
Cuando apenas te vas a dormir o despertar y no puedes moverte ni hablar pero estás consciente de todo lo que está pasando, dicen que “se te subió el muerto”. Para ti es una eternidad aunque en realidad estar inmóvil dura segundos o minutos.
No te asustes. Hay una explicación científica: se llama parálisis del sueño. En El Sabueso te explicamos con base en información especializada qué ocurre, cuáles son las causas y qué puedes hacer al respecto.
Si bien se ha asociado con la muerte, la hechicería o la brujería, este trastorno que te paraliza lleva años de estudio desde la medicina en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Se le ha asociado a un sinnúmero de cuestiones míticas: estar muerto, antes probablemente te catalogaban de bruja, decían que te había chupado un vampiro o estabas poseído por el demonio, pero era nuestra ignorancia”, menciona en entrevista el médico cirujano Rafael Santana Miranda, adscrito a dicha clínica.
De acuerdo con MedlinePlus, la parálisis del sueño puede estar acompañada de la sensación de dificultad para respirar, sueños y alucinaciones que pueden causar temor, visualización de sombras y vértigo, es decir, sentir que todo gira alrededor del lugar donde estás acostado.
Rafael Santana Miranda, miembro fundador de la Clínica de Trastornos del Sueño, desmiente que dormir sea un proceso pasivo. En realidad hay neuronas que continúan activas.
“Pensamos que dormir es apagarse y despertar es encenderse. Pero no, no tiene nada que ver con esto. Las neuronas unas están más activas que otras, pero nada se apaga. Todo está en funcionamiento, pero con diferente nivel”, explica.
El ciclo normal del sueño tiene etapas que van desde el adormecimiento hasta el sueño profundo. Una de estas es la del movimiento ocular rápido (MOR), en la cual tu cuerpo está relajado y tus músculos no se mueven.
La parálisis del sueño se presenta cuando despiertas súbitamente del sueño MOR. Tu cerebro está despierto, pero tu cuerpo aún no puede moverse, tus sentidos están alerta pero tu función motora no.
“La parálisis es un error que puede presentarse en específico en el sueño MOR, donde estamos soñando”, explica el experto.
Para saber más: *Todo lo que debes saber sobre el ciclo del sueño* y qué hacer para tener una ‘meme’ reparadora
La parálisis del sueño es muy común, muchas personas la han experimentado al menos una vez en su vida, según Medline Plus. Entre las causas está no dormir lo suficiente o no tener un horario para dormir.
La restricción del sueño puede deberse al estrés, el consumo de sustancias como cafeína, tabaco o drogas. También al uso de aparatos electrónicos antes de dormir, como celulares.
La parálisis del sueño está relacionada con la narcolepsia, el trastorno bipolar, el uso de medicamentos como aquellos para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
A estas causas, también se suma que el que “se suba el muerto” suele ser más frecuente en adultos jóvenes. Uno de los motivos es que este error de sueño se presenta más en alguien que está desarrollándose.
“Nuestro sistema nervioso termina de madurar alrededor de los 20 y 25 años. Se toma mucho tiempo, a diferencia de otras especies. Entonces, mientras estés en desarrollo, pues es un factor de riesgo”, menciona el médico Santana Miranda.

El responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño aclara que es normal haber presentado esto algún par de veces. Puede corregirse con mejores hábitos de dormir, sobre todo hacerlo el tiempo suficiente.
“Debemos recalcar la importancia de dormir de acuerdo a nuestro grupo de edad, son necesidades diferentes y no son las mismas las de un niño a las de un anciano, las de un varón o de una de una mujer. Y las repercusiones también serán diferentes”, señala Rafael Santana Miranda.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, un bebé debe dormir de 14 a 15 horas, los niños pequeños de 12 a 14 horas, los niños en edad escolar de 10 a 11 horas y los adultos al igual que los adultos mayores, de 7 a 9 horas diarias.
La Clínica de Trastornos del Sueño recomienda que el lugar para dormir sea con capacidad en la regulación de luz y sonido. Además, evitar siestas de más de 30 minutos o poco antes de la hora de dormir y tratar de conciliar el sueño en 15 minutos.
“Las horas del sueño tenemos que cuidarlas muchísimo porque no hay nada, ni el mejor café, ni la mejor bebida energizante van a proporcionarte las funciones que se realizan durante nuestro dormir, que son indispensables para la vida”, insiste el médico.
Si la parálisis del sueño se vuelve un problema constante es posible agendar una cita en la clínica, que está abierta a todo público. En la consulta, un grupo multidisciplinario de especialistas valorará la situación.


Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.