
Para entender mejor
La carta de Julio Scherer Ibarra, publicada el 27 de noviembre y en donde reflexiona sobre la renuncia del fiscal Alejandro Gertz Manero, se convirtió en pocas horas en uno de los textos políticos más comentados de la semana. Aunque su autenticidad no estuvo en disputa, su circulación detonó interpretaciones encontradas y una rápida ola de especulaciones, impulsada por el clima político y la velocidad con la que la información se procesa en las redes. El episodio mostró lo fácil que un documento real puede ser arrastrado a una conversación turbulenta antes de que se asiente un entendimiento común.
Más que cuestionar su origen, el caso invita a analizar por qué un texto auténtico puede terminar envuelto en confusión pública. En este caso en específico, a muchos sorprendió que Scherer Ibarra publicara la mencionada carta, pero tras esta hay un pasado que puede explicarlo.
Con el título “Hoy México respira” y con un tono de celebración, Julio Scherer Ibarra y su hijo Julio Scherer Pareyón firmaron una carta tras la salida de Alejandro Gertz Manero como titular de la Fiscalía General de la República (FGR).
Los Scherer mencionan en el texto, que hicieron público en redes sociales, que en la historia de la FGR no había tomado la posición de titular nadie que acumulara tanto descrédito ni tantos agravios, calificando el mando del ahora exfiscal como “uno de los capítulos más oscuros” de la dependencia.
En los párrafos describen a Gertz Manero como un hombre dominado por rencores antiguos, lo que los llevó a ser perseguidos por temas personales y blanco de su “perversidad”. Viviendo bajo un hostigamiento, acusaciones sin sustento y abuso de poder, es como Scherer Ibarra y Scherer Pareyón recuerdan parte de la administración del exfiscal.
“Gertz Manero se marcha como llegó a la conciencia pública: señalado, cuestionado y repudiado. Un fiscal que nunca entendió la dimensión ética del cargo. Un símbolo de lo que no debe repetirse: la justicia al servicio de un ego, las instituciones a merced de un carácter”, se lee en la carta.
Como cierre, padre e hijo detallan que la salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República es el inicio para que la dependencia recupere la confianza que ha perdido y que nunca —aseguran— vuelva a ser utilizada como instrumento de persecución.
El conflicto entre Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la presidencia de diciembre de 2018 a agosto de 2021, y Alejandro Gertz Manero, fiscal de la república de enero de 2019 a noviembre de 2025, se ha gestado a base de un intercambio de acusaciones que tuvieron su punto detonante entre 2021 y 2022.
Scherer tenía un papel central en la elaboración y negociación de iniciativas de ley y asuntos jurídicos del Ejecutivo. Mientras que Gertz, desde la Fiscalía General de la República, buscaba autonomía y control sobre investigaciones relevantes.
Entre finales de 2021 y principios de 2022, la Fiscalía General de la República se encontraba investigando a Julio Scherer Ibarra y un grupo de funcionarios designados por él por la concesión mediante la cual Aleática S. A. B. de C. V., representada por abogados privados cercanos al exconsejero, llegó a tener ingresos por al menos 6,934 millones de pesos derivados del cobro de peaje en el Viaducto Bicentenario.
La FGR abrió una carpeta de investigación en la que señaló al exconsejero presidencial como probable responsable de delitos de corrupción para beneficiar a Aleática, a sus acciones de control IFM Investors Pty Ltd e IFM Global Infrastructure Fund y a Viaducto Bicentenario, filial a la que se le adjudicó la concesión.
Incluso en su momento, Scherer declaró a Animal Político que no tuvo ninguna implicación en los presuntos delitos de corrupción de los que fue indagado por la FGR. Además, el exconsejero negó que estuviera vinculado con el despacho de abogados vinculado con Aleática.
La FGR también encabezó una investigación contra dos excolaboradores designados por Scherer en la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, Raúl Mauricio Segovia, quien era titular de la Consejería Adjunta de Control Constitucional y de lo Contencioso, así como Mario Iván Verguer Cazadero. También indagó a Román García Álvarez, quien era titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que falleció en octubre de 2022.
La investigación de Scherer Ibarra, Segovia Barrios, Verguer Cazadero y García Álavarez fue por los presuntos delitos de asociación delictuosa, ejercicio ilícito del servicio público, uso ilícito de atribuciones y facultades, tráfico de influencias, ejercicio abusivo de funciones, colusión de servidores públicos y contra la administración y justicia.
Posteriormente, en abril de 2022, Julio Scherer Ibarra denunció a Gertz Manero por supuesto tráfico de influencias, coalición de servicios públicos y asociación delictuosa.
El exconsejero jurídico acusó a Gertz Manero de hacer uso de su poder para transformar a la FGR en una herramienta que tenía como objetivo llevar a cabo venganzas personales de parte de su titular.
Scherer añadió que por diferencias de tipo personal y en concreto por no haber accedido a ayudarle a gestionar ante el Poder Judicial una resolución favorable en el caso de Laura Morán y Alejandra Cuevas, el fiscal comenzó una ofensiva penal en su contra.
