y el control social de grupos criminales que someten a comunidades y pueblos.
“Exigimos la acción urgente de quien sea responsable de establecer estructuras justas de paz, restablecer el libre tránsito y el respeto a nuestros derechos humanos y colectivos”.
La retirada de Biden de la campaña a la reelección plantea para los demócratas el desafío de enfrentarse a una situación sin precedentes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció por sorpresa este domingo que abandonará la campaña para la reelección tras resistirse durante semanas a las crecientes peticiones de que lo hiciera.
Biden, que completará lo que le queda de mandato, ha respaldado a la vicepresidenta Kamala Harris para que lo reemplace como candidata del Partido Demócrata a las elecciones del 5 de noviembre frente al republicano Donald Trump.
La decisión lleva al partido a aguas inexploradas a falta de solo un mes para la Convención Nacional Demócrata.
Te ofrecemos una guía de lo que puede estar por llegar.
La última vez que un presidente estadounidense en ejercicio abandonó su campaña para la reelección fue Lyndon Baines Johnson en 1968.
Debido a la escasez de precedentes, no está claro el itinerario para nominar a un nuevo candidato tan cerca del día de las elecciones.
El presidente Biden ya había ganado 3.896 delegados, más de la cantidad necesaria para asegurarse la nominación de su partido.
Si bien el respaldo de Biden convierte a Harris en la elección más probable para la nominación, los delegados que ha liberado no están comprometidos con un candidato en específico.
En última instancia, dependerá de ellos votar por quien crean conveniente.
La convención de los demócratas confirmará a su candidato.
La Convención Nacional Demócrata tiene programado su inicio el 19 de agosto.
Si el Partido Demócrata no se une para apoyar a un nuevo candidato, se podrían sentar las bases para una convención abierta por primera vez desde 1968.
Eso significaría que los delegados decidirían por quién votar.
Los candidatos necesitarían las firmas de al menos 300 delegados (no más de 50 provenientes de un solo estado) para que su nombre aparezca en la boleta.
Habría una ronda inicial de votación entre los 3.900 delegados comprometidos, que incluye a votantes considerados leales al Partido Demócrata.
Si ningún candidato obtiene la mayoría de votos tras esta primera ronda, se llevarán a cabo más rondas de votación.
Estas incluirían a superdelegados (líderes de partidos y cargos públicos electos) que votarían hasta que se elija un candidato.
Para asegurarse la nominación del partido, un candidato necesita 1.976 votos de delegados.
La vicepresidenta Kamala Harris, de 59 años, es la mejor posicionada para sustituir a Biden en la candidatura.
Poco después de la renuncia del presidente este domingo, Harris confirmó su intención de “ganar esta nominación” y tratar de batir a Trump en las elecciones de noviembre.
Para ello, cuenta con el apoyo del propio Biden, que la respaldó abiertamente en su carta de retirada.
También se apresuraron a respaldarla el expresidente Bill Clinton, que gobernó el país entre 1993 y 2001, y su esposa Hillary Clinton, que se postuló contra Trump en 2016.
En un comunicado publicado en la red social X afirmaron que harán “todo lo que puedan para apoyarla”.
Además, al menos 35 diputados y 14 senadores demócratas expresaron su apoyo a la campaña de Harris este domingo.
Entre ellos están Adam Schiff, nominado demócrata para el Senado en California y aliado de Nancy Pelosi; Jim Clyburn, amigo de Joe Biden que elogió la elección de Harris como su número dos; y Ted Lieu, vicepresidente del Caucus Demócrata de la Cámara.
Ilhan Omar, demócrata progresista de Minnesota, también respaldó a Harris, al igual que Jamie Raskin de Maryland, quien enfatizó la unidad del partido, Robert Garcia de California, aliado de Harris en 2020, y Val Hoyle de Oregón.
A medida que crecieron los llamados para que Biden abandonara la carrera en las últimas semanas, surgieron varios reemplazos potenciales.
La gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, ha sido señalada como posible candidata, aunque declaró que no consideraría postularse si Biden se retirara.
El domingo, minutos después del anuncio de Biden, afirmó que haría todo lo posible “para elegir a los demócratas y detener a Donald Trump”.
Otras opciones incluyen al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, y al de Illinois, JB Pritzker.
Algunos de estos candidatos podrían ser considerados para el cargo de vicepresidente si Harris finalmente gana la nominación.
También sonaban como posibles candidatos el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y el gobernador de California, Gavin Newsom, pero se considera menos probable que se postulen ya que ambos publicaron sendos mensajes de apoyo a la postulación de Harris este domingo.
Un factor que posiciona a Harris como la candidata con más posibilidades es que cuenta con los fondos de campaña ya recaudados.
La vicepresidenta tiene una ventaja financiera significativa, con US$96 millones disponibles para su campaña, lo que le permitiría continuarla sin interrupciones.
Si se eligiera a otro candidato, la situación financiera podría complicarse ya que en principio el dinero tendría que ser reembolsado a los donantes y, si bien existen algunas alternativas, se consideran más caras y problemáticas.
Una opción viable sería transferir esos fondos directamente al Comité Nacional Demócrata (DNC), como hizo Michael Bloomberg en 2020, proporcionando un respaldo financiero considerable al nuevo candidato.
Otra opción podría ser votar por un candidato multimillonario, como el gobernador JB Pritzker, quien podría autofinanciar su campaña e igualar los recursos de su rival republicano.
Además, el comportamiento de los pequeños donantes será un factor crucial durante este periodo de incertidumbre.
Aunque un nuevo candidato podría generar entusiasmo y atraer nuevas donaciones, también existe el riesgo de que disminuya la recaudación de fondos si el nuevo candidato resulta menos competitivo que Biden.
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