
Valentina tiene 22 años y ya no usa TikTok por las expectativas a cumplir como mujer que todos los días se generan en esta red.
Ella forma parte del grupo demográfico más grande de usuarios de TikTok por edad: de 18 a 24 años. Y del 44.3% de los 955.3 millones de usuarios activos en el mundo que son mujeres, de acuerdo con datos de Statista.
En TikTok no sólo hay retos virales, bailes y memes. Cada día surgen nuevas tendencias de maquillaje, moda, consumo y estilo de vida, entre otras, y el problema no es sólo la inmediatez, sino la presión que ejercen, sobre todo, en las mujeres.
De acuerdo con el último reporte de tendencias de TikTok (2025), hay un aumento en los contenidos del tipo “girls are girling” (las chicas están siendo chicas) y de “girlhood” (hermandad entre chicas).
Sin embargo, la popularización de algunas tendencias se ha desvirtuado. Comienzan con un propósito cómico, a veces crítico, y terminan propagando estereotipos de género. Es decir, encasillan las posibilidades de lo que una persona puede ser o hacer si es hombre o mujer.
“Yo ya estoy cansada en general de la existencia como para sobreanalizar lo que consumo y ya sólo me da gracia…”, relata Paulina, de 22 años.
Especialistas señalan que la viralización de estas tendencias es un reflejo de los discursos conservadores que se han propagado en el mundo. INMUJERES y ONU advierten que los estereotipos de género justifican la discriminación, perpetúan las desigualdades y las prácticas “tradicionales” que son asociadas a la feminidad; como la crianza.
De acuerdo con la doctora Brenda Magali Gómez, psicóloga de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, aunque sí existan personas que identifican y cuestionan la perpetuación de este tipo de estereotipos, “tenemos que estar conviviendo con estos discursos contradictorios sobre cómo tendrían que ser las mujeres a partir de las referencias de las redes sociales, y que dan poca cabida a la justicia social, a la igualdad de género y a la libertad de las mujeres”.
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Hace 30 años la banda No Doubt lanzó “Just a girl” (sólo una chica), uno de los himnos feministas de los noventa y que recientemente revivió por la tendencia con el mismo nombre.
La canción “Just a Girl” se ha utilizado como sonido en 2.4 millones de videos, y está en el lugar 28 de la lista de 50 éxitos de TikTok Music; dato actualizado al 5 de marzo.
Sin embargo, la tendencia “I’m just a girl” busca “justificar” a las mujeres por ser “superficiales”, o incapaces de actuar ante una situación por “sólo ser una chica”. Por ejemplo, los accidentes automovilísticos.
“Girl Math” (matemáticas de chicas) es otra tendencia que muestra cómo las mujeres jóvenes entienden las cuentas, estigmatizándolas en el uso del dinero o el razonamiento de los gastos.
En TikTok, el hashtag #girlmath cuenta con más de 205.6 mil publicaciones.
@marderegil_ JAJAJAJAJAJ sos #marderegil #girlmath ♬ original sound – Mar de regil_
Otro concepto popularizado es el de la chica “pick me” (elígeme o “no soy como las otras chicas”), sobre algunas mujeres que buscan constantemente validación masculina. Sin embargo, pronto se volvió una herramienta para burlarse y poner a unas en contra de otras.
El hashtag #pickme cuenta con más de 562.3 mil publicaciones.
@anafer.lemus 🥱 no sean asi #fyp #girls #viral ♬ original sound – Ana Fer Lemus
Lo que señalan estas tendencias no es nada nuevo. Se trata de viejos estereotipos, ideas históricamente misóginas, pero que, en su mayoría, ahora son replicados por jóvenes menores de 30 años.
“Las juventudes son el grupo etario que más utiliza las redes sociales y esto influye bastante en su imagen corporal y mental. Afecta en la manera en que las jóvenes se están mirando, se están apropiando de su cuerpo y por eso es que necesitamos narrativas distintas a esas convencionales y pensamiento crítico” señala Brenda Magali Gómez.