Sin embargo, en agosto de 2022, Scherer Ibarra retiró la denuncia en contra de Alejandro Gertz Manero.
Para completar su renuncia como fiscal, Gertz Manero envió al Senado de la República una carta que posteriormente fue aprobada por la cámara alta. El periodo del exfiscal estaba previsto que culminara en 2028.
La renuncia de Gertz Manero, de acuerdo con lo que establece el escrito, responde a que la presidenta Claudia Sheinbaum lo propuso como embajador de un país del que no se ha revelado el nombre.
En la carta sostiene que la propuesta de la presidenta le va a dar la oportunidad de continuar sirviendo a su país en una nueva tarea que él “honra y agradece”.
La presidenta Claudia Sheinbaum informó que la salida de Gertz Manero de la FGR fue el resultado de un acuerdo en conjunto y del cumplimiento de un periodo como titular de la institución.
Sheinbaum detalló durante la conferencia mañanera del 1 de diciembre que será en los próximos días que se informe a qué embajada fue asignado Gertz Manero, ya que el nombramiento debe ser aprobado por el Senado.
Antes de renunciar como fiscal de la República, Alejandro Gertz Manero nombró a Ernestina Godoy Ramos como Fiscal Especializada de Control Competencial (FECOC), por lo que ahora es interina de la institución.
La Ley de la Fiscalía General de la República establece que el titular del organismo será sustituido por quien ocupe la FECOC, que en este caso es Godoy Ramos, luego de la petición que realizó Gertz Manero el mismo día que presentó su renuncia.
Sin embargo, para designar a la nueva o al nuevo fiscal se debe llevar a cabo un proceso de selección que ya dio inicio después de que la Junta de Coordinación Política del Senado de la República publicó la lista de 43 aspirantes que cumplieron con los requisitos para ser titulares de la FGR.
De los 43 aspirantes, el Senado tendrá que integrar una lista de al menos 10 candidatos al cargo, la cual deberá ser aprobada por dos terceras partes de los senadores que se presenten a la votación.
Cuando se defina la lista, se enviará a la presidenta, quien en un plazo de diez días debe seleccionar una terna que volverá a enviar al Senado, de nueva cuenta para que sea analizada y sometida al voto.
Con la terna, la cámara alta debe convocar a comparecencias de las personas propuestas y, nuevamente en diez días, se debe elegir a quien ocupará el cargo por un periodo de nueve años.
Es importante mencionar que, en el caso de que la presidenta no envíe la terna en el plazo de los diez días, el Senado puede proceder con la designación a partir de la lista inicial. Si por el lado contrario, es la cámara alta la que no cumple con los tiempos, el Ejecutivo puede realizar un nombramiento.

Bandas de narcotraficantes controlan Marsella, pero Amine Kessaci dice que “no tiene más remedio que luchar” tras la muerte violenta de sus hermanos.
Un destacado activista antidrogas francés, cuyo hermano fue asesinado por narcotraficantes hace unos días, cinco años después de la muerte violenta de su hermano mayor, prometió resistir la intimidación y “seguir denunciando la violencia del narcotráfico”.
“Ayer perdí a mi hermano. Hoy alzo la voz”, escribió en el diario Le Monde Amine Kessaci, de 22 años, un día después del funeral de su hermano menor, Mehdi.
El asesinato ha sido calificado por el gobierno como un punto de inflexión en la guerra contra las drogas en Francia.
“[Los narcotraficantes] nos atacan para quebrarnos, para domesticarnos, para someternos. Quieren aniquilar cualquier resistencia, doblegar cualquier espíritu libre, matar de raíz cualquier atisbo de rebeldía”, añadió el joven.
Mehdi Kessaci, de 20 años, fue asesinado a tiros el 13 de noviembre cuando estacionaba su auto en el centro de Marsella, en el sur de Francia.
Todo apunta a que se trató de una advertencia o castigo dirigido a su hermano mayor, Amine, por parte de las bandas de narcotraficantes de la ciudad.
“Este asesinato premeditado no tiene precedentes. Es claramente un crimen de intimidación”, aseguró el martes el ministro del Interior, Laurent Nuñez, tras una reunión ministerial sobre el narcotráfico celebrada ese mismo día en el Palacio del Elíseo.
“Representa un nuevo nivel de violencia”, añadió.
Amine Kessaci nació en Marsella en una familia de inmigrantes argelinos. Es conocido por su activismo medioambiental y su lucha contra el narcotráfico que azota su ciudad natal, la segunda más grande de Francia.
Comenzó su trabajo como activista a los 17 años.
Hasta mediados de octubre, el joven era percibido como la promesa del partido político Los Ecologistas (LE). Muchos pensaban que sería elegido como candidato para las próximas elecciones municipales.
Pero poco antes de la contienda, Amine reveló que no podría presentarse porque estaba bajo protección policial y tenía que abandonar Marsella, pues había recibido amenazas de muerte que parecían ser muy serias.
