
Andrés Manuel López Obrador se comprometió desde el inicio de su gobierno a no aumentar la deuda pública del país, un objetivo que ha presumido en conferencias de prensa y presentaciones.
Sin embargo, cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) demuestran lo contrario: sí se incrementó la deuda pública durante sus años de gobierno, y de hecho alcanzó niveles históricos.
No obstante, economistas consultados por Animal Político señalan que la deuda pública no es algo necesariamente “malo”, como lo sugiere el presidente, además de que los gobiernos no deberían intentar reducirla o limitarla en medio de una crisis como la causada por la pandemia COVID.
Durante la conferencia de prensa del 22 de diciembre de 2021, López Obrador reconoció un aumento en la deuda pública, y lo atribuyó a la caída de la economía por la pandemia. “Se nos fue la deuda para arriba, pero ya vamos hacia abajo”, afirmó.
Apenas este 6 de enero de 2022, insistió en que “no hemos contratado deuda”, aunque al presentar cifras reconocieron que sí hubo un incremento en lo que va de este sexenio.

Información disponible de la Secretaría de Hacienda muestra que en 2020 la deuda pública representó el 51.5% del producto interno bruto (PIB), el porcentaje más alto del que se tenga registro.
Aunque la dependencia proyecta que para 2021 este porcentaje disminuirá hasta 49.9%, se mantiene por encima de los niveles que tuvieron gobiernos anteriores, como puede verse en la siguiente gráfica.
En términos nominales, la deuda pública alcanzó en noviembre de 2021 los 13.01 billones de pesos, una cifra histórica, según datos de Hacienda.
Como te contamos en esta otra nota, también es falso que el gobierno actual no haya adquirido nueva deuda.
Pero entonces, aunque el compromiso de López Obrador no se ha cumplido, ¿qué implica para un país ‘apretarse el cinturón’ sin contratar deuda en tiempos de crisis?
El Sistema de Información Legislativa define a la deuda pública como “todas las obligaciones insolutas del sector público contraídas en forma directa o a través de sus agentes financieros”.
En este sentido, explica, es una herramienta que le permite a los gobiernos diferir sus gastos en el tiempo “y así poder cumplir el conjunto de funciones que le son encomendadas”.
La deuda pública, indica el sitio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), puede ser adquirida dentro del mismo país o en el extranjero y por lo general asume la forma de bonos, papeles y valores gubernamentales (aunque en algunos casos la deuda es adquirida directamente a través de un organismo supranacional como el FMI).
Si bien en México la deuda alcanzó máximos históricos, el economista y académico de la UNAM Juan Carlos Moreno Brid señala que esto no no se puede tomar como un indicador bueno o malo, sino que se debe evaluar para qué se usó la deuda y si se puede pagar después.
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“En tanto que la deuda que contratas tiene un costo a pagar en el futuro, es deseable que el dinero lo uses en un proyecto que tenga un rendimiento mayor al interés; o bien que vaya a cubrir una emergencia vital –por ejemplo una operación médica–, cuya premura va más allá del costo monetario”, resume el especialista.
Entonces, endeudarse no es per se ni bueno ni malo, sino que depende del uso que se le dé a dichos recursos financieros y de la capacidad de su repago en tiempo y forma. “Los dos elementos son indispensables para evaluar si incurrir en una deuda es deseable o no”, comenta.
“Lo preocupante es que el Presidente tenga como prioridad bajar la deuda… bueno, ¿por qué? En el México actual, con pobreza, carencias y desigualdad agudas ¿es sensato querer usar recursos adicionales para entregarlos a los acreedores para reducir la deuda?”, comenta.
El también economista y catedrático de la UNAM Arturo Huerta coincide en que la deuda no es el problema. “Mi planteamiento ha sido que el gobierno debe gastar más para impulsar la actividad económica, para impulsar el ingreso nacional de las empresas e individuos para poder recaudar más”.
“El crecimiento de la deuda en el país no es porque el gobierno esté gastando mucho, sino porque al gastar poco frena la actividad económica, y por lo tanto el gobierno termina recaudando menos, porque la recaudación depende del ingreso de los individuos. Hemos caído en un círculo vicioso”, lamenta.
Si se pone en contexto el coeficiente de la deuda PIB en México, resulta que no es particularmente alto a comparación de América Latina o los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Foto: OCDE
“Lo que sí destaca es que México no crece y la inversión pública como proporción del PIB va cayendo”, comenta Moreno Brid.