Y es que, aunque un estudio publicado en Financial Times en enero de 2024 expone que en esta época las mujeres tienden a ser más progresistas y los hombres más conservadores, en su mayoría son mujeres quienes difunden y forman parte de este discurso tradicionalista en redes.
Paola Camarena, responsable de contenidos audiovisuales en Luchadoras, colectiva mexicana feminista, externa la importancia de tener un uso crítico de las plataformas, incluyendo las tendencias. A pesar de que inicien como algo inocente, hace falta cuestionar los estereotipos y discursos detrás.
“Hay una vulnerabilidad con las juventudes, el internet es un lugar donde quieres pertenecer, hay mucha exploración identitaria dentro de sus espacios. Entonces quieres ser parte de las tendencias, pero si no hay un análisis detrás de estas de pronto caes en narrativas derechistas”, remarca.
No solo vemos el auge de la extrema derecha en la política con presidentes como Donald Trump y Javier Milei, también en plataformas digitales con Mark Zuckerberg y Elon Musk.
En redes hay creadores de contenido como “El Temach” y quienes abonan a la idea de las “mujeres de alto valor”. Es decir, aquellas que cumplen con ciertos estándares al momento de buscar pareja: son femeninas, sumisas, amables y familiares. Además de que constantemente se hace referencia a la “pureza” con un historial sexual reducido.
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“Es sorprendente cómo de pronto pueden florecer y pueden nuevamente arrollarnos estos estereotipos y posicionamientos conservadores. Cuando se habla, por ejemplo, de la mujer del alto valor que tiene que ver con mujeres desde la abnegación y siendo femeninas, como un simbolismo de cómo tendríamos que lucir, cómo tendríamos que ser, qué tendríamos que desear”, comenta la especialista en psicología de la FES Zaragoza, quien reitera que es importante cuestionar estos relatos y las implicaciones que tienen.
Aunado a esto surge la figura de las “tradwives”, que viene del inglés “traditional wives” (esposas tradicionales) y que, de acuerdo con un estudio de Sophia Sykes y Veronica Hopner, investigadoras de la Massey University en Nueva Zelanda, “son una influyente comunidad en línea, de mujeres de derecha, que defienden una interpretación heteronormativa muy tradicional del papel de ‘esposa y madre’”.
Grandes exponentes de esta tendencia se ubican en Estados Unidos: Hannah Neeleman o “Ballerina Farm” con 9.8 millones de seguidores en TikTok y 10.1 millones en Instagram. También está Estee Williams, con 199.4 mil seguidores en TikTok y 115 mil en Instagram, y quien describe que “el lugar de las mujeres es el hogar”.
@esteecwilliams What it means to be a Tradwife. #fyp #tradwife #homemaking #housewife #traditional #tradwifecontroversy #womenschoice ♬ Music Instrument – Gerhard Siagian
Estas “tradwives” también tienen seguidores hispanohablantes y, aunque no hay una representación local exacta de esta tendencia, se pueden localizar en el buscador los términos “esposas trofeo”, “señora de las lomas” y “familia tradicional panista”.
@michellemiauuu Ay, margot estabs bailando con la cancion de el restaurante pero AMÉ ESTE VIDEO.🥹🐇💓 #CapCut #amor #emo #bebes #bebestiktoks #bebeslindos #maternidad #familia #esposos #brunch #mom #momsoftiktok #momblogger #momtok #mommy #momlife #girlmom #mamaprimeriza #mamaehija #mamajoven #maternidad #maternidadreal #maternidadycrianza #maternidadecomamor #baby #blw #cosasdeparejas #matrimonio #familiatiktok #fypシ #paratipage ♬ sonido original – MND Mariana Ceniceros
Las redes sociales también marcan un estilo de vida y creencias para entrar en lo que es “aesthetic”, que se traduce en lo estético y aceptable.
“Lo que hacen las redes es meterte en una burbuja con otras voces como la tuya para intentar homogeneizar a las personas dentro de los estándares de belleza en un solo molde”, explicaron Aranzazú Belmont y Rut Ruiz, colaboradoras de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU).
Los cánones de belleza son un conjunto de características que la sociedad considera convencionalmente atractivas y que históricamente se han enfocado en un cuerpo hegemónico y eurocéntrico que busca reprimir y controlar los cuerpos y principalmente, los de las mujeres.