En septiembre publicó un libro titulado “Marsella, seca tus lágrimas: vida y muerte en una tierra de drogas”, un relato conmovedor desde el punto de vista de las víctimas de la violencia de esa ciudad bañada por el Mediterráneo.
Mehdi es el segundo hermano de la familia que muere a manos de narcotraficantes.
En 2020, el cuerpo de Brahim Kessaci, que entonces tenía 22 años, fue hallado en un auto calcinado.
Fue ese asesinato el que impulsó a Amine a fundar su asociación, Conscience, cuyo objetivo es denunciar el daño que las bandas causan a las comunidades obreras y brindar apoyo psicológico y legal a las familias afectadas.
La asociación afirma contar ahora con 800 miembros.
Medios franceses, como La Dépêche du Midi, describen a Amine como una “figura clave en la lucha contra el narcotráfico”.
Marsella es conocida por la violencia derivada del narcotráfico y una intensa lucha para acabar con este gran problema que afecta sobre todo a los barrios del norte de la ciudad.
En su artículo de opinión publicado en Le Monde, Amine reveló que la policía le advirtió recientemente que abandone Marsella por las amenazas de muerte que ha recibido.
Asistió al funeral de su hermano menor con un chaleco antibalas y bajo una fuerte protección policial.
“Hablo porque no me queda más remedio que luchar si no quiero morir. Hablo porque sé que el silencio es el refugio de nuestros enemigos”, escribió.
Asimismo, el joven instó a la ciudadanía a tener valor y al gobierno a tomar medidas.
El asesinato de Mehdi Kessaci ha vuelto a poner en el foco de atención nacional el problema del narcotráfico, que, según coinciden expertos y ministros franceses, está alcanzando proporciones casi incontrolables.
Según la policía, Mehdi tenía “un historial limpio” y no estaba involucrado en el mundo del narcotráfico, a diferencia de su hermanastro Brahim, quien habría sido asesinado en un ajuste de cuentas.
Según el senador Étienne Blanc, autor de un estudio reciente, el volumen de negocios del narcotráfico en Francia asciende a 7.000 millones de euros (US$8.000 millones), lo que representa el 70% del presupuesto total del Ministerio de Justicia.
Añadió que alrededor de 250.000 personas viven del narcotráfico en Francia, una cifra superior al número total de policías y gendarmes, que se sitúa en 230.000.
Según Le Monde, el país cuenta con 1,1 millones de consumidores de cocaína.
El 19 de noviembre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, arremetió contra estos consumidores, declarando en la reunión semanal del gabinete que “a veces es la burguesía del centro de la ciudad la que financia a los narcotraficantes”.
Macron había convocado una cumbre especial sobre drogas el día anterior en respuesta al asesinato de Mehdi y para revisar el progreso de la nueva ley antidrogas aprobada en junio.
Esta ley crea una fiscalía especial dedicada al crimen organizado —similar a la que combate el terrorismo— que contará con 30 magistrados especializados.
Según la ley, los narcotraficantes de alto rango cumplen sus condenas en aislamiento en una prisión especialmente acondicionada, donde se espera que sea más difícil que continúen operando desde la cárcel.
Según Laurent Nuñez, hay indicios de que la lucha contra el narcotráfico está dando resultados: el número de homicidios en Marsella se redujo de 49 en 2023 a 24 en 2024.
Añadió que el número de puntos de venta de drogas en la ciudad se redujo a la mitad, de 160 a 80.
“La guerra no está ganada, pero sí hemos obtenido resultados”.
Mathieu Verboud , autor del reciente libro “Narcotrafico: el veneno de Europa”, señala que “Francia se encuentra en el centro de la geopolítica de las drogas”.
“Con sus dos principales puertos, Marsella y Le Havre, goza de una posición geográfica ideal en esta Europa de libre circulación”.
Verboud afirma que el aumento de la producción mundial de cocaína desencadenó “una explosión de la oferta y la demanda. El mercado se ha disparado, al igual que los beneficios”.
El autor advirtió que la enorme riqueza de las organizaciones narcotraficantes les otorga el poder de corromper a cualquiera, desde estibadores hasta políticos locales, un proceso que, según él, ya está muy avanzado en países como los Países Bajos y Bélgica.
Varios políticos franceses defienden que es hora de recurrir al ejército para combatir el narcotráfico y las bandas que dominan muchos barrios con alta inmigración.
Christian Estrosi, alcalde de Niza, ciudad costera del sur de Francia, declaró: “El narcotráfico se ha transformado en narcoterrorismo. Su objetivo ahora es aterrorizar, subyugar y dominar”.
Y añadió: “Ya hemos desplegado con éxito los medios para combatir el terrorismo. Es hora de actuar con determinación contra el narcoterrorismo”.
Estrosi se refería a la oleada de mortíferos atentados yihadistas de mediados de la década de 2010, cuando Francia desplegó cientos de soldados en las calles de numerosas ciudades, donde continúan patrullando.
Con información de Hugh Schofield y Norberto Paredes.
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