Yurico le comentó a su familia que deseaba participar en el proceso electoral en esta ocasión, y para su suerte unos días después una persona con playera del INE tocó a su puerta, para decirle que la eligieron para ser funcionaria de casilla.
De la misma manera visitaron a Griselda, para notificarle de su selección.
“Llegaron aquí a mi domicilio y me entregaron una hoja de notificación. Básicamente me dijeron que había sido seleccionada para ser funcionaria de casilla para las elecciones federales. Me preguntaron mis datos generales, nombre, escolaridad, edad y creo que nada más”, relató Griselda.
El primer día de febrero, el Instituto Nacional Electoral anunció los resultados de un primer sorteo con el que se definió que la selección de quienes serían funcionarias y funcionarios de casilla se daría entre quienes nacieron en los meses de marzo y abril, con apellido que inicia con A.
Pero, ¿cómo aprenden a realizar la labor que llevarán a cabo el 2 de junio?
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El papel de los CAE
Los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) son funcionarios del INE que tras atender una convocatoria y pasar un proceso de selección fueron contratados para este proceso electoral. Su trabajo es notificar y capacitar, así como sensibilizar a la ciudadanía elegida.
Entre el 9 de febrero y hasta el 31 de marzo visitarán los hogares de quienes fueron sorteados, como Yurico y Griselda. El INE estima que se toquen la puerta de 13 millones de personas en esta primera etapa.
Todos los CAE deberán llegar a los hogares de aquellos seleccionados con sus debidas identificaciones. Además, tienen en su uniforme y en la credencial un código QR, que sirve para autenticar su identidad.
“Ya cuando me dijo que me tocaba, me explicó todo en general, y me dio una capacitación muy breve. Después pude externarle mis dudas”, dijo Yurico.
Los 42 mil 657 CAE visitarán y capacitarán a las personas que acepten y sean aptas para ser funcionarias de casilla y, durante el día de las elecciones, estarán dando asistencia, para cumplir con su función de la instalación y funcionamiento de las casillas. Este equipo está coordinado por 7 mil Supervisores Electorales.
Las capacitaciones y sus modalidades
El INE toma en cuenta a las personas que aceptan ser funcionarios y cumplen requisitos legales, y realiza un segundo sorteo con la ciudadanía que ya fue visitada, notificada y que recibió una primera sesión de capacitación para sensibilizarse sobre la importancia de ser funcionario.
A partir de ese sorteo que ocurrirá el 6 de abril, se definen los integrantes de cada casilla, y ahí se asignan los cargos que ocupará cada uno de los ciudadanos seleccionados: presidenta/e de casilla, secretaria/o, escrutadores y suplentes.
Durante los primeros 29 días de la primera etapa de capacitación electoral han sido visitados 11 millones 842 mil 840 hogares, según el reporte del INE.
“Me dijeron que estaba todavía en la selección para ver cuál iba a ser mi puesto dentro de la casilla, y que posteriormente nos iban a venir a dar la capacitación aquí en mi casa”, afirmó Griselda.
Yesenia Nava es Vocal de Capacitación del INE en Ciudad de México y explicó a El Sabueso que, una vez que se haga el segundo sorteo, se realizarán dos capacitaciones para cada funcionario.
La primera explica todo el proceso electoral, y la segunda se trata de un simulacro en vivo para que puedan familiarizarse con la casilla y los materiales a utilizar.
Son sesiones con contenido práctico y útil con el objetivo de que los participantes conozcan los roles dentro de la casilla, la dinámica que ocurrirá aquel día y que sepan utilizar adecuadamente los materiales electorales.
“Es un contenido general del curso, pero hacemos énfasis en el cargo que va a desempeñar la persona. Sin embargo, cuando es posible y la ciudadanía lo acepta, tratamos de hacer capacitaciones grupales, porque además de que se enriquece el aprendizaje con el intercambio, sirve para la integración como equipo de trabajo entre cada casilla, entre las personas que las van a integrar”.