“Cuando no entramos en estos estándares, la sociedad comienza a reclamarlos y a recriminarnos, dando pie a la discriminación, al clasismo y al racismo”, apuntaron Belmont y Ruiz, quienes además señalaron que estos cánones son sólo la punta del iceberg de otros problemas sociales.
Ante esta constante exposición, Ruiz señala que es normal preguntarnos cómo podemos llegar a asemejar lo que vemos en redes.
“Muchas veces, el deseo de encajar en estos moldes es tan grande que ponemos en riesgo nuestra economía o incluso nuestra salud”, ejemplifica con el caso de la automedicación del Ozempic que ha estado en tendencia los últimos años y la viralidad de las clases de pilates con precios elevados.
Belmont explica que en respuesta a los movimientos que vimos la década pasada como el body positive (la positividad corporal) en el que se busca la aceptación y no discriminación de todos los cuerpos, surgen tendencias como la cultura fitness o wellness (bienestar) que continuan promocionando la perdida de peso y la delgadez, alegando un bienestar mental, emocional o incluso espiritual.
Ruiz señala que frases como “qué feliz soy quedándome en mi casa, donde mi único trabajo es ser bonita e ir a pilates y que mi hombre resuelva”, son nuevas maneras de decirle a las mujeres que se queden en casa y que abracen los roles tradicionales, pero de una manera en la que no se dice explícitamente “tú a tu casa”.
“Somos mujeres con más libertades, pero nos tenemos que preocupar o encadenar de otras formas” apuntó Belmont .
En febrero de 2022, TikTok actualizó sus normas de comunidad con la finalidad de banear de manera explícita la misoginia de su plataforma. Estableció que no se permite ningún discurso o comportamiento de odio hacia grupos protegidos.
En teoría, TikTok elimina el contenido que infringe sus normas. Pero, en práctica, las académicas Sarah Banet-Weiser y Sophie Maddocks advirtieron en un estudio publicado en 2023 que esta medida podría tener un sesgo porque hay expresiones “sutiles” de misoginia que los filtros pueden pasar por alto, como en contenidos de parodia o comedia.
Broma o no, se trata de contenidos “con éxito” que se siguen replicando y que resuenan en las personas. No por nada el 85% de los usuarios en México refiere que en la plataforma encuentra contenidos con los que se pueden identificar (TikTok Insights).
Al comportamiento de los usuarios se le suma el “sesgo algorítmico”, pues el algoritmo en cada red social tiene preferencia sobre ciertos temas, y también, por algunas voces.
“El problema viene de quién los programa y quién los diseña. La mayoría de empresas tecnológicas tiene como empleados a hombres, blancos, heterosexuales. También, son del norte global”, dice Paola Camarena, de Luchadoras.
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Desde estimular el cerebro hasta reducir el dolor, unirse a otros para cantar (así como cantar en soledad) puede traer amplios beneficios.
Estamos en esa época del año en la que el aire empieza a vibrar con voces angelicales, o a resonar con algún que otro himno vigoroso, mientras los villancicos transmiten su indomable alegría festiva.
Pero estos cantores, se den cuenta o no, mientras llenan centros comerciales, estaciones de tren, residencias de ancianos y la calle de tu casa con canciones jubilosas, también están mejorando su salud.
Se ha descubierto que cantar, aporta una amplia gama de beneficios —que abarcan desde el cerebro hasta el corazón— para quienes lo practican, especialmente si lo hacen en grupo. Puede unir a las personas, preparar nuestro cuerpo para combatir enfermedades e incluso suprimir el dolor. Entonces, ¿valdría la pena alzar la voz para celebrar?
“Cantar es un acto cognitivo, físico, emocional y social”, afirma Alex Street, investigador del Instituto de Investigación de Musicoterapia de Cambridge, quien estudia cómo la música puede ayudar a niños y adultos a recuperarse de lesiones cerebrales.