Como señala Carlos Vázquez, economista e investigador del CIEP, el porcentaje de la deuda aumentó porque la economía se contrajo a causa de la COVID-19 y porque se incrementaron los bonos emitidos por parte del gobierno.
Además, detalla, otro de los factores es el tipo de cambio.
“A mediados de 2020 se presentó una volatilidad impresionante en el tipo de cambio, alcanzando también los 25 o 26 pesos por dólar y esto lo que hace es incrementar el valor en pesos de la deuda, dado que el gobierno emite deuda en los mercados internacionales o tiene préstamos con organismos internacionales.
De acuerdo con Moreno Brid, la teoría y la práctica macroeconómica moderna señala que en las fases recesivas o ante ‘choques externos’ adversos “no son momentos de reducir la deuda, de apretarse el cinturón. Por el contrario, son momentos de hacer uso de financiamiento extraordinario”.
“En el caso de México, la crítica que procede es que ante la crisis de COVID, la peor que ha vivido la economía mundial y la nacional en casi cien años, el gobierno mexicano rechazó instrumentar una política contracíclica”, añade Moreno Brid.
Así, añade Huerta, el gobierno, para no caer en deuda, decidió no gastar y “caímos tremendamente porque el gobierno dejó de apoyar empresas y familias y de ahí el gran crecimiento de la pandemia y el número de muertes, todo por no endeudarse”.
“En cambio, al resto de países no les importó. Ellos pasaron a gastar, a trabajar con gasto deficitario, a endeudarse. Porque la prioridad era el combate a la pandemia, preservar la planta productiva, apoyar a los empleados y evitar fuertes caídas de la actividad económica.
En el caso mexicano lo que hemos visto de aumento de la pobreza de 2018 a 2020 que mostró el CONEVAL o las cifras de acceso a salud muestran un país y unas condiciones sociales “muy fregadas”, dice Moreno Brid.
“Más que decir que porque aumentó la deuda eso es malo, yo diría que quizás tendría que haber aumentado más y el gasto público debería haberse asignado mejor. Si lo hubiéramos gastado mejor, eso hubiera permitido que el PIB no cayera tanto o que hubiera mayor protección social”, concluye.

Los organizadores recibieron este año la cifra récord de 10.000 candidaturas de 109 países.
¿Un pájaro recibe un golpe en la cara de un manojo de hierba o zorros que bailan breakdance? Solo puede significar una cosa.
¡Se anunciaron los ganadores de los premios Nikon de la vida silvestre!
Este año, los organizadores recibieron la cifra récord de 10 mil candidaturas de 109 países, el número más alto en los 10 años de historia del concurso.
El premio fue creado en 2015 por el fotógrafo británico de vida silvestre Paul Joynson-Hicks, quien tuvo la idea de crear el concurso tras reírse a carcajadas al ver una colección de fotos de animales.
Esta foto ganadora de un gorila haciendo alarde de sus habilidades en Ruanda fue tomada por Mark Meth Cohn.
Pasó cuatro días recorriendo montañas cubiertas de niebla en busca de familias de gorilas.
Pronto encontraron a la familia Amahoro, en la que uno de los jóvenes machos estaba muy ansioso por lucirse.
Mark cuenta que el gorila “estaba dando piruetas, volteretas y patadas altas. Ver su actuación fue pura alegría”.
Grayson Bell se llevó el oro en la categoría Junior para menores de 16 años.
Grayson estaba fotografiando ranas verdes en Maine, Estados Unidos, y no se dio cuenta de que había capturado este momento hasta que llegó a casa.
“Se la mostré a mis padres y a ellos también les encantó y se convirtió en una de mis fotos favoritas”, dijo.
“Todos pensamos que parecía que una rana estaba intentando bautizar a la otra”.
Estos zorros rojos se lo pasaban en grande mientras mostraban sus dotes de baile.
Fueron fotografiados por Paula Rustemeier en los Países Bajos, quien ganó en la categoría de menores de 25 años.
“Es imposible no reírse al ver a los zorros jugar con sus peculiares personalidades”, dijo.
Todos tenemos días de pelo rebelde, pero esta ardilla gris en Canadá lo lleva a otro nivel.
Aterrizando en 3, 2, 1…
Mira la flexibilidad de este colimbo de garganta roja en Finlandia.
¿Alguna vez has conocido a alguien que no para de hablar? Pues conozco a un pájaro que sí.
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“¡Aléjate de mi pescado!”
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