Este año, están ofreciendo las capacitaciones en tres modalidades para acomodar las necesidades de los funcionarios. La primera es presencial, y el CAE visitará las casas de aquellos seleccionados para darles el material en persona.
La segunda es a distancia utilizando plataformas para videollamadas, y una tercera también es de manera remota, se le proporcionan los materiales al funcionario para que estudie por su cuenta cuando le parezca más conveniente.
“En cualquiera de las modalidades, pues es nuestra capacitadora o capacitador quien está muy pendiente de la persona funcionaria para resolverle dudas, para asistirle, para resolverle también cualquier inquietud que tuviera”, aclaró Yesenia.
“Acercándose a la fecha va a haber una capacitación ya en forma, como tipo actuación, como si fuera el día”, dijo el CAE que visitó a Yurico en su hogar. “Nos vamos a reunir en una primaria que está por aquí. Pues se hace todo el proceso en forma, como si estuviéramos ese día”.
Los CAE están a cargo de llevar a cabo ejercicios vivenciales, donde practicarán las funcionarias y funcionarios con réplicas de los materiales que van a usar el día de la jornada electoral.
La vocal del INE explicó que “el propósito es que sea totalmente práctico, lúdico, y se familiaricen con toda la documentación y materiales que van a tener en sus manos el día de la jornada”.
Además, se les dará un apoyo económico para adquirir alimentos el día de la jornada electoral a todos los funcionarios de casilla.
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Las empresas chinas han estado montando fábricas en México desde donde ingresan sus productos a Estados Unidos, evitando los aranceles y sanciones que les impone Washington.
Los sillones reclinables y lujosos sofás de cuero que salen de la producción en línea de la fábrica de muebles Man Wah en Monterrey son 100% “Hecho en México“.
Sus destinos son las grandes cadenas de almacenes en Estados Unidos, como Costco y Walmart. Pero la compañía es de China y su planta de producción en México fue construida con capital chino.
La relación triangular entre EE.UU., China y México ha generado una nueva terminología en la industria mexicana: nearshoring o deslocalización cercana.
Man Wah es una de decenas de compañías chinas que en años recientes se han trasladado a parques industriales en el norte de México, para tener su producción más cerca del mercado estadounidense.
Además de ahorrar en el costo de trasporte, el producto final es considerado completamente mexicano, lo que significa que las empresas chinas evitan los aranceles y sanciones que Washington impuso a los bienes chinos en el marco de la guerra comercial entre los dos países.
Durante la visita guiada que hago al enorme lugar, el gerente general de la compañía, Yu Ken Wei, dice que el traslado a México tiene un sentido económico y logístico.
“Esperamos triplicar o hasta cuadruplicar la producción aquí”, explica en perfecto español.
“La intención aquí en México es alcanzar el nivel de producción de nuestra operación en Vietnam”.
La firma,que ya emplea a 450 personas en México, recién llegó a Monterrey en 2022. Yu Ken Wei dice que esperan crecer para contratar hasta más de 1.200 empleados, con el objetivo de operar varias líneas en la planta en los próximos años venideros.
“La gente aquí en México es muy trabajadora y aprende rápido”, señala Yu.
“Tenemos buenos operadores y su productividad es alta. Así que, del lado laboral, creo que México es estratégicamente muy bueno también”.
Se considera que la deslocalización cercana le está proporcionando a la economía mexicana un estímulo importante: para junio del año pasado, el total en exportaciones de México subió un 5,8% comparado con el año anterior, equivalente a US$52.900 millones.
Esta tendencia no está dando muchas señales de estar disminuyendo. En sólo dos meses de este año hubo anuncios de inversión de capital en México por casi la mitad del total anual de 2020.
La fábrica de muebles Man Wah está ubicada en Hofusan, un parque industrial chino-mexicano a las afueras de Monterrey. La demanda de parcelas está por los cielos: cada espacio disponible está vendido.
De hecho, la Asociación de Parques Industriales de México (Ampip) señala que cada sitio programado para construcción en el país para 2027 ya ha sido vendido.