Los psicólogos llevan mucho tiempo maravillados de cómo las personas que cantan juntas pueden desarrollar un poderoso sentido de cohesión social, e incluso los vocalistas más reticentes se unen al cantar. Investigaciones han demostrado que personas completamente desconocidas pueden forjar vínculos inusualmente estrechos después de cantar juntas durante una hora.
Como era de esperar, cantar tiene claros beneficios físicos para los pulmones y el sistema respiratorio. Algunos investigadores han utilizado el canto para ayudar a personas con enfermedades pulmonares, por ejemplo.
Pero cantar también produce otros efectos físicos mensurables. Se ha descubierto que mejora la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Incluso se ha visto que cantar en grupos o coros refuerza nuestra función inmunitaria de una forma que simplemente escuchar la misma música no puede.
Existen diferentes explicaciones para esto. Desde un punto de vista biológico, se cree que cantar activa el nervio vago, que está conectado directamente a las cuerdas vocales y los músculos de la parte posterior de la garganta. La exhalación prolongada y controlada que implica cantar también libera endorfinas asociadas con el placer, el bienestar y la supresión del dolor.
Cantar también activa una amplia red de neuronas en ambos hemisferios del cerebro, lo que provoca que se activen las regiones que gestionan el lenguaje, el movimiento y las emociones. Esto, combinado con el enfoque en la respiración que requiere el canto, lo convierte en un eficaz calmante del estrés.
“Las respuestas de bienestar se hacen evidentes en voces, expresiones faciales y posturas más vívidas”, afirma Street.
Estos beneficios podrían tener raíces profundas. Algunos antropólogos creen que nuestros ancestros homínidos cantaban antes de poder hablar, utilizando vocalizaciones para imitar los sonidos de la naturaleza o expresar sentimientos.
Esto podría haber desempeñado un papel clave en el desarrollo de dinámicas sociales complejas, la expresión emocional y los rituales, y Street señala que no es casualidad que cantar forme parte de la vida de todos los seres humanos, tengan o no inclinación musical, señalando que nuestros cerebros y cuerpos están sintonizados desde el nacimiento para responder de forma positiva a las canciones.
“Se les cantan canciones de cuna a los niños y luego se cantan canciones en los funerales”, explica. “Aprendemos las tablas de multiplicar cantando y el abecedario mediante la estructura rítmica y melódica”.
Pero no todos los tipos de canto son igualmente beneficiosos. Cantar en grupo o coro, por ejemplo, promueve un mayor bienestar psicológico que cantar en solitario. Por esta razón, investigadores educativos han utilizado el canto como herramienta para promover la cooperación, el desarrollo del lenguaje y la regulación emocional en niños.
Los especialistas médicos también están recurriendo al canto para mejorar la calidad de vida de quienes sufren diferentes afecciones. Investigadores de todo el mundo han estudiado los efectos de unirse a coros comunitarios dedicados a sobrevivientes de cáncer y accidentes cerebrovasculares, personas con enfermedad de Parkinson y demencia, y sus cuidadores. Por ejemplo, cantar mejora la capacidad de articulación de los pacientes con Parkinson, algo con lo que se sabe que tienen dificultades a medida que la enfermedad progresa.
Cantar también representa una forma de mejorar la salud general, ya que se ha demostrado que es un ejercicio subestimado, comparable a una caminata rápida. “Cantar es una actividad física y puede tener beneficios similares al ejercicio”, afirma Adam Lewis, profesor asociado de fisioterapia respiratoria en la Universidad de Southampton, en Reino Unido.
Un estudio incluso sugirió que cantar, junto con diversos ejercicios vocales que realizan cantantes profesionales para perfeccionar el tono y el ritmo, es un ejercicio para el corazón y los pulmones comparable a caminar a un ritmo moderado en una cinta de correr.
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Pero los investigadores también se interesan en destacar los beneficios, a menudo poco reconocidos, de participar grupos de canto para la psique de las personas que viven con enfermedades crónicas a largo plazo. Street explica que cantar permite a estas personas centrarse en lo que pueden hacer, en lugar de en lo que no pueden.
“De repente, se genera una sensación de igualdad en la sala, donde los cuidadores ya no son cuidadores, y los profesionales de la salud también cantan la misma canción de la misma manera”, dice Street. “Y realmente no hay mucho más que logre eso”.