No sorprende que muchos economistas mexicanos declaren que los intereses de China en el país no son pasajeros.
“Las razones estructurales que están trayendo capital a México están aquí para quedarse”, afirma Juan Carlos Baker Pineda, otrora viceministro de Comercio Exterior de México.
“No veo ninguna indicación de que la guerra comercial entre China y EE.UU. vaya a disminuir en cualquier momento”.
Baker Pineda hizo parte del equipo mexicano que negoció el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte o T-MEC.
“Aunque el origen chino del capital que está llegando a México puede ser incómodo para las políticas de algunos países”, indica, “según la legislación comercial internacional, estos productos son, a todos los efectos, mexicanos”.
Esto obviamente le ha permitido a México afianzarse estratégicamente entre las dos superpotencias: recientemente, México reemplazó a China como el principal socio comercial de EE.UU., un cambio significativo y simbólico.
El incremento del comercio de México con EE.UU. también se ha dado en parte debido a un segundo aspecto clave de la deslocalización cercana en el país: Estados Unidos está montando plantas en México, algunas veces después de reubicar la producción de sus fábricas de Asia.
Tal vez el anuncio más destacado fue el que hizo Elon Musk el año pasado, cuando reveló los planes de una gigantesca nueva fábrica de Tesla en las afueras de Monterrey.
Sin embargo, la empresa de autos eléctricos todavía no ha empezado la construcción de su planta de US$10.000 millones.
Y, aunque Tesla todavía parece comprometida con el proyecto, sus planes se han ralentizado frente a las dudas sobre la economía global y las recientes reducciones de empleos de la compañía automotriz.
Dudas
Pero con respecto a la inversión china, algunos están instando a la cautela por que México pueda verse inmiscuido en una lucha geopolítica más amplia entre EE.UU. y China.
“El viejo rico del pueblo, EE.UU., está teniendo problemas con el nuevo rico del pueblo, China”, dice Enrique Dussel, del Centro de Estudios China-México en la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Y México, bajo gobiernos anteriores y este mismo, no tiene una estrategia frente a esta nueva relación triangular”.
Con elecciones en el horizonte a ambos lados de la frontera entre México y EE.UU., podría haber nuevas consideraciones políticas futuras.
Ya sea Donald Trump o Joe Biden quien ocupe la Casa Blanca en los próximos cuatro años, pocos esperan una mejora en las relaciones entre EE.UU. y China.
Dussel cree que la deslocalización cercana está mejor definida por lo que él llama una “deslocalización de seguridad”, explicando que Washington ha colocado sus preocupaciones de seguridad nacional por encima de otros factores en su relación con China. México, arguye, debería estar cauteloso de verse atrapado en el medio.
En medio de esta tensión, Dussel añade: “México está colgando un gran anuncio para China que dice: ‘¡Bienvenidos a México!’. No se necesita tener un doctorado para saber que esto no va a terminar bien para las relaciones bilaterales ente EE.UU. y México en el mediano plazo”.
Otros son más optimistas.
“En mi opinión, la pregunta no es si esta tendencia continuará, sino de cuánto de esta tendencia podemos aprovecharnos”, dice el exfuncionario de Comercio Exterior Juan Carlos Baker Pineda.
“Estoy seguro de que la gente está teniendo la misma discusión en Colombia, en Vietnam, en Costa Rica. De manera que necesitamos asegurarnos de que en México esas condiciones que están alineadas por sí solas vayan de la mano con las decisiones corporativas y gubernamentales para sostener esa tendencia a largo plazo”.
De vuelta en Monterrey, las talentosas costureras mexicanas de la mueblería Man Wah le están poniendo los últimos toques a otro sofá antes de ser despachado al norte.
Cuando una familia estadounidense lo compre en un almacén de Walmart de su vecindario, tendrá poca idea del complejo juego geopolítico que sustenta su producción.
Pero, así se considere la deslocalización cercana como una astuta puerta trasera para entrar a EE.UU. o como parte de una costosa guerra entre superpotencias, para México es una ventaja clave en estos tiempos hostiles de comercio global.
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