Entre quienes han demostrado beneficiarse más del canto se encuentran las personas con enfermedades respiratorias crónicas, algo que se ha convertido en un importante foco de investigación para Keir Philip, profesor clínico de medicina respiratoria en el Imperial College de Londres. Philip advierte que cantar no curará estas enfermedades, pero puede servir como un enfoque holístico eficaz que complementa los tratamientos convencionales.
“Para algunas personas, vivir con disnea puede provocar que cambien su forma de respirar, volviéndola irregular e ineficiente”, dice Philip. “Algunos enfoques basados en el canto ayudan en esto en términos de los músculos utilizados, el ritmo y la profundidad [de la respiración], lo que puede ayudar a mejorar los síntomas”.
Uno de sus estudios más destacados consistió en aplicar un programa de respiración desarrollado mediante el trabajo con cantantes profesionales de la Ópera Nacional Inglesa como parte de un ensayo controlado aleatorio en pacientes con covid-19 de larga duración. Durante seis semanas, los resultados mostraron que mejoró su calidad de vida y alivió algunos aspectos de sus dificultades respiratorias.
Al mismo tiempo, cantar no está exento de riesgos para las personas con afecciones subyacentes. El canto en grupo se vinculó a un evento de superpropagación en las primeras etapas de la pandemia de covid-19, ya que cantar puede emitir grandes cantidades de virus en el aire.
“Si tienes una infección respiratoria, es mejor faltar esa semana al ensayo del coro para evitar poner en riesgo a otras personas”, comenta Philip.
Pero quizás el beneficio más notable del canto es que parece contribuir a la autoreparación cerebral. Esto quedó ilustrado por la historia de la excongresista estadounidense Gabrielle Giffords, quien sobrevivió a un disparo en la cabeza durante un intento de asesinato en 2011.
A lo largo de muchos años, Giffords reaprendió a caminar, hablar, leer y escribir, gracias a terapeutas que utilizaban canciones de su infancia para ayudarla a recuperar la fluidez verbal.
Los investigadores han utilizado enfoques similares para ayudar a los supervivientes de un ictus a recuperar el habla, ya que cantar puede proporcionar las horas y horas de repetición necesarias para promover una nueva conectividad entre los dos hemisferios cerebrales, que a menudo se dañan tras un ictus agudo. También se cree que cantar mejora la neuroplasticidad del cerebro, lo que le permite reconectarse y crear nuevas redes neurológicas.
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Hay teorías de que cantar también podría ayudar a las personas con deterioro cognitivo debido a la intensa exigencia que impone al cerebro, que requiere atención sostenida y estimula la búsqueda de palabras y la memoria verbal.
“Existe una creciente base de evidencia que respalda los beneficios cognitivos del canto en adultos mayores”, afirma Teppo Särkämö, profesor de neuropsicología en la Universidad de Helsinki, Finlandia. “Sin embargo, aún sabemos poco sobre el potencial del canto para ralentizar o prevenir el deterioro cognitivo, ya que esto requeriría estudios a gran escala con años de seguimiento”.
Para Street, toda la investigación que demuestra los poderosos efectos del canto, ya sea a nivel social o neuroquímico, subraya por qué es una parte tan universal de la vida humana. Sin embargo, una de sus preocupaciones es que, a medida que las personas pasan cada vez más tiempo conectadas a la tecnología en lugar de entre sí a través de actividades como cantar, relativamente pocas personas experimentan sus beneficios.
“Estamos descubriendo mucho, especialmente en la rehabilitación de lesiones cerebrales”, afirma. Apenas están empezando a surgir estudios que demuestran que cantar puede tener estos efectos, incluso en personas con lesiones importantes. Es lógico que podamos beneficiarnos tanto, ya que el canto siempre ha desempeñado un papel fundamental en la conexión entre las comunidades.
Quizás sea una razón más para disfrutar el cantar villancicos alrededor del árbol de Navidad este año.
*Este artículo fue publicado en BBC Future. Haz clic aquí si quieres leer la versión original en inglés.
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